Estoy segura de poder haber podido ganar un premio a la cara mas impresionada del año, cuando Jorge me explicó cual era ese favor. Simplemente parpadeaba, intentando encontrar un sentido correcto a lo que significaban aquellas palabras que habían llegado a mi mente. No podía ser... La cabeza de Jorge estaba gacha, tapándole parcialmente la cara su melenita castaña, sé de sobra que le había costado mares decirme aquello.
_ ¿Porque? No lo entiendo..._ murmuré mas para mi misma que para él.
_ Sé que sale con esa chica forastera. No soy nadie para interponerme en una relación.
_ Pero él te quiere...
_ Y yo lo sé...Mira Ali, sé lo que se siente cuando la persona a la que quieres se marcha con otra y no me gustaría ser esa otra... Además ambos somos chicos, por si no lo has notado, y yo paso de prejuicios. Ahora lo único que quiero es centrarme en mis estudios y en mis amigos...
_ Eso quiere decir que lo de hoy...
_ Hoy no ha pasado nada y así quiero que siga siendo
_ ¿Que me estás pidiendo, Jorge? ¿Que le mienta a Saúl?¿Que niegue que le quieres?
_ No... sólo que no lo animes. Déjalo estar y nada más. Es mucho mejor para ambos.
Dio media vuelta y se fue, dejándome en la colchoneta en la cual me senté. Le seguí con la mirada y le vi divertirse con Jaime. Éste le había subido a sus hombros y Jorge le acariciada la cabeza recién rapada diciendo: "bola de cristal todo poderosa". Puede que tuviera razón, pensé en esos momentos, que no tuvieran clara su sexualidad ni sus sentimientos y que lo mejor era que cada uno siguiera su camino...
Esa noche apenas pude dormir imaginando con que cara debería mirar a Saúl a la mañana siguiente, no me veía capaz. En lo que llevábamos de curso me había ayudado muchísimo y ahora me sentía una hipócrita al saber que el único motivo de que ambos no fueran felices era por una estupidez como que Saúl saliera con una chica que no quería. Ese horroroso sentimiento se apoderó de mí y no quería soltarme. Quería decírselo, hablar con él...pero eso supondría fallarle a Jorge. Definitivamente me había puesto entre la espada y la pared.
Fue entonces, en ese instante en el que mi lucidez estaba de capa caída, en el que se me ocurrió que al igual que muchas personas narran sus vivencias a modo de relato yo también podría hacerlo con ellos dos. Sin embargo, yo era simplemente una lectora a escondidas de yaoi y ni siquiera me había animado a crear una cuenta, por lo que se quedó en mi mente como un charco reposado incluido en el espacio de ideas sin sentido.
La mañana llegó cuando apenas había dormido un par de horas y mi cuerpo y mi cabeza se resintieron, volviendo de nuevo al dilema de a cual de mis dos amigos debía traicionar.
Para no variar llegué tarde y la sonrisa con la que me recibió Saúl me dolió mucho más que la regañina del robot de matemáticas. Pronto comenzó a hablar conmigo y a hacer sus acostumbradas bromas y yo, sin ganas de jugar con su amistad, intentaba disimular haciendo los ejercicios de manera desanimada.
Fueron escasos los minutos que pasaron desde que empecé a hacerlo hasta que recibí la primera nota de Saúl. En ella me preguntaba que si me pasaba algo, que si había discutido con Desi o mi novio y que me desahogara con él. Segunda cuchillada que mi corazón recibía. Encima de estar ocultándole que lo de Jorge ya no tenía remedio, quería ser mi pañuelo como tantas otras veces y eso era algo que yo no quería ni iba a consentir.
Así que me decidí. Le contesté a la nota con una sencilla pregunta que para nada tenía que ver con lo que me había preguntado pero si con lo que me sucedía: "¿Has hablado con Jorge?"
Miré como una y otra vez leía y releía la dichosa nota y tras pensarlo mucho me contestó, pidiéndome que en religión me pusiera a su lado para hablar con él.
