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LA MARCHA FUNEBRE AL ALTAR por airam-chan

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Notas del capitulo:

 

Happy birthday to you~ happy birthday to you~ happy birthday viru-sapo verde~ felicidades a ti~... XD 0jojojojo!!! Cap dedicado especialmente a viru chan, feliz cumple niño mono!! *0*... TwT y sofí chan, baja ese cuchillo por favor...

Sí, estamos de pachanga y todos están invitados neh? OwO

Por cierto, gomen una vez más por la tardanza y los reviews pasados que no pudimos contestar, creo que se congelaron XD, pero ahora parece que ya le hemos cogido la maña a la cosa OwO.

Arigato a todos por seguir leyendo las perversiones y... depresiones sasunarutescas ojojojojo!!!... ¬u¬ anyway, creo que este definitivamente es el cap más largo que hemos escrito... ^^ ojala y les guste.

Naruto no nos pertenece... ¬¬ muy a nuestro pesar,  solo raptamos a los personajes para nuestro deleite personal a cambio de lemon´s, kukuku... y creo que ya ni eso u.u||

   

CAPITULO X: CON PASOS FIRMES.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Se removió entre las sábanas al sentir que movían su hombro con suavidad.

-Sasu...

Cerró los ojos con fuerza. Aún no... Aún no quería despertar.

Haciendo oídos sordos, atrajo hacia si al dueño de esa voz para volver a acomodarse, y permaneció quieto.

El olor de una habitación ajena, la alarma de su móvil sonando bajito en la cercanía, esa voz adormilada pero conocida. Si abría los ojos ahora terminaría por despertar, dejando los sueños donde pertenecen, y una parte suya, se negaba a aceptarlo.

-Sasu, se te hará tarde - Repitió aquél familiar susurro.

Sin embargo, hay veces que la razón... gana por completo al corazón.

Abrió sus orbes con lentitud, enfocando a media penumbra los ojos en verde aguamarina frente a él. Recibió aquél roce de buenos días en sus labios sin protestar, ni colaborar. Simplemente observando... simplemente, despertando.

-Buenos días - Susurró Gaara - Son las seis, necesitas ir por tu uniforme o no te dejaran entrar a la escuela.

Asintió, apretando sus ojos con sus manos al sentarse, parecían resentidos por el desvelo de la noche anterior. Prefirió no encender la luz, y se las arregló como pudo para encontrar su ropa. Una vez listo, miró la cama una vez más. Se acercó, y apoyándose en el borde, se inclinó un poco. Solo quería verlo un momento, contemplar el rostro de Gaara en la oscuridad.

-No estoy dormido - Murmuró el menor - Solo descanso la vista. Me levantaré en seguida - Agregó, seguro creyendo que le prevendría para que el sueño no le ganara tras su partida.

Sasuke torció la mirada... y se alejó. Decidió no dejar más gestos crueles, ni decir más mentiras a medias... ahora no. Aunque Gaara no fuera consciente de ese otro significado en cada uno de estos.

Cruzó la habitación y empató la puerta despacio al salir, cuidándose del horrible chirrido que casi les delata la noche anterior. Pese a la hora, asomó por cada pasillo antes de caminar en ellos, y recordó saltar el escalón que rechinaba en la entrada para llegar al empedrado que llevaba a la cerca, deteniéndose cuando pisó la calle para clavar la mirada en aquella ventana.

-Gracias por estar a mi lado... y por quererme - Murmuró. Era irónico, antes, cuando tenía motivos de sobra para ello, el arrepentimiento jamás había surcado su mente. Ahora, cuando estaba más que decidido a respetar la decisión que había tomado, un sentimiento parecido al pesar se esforzaba en machacarle las entrañas. - No volveré a mentirte... no volveré a soñar - Decidido, siguió su camino - Volveré a comenzar.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Esperando en silencio y de pie junto a él, Iruka miró de reojo a Kakashi. Seguía igual de ido, o quizás más que el día anterior.

-¿De verdad, vas a perderte semejante escena? - Dirigió al aire. Intentar distraerlo no estaba de más.

-... - Kakashi le observó con su comentario, asomando brevemente por la puerta de la habitación que ambos custodiaban - Nah, está bien - Contestó con una sonrisa fingida, restando importancia a la situación, provocando un suspiro de resignación en Iruka.

Kakashi volvió a distraer su atención en la fuente del ala este de la mansión. Sacó el móvil y checó sus mensajes por enésima vez... nada. El mensaje de la noche anterior seguía siendo el único... "No llegaré. Todo estará bien. Sasuke"... Suspiró también con desgano. Había que dar tiempo al tiempo, así que solo le quedaba esperar.

Mientras tanto, en el interior de aquella habitación, y afortunadamente ajenos a la situación que agobiaba a una parte de la familia, otras cuatro personas miraban fijamente el mismo objetivo.

-¿No creen que... deberíamos despertarlos primero? - Tras su esposo, Mikoto miraba alternadamente a Tsunade y la amplia cama de Itachi frente a ellos.

