A veces, sinceramente, creo que soy masoquista, en el sentido mas estricto de la palabra. En estos momentos, la relación que mantengo con Jorge es un tanto caótica porque tan pronto me está mandando a la mierda como viene a bromear conmigo. Lo noto irascible, metido en su mundo, tanto que incluso Jaime, cuya atención es prácticamente absorbida por completo por Remedios, se ha dado cuenta de ello.
Quizás mi situación actual con él sea un poco culpa mía debido a mis insinuaciones sobre el fic que aquí, con este capítulo concluyo. La verdad es que desde que empecé a escribirlo, me moría de ganas de contárselo, pero el pequeño es de ese tipo de personas que nunca sabes como puede reaccionar, por lo que era arriesgarme una vez mas a perder su amistad, la cual, todo hay que decirlo, últimamente está demasiado resentida.
Ahora que veía próximo e incompleto el final de este fic, la necesidad de desahogo se hacían mas patente, hasta el punto de contárselo a Desi y de darle bastante información a Jaime. Este fic, poco a poco, capítulo a capítulo, en lugar de ser la liberación que había buscado, se convertía en una espina afilada que con saña taladraba mi corazón.
Por ello, hace cosa de una semana, me concedí el lujo de romper los lazos que me unían a una de las personas que mas apoyo me había brindado en el curso anterior: Saúl.
Creo que mi mente jamás será capaz de olvidar ese día. Estábamos en el recreo, resultado de la fusión de los otros dos del año pasado, cuando por casualidad pasé a la clase de enfrente, es decir, la de Saúl. Él estaba sentado en su mesa con un bolígrafo negro en la boca a modo de puro y escribía con uno azul rápidamente. Llevaba puesta esa sudadera verde (mi color favorito, rozando casi lo obsesivo), a rombos y me acerqué señalando que había acertado por completo con su vestimenta. Me sonrió, con esa sonrisa que mirase por donde se mirase, siempre tenía el toque pervertido que le caracterizaba.
Tomé asiento a su lado, mirando como seguía moviendo la mano sobre el folio sin parar
_ ¿Qué haces?_ le pregunté curiosa
_ Nada, es que tengo que entregar esta redacción de inglés para la siguiente hora, que si no la muy guarra no me sube la nota..._ dijo ofuscado
_ ¿Te ayudo?
_ No hace falta... ¿y Desi?
Sabía porque me preguntaba eso. Desde que Desi y yo lo habíamos aclarado todo, habíamos vuelto a estar unidas, por eso el hecho de que yo estuviera sola en un recreo debió entenderlo como que había problemas entre nosotras. Le contesté con una sonrisa y un pequeño apretón en su brazo izquierdo. Le conté como Desi estaba acabando un examen del cual yo ya había salido y la estaba esperando. Saúl me devolvió la sonrisa y siguió a lo suyo, invitándome de esa manera silenciosa a que le ayudara en su relato.
Ver como las palabras eran escritas por la tinta de su bolígrafo, al igual que ahora se forman con la del mío, me hizo sentir una especie de señal, una especie de empujón divino para que por fin esa dichosa espina fuera sacada de mi ser, a pesar de que luego hubiera la posibilidad de que dejara una herida sangrante.
Llamé su atención dándole un par de toquecitos con mi dedo índice en su hombro, poniendo la cara de niña buena que me sale cuando he hecho algo malo, cosa que a él le hizo desconfiar, aunque conseguí mi objetivo y fijó su mirada en mi.
_ Saúl... ¿Si te digo algo no te enfadas?_ cuestioné en voz bajita, esperando la respuesta como quien espera el impacto contra el suelo tras una caída.
_ ¿Qué has hecho ya?_ preguntó con la ceja levantada
_ Te lo cuento, pero no te puedes enfadar ¿vale?
_ Venga...cuéntamelo, que no me enfado...
_¿De verdad?¿Me lo juras?
_ Te lo juro..._ dijo pesadamente rodando los ojos marrones
_ Bueno, verás... es que yo escribo relatos...
_ ¿Ah, si? No lo sabía, pero... ¿Por qué me iba a enfadar yo por eso?