Pacientemente, así lo hice y a última hora, casi después de cinco clases que me pasaban tan despacio como caracoles, conseguí sentarme con él.
_ Si, he hablado con él_ comenzó a hablar sin mirarme y antes de que tuviera oportunidad de decir nada_ Y la verdad es que creo que tiene razón
_¡¡ ¿Qué?!!_ eso no podía estar pasando, estaba soñando seguro
_ Escúchame Ali. Sabes que lo quiero y mucho y sé que él también lo hace, pero por ahora ninguno de nosotros se ve capaz para llevar una relación gay. ¿Sabes lo que supondría para nosotros que la gente se enterase?
_ ¿Pero que mas os da la gente si vosotros sois felices?
_ Ali..._ dijo cogiéndome la mano y mirándome por fin_ Hazme caso, si se supiera se nos tacharía de algo que no somos. A mi, no me gustan los chicos, puede que atraerme sí, pero una tía me pone mas que un tío. Sin embargo, con Jorge es distinto y es lo que quiero saber si es que estoy confundido, o simplemente es una atracción. Es raro, lo sé, pero es así... Ambos perderíamos amigos y la gente nos trataría diferente. Prefiero no estar con Jorge a estarlo y estar mal.
_ Es que no lo entiendo_ dije ya medio encolerizada_ ¿Me estás diciendo que os queréis y por culpa de la gente no estáis juntos?
_ Esa es sólo una de las razones...
_ No lo entiendo..._ musitaba yo sin parar
_ No hace falta que lo entiendas, sólo que respetes nuestra decisión ¿vale?
Su decisión... si, era su relación, su vida, su decisión... Yo simplemente era una mera espectadora de ese relato yaoi que se había representado ante mis ojos. Debía respetarlo, tenía razón, mucha razón. Al fin y al cabo, tanto si salía mal como si salía bien ellos dos serían los que acarrearían con las consecuencias, cosa que yo, voluntariamente había hecho desde que todo eso comenzara... Maldita manía de implicarme en los problemas ajenos...
Ese día hice dos promesas: respetar la decisión de mis dos amigos e intentar olvidar lo que pudo ser y nunca sería. Una la cumplí, la otra, como podréis ver no la supe o no la quise llevar a cabo.
Así, los días fueron transcurriendo, lentos, hacia el final del curso. El baile fue un éxito, tanto que incluso llegamos a exponerlo delante de todo el instituto. Con el paso de las semanas comprendí, que la decisión había sido la correcta. Por un momento pensé que ese hecho, de robarse la oportunidad de estar juntos echaría a perder la amistad que habían cimentado, pero de nuevo me equivoqué. Seguían con sus juegos, insinuaciones, payasadas...seguían como siempre y eso me alegraba porque a pesar de todo eran felices.
Por lo que me contaba Saúl, continuaba con la chica de fuera y la veía en las visitas que le hacía casi todos los fines de semana. Incluso yo le ayudaba en los regalos de las fechas especiales, aunque nada me quitaba la impresión de que seguía su propio consejo de que un buen polvo era el regalo mejor que se podía hacer a una pareja.
Llegó el verano y con él las despedidas, los abrazos y las lágrimas mal disimuladas. Estaríamos dos meses sin vernos, esperando que el reparto de clases fuera benevolente y nos colocaran con nuestros mas allegados.
Ahora, en mi último curso de la secundaría sigo siendo la cría idiota y friki. Con Desi a mi izquierda, como siempre, aunque ahora no tengo a Saúl para soltar barbaridades. En su lugar está Blanca, que no soltamos barbaridades, pero es casi tan fanática del yaoi como yo (ya me encargué de que eso fuera así). Ahora, Jaime y Jorge siguen compartiendo mesa, juegos y por supuesto amistad. El cambio mas destacable para mí ha sido la falta de Saúl en la clase y por las conversaciones que he tenido con él, al pobre le pasa lo mismo.
Tengo que confesar que esta historia acababa aquí, con una breve reflexión de lo que la sociedad es capaz de hacerle al amor, pero ocurrió algo días atrás que le ha dado un giro radical e inesperado a la historia...