Jamás le había gustado salir, y menos a ese tipo de lugares, pero algo en su interior gritaba que tenía que estar allí en ese lugar y a esa hora, la música retumbante lo dejo sordo al poco rato de llegar, las luces parpadeaban al son de la música, era como una lluvia de colores fluorescentes que enajenaban los sentidos. Todo esto lo dejo absorto durante una hora por los menos, se alejo lo mas posible del gentío y se sentó en una mesa que estaba en un rincón, solo como siempre.
Se podía ver perfectamente la pista de baile, la gente bailaba como poseída, dejando que sus cuerpos se movieran a su libre antojo, el sudor brillaba en su piel como su fuera diamantina, besos ardientes, jadeos, pieles unidas, saliva, el ambiente era demasiado para estar solo…
Fue asi que algo comenzó a llamar mi atención, el brillo de un chaleco y un pantalón de piel me cegaron por unos segundos, no podía ver el rostro de el cuerpo perfecto que se mecía con cada sonido, sus caderas iban y venían con un movimiento tan intimo que hizo que mi cuerpo deseara aproximarse y pegarse lo mas posible a él. Cada nuevo movimiento maravillaba tanto como el pasado, por fin vi el rostro, divino, tenia los ojos entrecerrados, la boca abierta y con una expresión de autentica sexualidad, la piel a perlada de sudor, era el hombre mas bello que jamás hubiese visto, había algo familiar, algo en la forma de su cuerpo tan perfecto, tan ágil que negaba totalmente cualquier paso del tiempo, era un Dios y no solo él lo noto, hicieron un circulo alrededor de aquel Dios y todos parecían estar bajo el hechizo de aquel cuerpo que se movía cada vez mas sensual y libremente dejándolos a todos con una carga de excitación demasiado fuerte, todos y cada uno de los que admiraban sus movimientos deseaban tocarlo, besarlo, poseerlo.
Fue entonces que aquel Dios poso su mirada en aquel chico que estaba tan lejos de todos, no dejo de mirarlo nunca mientras bailaba, cada movimiento parecía ser una invitación, una propuesta para que se acercara, pero él no lo hizo, solo lo miro poseído y deseoso e hacerlo suyo.
Ese Dios siguió moviéndose, las luces iluminaban cada parte de su cuerpo perfectamente un hombre alto se acerco a él por detrás y con su mano lo acerco a su cuerpo, el rubio sintió ese fuerte cuerpo y comenzó a moverse con mas sensualidad dejándolos a todos sin aliento, pero en ningún momento dejo de ver al solitario chico que lo miraba a través de sus peculiares lentes, el rubio sonreía de manera lasciva mientras el hombre alto trataba de no perder el control con sus movimientos, bailaron durante minutos eternos, el rubio se había volteado para quedar enfrente del aquel fuerte hombre que lo envolvía con sus enormes brazos, abrió la boca y la acerco a escasos milímetros de la boca del otro, pero no lo beso, asi estuvo durante breves segundos y después volteo a ver a su espectador numero uno quien ya había encendido un cigarrillo y lo miraba atentamente, y sonrió cínicamente, se separo del cuerpo de ese hombre y la música se detuvo. Todo quedó a oscuras mientras una fuerte voz se escucho en el recinto.
-¡Mello!, grito un hombre desde la cabina del DJ.
Mello respiraba agitado mientras miraba por ultima vez a ese solitario chico y se fue.