Despierto y veo a mi lado su rostro apacible. Siento como su tranquila respiración choca contra mi cara, y el suave vaivén de su pecho mueve las sábanas. Es totalmente adictivo apreciar su rostro por la mañana.
Verle de esta manera se está convirtiendo en mi hobby diario. Cada mañana le observo en silencio, mientras él pasea por el feliz camino de los sueños. Ver su fino rostro alumbrado por los débiles rayos de la mañana es la escena que siempre quise ver al despertar. La luz del sol siempre le han hecho ver casi mágico y hermoso. A veces dudo de ser merecedor de tanta belleza.
Recuerdo entonces, como comenzó todo entre nosotros.
Al principio, sólo una tierna y normal amistad. Ambos nos entendíamos y nos queríamos a nuestra manera. El apoyo que siempre me entregó desde el comienzo, fue el pilar de todo lo que construimos después.
Yo era un simple extranjero en busca de reconocimiento en este enorme país. Sabía poco del idioma y mi comunicación no era lo más fluida que digamos. Él supo entenderme desde un principio. Sólo bastaban unas cuantas miradas para entendernos complemente. Y fue así como comenzó nuestra amistad.
Que luego fue cambiando.
En un principio creí que sólo era una fase de la amistad, en donde uno se vuelve más y más cercano a la otra persona. Pero luego entendí, que mis sentimientos no eran solamente de un amigo cualquiera. Heechul para mí se estaba convirtiendo en mi razón fundamental de vivir.
Cada vez que Super Junior realizaba un show en vivo, al cual yo no podía asistir por problemas de mi visa, mi estómago se contraía de preocupación. Alejarme de él era casi una tortura para mi mente. No poder deleitarme con su sonrisa y sus bromas era destructivo. Pero él se encargaba de llamarme y tranquilizarme, diciéndome que pronto volvería a mi lado para conversar y beber juntos.
Y fue en una de esas tantas juntas para beber, que dejé escapar todo lo que sentía, de una manera un tanto brusca.
Le besé.
Y ese fue el primer beso que dí con tanta pasión y desenfreno.
Sentía como el alcohol se apoderaba de mis sentidos, y la cordura se había ido a dar un gran y largo paseo por las calles de Seúl. Mientras que mi cuerpo se encargaba de hacer y deshacer con todo. Y una de las cosas que recuerdo haberme deshecho primero, fue la ropa de Heechul.
Sus prendas volaron por la habitación cual pájaros por la costa. Yo, por mi parte, no era dueño de mis actos, sólo me dejaba llevar por el calor que inundaba mi cuerpo.
Más de eso, no recuerdo en estos momentos. Estaba borracho, es obvio que todo sea una nube borrosa en mi mente. Pero lo que nunca pude olvidar, hasta el día de hoy, fue el rostro de satisfacción que me mostró. Sus ojos cerrados fuertemente debido al placer, su boca sonrojada y entreabierta debido a los besos, supongo yo, su frente sudorosa y los mechones de cabello pegados a ella. Era realmente una escena difícil de olvidar, ¿no es cierto?
Al día siguiente, recuerdo como nos despertamos con tremendo dolor de cabeza. Ambos desnudos y sin saber que habíamos hecho la noche anterior. Lo único que pude hacer en esos momentos, fue pedirle disculpas de lo que, supuse, había hecho. Heechul tan sólo cubrió su rostro con vergüenza, mientras yo me vestía apresuradamente, temiendo recibir el descargo de rabia de su parte. Pero lo único que hizo fue llorar. Lloró como nunca lo había visto. Ni siquiera cuando hablábamos de nuestras familias, había llorado de esa manera. Mi corazón se contrajo con dolor, ¿por qué lloraba? Aún no sé la verdadera razón, pero en ese tiempo, tan sólo me dijo que fue por no haberse controlado, por haber perdido la cabeza y haber hecho tal estupidez sin sentido.
Sin sentido.
Esas palabras calaron hondo en mi ser y en mi orgullo. Nunca estuve tan enojado como aquella vez. Heechul había herido mis sentimientos, sin querer, pero lo hizo. Y con toda la rabia que tenía en ese momento, me descargué totalmente en él.
Le saqué en cara lo que supuestamente había pasado la noche anterior.
Reitero, no recuerdo nada de lo que pasó esa noche, pero hice uso de toda mi imaginación para gritarle unas cuantas cosas. Le grité que había accedido gustoso a mis encantos. Que había gritado por más, y que incluso me había pedido que se repitiera todas las veces necesarias para satisfacer sus necesidades.
Acepto que fui realmente un idiota, una mugre de persona y un bastardo. Pero cuando había frenado en mi estupidez, quise pedirle disculpas por todo lo que había dicho, más no pude, debido a su golpe en mi rostro. La cachetada en sí, no me dolió tanto. Pero sus palabras fueron una daga filosa para mi corazón.
Te odio...
Fueron sus palabras. Palabras tan simples pero tan significativas. Hasta hoy en día nos pedimos disculpas mutuamente por aquella estupidez en donde los dos salimos dañados. Pero agradecemos eternamente que esa pelea haya sido el comienzo de la bella relación que llevamos ahora. Si no hubiera sido por aquella pasional y lujuriosa noche, no seríamos lo que somos ahora.
Una pareja.
Tal vez no la más feliz, estable y normal del mundo. Pero nos amamos, y con eso nos basta a los dos. Y digo poco estable, debido a cierta persona, muy amiga de nosotros.
Como me molesta la veces en que Heechul está obligado a mostrarse "cariñoso" con Siwon. Todo para satisfacer las mentes pervertidas de las fans.
Cada vez que Siwon tiene que abrazarle, rozarle o "besarle", hace que en mí aflore ese lado desconocido. Ese lado enojado y desagradable.
Sé que Siwon es mi amigo, sé que lo es suyo también, así que no debería preocuparme de esas cosas. Pero vamos, que los celos nunca han herido a nadie, al menos los celos normales no. Y menos van a herirle a Heechul, porque sé de sobra que adora sentirse el centro de atención. Ama que le miren y que se peleen por él. Es por eso que siempre hace a propósito sus escenas de "amor" con su "Simba". Todo para hacerme enojar, y para que después yo le reclame eso.
Como odio su sonrisita de triunfo al lograr su cometido. Pero que se le puede hacer, Kim Heechul es y será así por el resto de su vida.
Y me encantaría seguir pensando en lo hermoso y complicado que fue nuestro comienzo, pero noto que está despertando. Bostezando con total libertad y estirando sus brazos cual gaviota a punto de volar. Me queda observando unos momentos, tratando de despejar su adormilada mente y sonríe.
- Buenos días, Hannie - me dice con su dulce voz somnolienta.
Le respondo con un beso, acariciando con mi lengua todo el contorno de su boca. Vuelve a sonreír, pero ahora con más ganas.
-Te has levantado activo hoy, ¿no? - mi rostro se sonroja ante su comentario, él tan sólo vuelve a besarme.
Creo que esta mañana no será muy tranquila que digamos, pero no se la relataré. Al menos dejen que tengamos un poco de privacidad en nuestra relación.
Sólo les digo que, Heechul a hecho de mí, un total pervertido y adicto a su cuerpo.
Un adicto a su amor.