crea_ ¿Ves como no era tan difícil tonto?..._ y con esa sonrisa de superioridad adornando su rostro agarró de la nuca a Jorge y le besó...
Jorge abrió los ojos casi tanto como yo, debido a la sorpresa. Fue un beso casto, un simple roce de sus labios, pero capaz de sacar la mas amplia sonrisa del rostro de Saúl. Se separaron y Jorge empujó a su compañero con toda la fuerza que pudo haciendo que se tambaleara.
_¿Tu que te piensas Saúl? Eres un puto gilipollas a mi no vuelvas a hablarme ¡nunca!
Salió con paso decidido al patio que se encontraba al final del pasillo, dejando a Saúl, apoyado en la pared, temblando. Las ganas que tenía de salir y abrazarlo, consolarlo... eran terribles, pero si lo hacía ambos se enfadarían conmigo por mi falta de respeto.
Volvió con paso lento a la puerta de la clase, respiró y volvió a poner su típica sonrisa, entrando armando jaleo para variar. Esperé un par de minutos y pasé yo también.
A la vuelta de Jorge, la tensión era tan grande que se podría haber cortado con un cuchillo. Lo peor es que no podía ayudar a ninguno de los dos si no me lo contaban.
Pasó una semana entera sin que se hablaran entre ello y sin que me mencionaran el tema hasta que una clase de filosofía Saúl no pudo más. Se desahogó conmigo. Estuvimos conversando largo y tendido en clave, para que nadie excepto nosotros dos se enterase, cosa que facilitó mucho el hecho de que ese día estuviera sentado delante de mi.
Otra larga semana se nos fue y aun seguíamos liados con el baile de acrogimnasia y, además, teníamos que hacer un proyecto para la clase de Astronomía.
Consistía en realidad una maqueta de gran tamaño a escala del sistema planetario, para lo cual teníamos cuatro meses, imaginad la obra de ingeniería que allí se hacía. Esta clase era una optativa, por lo que tan solo estábamos ocho alumnos: Jaime, Desi, Blanca, Remedio, Mónica, Saúl, Jorge y yo.
No se muy bien como se lo montaba Jorge para evitar con tanta maestría al pobre de Saúl, pero la bendita suerte quiso que un día pasara un hecho muy inesperado que a Saúl le vino de perlas...
Esa clase estaba equipada con todas novedades del instituto, siendo la primera aula en tener ordenador propio totalmente equipado (MODEM incorporado, cámara Web y todas esas cosas tan "modernas" que tan mal se me dan), pecera, pizarra electrónica... un lujo vamos. Como era un aula rehabilitada estaban poniendo las verjas de las ventanas por lo que ahora estaban quitadas, mientras que nosotros estábamos en clase y por la tarde venían a restaurarlas.
Ese día y para estrenar la webcam, Blanca y yo estuvimos grabando a todos los del aula Meteora, trabajando en el peliagudo proyecto. En fin, la clase seguía su curso normal, cuando nuestro profesor recibió una llamada por la que debía marcharse por un asusto familiar. Como éramos pocos y confiaba en nosotros nos dio las llaves de clase para que al tocar el timbre las diéramos en conserjería.
No pasaron cinco minutos cuando todos empezaron a recoger para marcharse antes de lo previsto, todos excepto Saúl, Blanca, Jorge y yo. Las llaves me fueron entregadas a mí y con la excusa de evitar una bronca por parte del profesor por habernos ido antes me quedaría hasta la hora oficial de salida. Jorge ese día se quedaba a comer en mi casa, ya que debíamos ensayar y le era imposible venir desde su pueblo. Blanca se quedó por petición mía ya que volvíamos juntas a casa, puesto que es mi vecina. Saúl por motivos que ya comprenderéis no se fue tampoco.
El silencio reinaba en al amplia aula mientras nosotros seguimos con nuestro trabajo. Las mochilas estaban recogidas y solo debíamos coger los abrigos para marcharnos, cosa que Blanca y yo hicimos rápidas como el rayo, dejando a Jorge y Saúl encerrados tal y como había planeado con el mayor...
Pasaron unas dos horas desde que vi a la "parejita" y Jorge llamaba a mi casa colorado como un tomate, no se sabía muy bien si de rabia, ira o vergüenza.
Pasó como Pedro por su casa, debido a que mi madre estaba trabajando y mi piso era todo nuestro y tiró la cartera en el suelo.
_ Eres una zorra
No me lo tome a mal. La verdad es que siempre nos estábamos insultando, era nuestra manera de decir "tienes mi atención", además de que la sonrisa boba que mostraban sus labios no concordaba nada con esa frase. Fuimos hacia la cocina para empezar a comer y noté que andaba algo raro.
_ ¿Jorge porque andas así?
_ Pues porque..._ guardó unos segundos silencio_ porque como cierta personilla nos ha encerrado con llave hemos tenido que saltar por la ventana.
La tarde transcurrió bastante bien, exceptuando el dolor de Jorge que apenas le dejó bailar...
A la mañana siguiente a primera nos tocaba Astronomía. El par de dos ahora se hablaba, pero lo hacían con poca confianza, como quien habla con alguien que se acaba de conocer. Por petición de nuestro profesor, todos accedimos a hacernos una foto grupal de recuerdo de ese curso académico y yo me ofrecí voluntaria de preparar la cámara Web para, después de haber puesto el temporizador, hacerme la foto junto a todos.
Por error, en lugar de las opciones me metí en los archivos de videos almacenados y le di al último ya que no me sonaba. Mostraba como todos nos habíamos ido y Saúl y Jorge se quedaron encerrados. Sin pararme a verlo, abrí mi cuenta de correo electrónico y me lo mandé a mi misma a otra cuenta también de mi propiedad. Tuve el tiempo justo de borrarlo completamente del sistema antes de que viniera el profesor para ayudarme a programarlo todo para hacer la fotografía.
Esa mañana se me pasó terriblemente lento. No le comenté a nadie lo del video y cuando llegué a casa lo primero que hice fue encender mi ordenador para ver ese correo. Quería ver al reconciliación de mis dos amigos...pero fue mucho mas lo que allí encontré...