-No digas tonterías pequeña, así no sería divertido -Jiraiya sonrió travieso ante la negativa de Fugaku.

-Bien, es hora, les hemos dado muchas libertades ya - Tsunade tomó las sábanas por el borde - ¡¡Arriba!! - Tiró de ellas con fuerza y Mikoto se cubrió el rostro instintivamente con las manos.

Abrazados y profundamente dormidos aún, Itachi y Naruto solo atinaron a encogerse por inercia tras el atentado a su tranquilidad, y obvia violación a su espacio personal.

-¿Are? - Jiraiya enarco una ceja, llevando las manos a la cintura al observarlos mejor - ¿Tienen ropa encima? - Preguntó, extrañado de ver a su nieto con el pantalón del pijama y a su prometido con el bóxer en su sitio - Que chicos tan raros.

-Está bien, puedes mirar - Fugaku posó una mano al hombro de su esposa, quien entre abrió los dedos primero, cerciorándose de verles "decentemente" presentables antes de animarse a descubrir su rostro.

-¡¡Aaaaarriba he dicho!! - Soltó Tsunade sin contemplaciones y con megáfono incluido en mano, haciendo brincar al par de bellos durmientes con su llamado, que parpadearon adormilados, mirando a su alrededor con desconcierto.

-¡¡ ¿Pero qué demonios?!! -Itachi se sentó de súbito al reaccionar, señalándolos con los ojos abiertos de par en par. Naruto también retrocedió de un brindo, sentándose igual de veloz que el mayor al notar que tenían público, abrazando la almohada que Itachi le pasó sin necesidad de preguntar -¡¿Se puede saber qué rayos pretenden?!

Tsunade carcajeó abiertamente provocando un escalofrío al oji azul y un mal presentimiento en Itachi al ver a su abuelo revirar los ojos en dirección contraria.

-Uchiha Itachi, Uzumaki Naruto - La rubia les señaló de repente, haciendo respingar a la pareja - Han hecho público su compromiso, por tanto, seguirán las tradiciones que esta familia impone como ley.

-¿Qué? - Exclamaron a coro, mirándose un instante, frunciendo el ceño al volver la vista al frente.

-Regla número uno - Continuó la matriarca, mostrando el índice en alto - No hay sexo antes de la boda.

Una brisa helada surcó la habitación, congelando la escena al instante.

"No hay sexo antes de la boda... No hay sexo antes de la boda... antes de la boda... de la boda... ¡Boda!"

Una gota resbaló por la frente de Mikoto, Fugaku y Naruto al ver que Jiraiya hacía el eco dramático con el megáfono frente a un impasible Itachi.

-¡Ya te oyó!- Soltó Tsunade arrebatándole el instrumento de tortura a su esposo.

-Ja... ja,ja - Itachi miró a su padre un instante, callando de inmediato al verle alzar los hombros despreocupado.

-Yo las seguí - Completó Fugaku como si nada ante el asentimiento de Mikoto.

-¡¿Están de broma?! - El azabache miró automáticamente a su abuela, abriendo la boca con sorpresa al verle afirmar con un cabeceo - ¡¡Deben estar jugando!! - Y saltó de la cama de un brinco - ¡¡Es algo absurdo!! ¡¡Una estupidez!! ¡¡Una tontería!! ¡¡Una...!! Una, una... una - Soltaba cada vez más despacio y ausente al comprender que iban en serio - ¡Abuelo! - Llamó casi suplicante al albino, su último recurso.

-Bueno - Jiraiya se pasó la mano por la nuca, riendo nerviosamente, paralizándose al creer ver a su nietecito consentido con ojos de borrego tierno - Em, quizás, puedan... -Tsunade, Fugaku y Mikoto tosieron disimuladamente - Reglas son reglas - Exclamó el mayor juntando las palmas al frente para hacer una reverencia de disculpa - ¡Lo siento!¡Reglas son reglas! Hasta Shisui las siguió.

-¡¡Tonterías!! - E Itachi volvió a encarar a la matriarca.

Sintiendo un poco de calor en las mejillas, Naruto empezó a deslizar la vista distraídamente por el techo, era la mar de interesante, era... era blanco... ¡Qué pena! ¿No podía volverse invisible?, y hubiera continuado con su interesantísimo mata-tiempo de no ser porque no pudo evitar fruncir el seño al sentir una vibra... rara.

-¡¡Tu prometido dormirá en la habitación de Shisui y punto!! - Hasta Naruto volvió a fijarse en la escena con la potente voz de Tsunade. Esa mujer era increíble, ahora entendía de donde había sacado Itachi su voz de mando y dotes de juzgado, si hasta había conseguido silenciarlo de la sola impresión.

-¿También le cambiarás de habitación? - Exclamó Itachi boca abierta - Pero... ¿Por qué? - Preguntó con un hilo de voz.