_ Porque los relatos son de temática yaoi. Para que tu me entiendas_ añadí al ver la cara de confusión que tenía_...relatos sobre relaciones homosexuales.
_ ¿Que has hecho Ali?
_ Perdóname, por favor. Es que no podía mas... Seguí sin entender el motivo por el cual Jorge y tú lo dejasteis y pensé que esa era una buena manera de poder desahogarme sin traicionaros a ninguno de los dos. Tranquilo, he cambiado los nombres de todos, por lo que no tienes de que preocuparte, nadie os reconocerá.
_ O sea, que se lo has enseñado a alguien...
_ lo he publicado en una página web de relatos, pero por favor, no te enfades
_ No me enfado...
_ Si, si lo haces y con razón. Joder, siempre hago lo mismo, siempre la cago..._ me estaba empezando a poner nerviosa y él no necesitó mucho para darse cuenta.
_ He dicho que no estoy enfadado, pero cómo sigas diciendo esas tonterías si que lo voya a hacer. Además ni yo, ni Jorge tenemos el derecho de criticarte, ni a enfadarnos contigo por lo que hayas hecho...
_ Claro que sí. Lo he contado todo Saúl, TODO
_ Aun así. Tu deberías ser la que se enfadara con nosotros...
_ ¿Qué idioteces estás diciendo?
_ Te mentimos. Ambos. Y aunque no me alegro de ello, lo volvería a hacer.
Le miré sin entender nada, ni palabra, a lo que Saúl suspiró y me acarició la cara, con los ojos cerrados, acercándose mas a mi, llenando la conversación de secretismo.
_ Ali, en realidad, Jorge y yo nunca lo dejamos. Acordamos ocultártelo, no por que no confiáramos en ti, si no porque no sabíamos si seríamos capaces de mantener la relación y no queríamos que nadie mas se viera influenciado con ello. Pensamos que lo mejor era llevarlo en secreto de ese modo si algo salía mal, los únicos que nos preocuparíamos seríamos nosotros y sería mucho mas sobrellevable. Sé que estuvo mal lo que hicimos, pero no se si de otro modo lo nuestro habría salido a flote.
_Pero tu ibas a visitar a la chica...
_ No, Ali, no. Yo a quien iba a ver era a Jorge y los regalos, las poesías...todo era para él. Siempre han sido para él...
_ ¿Eso significa...?
_ Si, seguimos juntos, desde ese día en el vestuario no nos hemos peleado ni una vez. Bueno, excepto una en la que casi se muere de celos..._ rió recordándolo_ Estoy muy feliz sabes...incluso me gustaría leer esa historia..._ añadió con una mirada pervertida
_ No quieras leerla..._ dije colorada como un tomate
_ ¿Tan fuerte es?
_ Os vi
_ ¿Como?
_ Cuando os acostasteis por primera vez en el aula meteora, se grabó en un video y sin querer lo vi, lo siento.
_ ¿Y te gustó lo que viste?_ preguntó poniendo su mano en mi muslo
_ Tío eres un cerdo...
_Lo sé... En fin, creo que lo mejor por tu seguridad y por a mía es que aquí la fierecilla de Jorge no se entere ni de lo del relato ni de que tu sabes lo nuestro.
_ Estoy totalmente de acuerdo y por cierto, felicidades.
_ Gracias... ven aquí tonta.
Me sentí tan a gusto entre sus brazos... De nuevo, después de tanto, volví a sentirme relajada con respecto a ese tema. Ya no me importaba lo del fic, ni que me hubieran mentido u ocultado lo suyo, sólo que estaban juntos, que estaban bien...
Esa tarde al salir a las dos y media para mi casa, no pude evitar sonreír. A lo lejos, en dirección a los autobuses iban Jorge y Saúl. Éste último le había pasado el brazo por los hombros al pequeño y le revolvía el pelo, esa melenita brillante tan característica de Jorge, mientras él se libraba del mayor de un empujón.
Supongo, que esto siempre será así. La historia interminable...y es que al fin y al cabo la vida es como una mala película romántica, ya sabéis: chico conoce a chico, chicos se enamoran, celos separan a los chicos, chicos se reconcilian...y la amiga de los chicos narra su historia en Internet.
Puede que no sea la típica historia...pero si es una de las más bonitas que conozco.