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Emparejados por Tsubasa

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Notas del capitulo:

Aquí estoy yo de nuevo, con el 2ª capítulo!!!

Un detalle de este capítulo y los siguientes: se que dije que iban a ser una serie de one-shots, pero este es una especie de experimento que inicie con otra serie de one-shots q publique en otra pagina. Aunque pueden leerse separados, sin que altere la trama en general, todos los capitulos juntos, forman una gran historia y se pueden leer de ambas maneras, como one-shos o como una única historia general.

Son locuras mias, pero quise repetir esta formula para "Emparejados" ^^U

Pasando de los detalles tecnicos, la 2ª pareja en competencia es otra de mis favoritas, pero que muchos me quedaran mirando con cara rara en cuanto lo anuncie: Kisame e Itachi.

Adoro a esta pareja, y se que muchos fanaticos de Uchiha-seme van a querer hacerme vudu, pero mejor lean, que este Itachi es cualquier cosa menos un adorable ukecín XDDD.

Basta de chacharra, aquí esta el capítulo ^^

Y antes de que se me olvide, Naruto no me pertenece, ni tampoco alguno de sus personajes, aunque estoy en tramitaión con Kishimoto haber si al menos me deja alguno de los derechos de algun miembro de Akatsuki

Gracias a ei-chan, kususana, icegirl y may_tsunade8, a quien les dedico ese capítulo ^^

Se tiro sobre su cama sin ninguna gracia.

Estaba hastiado de tanto aburrimiento.

No habían misiones, no habían jinchuurikis que sellar, no habían aldeas que quemar, ni un tonto hermano menor cerca para torturar y traumar de por vida. La última vez que estuvo tan aburrido, mato a su mejor amigo, consiguió el Mangekyou Sharingan, asesino a todo su clan, dejo a Sasuke con secuelas mentales de por vida y se unió a una pandilla de frikis con capas y bonitos gorros de paja, con la esperanza de que las actividades del grupo y los eventuales encuentros con su hermano pudieran llenarlo de constantes e interesantes actividades mentales.

Pero no había nada que hacer. El Líder estaba cruzando por una seria depresión después que se le inflamo la oreja izquierda y tuviera que sacarse por un tiempo todos los piercings que tenía ahí. Se había vuelto paranoico, introvertido y agorafóbico, se negaba completamente a salir de su oficina, donde pasaba la mayor parte del tiempo en posición fetal, chupándose el dedo.

Ni siquiera Konan, la única chica del grupo, y la más cercana a él, había podido hacer nada para sacarlo de esa penosa situación.

Tampoco estaba Deidara, a quien en uno de sus pocos momentos de cordura, el Líder lo había mandado junto con Tobi a buscar un jinchuuriki al país del Outo, por lo que no podía llevar a cabo su plan de “5 pasos para violar y hacerse con la virginidad del rubio más apetecible del Akatsuki, organización criminal sin fines de lucro”.

En cuento a los otros Akatsukis, Hidan y Kakuzu estaban discutiendo en la habitación del segundo desde hace una hora, por el presupuesto para la tintorería. En parte, el albino tenía razón; si gastaran un poco más en la limpieza de la ropa, harían un mejor trabajo limpiando las molestas manchas de sangre de sus capas, que solía meterse entre las fibras, y al pasar el tiempo, atraían muchas moscas. ¿Cómo iban a realizar sus acciones criminales en secreto, si tenían a todos los bichos del país del Fuego atrás suyo? Pero Kakuzu era Kakuzu, y contra eso no se podía hacer nada.

Sasori estaba en su habitación también, haciendo una marioneta con el gato de Tobi, en venganza de que este se haya llevado a Deidara. Se maldijo porque este se le hubiera adelantado; ese gato hubiera sufrido como nunca en su felina vida.

¿Y Zetsu? Zetsu, como de costumbre, cada día, de15:35 a 17:12, estaba vegetando en el invernadero ¿Y desde cuando tenían un invernadero? Desde que la novia de Zetsu lo amenazo con dejarlo, si no aceptaba a que su familia viniera a vivir con ellos, según lo que les contó él. Sin preguntarle nada, el Líder acepto, especialmente después de que este le dijera, que si se negaba, tendría que hablarlo personalmente con su novia.