-Oh, niño - Jiraiya sonrió, mirando al oji azul de arriba abajo con  sugerencia. De inmediato, Naruto apretó los dientes horrorizado, ¡¿La vibra rara venía de él?! - Si es más que obvio que no puedes compartir la cama con él sin caer en la tentación.

Naruto aferró más la almohada contra sí, deseando que ese viejo pervertido y mano larga no pudiera ver de más, le daba escalofríos. Para fortuna suya, Itachi pareció leerle la mente pues des-tendió la cama, cubriéndolo de sobre manera con las sábanas, y pasó una mano por su hombro para atraerlo hacía él de forma posesiva justo al momento de dedicar una mirada amenazante a su propio abuelo.

Hasta él parpadeó con extrañeza, compitiendo con la sorpresa en rostro de los padres y abuelos de Itachi ante tan curiosa reacción. Él moreno parecía estar... ¡No, qué tontería!, Y Jiraiya pareció pensar lo mismo al soltar una divertida carcajada.

-Hombre no te enojes, si no me lo voy a comer - Se sujetó el estómago entre risas - Es solo que tu postrecito estará reservado para después de la boda ¿entiendes?

Naruto vio a Itachi bufar molesto y girar el rostro en señal de derrota. Había... ¡¿Había vuelto a perder?! Volvió a mirar a los padres de su prometido, quienes de inmediato le sonrieron agitando las manos de forma despreocupada.

Bajó el rostro de inmediato, ¡Qué vergüenza! Como deseaba que la tierra lo tragara.

¿Era tan obvio que gozaban de vida íntima? Pensándolo mejor, en Nueva York nunca se fijaron en cosas así. Los libertinos amigos de Itachi solían dejarlos solos al ver que requerían privacidad, y cuando no lo notaban, bastaba con hacer un simple acto de desaparición hacia algún otro lado del departamento.

-Descuida - Le susurraron bajito al oído y Naruto alzó el rostro por inercia - Shhh - Quedándose quieto cuando Itachi le abrazó para camuflajear sus palabras con ese inocente gesto, aprovechando que su familia discutía distraídamente sobre los aspectos más importantes del "evento" para agregar- Ya lograremos estar a solas.

El azabache le soltó entre risas, abandonando la cama a la brevedad... "Itachi, siempre tan desconcertante". Aún perplejo, Naruto llevó una mano a su oído, buscando apagar el cosquilleo que sentía.  "Puedes aferrarte a mí", recordó y sonrió al verle armar una escenita al sacar a todos de la habitación, argumentando que necesitaban ropa decente encima... "Yo no te soltaré".

-Al fin - Itachi suspiró al cerrar la puerta, recargándose un momento en ella para retomar aire - ¿Hum? - Notando la fijeza de esos zafiros en él - ¿Qué? - Amplió su sonrisa - ¿Te arrepientes? Habla ahora o calla para siempre - Exclamó de forma dramática y juguetona, tan... Itachi.

-Mfth - Naruto bajó el rostro un instante cuando una vieja sonrisa se dibujó en su rostro... "¿Sabes?, Empiezas a confundirme"

Itachi frunció el ceño un instante sin dejar de sonreír. Recordaba esa extraña y vieja mirada, no era la primera vez que esos zafiros parecían querer sacarle una radiografía. Era divertido ver a Naruto así, y siempre era bueno verle sonreír, más aún si él era la causa. Poco a poco, todo parecía volver... a la normalidad.

-¡¡No vayan a hacer trampa!! - La voz de Jiraiya se oyó alto y fuerte desde el pasillo - ¡¡Reglas son reglas!!

Un puchero asomó en el rostro del mayor con la amenaza, y Naruto rió de nuevo.

Ciertamente, sus días con Itachi, pocos o muchos, llegarían a ser divertidos, además... miró una a una las rabietas que Itachi esbozó de camino al baño... observándolos mejor, cuando se enojan, se parecen. Empezaba a ser confuso, y quizás lo extraño sería lo contrario, después de todo, Itachi y "él" eran hermanos.

El oji azul negó con rapidez y salió de la cama para buscar algo de ropa... "Yo, decidí aferrar a Ita". Físicamente parecidos, tan diferentes en su forma de ser, que importaba eso. "A Ita" se repitió con decisión.

Honestamente, con cada una de sus acciones, y probablemente sin habérselo propuesto, Itachi se había convertido en lo único valioso que tenía, el único motivo que le quedaba, y que lo inspiraba a seguir viviendo.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Observando la larga lista del mobiliario en la tablilla que sostenía, Sasuke se adentró en el almacén, paloteando la hoja al ver a Neji supervisando que las sillas fueran correctamente apiladas por los intendentes escolares. Shikamaru asomó por el lugar, reportándose con un amplio bostezo y Sasuke paloteó una vez más, dando por hecho la limpieza del gran Salón.

A diferencia del sábado, día que acordaron y realizaron la fiesta estudiantil de Halloween, a la cual él no había asistido por obvios motivos familiares, Sasuke retomaba sus labores en el consejo estudiantil como lo que dignamente le habían obligado a ser... el presidente.

