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De ti aprendió mi corazón. por sinyerel

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Notas del capitulo:

Y aquí está por fin el epílogo o el capítlo adiccional que prometí. Se que llega con bastante retraso, pero los exámenes de la universidad no han dejado ni un minuto libre y tampoco quería subirlo hasta que la página se encontrara más estable. ;D

TONIGHT I WANNA CRY. 

I've never been the kind to ever let my feelings show.

And I thought that being strong meant never losing your self-control.

But I'm just drunk enough to let go of my pain.

To hell with my pride, let it fall like rain from my eyes.

Tonight I wanna cry. 

“Tonight I wanna cry” Keith Urban. 

Gritos, exclamaciones de incredulidad, inversores que venden a precios irrisorios acciones de Kaiba Corp que hasta hace pocos días valían el triple, balances que no cuadran, cuentas negativas, deudas sin pagar, proveedores furiosos echados a patadas de mi despacho, reuniones que nunca llegan a efectuarse, clientes que juran no volver a necesitar los servicios que mi empresa les ofrece, caras sorprendidas, furiosas, irónicas, murmullos de desconfianza susurrados entre pasillos con malicia, con preocupación, con burla. Y a mi me da igual.

 

Mi cara, el logo mi empresa o el majestuoso edificio de Kaiba Corp ocupando las portadas de todos lo periódicos de Japón, de Asia, de todo el mundo. Reportajes llenando de verdades y mentiras las televisiones, entrevistas con empleados más que dispuestos a venderse por contar los secretos más íntimos de todo cuanto ocurre en las oficinas, exclusivas de amantes despechados que ven la oportunidad de vengarse después de haber sido tratados con desprecio, como el juguete que siempre han sido.  Palabras de quiebra, del fin de un imperio, de miles de trabajadores afectados, de una crisis sin precedentes. Y a mi me da igual.

 

Los golpes de mi hermano en la puerta de mi despacho, de mi habitación. Sus lágrimas de desesperación al intentar que entre en razón, sus palabras de consuelo, de ánimo, de enfado por no hacer nada por todo aquello por lo que he luchado, por todo aquello que tanto me ha costado conseguir durante todos estos años. La decepción que me muestran sus ojos cuando ni siquiera le contesto, le miro, le escucho. Y a mi me da igual.

 

El reflejo que de mí mismo observo en el espejo. Las ojeras que adornan mis ojos vacíos y perdidos, la barba descuidada de días sin afeitar, la ropa descolocada y arrugada desde hace una semana, o dos, o un mes, ya no lo sé. El temblor de mis manos, mi fétido aliento apestando a alcohol, el dolor de cabeza que nunca se va. Y a mi me da igual. 

Ya nada me importa. Ya nada me afecta. Él se ha ido para no volver jamás, yo mismo le dije que se marchara en vez de caer de rodillas y suplicar que se no se fuera de mi lado. Fui yo el que le expulsó de mi vida con mentiras, haciéndole más daño del que pudo soportar. Fui yo el que antepuso mi empresa y orgullo a su felicidad, aun después de prometérselo, aún a pesar de que su sonrisa era lo único que me hacía continuar al frente de todo este imperio. Porque yo era un CEO después de todo, un joven inteligente y atractivo que tenía el poder suficiente para hacer lo que quisiera. Tenía que ser el mejor en todo, mis negocios incluían tratos con empresas internacionales, mis acciones eran las más cotizadas, y en mi cama entraban los amantes más hermosos del mundo.

Pero tan inteligente como era y no me di cuenta de lo más importante, de eso que hace desmoronarse imperios enteros: el poder corrompe. El poder te ciega, siempre quieres más y más, nunca tienes suficiente, sientes que todo te pertenece, que todos te adoran y besan tus pies, porque tu eres el amo del mundo, puedes hundir empresas con un solo chasquido de tus dedos o elevar sus beneficios con la misma facilidad. Pero también te hace olvidar aquello que de verdad te importa, eso por lo que luchaste antes de tener todo ese poder, eso que te apoyó cuando nadie daba un duro por un arrogante y orgulloso joven con un coeficiente intelectual más alto de lo normal.

¿Y por qué entonces no te levantas de ese sillón y sales a buscarle? ¿por qué no suplicas por su amor, por una segunda oportunidad? ¿por qué sigues aislado en tu despacho mientras te pudres en tu miseria, esa que solo tú te has buscado? Son las preguntas que mi prodigiosa mente no deja de incitar, como si se regocijara en mi dolor, riéndose de mi cobardía, del miserable ser en el que me he convertido. Pero ya es tarde, repito una y otra vez, ya es tarde para cambiar las cosas, para pedir un perdón que no merezco. Porque pude elegir y me equivoqué, y cuando pude rectificar volví a equivocarme de elección. Porque elegí mi orgullo a su felicidad, y cuando se fue le dejé marchar…

Por eso ya nada me importa, por eso me encierro en mi mundo y no dejo que nadie ni  nada ocupe mis pensamientos. Pero los golpes en la puerta no cesan, y todo a mi alrededor parece envuelto en una extraña bruma que hace que mis ojos escuezan y cada vez me sea más difícil respirar. A penas llego a ver a varias personas irrumpir por la fuerza en mi despacho antes de caer inconsciente. 