 

Se quedo quieto mirando el techo de su habitación, recostado horizontalmente en su lecho. No tenía activado el Sharingan, algo que solo hacia cuando estaba pensando profundamente, perdiéndose en la concentración, haciendo que sus ojos volvieran a su negro original.

Sentía que se había olvidado de algo, pero… ¿Qué podría ser para causarle este malestar?

¿Capturar un jinchuuriki? No tenía idea donde había uno

¿Alimentar a los cuervos? Ya lo había hecho.

¿Quemar una aldea? No había ninguna importante que atacar.

¿Hacer su mala acción del día? Había quemado a propósito los huevos de Hidan en el desayuno y había cambiado el lustrador de muebles de Sasori por miel de alerce. Y cuando lo mandaron a comprar arroz, le robo su paleta a un niño.

¿Limpiar el baño? Esa semana le tocaba a Kakuzu.

¿Hacer la cena? Los martes le tocaba a Zetsu.

¿Visitar a Sasuke y torturarlo llamándolo “emo”, “tonto hermano menor” y “culo gordo”? Ya le había hecho su visita mensual, y le había dicho eso, entre otras cosas, especialmente “culo gordo”; el disfraz de Halloween que usaba era un atentado terrorista contra la moda. Aunque eso no se lo podía recriminar; tanto tiempo con Orochimaru habían hecho que se le pegara su mal gusto, no entendía su nueva fascinación por el negro (que lo hacía ver más emo de lo que ya era), cuando el azul le quedaba tan bien.

 

Azul… azul… azul............................................................

....................................................................................

...................................................................................

!

Se había olvidado del chico-tiburón.

Se pregunto en donde estaba, no lo había visto en todo el día, desde el desayuno, donde después de comer su cereal de Bob Esponja, había desaparecido. O Itachi no le había puesto atención a su presencia en todo el día, hundiéndose en su pozo personal de aburrimiento, que venia a ser lo mismo.

Posiblemente estuviera en su habitación, limpiando los trozos de carne que se quedaban entre las escamas de Samehada, o revisando la lista de especies marinas en extinción o algo así, pensaba Itachi. Bueno, podía ir a su habitación, y burlarse de él por ser azul o tener escamas. Eso siempre lo divertía.

Con esto en mente, se levanto bastante animado, dirigiéndose hacia la habitación de su compañero.

 

Iba a abrir la puerta, cuando escucho unos extraños ruidos del otro lado. Pego suavemente su oreja a la puerta, para escuchar con más claridad, y que el otro no lo descubriera. Parecían jadeos, como cuando uno hace mucho ejercicio y termina cansado. ¿Kisame se estaba entrenando acaso? ¿Y no lo había llamado para que le diera una paliza? Que hombre tan egoísta. Él muriendo de aburrimiento en su habitación, mientras el señor Itachi-deja-de-burlarte-de-mi se entrenaba para hacerse más fuerte que él (cosa que jamás, jamás en la vida conseguirá, nunca, nunca, porque él era Uchiha Itachi, el hombre más atractivo, inteligente, sexy y fuerte que pudieras encontrarte jamás. Si es Uchiha, es bueno)

Iba entrar a reclamarle su falta de consideración, cuando escucho como los jadeos aumentaban su volumen y su ritmo. Y no sólo eso, el sonido se volvía más… ¿placentero?

Además, le parecía haber escuchado un sonido similar antes. Empezó a rememorar, hasta su más tierna infancia…

 

Se podía ver a si mismo, una miniatura del maravilloso hombre que era ahora, midiendo menos de un metro, con ojos grandes y negros, que hacia que los ojos de los que lo miraran se trasformaran en corazoncitos.

Pues ahí estaba, aquel adorable Itachi, acostado en su camita, soñando con querubines que volaban a su alrededor, mientras él los iba atravesando con kunais, cuando despertó sobresaltado.