-Toma - Una pequeña cajita de zumo se alzó frente suyo, cortesía de Gaara, quien ya sorbía de su propia bebida - Estarás cansado y sediento.

-Gracias - Le colocó la pajilla mientras Shikamaru y Neji se acercaban a ellos.

-Sobre los gastos del evento - Exclamó el peli rojo al sacar una pequeña libreta y varios recibos con ella - Fue menor al contemplado dentro de nuestro presupuesto, así, el capital de la tesorería del consejo estudiantil cuenta con una ganancia prima del 75%...

Disfrutando de su bebida, Sasuke se mantenía igual de atento que sus compañeros a los informes del tesorero. Gaara no lo hacía nada mal para ser de primer curso.

-Ahora el único problema - Continuó el oji verde con un gesto de mala leche, gesto que causó gracia a sus tres "superiores", lucía... tan mono. Gaara entrecerró la mirada de forma escalofriante y lejanamente linda - No se burlen "se-ño-res" - reprochó.

Una roca imaginaria con esa inscripción cayó en la cabeza de Sasuke, Neji y Shimakamaru, dejando caer sus rostros cabizbajos. Gaara sonrió satisfecho con ello.

-En verdad, el tamaño del baúl que usaba el antiguo tesorero para los fondos es absurdo, y lo es más si consideramos que ni siquiera tiene dinero en efectivo - Retomó el menor - No pude arrastrarlo hasta aquí.

-Querrás uno más pequeño - Shikamaru, ya recuperado de la pedrada mental, bostezó ampliamente tras su observación.

-¿Otro baúl? - Neji le secundó con un bostezo idéntico, pero cubriéndose la boca como muestra de mínima educación.

-Para que, si... - Sasuke apenas tomaba aire para completar la curiosa tercia, deteniéndose a medio bostezo al ver a Gaara mirarles con un tic en la ceja, haciéndole toser con disimulo - Deberíamos escuchar que opina el tesorero después de todo.

-Ni hablar - Gaara negó y tachó su libreta - Olvídense del baúl, meteré los fondos en una cuenta de ahorros a plazos fijos, así podremos invertir a plazos cortos para obtener ganancias netas en periodos muertos sin actividad escolar, solo tenemos que programar...

Una débil sonrisa asomó los labios de Sasuke con el discurso. Gaara no cambiaba. Conservaba a la perfección lo que había visto en él, aquel día, cuando lo conoció. Recordándole, la razón del porqué valía la pena intentarlo de nuevo.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Después de lo que cualquiera podría considerar el día más extraño de su vida, nada mejor que algo de aire para recuperarse. Basado en esta idea, Naruto abrió las puertas de su nuevo balcón, aferrando el barandal metálico con ambas manos mientras dejaba a la brisa chocar suavemente en su rostro.

-Tienes la mejor vista en la mansión Naruto -  Desde el escritorio, Kakashi desalojaba los "tiliches" de Shisui, echándolos en una de las tantas cajas que abarrotaban el piso de la habitación - ¿Te gustan las puestas de sol?

-Pierdes tu tiempo - Itachi apareció por el umbral, soltando las maletas de Naruto al pie de la cama para acercarse - A él solo le gustan las que se ven desde lo alto del "World trade Center", ¿Oh no? - agregó, mostrando una risita cómplice al menor.

Naruto también sonrió. Pese al tiempo que llevaban juntos, y lo diferentes que fueran sus sentimientos ahora, se sentía tonto... tonto al ver todavía en Itachi lo que le atraía de él, era tan claro como el recuerdo que tenía de ambos en aquél edificio. Decidió echar un vistazo al presente, apreciando un atardecer dorado y rojizo, medio nublado, medio despejado... no estaba mal.

-¡Kakashi! - Se escuchó a Iruka llamar desde el baño -¡¿Te atreviste a darle esto a Shisui?, no tienes vergüenza!

El aludió sonrió nervioso, agitando una mano frente a las miradas curiosas de Naruto e Itachi antes de encaminarse al baño con prisa, tratando de restar importancia a lo que hubiera sido su travesura.

-¡No Iru chan, con cuidado! - Se escuchó también al peli plata ya en el interior.

Itachi sonrió al escuchar un par de cosas estrellarse en aquella habitación, aprovechando el momento para colocar las medicinas de Naruto en el buró. Desde un punto de vista muy personal, una vez en el pasado creyó que si volvía a encontrarse con ese par, los hallaría casados, así que no disimuló su sorpresa al haberse enterado que seguían siendo solo hermanos. Allá ellos, alzó los hombros despreocupado y se encaminó al balcón.

Naruto volteó de reojo al sentir unos brazos rodearle con cuidado, ladeando un poco la cabeza cuando Itachi dejó su rostro descansar en su cuello.