 

……………………………………………………………………

 

 

 

 

Silencio… después de días y días en los que en mi cabeza solo había un ruido ensordecedor, este calmante silencio es lo más dulce que mis oídos han oído en mucho, mucho tiempo. Y sin embargo, si presto atención consigo distinguir un pitido agudo y constante, y si continúo atento a los sonidos de mi alrededor incluso alcanzo a distinguir un ruido parecido al de gente hablando, como murmullos lejanos que me recuerdan a los de la televisión….

 

“… bomberos que consiguieron llegar justo a tiempo. Nadie se explica aún como pudo ocurrir, los policías siguen sin encontrar nuevas pistas, y aunque todo parece indicar que fue un incendio provocado, los pocos empleados que todavía seguían trabajando en Kaiba Corp y que ya han sido interrogados por la policía, dicen no haber visto a ningún sospechoso cruzar sus puertas…” 

Así que por eso me encuentro aquí. Intento abrir los ojos para enfrentarme a las imágenes de lo que seguro será lo único que quede de Kaiba Corp, si es que ha quedado algo después del incendio, pero los siento tan pesados que desisto enseguida. Si es cierto lo que escucho y no una alucinación provocada por la morfina que ahora mismo hace que no sienta ni un solo dolor, significa que el último vestigio de mi imperio ha quedado reducido a cenizas por quién sabe quien. Y no es que me importe en lo más mínimo, pero me pregunto si es una especie de castigo que yo me halla salvado y esté postrado en lo que seguro es una cama de hospital, sin poder moverme y escuchando el fin de todo lo que conocía hasta ayer, o quien sabe desde cuando llevo aquí tumbado.

 “… magulladura sin demasiada importancia y su respiración parece haber vuelto a su ritmo normal después de casi ahogarse con el humo. Sabemos también que su vista puede haberse visto afectada, aunque nuestras fuentes nos han confirmado que es posible que no deje secuelas. Además, sabemos que ingresó con un grave cuadro de anemia y alto nivel de alcohol en sangre pero…” 

De repente el sonido cesa y a mis oídos tan solo llega el eco de suaves pisadas que parecen detenerse justo a mi lado. Y es ahí cuando un miedo atroz me recorre de arriba abajo, un miedo que me impide respirar y que inunda de lágrimas mis ojos cerrados. Miedo a un rechazo que no estoy seguro de poder volver a soportar, a abrir los ojos y ver lástima reflejada en su mirada, a que de su boca solo salgan palabras humillantes… a tener que afrontar la verdad reflejada en su rostro, una verdad que solo habla de decepción.

Pero su cálida mano tan solo seca suavemente mis mejillas mojadas. 

- Shhhh… ya estoy aquí… -murmura suavemente rozando con su tenue aliento mi fría piel, como si supiera exactamente lo que necesito oir.

Ya está aquí. Y aprieta mi mano en señal de apoyo, como siempre ha hecho, diciéndome sin palabras un “no jodas, eres Seto Kaiba, te has visto en peores situaciones”. Perdonando lo que yo jamás podré perdonarme a mi mismo, una carga que estoy dispuesto a llevar el resto de mi vida, una herida que me recuerde el daño que una vez le hice a la persona que lo es todo para mi, aquella sin la cual no puedo ni siquiera respirar. 

Porque él es mi aire, mi apoyo, la fuerza que siempre está ahí cuando a mi ya no me queda nada, mi felicidad. Dicen que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Yo sí lo sabía, y aún así lo dejé marchar. Y juro que si para que continúe a mi lado cuando abra los ojos tengo que ponerme de rodillas y suplicarle, lo haré. Y si tengo que renunciar a todo lo que soy, a mi propio nombre, lo haré sin dudarlo ni un segundo. Porque juro que jamás le dejaré marchar, no ahora que ha vuelto a mi lado cuando ya había perdido toda esperanza….

Porque me he dado cuenta demasiado tarde de que sin él no soy nada.

 

Porque sin él no puedo respirar.

 

Porque le necesito a mi lado…

 

…Porque le amo.

 

 

Notas finales:

Y.... ¿bien? Al final no pude evitar el final feliz, bueno, en realidad medio feliz, y abierto por supuesto, como ya viene siendo mi insana costumbre jeje! ;P Pero espero haber reflejado bien los sentimientos de Kaiba ^^U

¿Reviews please...?

Oh, y aunqe no soy partidaria de las traducciones al español de canciones en inglés (por eso de la coherencia) aquí dejo la del fragmento del principio:

Nunca he sido de los que muestran sus sentimientos.

Y pensaba que ser fuerte significaba no perder nunca el control.

Pero estoy lo suficientemente borracho como para dejar salir mi dolor.

Al infierno con el mi orgullo, que salga como lluvia por mis ojos.

Esta noche quiero llorar.


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