Podía escuchar un extraño ruido, que inundaba la gran mansión. Tomo su osito, y corrió a la habitación de sus padres a avisarles, pero cuando llego, se dio cuenta de algo horrible: el sonido venía de la habitación de sus padres. Atemorizado, se dio cuenta que era la voz de su madre la que escuchaba, jadeando y gritando a todo pulmón. El pequeño Itachi estaba aterrorizado ¿Qué hacia que su madre gritara de esa forma? ¿La estarían atacando? ¿Estaría herida, tirada en el suelo, en un charco de su propia sangre? ¿Lloraría, sujetándose a las piernas de su malhechor, suplicándole clemencia, mientras este retorcía su espada entre sus entrañas? Estas y muchas más horribles posibilidades cruzaron por la mente del pequeño Itachi, que se apresuro a abrir la puerta corrediza. La escena que vio fue, cuanto menos curiosa, para su pequeña mente de infante: la televisión de la habitación de sus padres estaba encendida, y se podía ver a una linda señorita de grandes pechos sentada encima de un hombre negro muy alto, con gran parte del cuerpo chorreada de una sustancia blanca y de aspecto pegajoso; en la cama, estaban su padre y su madre, ambos desnudos, y en una posición similar a la señorita de la televisión, pero sin esa sustancia de aspecto tan poco higiénico encima; a un lado de la cama, vio la videocámara de la familia, y por la parpadeante luz roja, dedujo que estaba grabando.

Lo siguiente que sucedió fue mucho más bizarro: su padre se levanto, y cerró la puerta de un empujón. Cinco minutos después, Itachi estaba en la habitación de sus padres, sentado sobre su cama, mientras estos le contaban una extraña historia sobre flores, semillas y abejas que no entendió mucho. Se dio cuenta de que ya no estaba la cámara y habían apagado la televisión. Era una pena, a él le había agradado la linda señorita, y quería saber como terminaba la película, pero cuando se lo comento a su padre, se le encendió la cara y lo mando a su cuarto, diciéndole que esas cosas no eran para un niño de su edad.

En la soledad de su habitación, se puso a pensar en lo que había pasado y termino concluyendo que: la película era de miedo, y por eso la señorita estaba gritando. Posiblemente el hombre negro que aparecía era el malo que estaba haciendo gritar a la pobre señorita. Su madre se asusto con la película y se abrazo a su padre para que no le diera más miedo. Además, a él no le permitían ver esas películas, porque le daban pesadillas. Sonrió al pensar en que sus padres se preocuparan tanto por él, y en lo miedosa que podía ser su madre.

Tiempo después, se olvido del asunto, ya que la noticia de que esperaba un hermanito lo lleno de felicidad, y no tuvo pensamiento para ninguna otra cosa durante los siguientes nueve meses.

 

Claro, pasados algunos años, entendió que la pelí era una porno y que sus padres se la estaban montando mientras él dormía, y que los muy guarros se estaban grabando, tal vez para verse en secciones posteriores. Se alegro de no haberlo entendido en esa ocasión, no quería pensar en la cuenta del psicólogo que se hubieran gastado de haber sido así.

Sí, los jadeos de Kisame se parecían a los de su madre en esa ocasión. No era posible que hubiera traído una mujer ahí, por lo que dedujo que debía estar solo.

Suspiro, no se creía que Kisame usara su tiempo libre para esas cosas, en vez de para cosas productivas, como entrenarse o pintarle las uñas de los pies.

Iba a entrar, para echarle en cara lo pervertido e inútil que era y poder usar a futuro eso para seguir molestándolo y riéndose de él, cuando un nombre, escondido entre jadeos y gemidos de placer, lo dejo paralizado:

 

-Ahhnn…Ahn...Ita…Itachi…ahhnn…

 

Debió haber escuchado mal. No podía ser así. No podía ser que Kisame se excitara, mientras… pronunciaba su nombre. Sus mejillas se encendieron, y él las cubrió con sus manos, como si con eso pudiera ocultarlo. No entendía porque se avergonzaba de esa forma, mientras seguía escuchando los jadeos de Kisame, cada vez más altos y rápidos, como si estuviera a punto de darle un ataque cardiaco. Estaba a punto de terminar.

Se asusto ante la posibilidad de escuchar cuando llegara a la cumbre del placer, y aun más, cuando se dio cuanta de como su corazón se aceleraba ante la mera idea. Puso una de sus manos sobre este, como si quisiera contenerlo, como si temiera que la persona tras esa puerta pudiera escuchar los fuertes latidos que se desprendían de su pecho.

 

Menos de un minuto después, Kisame dio un último grito ahogado, y guardo silencio. Ya había terminado, y ahora descansaba, pero había logrado despertar una parte del cuerpo del dueño del Sharingan sin saberlo.

 

Itachi corrió a su habitación, y se encerró en ella. No podía permitir que lo vieran así, se burlarían de él y quedaría como un tonto y un pervertido ¡Mira que empalmarse con los jadeos de Kisame a través de la puerta! …No, era demasiado humillante, tan solo pensarlo lo hacia sentirse muy mal.