-Si te sientes mal, ven a buscarme - Ofreció el azabache a su oído, provocando que el menor cerrara los ojos con ello - Mi abuela sabe que no estás... - Itachi se detuvo, meditando sus palabras un instante - ...del todo bien - Finalizó en un susurro.

Naruto aferró el barandal con algo más de fuerza al sentir el roce de los labios de Itachi en su oído, descendiendo suave y muy lentamente por su cuello.

-Chicos... - Llamó Iruka tras ellos al asomar de nuevo a la habitación - ¿podrían ayudarnos con esto? - Retomó casi al instante, disimulando la leve sorpresa que sintió al ver lo oportuno de su interrupción.

Itachi rió, soltando a Naruto con un animado "Ustedes mandan y yo obedezco", dirigiéndose al baño como si nada.

-Por cierto Iruka - Itachi se perdió también en aquella habitación - ¿Tu sabes que fue del tío Danzou? Me gustaría visitar a Mizuki un día de estos y...

En el balcón, Naruto abrió los ojos lentamente, contemplando un poco más el atardecer para suspirar y relajarse. Y pese a la claridad de sus recuerdos, seguía de tonto... tonto al saber que llegó a olvidar que Itachi bien podía hacer su cuerpo estremecer con roces tan simples.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Inaudito, ni él mismo podía creer lo que estaba haciendo.

¿Caminar por los pasillos de aquél edificio?... Y en receso. Suicidio, eso era.

Él no solía frecuentar sitio en la escuela que tuviera estudiante alguno aparte suyo, exceptuando a Kiba y a Shino tal vez, pero ellos no contaban. En fin, siempre había una primera vez, y al mal paso darle prisa.

-¡¡Kyaaaa!! ¡¡Es Sasuke kun!!

¡Kusó!, fin de la paz. Sasuke miró a aquella chica peli rosa señalarle con emoción desde una ventana de las aulas de primer curso y prácticamente oyó en su mente la cancioncita de "Retirada" con todo y trompetilla.

Y de verdad, tal cual anuncio a una carrera, todas las ventanas del pasillo se abrieron y Sasuke retrocedió al ver a una multitud de chicas asomar desde ellos... Ni siquiera notó en qué momento salió del edificio "A", se preocupó más por no caer cuando derrapó al doblar una esquina y continuar corriendo, burlando a parte de la multitud.

¡Jamás! volvería a caminar por los pasillos de ningún edificio en el receso.

-¡Ahí está! - Señaló una chica rubia oji azul mostrando el nuevo pasillo que había tomado.

-¡Maldición! - Sasuke dobló una vez más, cortando camino por las aulas de música. ¿Cómo le hacían esas niñas para tener mejor condición física que él?, se suponía que tenía notas destacadas en atletismo, o eso decía el profesor Gai... ¡Pamplinas! A ese ni Konohamaru le creía.

Una esquina más, un nuevo pasillo y abrió los ojos con sorpresa al ser súbitamente abducido al aula de comunicaciones de un tirón.

Pegado espalda a la puerta y paralizado tal cual felino que es arrojado al aire, Sasuke escuchó a la muchedumbre pasar estrepitosamente de largo. Como si cuidara de que algún movimiento en falso no delatara su posición, volteó despacio hacia la persona que le sujetaba del cuello, parpadeando con sorpresa al ver a Temari abrir la puerta cautelosamente hasta asomar apenas y con cuidado.

-Los perdimos - Confirmó la rubia, cerrando de nuevo con extremo sigilo - Por aquí - Señaló al agacharse.

Sasuke decidió seguirle la corriente, aunque desplazarse a gatas le pareciera totalmente absurdo, si no había nadie más ahí... Rodearon los muebles con los PC hasta llegar al extremo alejado del aula y lo que vio sí que fue sorprendente.

Temari se recargó en la pared del fondo, junto a Shikamaru, quien permanecía totalmente recostado con la vista en la ventana. Sin apartar la vista del despejado cielo azulino, el castaño levantó una mano para saludarlo.

Sasuke devolvió el saludo y optó por recargarse a la pared también, notando al fin la presencia de Neji, dormido junto al teclado sobre el último escritorio del aula, aún con la PC encendida y el correo abierto... como si esperara algo.

-Ya estás aquí.

El azabache volvió la vista al frente, sonriendo brevemente al recién llegado cuando tomó asiento a su lado.

-Pensé que las chicas de primer curso de verdad te habían atrapado... inconsciente -  Reprochó Gaara con una pequeña mueca de enfado.

-Pero, te estaba buscando - Se justificó, recargando la cabeza a la pared con cierto cansancio.

-Lo sé - Gaara le sonrió y se recargó a su hombro - ...Es tranquilo ¿no? - Murmuró el oji verde en tono confidencial, refiriéndose al ambiente que les rodeaba - Tan silencioso como la biblioteca y vacío a horas de receso, Temari lo descubrió y nos ha dejado compartirlo. Podrá ser ruidosa, molesta y chillona casi todo el tiempo, pero sabe disfrutar momentos de paz.

-¡Oye! - Soltó la chica molesta.

