Capitulo I: besado por un desconocido.
¿Que les puedo decir? Ya han sido narradas muchas historias, pero estoy segura que ninguna ha sido del talle de la mi mejor amigo, es decir, historias únicas quedan muy pocas y espero que esta sea una de ellas…
Aún no acababa de concebir todo aquello, primero, que hacia él como tramoya de modelos? Es decir, nunca le ha gustado aquel ambiente de frialdad y arrogancia, pero cuando su amigo le pidió ayuda no supo como negarse, y ahora estaba allí asegurándose de que todo estuviera como tenía que estar, suspiró profundo cerrando sus impactantes ojos marrón intenso con resignación, después de todo ya no podía hacer nada.
Le miró a través del lente sin poder creerlo, repasó cada línea de sus finas facciones, su piel blanca ligeramente pálida, su espesa cabellera castaña a la nuca con algunos mechones cayendo rebeldes por sobre sus ojos marrón intenso, su nariz pequeña y ligeramente respingona haciendo perfecto balance con sus labios ni muy finos ni muy gruesos de un color rosa casi rojo, bajó la cámara ante sus ojos para verle sin el molesto puntero de la cámara, al instante el castaño le miró extrañado a lo cual solo atinó a sonreír para volver a enfocarle la cámara y fotografiarle antes de que pudiera volverse, miró complacido la cámara al tiempo que levantaba la mirada en dirección al chico que se volvió en dirección contraria, no pudo evitar ensanchar su sonrisa, le había encontrado.
-¿Austin sucede algo?- escuchó que le preguntaba su amigo tomando un albornoz y cubriendo su cuerpo en boxers con el- tienes la cara roja- le sonrió irónico sentándose.
-y lo preguntas, sabes que odio estar entre las cámaras,-fue lo único que se le ocurrió decir.
-uno, no estas entre las cámaras, estas detrás de ella, y eso no explica porque tienes la cara roja…
-pues…ah-tartamudeó al tiempo que escuchaba unos pasos tras de si, sintió como una mano le palmeaba la espalda y vio sonreír al pelirrojo que minutos antes le había le había fotografiado, observó ensimismado como esta se inclinaba y le daba la mano a su amigo en un saludo amistosos mientras sus ojos empequeñecían a causa de su sonrisa, realmente se sentía en contraste con esos hombres de pecho fuerte y hombros anchos, él que solo era un niño de delicadas facciones y cuerpo ligeramente delgado.
-espero que estas sean las ultimas tomas- le dijo sonriente el pelinegro al recién llegado.
-así es, solo vine a felicitarte Smith, te has lucido-afirmó el pelirrojo cortés- tendrás que disculparme, debo retirarme.
-¿hombre ocupado?- le sonrió
-ya sabes como es el negocio, nos vemos- se despidió de él y luego miró a un aún sonrojado Austin dedicándole una sonrisa sutil para luego alejarse dejando que su silueta desaparezca del otro lado de la puerta.
-no te lo recomiendo- le escuchó decir a su amigo tras unos instantes.
-¿perdón?- articuló volviendo en si.
-ese sujeto es un mujeriego, es como un imán para los problemas de faldas, esa clase de hombres no te conviene- terminó.
-que estas insinuando?
-vamos, no soy ciego, me di cuenta de cómo te sonrojaste cuando se acercó.
-eso no significa nada!!! ni que fuera gay- farfulló
-pues no lo sé, nunca te he visto con chicas…
-ni con chicos!!!
-no tendría nada de malo o si?
-no, pero no me gusta que me andes ligando con las personas.
-yo, pero si fuiste tú quien se sonrojó!!!
-eso es por que él me fotografió!!!
-en serio?... interesante…
Caminaba calmadamente en dirección a la salida mientras la sonrisa en su rostro seguía intacta, aún no se creía que fuera él, lo había encontrado, ahora solo le quedaba esperar para hablar con él, pero que le diría? es decir, si le decía lo que estaba ocurriendo probablemente le creería un demente, suspiró, nada perdía al intentarlo, tal vez con un poco de suerte…
-Austin será mejor que te vallas, ya se está por terminar y has suplido bastante bien a mi asistente- le dijo su amigo.
-te espero?-le preguntó desembarazándose de todas las cosas que llevaba encima.
-no será necesario- le dijo este sonriendo- nos tardaremos recogiendo todo, nos vemos después, adiós Austin- terminó guiándole a la puerta y cerrándosela literalmente en la cara.
Suspiró con resignación y se dispuso a bajar las escaleras en dirección a la salida con la mirada perdida en el suelo, aún se hallaba ensimismado en su propio mundo en el cual seguía dándose excusas para su sonrojado comportamiento anterior, llegó a la puerta y la abrió aún perdido entre sus excusas cuando fue abordado por alguien.
-disculpa, podría hablar contigo?- le escuchó preguntar caminando junto a él, odiaba que se le acercaran desconocidos en la calle, y mas si ese desconocido le había sacado una foto sin razón aparente.