Tenía la cara cubierta por sus manos. Las separo un poco, sólo para ver la pronunciada erección entre sus piernas

¡No, no, no, no, no! ¡Era demasiado humillante! ¡Los demás miembros de Akatsuki se estarían burlando de él para siempre si lo descubrían así! ¡El Gran Uchiha Itachi, el Uchiha Itachi frió y sin sentimientos, excitándose por los jadeos de un pez! ¡Que lindo sonaba!

Debía bajarla como fuera. Las duchas se encontraban al final del pasillo, y para llegar hasta ellas tenía que pasar al lado de la habitación de Kakuzu (donde estaban en ese momento el cadáver resucitado y el rarito inmortal) y de la de Kisame…

Definitivamente, esa NO era una BUENA opción.

Volvió a bajar la vista y suspiro. Tendría que hacerlo a mano.

 

Limpió con cuidado cualquier evidencia. No podía permitir que lo descubrieran, quien sabe las burlas que le caerían de ser así. Especialmente de parte de Itachi… mejor ni pensarlo, si Itachi se llegaba a enterar, no sólo se burlaría de él hasta el fin del Universo, sino que también conseguiría una orden judicial para evitar que se le acercara a menos de diez metros, después de torturar al juez con su Mangekyou.

No quería eso, no quería que Itachi se alejara de él. A pesar de que sus sentimientos nunca iban a llegar a él, no le importaba; con estar a su lado era suficiente, con asimilar su presencia suyo, le bastaba, porque sabía que no podía pedir nada más.

Itachi era como un sueño, frío y hermoso, intocable para alguien como él. Nunca le había importado su aspecto, incluso se enorgullecía de él, por el temor que su simple presencia causaba en sus enemigos. Pero desde que lo había conocido, algo en él cambio; su aspecto feroz, que antes le enorgullecía, ahora era una razón más que lo alejaba de su amado Itachi.

Al menos en la soledad de su cuarto, podía fantasear con él, hacerlo suyo en sueños, y escucharlo muchas veces, respondiendo a su amor. Era un regalo que se daba a si mismo, porque estaba completamente seguro que primero el cielo se caería, antes de que Uchiha Itachi sintiera cualquier mínima atracción hacia él.

 

Suspiro cansado, más por los pensamientos deprimentes que cruzaron su cabeza, que por la reciente sesión de auto-satisfacción.

Unido a su falta de atractivo físico convencional, había que agregarle la frialdad y antipatía natural que tenía Itachi hacia todo elemento vivo sobre la Tierra

Y ahora que lo pensaba, se pregunto donde estaría el Uchiha; había estado la mayor parte del día completamente ido, sin emociones, producto de la falta de actividad, consecuencia de la depresión que estaba cursando el Líder.

Pobre Líder, debía estar pasando un terrible momento. Lo compadecía.

También compadeció a Itachi, que cuando no tenía a nada, ni a nadie cerca para torturar, quemar, descuartizar o destruir, se aburría muy fácilmente. Tal vez una visita, aunque sea para que se burlara de él o para entrenar y dejar que le diera una paliza, le ayudaría. Sabía lo masoquistas que eran sus intenciones, pero cuando se trataba de Itachi, un poco de orgullo menos, un poco de dolor más, no era nada para él.

No era Hidan, pero no dejaba de rezarle a cualquier dios existente, para se compadeciera de aquel pobre fish-boy.

 

Iba a tocar la puerta, cuando un ruido de adentro de la habitación lo paralizo.

¡Oh, Dios, el Señor de corazón congelado, con hielo y hiel en las venas también tenía sus tiernos instintos carnales activos y despiertos! Y bastante activos, según lo que podía escuchar. A pesar de haber terminado hace nada, sentía como se le volvía a levantar, lista y preparada para la acción. Su imaginación ya empezaba a jugarle malas bromas, con imágenes de Itachi desnudo sobre su cama, con las piernas abiertas y las mejillas sonrojadas, mientras era embestido una y otra vez en esa cavidad deliciosa por el hombre, cuyo nombre escapaba entre gemidos de esos labios sensuales y carnosos:

 

-Ki…Kisame…ahh…aaahhh…AAHHH…aahh

 

………………………………………………………………………………¿eh?