-¡Ssshhh! - Silenciándose con un puchero cuando Neji y Shikamaru  reaccionaron tal cual alarma instantánea a toda pérdida de paz y quietud.

-¿Ves? - Y el oji verde sonrío divertido, acomodándose de nuevo a su hombro sin decir más.

Sasuke viró el rostro levemente hacia él, sonriendo con el simple hecho de verlo. De verdad... Gaara le gustaba. Su frescura, valor y honestidad para hacer o decir lo que sentía, esas que tanto le envidiaba y que él mismo no poseía. Dejó caer su cabeza sobre la del peli rojo y cerró los ojos, en busca de ese anhelado momento de paz prometida... en realidad, tratando de encontrarla junto a él.

 

Ladeando el rostro con lentitud, Temari entrecerró la mirada al ver semejante escena. Dijera lo que dijera, su hermano estaba raro y esto solo era una prueba más de ello, pero eso no era lo que ahora llamaba su atención... no. Observó a Sasuke suspirar aún con los ojos cerrados y la rubia apartó su mirar.

Tenía que hablar con Gaara, decirle... lo que ella veía.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Regla número 2: Un gran evento, requiere grandes medidas.

Naruto miró atónito el gran almacén departamental que Tsunade, Mikoto y Kurenai señalaron con emoción, riendo con una gotita en la sien al escuchar el resoplido que soltaron Itachi, Asuma, Fugaku y Jiraiya tras la elección de las damas.

Aquel enorme lugar era increíble, más que una tienda departamental, parecía una especie de mini ciudad compactada en el interior de un solo edificio que prácticamente abarcaba... toda la manzana. Había transporte interno, parques y restaurantes de lujo a lo largo de sus "calles" -pues pasillo era un término corto-, los cuales se hallaban techados en partes por vitrales completos.

Lo recorrió por largo rato, mirando con embeleso a su alrededor, despertando con sorpresa al sentir un jalón repentino.

-¿Grandioso no? - Soltó Itachi a su lado. Tras haberle tomado la mano, el azabache sonrió para empezar a guiarle por la dirección correcta, evitando que se hubiera perdido del resto del grupo - No puedes extraviarte en un país que no conoces antes de que te compre un móvil ¿Entiendes?, Si lo hicieras, dime que haré para encontrarte.

El oji azul escuchaba atento, en verdad lo hacía... hasta que un letrero junto a ellos captó su atención, olvidándose por completo del comentario del mayor. "¡¿Hotel?!"

-¡¿Que la gente no vuelve a sus casas?! - Escandalizó al señalar el lujoso local, aún sin poder creerlo. Ese sitio estaba perfectamente acondicionado para la existencia humana.

-Digamos, que hay personas que llegan a necesitarlos - Explicó el azabache con diversión - Por ejemplo, recuerdo que mi abuela y mi madre misma, solían pasar aquí fines de semana enteros de shopping cuando a mi tía Kurenai le daban crisis depresivas por su embarazo, decían que un fin de semana entre damas les subía el ánimo.

-No juegues - Incrédulo, Naruto volvió a mirar aquél trío de mujeres caminando solo unos metros más adelante, observándolas cuchichear con emoción y señalar negocios varios.

¿Quedarse en un lugar así?, ¿Teniendo un lugar tan cómodo llamado hogar donde volver?, ¿Con tantas personas llamadas familia esperando tu regreso?... Parecía mentira.

 

Tiendas de tela, lentes, ropa, artículos múltiples y hasta negocios inútiles. Naruto contempló de todo frente a sus ojos, sin notar el momento en que había soltado la mano de Itachi, percatándose horas después que caminaba solo. Daba igual, ya los buscaría luego, había tanto por ver, como... miró curioso un parquecito en la cercanía, deteniéndose frente a un negocio de apariencia más... normal.

Se agachó para observar mejor, pasando las manos por la mercancía, extendida cuidadosamente sobre aquella tela en el piso. De entre todas, levantó una diminuta pieza metálica, sonriendo con emoción. ¡Justo lo que necesitaba!, buscó enseguida al mercader, decidido a preguntar por el precio, pero apenas el hippioso sujeto le vio, sonrió mostrando sus amarillentos dientes con desdén al contemplar su cuidada y elegante apariencia.

-¿Un niño bueno y de etiqueta en tono pastel como tú usa esto? - Exclamó al mirarle de arriba abajo.

-Solo necesito un par - Contestó sin problemas, en un tono que hizo al otro reír con sorna y... precaución. El tono pastel en sus ropas, obra de la familia Uchiha por supuesto, era obviamente engañoso - No quiero que se cierren por descuido - Agregó, contemplando aquella pieza contra luz.

El sonido de un silbato hizo a aquél tipo coger la sábana de golpe, soltando fugazmente "Es tuya" al salir corriendo del lugar con unos bien vestidos guardias de la zona tras él.

