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AMOR CON OLOR A MUERTE por rosario_duoshin

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Notas del capitulo: Espero les guste el segundo capitulo de esta historia
Alexis vio con detenimiento al taxista, era un hombre joven... muy joven.
-¿Cuántos años tienes?- Alexis pregunto mirando por el retrovisor como los ojos verdes del taxista se abrían por la sorpresa.
-Eso es algo que no le incumbe- Dijo el taxista molesto.
Alexis sonrió interiormente, un tonto taxista no le iba a ganar
-Lo se, pero preguntaba por que es ilegal que un menor de edad conduzca-Recalco de forma irónica Alexis
-No soy menor de edad, lea- y diciendo esto, saco su permiso para conducir el taxi y se lo entrego a Alexis. Este comenzó a leer: nombre… Cristian Sarre, edad… 30 años… ¡el era mayor! Incluso mayor que el mismo Alexis.
-Llegaos señor- Dijo el taxista de manera molesta, odiaba a ese tipo de personas, detuvo el taxi- Son 20 dólares- Volteo a ver a Alexis, este lo observo, el taxista tenia cabello castaño claro y barba del mismo tono, podía ver su verdadera edad, pero los ojos le mostraban la ingenuidad de un niño.
-Aquí esta- Alexis le entrego el dinero junto con el permiso y antes de bajar agrego casi en un susurro -Se ve muy joven, tómelo como un halago- y sin esperar respuesta termino de bajar y cerro la portezuela del auto, este arranco de inmediato por lo que Alexis no pudo notar el leve sonrojo que se produjo en el rostro de Cristian.
Por fin Alexis estaba en su habitación, se acostó en la cama, lo necesitaba, necesitaba pensar en su actitud con el taxista, el jamás había hecho algo parecido, incluso solía ser distante con las personas de su alrededor, pero ese tipo era diferente, sintió la necesidad de hacerlo enojar, y después de verlo sonreír, en ese momento sonó su celular
-Alexis Merton, Diga
-Hola hermano, ¿Ya llegaste? ¿Te falta mucho para que llegues al departamento? Yo ya tengo todo listo- Se escucho la voz cantarina de una joven
-Ya llegue, estoy en el Hotel San Reno-Contesto Alexis preparándose para lo peor
-¡¿Estas loco?!-Grito la joven
¡Oh si!, esa era Luz, su pequeña hermana menor, pero con el carácter de demonio, y con el don de ser la única de poder manipularlo a su antojo, pero aun así la quería demasiado, por eso se había alejado de ella, para que su vida no peligrara, pero ahora el trabajo le daba la posibilidad de estar con ella.
-Alex, guarda todas tus cosas y trae tu estúpido trasero aquí, ahora mismo- Grito Luz y colgó antes de que Alexis pudiera decir algo.
Dos horas después, la puerta del departamento de Luz se abrió y antes de que Alexis tocara, esa niña lo manejaba muy bien ante él apareció una joven de unos 15 años, bonita, de cabello negro, largo sujeto por un listón, ojos marrones, al ver a Alexis se abalanzó sobre el, enredando sus piernas en la cintura de este
-¡Que alegría!- Grito Luz besando las mejillas de Alexis
-Bájate de mi- Ordeno Alexis de manera seria, aunque ella sabia como era el en realidad
-Bueno ya voy- Luz se bajo de mala gana, ambos hermanos entraron al departamento y se acomodaron en la sala, aunque el departamento no era muy grande, tenia lo esencial como para que pudieran vivir dos o tres personas.
-Gracias por haber aceptado venir- Dijo sonriente Luz
-No tenia otra opción, ¿O si Luz?- A Alexis le encantaba molestar a su hermana
-Claro que no, además aun no entiendo por que no querías venir aquí, sabes que me encanta estar contigo, hace más de tres meses que no te veo
-Pero ya estoy aquí ¿No?
-¿No te vas a ir?- Pregunto Luz al borde de las lagrimas, después de lo ocurrido, se había vuelto muy dependiente de Alexis, pero hacia cinco años que él había decidido marcharse, visitándola de vez en cuando.
-No esta vez me quedo para siempre
-Promételo
-Lo prometo, por que ahora mi trabajo es de oficina, ya no iré en busca de delincuentes ellos llegaran a mi8, seré el responsable del banco de datos de la policía de la ciudad
Luz entrecerró los ojos, por fin entendía la decisión de su hermano y no le gustaba ni en lo mas mínimo.
-¿Aun piensas en venganza?- Pregunto Luz preocupada
-Ya sabes la repuesta
-Por favor Alexis, no sigas con esa estupidez
-¿Estupidez?- Grito Alexis- Estupidez es no hacer nada tras la muerte de papá y mamá- Tras esto corrió a encerrarse en la habitación que siempre ocupaba.
Luz suspiro, su hermano podría ser mayor pero parecía un pequeño niño, un niño malcriado, un niño perdido…
-Un niño lleno de tristeza y soledad- Susurro Luz acercándose a la puerta de la habitación de Alexis
-Alex… perdóname, no quise ofenderte
-No lo hiciste- Se escucho una voz desde adentro, Alexis estaba sentado recargado en la puerta- Pero comprende que no puedo permitir que el asesino de papá y mamá siga vivo, lo tengo que eliminar.
Los ojos de Luz se llenaron de lagrimas, cuando hablaba de esa manera le asustaba mucho.
-Entiendo lo que sientes, pero aun así no puedes matar a alguien
-Si puedo y lo hare
Entonces Luz tomo una decisión: ayudaría a su hermano
-Yo te ayudare
En ese momento la puerta de la habitación se abrió Alexis abrazo a Luz
-Jamás digas eso, tus manos no pueden tener la sangre de ese infeliz
Luz iba a protestar, pero algo en la mirada de Alexis se lo impidió
-Yo arreglare todo, lo prometo- Susurro Alexis
Luz se separo de el con una sonrisa
-Aunque hay algo que no entiendo… ¿Cómo lo encontraras? Solo sabes que tiene un tatuaje con la imagen del dije que traes
Alexis saco el dije tenia la forma de un estrella de David, poseía una inscripción que rezaba así:
“La vedetta è dolce come il zucchero”

-Lo encontrare, por eso estoy a cargo del banco de datos, el podrá correr y esconderse pero no escapara de mi, tarde o temprano lo encontrare- Alexis cerro los ojos al decir esta ultimas palabras

Por fin ha llegado a casa, hoy había sido un día terrible, sobre todo por que había regresado aquella sensación de vacio y no era para menos, hace 10 años que no recordaba quien era. Se metió a la regadera, el agua caliente sobre su cuerpo lo reconfortaba, en ese momento llego a su mente el rostro de una mujer, sonrió, sino fuera por ella el ya se hubiera muerto por la desesperación, pero ella le ayudo a superarlo, incluso le consiguió un empleo, era feliz a pesar de todo, salió del agua y comenzó a vestirse, en un movimiento vio en el espejo, en su espalda, aquella marca, la única señal que podía dar cuenta de su pasado: Una estrella de David con la inscripción:

“La vedetta è dolce come il zucchero”
(la venganza es dulce como el azúcar)
Notas finales: nos vemos...

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