 

Sus oídos, en confabulación con su calenturienta mente le estaban jugando una mala broma, una muy mala broma. Era imposible que Itachi hubiera dicho su nombre mientras se masturbaba. Completamente imposible. Pero, tirando cualquier rastro de racionalidad de su marina cabeza, la voz de Itachi, llena de vergonzoso placer, llego a sus oídos, fuerte y clara:

 

-Aahh…aaahhh…Kisame…ahh…

 

Se llevo las manos a la cara para intentar detener aquella poderosa hemorragia nasal y evitar morir desangrado. Tuvo que juntar toda su fuerza de voluntad para evitar abrir la puerta, y hacer realidad sus más sucias fantasías, y echar a correr a toda velocidad a darse una ducha de agua fría.

 

Sonrió divertido al escuchar la rápida carrera en dirección a los baños. Eso le enseñaría a no escuchar detrás de las puertas. Pero debía terminar rápido, antes de que volviera; termino rápido el trabajo manual y limpió todo, sin dejar el más mínimo rastro de evidencias. Arreglo sus ropas con precaución, y una sonrisa de oreja a oreja, mientras salía de la habitación, tan feliz, que no vio venir nada, hasta que estuvo en el suelo.

¿Quién había sido el idiota que lo había botado? Iba a decirle una o dos cosas, cuando vio el rostro azul, de mejillas sonrojadas encima suyo, provocando que también sus mejillas se sonrojaran por la cercanía y la comprometedora posición en la que habían quedado.

Pasaban los minutos y ni uno de los dos había hecho movimiento alguno, ni había dicho nada, hasta que Itachi, entrando finalmente en razón, puso tímidamente su mano en el pecho de Kisame y empujándolo, lo apartó de él.

 

-¿Estás bien… Itachi-san?

 

-Sí…

 

Ambos hablaban de forma entrecortada, como si les faltara el aire. Un incomodo silencio se planteó entre ellos, que fue roto finalmente por Kisame.

 

-Bueno, venía a preguntarte si te interesaba entrenar un rato conmigo… para matar el aburrimiento, digo.

 

Itachi se quedo callado, como pensándolo, antes de afirmar con la cabeza, aun con las mejillas sonrojadas.

 

Ese día, las cosas mejoraron un poco en la Akatsuki-cueva, al menos el Líder tuvo que levantarse de su letargo para organizar las provisiones y salidas de emergencia después de enterarse que Itachi había mostrado COMPASIÓN y había dejado que Kisame le ganara en el entrenamiento, por lo que debía dejar todo listo pronto para la llegada del Apocalipsis.

 

-No es para tanto ¬/¬… -decía Itachi, observando el caos en que estaba sumido el lugar.

 

-Jejejej ^^U, bueno… al menos el Líder ya esta mejor y pronto volveremos a tener misiones… tanto tiempo libre se estaba tornando muy aburrido; demasiado tiempo y muy pocas cosas para aprovecharlo.

 

Itachi no le respondió, pero una diminuta sonrisa de autosuficiencia se dibujo en su rostro.

 

-Aunque… estar aburrido, no siempre es algo inútil. A veces… uno descubre cosas interesantes de si mismo y de otros cuando no tiene nada que hacer.

 

Kisame lo miro sorprendido, pero Itachi se limito a dirigirle una sonrisa cómplice; Kisame abrió aun más los ojos, pero finalmente, le devolvió la sonrisa.

 

-Tienes mucha razón, Itachi-san.

Notas finales:

Después de pensarlo bien, voy a subir un capítulo promedio a la semana, cerca del fin de semana que es cuando tengo más tiempo libre.

Como ya dije antes, serán 4 historias, y tal vez un epilogo, aunque aun me lo estoy pensando, que quisiera poner lemon, pero nunca me han salido muy buenos ^^U, si alguien me lo pide, lo intentare, aunque por mientras no hay nada seguro.

Antes de desaparecer entre las sombras, dejo un regalo a todos los que se hicieron del tiempo y la paciencia para llegar hasta aquí:

http://fc04.deviantart.com/fs12/i/2006/260/f/0/When_Kisame_Means_Hug____by_whitekitsunejugi.png

http://fc04.deviantart.com/images3/i/2004/175/6/c/Naruto___Kisame__Koi__.jpg

http://fc03.deviantart.com/images3/i/2004/176/f/0/Kisame__s_a_sleep_biter.jpg

Saludos y cuidense ^o^


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