-... - Algo extrañado, Naruto les miró perderse por unas callecitas más adelante - Gracias... supongo - Murmuró, poniéndose en pie de uno cuando oyó una conocida carcajada en el lugar, comprobando que era realmente Itachi el dueño de aquella risa.

El azabache le observaba sentado en una jardinera cercana, justo bajo un extraño e inmenso árbol saturado de flores en rosa pastel... genial, mas tono claros.

-¿Cuánto creíste que lo dejarían permanecer en un sitio como este? - Itachi cambió aquella sonrisa a una totalmente sarcástica - Aquí y en Nueva York, los comerciantes ambulantes siguen siendo sucios vagabundos - Le recordó con desdén.

Esbozando una sonrisa tensa, el oji azul cerró su puño tras él, evitando mirarle. En realidad ese árbol era raro, y llamativo... ¡De verdad!... ¿rosa? No se suponía que esos ¿solo floreaban en primavera?

Itachi sonrió de lado al ver a Naruto morder su labio inferior con disimulo, sin duda, tenía razones para estar nervioso.

-Dijiste que te habías dejado cerrar esas perforaciones - Soltó con diversión, haciendo respingar al oji azul - Incluso lo juraste.

-... - Naruto intentó sonreír, solo logrando mostrar su perfecta dentadura en un gesto de derrota al haber sido pillado - ¿Estas molesto? - Quiso saber, ya sin excusa o salida. Itachi ladeó el rostro y amplió su sonrisa.

-¿Te dejaste la de la lengua? - Naruto rió aún nervioso, y mostró al frente la pequeña pieza que le habían "obsequiado", provocando una jovial carcajada en el azabache - Entonces, no - soltó entre risas.

-¿Eh? - El oji azul le miró con sorpresa, sonriendo un poco más relajado y natural, como si la diversión de Itachi de verdad le contagiara un poco de su entusiasmo.

-Naru chan - Llamó ya más tranquilo, extendiendo un brazo al frente y llamándole con un corto ademán - Ven... escucha esto.

Dudoso, Naruto se acercó, agachándose una vez estuvo frente al mayor, dejando que Itachi le atrajera por el cuello lo suficiente para conseguir murmurarle algo al oído, algo que, a juzgar por la confidencialidad de sus gestos, sería un secreto... era eso, o una perversión de enormes proporciones.

-El cerezo rarito del Centro comercial del Sol - Susurró el azabache, dejando salir una audible sonrisa - Este será nuestro sitio.

-¿Qué? - Naruto frunció el ceño e intentó mirarle, desistiendo ante el imponente agarre que el mayor ejercía en su cuello.

-El cerezo rarito - Repitió Itachi - ¿Recuerdas que te dije que solo florean en primavera?, pues este es uno rarito al que le da la loquera en otoño, por eso, será nuestro sitio. El cerezo rarito del Centro comercial del sol, anda, repítelo.

-... - Naruto ahora sí que estaba confundido, no entendía ni la "jota" - El cerezo rarito... del centro comercial del sol.

-Justo en el hoyo que hay en la primer rama dejé un par de yenes, solo tienes que venir aquí y tomarlos cuando los necesites - El oji azul elevó la vista, tratando sin mucho éxito de ver el hoyo en el tronco - Si aún no te ha llegado el celular que te daré en navidad, y si llegaras a perderte en un sitio desconocido como este, toma un taxi. Ten por seguro que tarde o temprano... vendré por ti a este lugar.

Naruto entre abrió los labios y... se quedó callado. Simplemente, no supo que decir. Incluso, quedó demasiado desconcertado con esa información como para responder el abrazo o el beso que Itachi le dio a la sombra de ese cerezo, seguro y aprovechándose de su momentáneo estado de shock.

Abandonaron el sitio solo instantes después de aquello.

Y quizás, hubiera guardado aquel secreto como una clara muestra de afecto de no ser porque casi se atraganta en la comida cuando oyó a Kurenai-san decir el verdadero nombre del centro comercial, o haber estado a punto de caer de lo alto de unas escaleras al retroceder totalmente sorprendido cuando Fugaku-san le extendió un móvil a modo de presente, en realidad, la sorpresa que casi le cuesta la vida fue haber escuchado que el mismo Itachi le había ayudado a escogerlo... ¡¿No se supone que se lo daría en navidad?!

Sin embargo, eso fue nada comparado a cuando, obviamente confundido, preguntó a Itachi cual sería ahora el chiste del "Cerezo rarito" si ya tenía con que llamarle en caso de extraviarse, abriendo la boca con enorme sorpresa al verlo carcajear con diversión franca antes de exclamar "¿De qué me hablas?".

Era obvio que tampoco había dinero en ese árbol.

A veces... ¡¡Itachi podía hacerlo enfadar tanto!!

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Absorto en su lectura, Sasuke levantó la vista con sobresalto cuando una pila de libros se azotó sin delicadeza a su lado. Joder, que esto era una biblioteca. Indignado, frunció el ceño molesto y volteó, cambiando ese gesto a uno de extrañeza al ver que era Temari quien tomaba asiento a su lado tras prácticamente arrastrar la silla... parecía molesta.