-lo siento, tengo prisa-murmuró intentando ignorar al apuesto pelirrojo.
-solo te robaré unos minutos de acuerdo?- le sonrió.
-lo siento- se detuvo girándose en dirección al aguazul- pero como ya te dije tengo prisa- terminó retomando su camino mientras dejaba a un boquiabierto pelirrojo cuyos ojos destellaban ligeramente emocionados.
Caminó orgulloso con la frente en alto sin mediar ninguna clase de excusa para si mismo, es decir, si, había sido mal educado, pero después de todo odiaba tener que lidiar con esa clase de sujetos que tienden a acercarse a ti cuando no tienes ganas de que te fastidien, alargó una mano para empujar el frío cristal de la puerta de la entrada del café, tomaría su billetera y ahogaría su enojo en una tasa de humeante cappuccino.
Una vez adentro sonrió mientras se dejaba envolver por la calidez y el suave aroma de los cafés y la comida que se servía aún caliente a sus clientes, caminó hacia alguna mesa disponible tras hacer su pedido y se dispuso a esperar ser atendido.
El cappuccino llegó al instante y se dispuso a tomarlo mientras divagaba en su mente, tenía 16 años recién cumplidos, era un niño es cierto, por eso su apariencia frágil y hasta algo femenina pero aún así no significaba que fuera tratado como una frágil porcelana, es decir, no era tan inútil, y había sido esa discusión lo que había provocado que aceptara ayudar a su amigo, así demostraría que no era tan inútil como parecía y de paso le pagarían por ello.
Terminó su tasa de cappuccino y miró su reloj, eran casi las 6 de la tarde, levantó la mirada hacia el cristal de la ventana mas cercana y vislumbro del otro lado de la calle al fotógrafo pelirrojo de unos minutos antes con la mirada clavada en él, cosa que le irritó de sobremanera.
Desvió la mirada irritado, sabía que eso era llegar al extremo pero se sentía acosado por ese atractivo pelirrojo de mirada azulada, pagó el cappuccino y salió a la calle notando que el pelirrojo se movía tras él siguiéndole de una manera muy poco discreta.
Se dedicó a conducir sus pasos hasta un sitio apartado de todo el mundo en donde pudiera pelear con aquel sujeto de ser necesario, aunque rezaba por no llegar a ese extremo, torció hacia un callejón y se adentró en el seguido muy de cerca por su silencioso desconocido, se giró en dirección a él con expresión furiosa mientras el pelirrojo se cruzaba de brazos y le miraba con una ceja en arqueada.
-deja de seguirme maldita sea!!!- exclamó ya fastidiado al tener al pelirrojo ante él por tercera vez.
Le miró fijamente sin importarle lo que acababa de decir, le gustara o no a aquel tonto él estaba dispuesto a hacer su trabajo, clavó su azulada mirada en el rostro de finas facciones y sonrió irónico, luego fue acercándose lentamente al chico ante él y atrapó su mentón entre sus dedos, levantó ligeramente el ahora sonrojado rostro del menor ante él acercando de esa manera sus rostros.
-que diablos quieres?- fue la furiosa pregunta del menor tratando de sonar molesto.
por toda respuesta recibió una arrogante sonrisa mientras la mirada del pelirrojo debatía entre sus ojos y labios, lentamente fue inclinando su rostro hasta que sus labios se posaron sobre los el menor, con calma entreabrió los labios de manera inconsciente permitiéndole penetrar en su boca para profundizar el beso siendo explorada por la lengua de aquel desconocida que le quitaba su primer beso, aún con los ojos abiertos y los labios del pelirrojo besando los suyos fueron pasando ante sus ojos un sin numero de imágenes que realmente le helaron la sangre, con sorpresa se vio a si mismo como nunca se había visto, desnudo siendo acariciado por unas manos sin dueño.
Sintió como el pelirrojo soltaba su mandíbula y se alejaba lentamente separando sus labios, aún a unos cm. uno del otro se miraron directamente a los ojos.
-y bien?- sintió el cálido aliento del pelirrojo chocando contra sus labios, aún estaba contrariado con lo ocurrido mas sin embargo el pelirrojo no parecía darse por vencido, nuevamente se acercó para besarle, esta vez le recibió con los ojos cerrados, sintió como los suaves labios de este se posaban sutilmente sobre los suyos, los entreabrió ligeramente profundizando y explorando ahora la húmeda cavidad del pelirrojo al tiempo que sus lenguas se unían en una danza mortal, sintió como el pelirrojo mordía ligeramente su belfo al separarse de él en busca de oxigeno, y ni pudo evitar sonreír, realmente no sabía quien era ni le importaba, solo sabía que le había fascinado su beso.
-Soy Austin- dijo él abriendo los ojos.
-Ryan- susurró el pelirrojo aún muy cerca de sus labios y acariciando suavemente una sonrojada mejilla del menor para luego besarle de nueva cuenta de manera leve.