-Se te olvida algo - Exclamó la rubia sin tacto, abriendo un libro frente a ella de mala gana. El azabache enarco una ceja al no comprender - ¿Viernes?... ¿La renovación artística en la galería Sur, quizás?

El azabache respingó y miró su reloj automáticamente, levantándose de golpe y echando los libros a medio cerrar en la maleta, agradeciendo apenas tras dejar a la chica en la mesa, sin alcanzar a ver el gesto de desdén que la rubia mostró para volver a su lectura.

¡Ja!, Como si lo hubiera hecho por él.

Temari suspiró cabizbajo, consciente de que no lograría concentrarse. Si tan solo Gaara la escuchara.

 

Por suerte era tarde, y Sasuke no tuvo problemas para cruzar la vacía explanada... ¡Con un demonio, que idioteces pensaba, era tardísimo!. Ahora incluso pensaba si Temari realmente tenía algo que hacer en la biblioteca. Pero el tiempo se le pasaba volando cuando leías cosas interesantes... cosas que lograban apartarlo del mundo real.

En tiempo record, ya cruzaba los enrejados que cercaban la enorme y vistosa "Konoha School", toda una proeza considerando que era todo un campus, una no tan típica escuela en escalerilla que contenía desde preescolar hasta el instituto. Empezó a recorrer la acera rumbo a la parada de bus, volteando con frecuencia a las cercanías, buscando hasta lograr detener un taxi a la brevedad.

¡Como pudo olvidarlo!

La costumbre de permanecer demasiado tiempo en la biblioteca por la cercanía de los exámenes de ingreso le estaba ganando jugada, eso y... bueno, también admitía que no tenía otras excusas para llegar tarde a casa.

Exclamó sorprendido, con la mirada fija en el cristal de la ventanilla, frotando sus cabellos ansiosamente de súbito al caer en cuenta de algo más. La fecha de recepción de documentos para solicitar ingreso a la universidad llegaría pronto a su límite, buena hora para olvidar ese otro detalle. ¡¿Qué rayos le sucedía?!, Definitivamente estaba... algo distraído.

Sasuke bajó apenas el vehículo paró en su destino, notando que casi se deja el móvil en el asiento cuando este cayó de su chaqueta del instituto al momento de pagar. Lo recogió, y prácticamente quiso darse de topes al recordar la existencia de la tecnología. Marcó, recorriendo las ya iluminadas jardineras que conducían a la galería.

-¿Gaara?, lo siento - Soltó apenas le contestó - Se me fue el tiempo, estaba en la biblioteca cuando... ¿Estás en dónde...? - Exclamó, deteniéndose con sorpresa para escuchar con  mayor detalle. Sasuke bajó la mirada, y sonrió.

"Lo que haces, para que esto funcione".

Prácticamente, podía imaginarlo en la biblioteca, seguro intentando pasar desapercibido por Temari al temer la reacción de la rubia si llegaba a descubrir que se hallaba a solo dos libreros de ella.

-¿Qué? - Susurró al escuchar de nuevo - ¿Estás seguro? Pero, toda la semana estuviste diciendo lo mucho que querías ver el "funeral de desierto" y... - Guardó silencio un instante y rió divertido, dando media vuelta para andar de regreso - ¿Quién eres tú y que hiciste con Sabaku No Gaara? - Preguntó aún con aquél gesto - ¿En serio?...- Exclamó, ahora fingiendo asombro.

Absorto en lo suyo, Sasuke reaccionó al topar hombro a hombro con otra persona en un descuido, girando a medias de inmediato.

Ambos se miraron con cierto aire de sorpresa, y curiosidad, sin que Sasuke o Deidara atinaran a hacer nada más por varios segundos.

-¿Eh? - Sasuke parpadeó al escuchar de nuevo el móvil - Si... te alcanzo en seguida... hum, llevaré si tú tienes hambre.

Deidara ladeó el rostro al ver a ese curioso y... muy bien, lo admitía, atractivo azabache hacer una reverencia a modo de disculpa antes de dar media vuelta. Curioso... muy bien, lo admitía de nuevo, apuesto. Le observó alejarse y negó con una sonrisa pícara al ver que otra vez iba distraído, jóvenes, todos parecen estar enamorados, seguro y más adelante chocaba de nuevo con alguien más. El también dio media vuelta y siguió su trayecto, sin dejar de pensar que ese chico tan llamativo le parecía... familiar.

¿Donde le habría visto antes?

Bufó restándole importancia. Se detuvo posando un puño en la cintura al llegar a la puerta principal de la Galería, contemplando la entrada con algo de nerviosismo y ampliando su sonrisa a causa de la emoción que sentía.

-Bueno... aquí voy.

 

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El frío de las pulcras baldosas era solo un precio pequeño a pagar por haberse dejado las ruidosas pantuflas al pie de la cama.

Asomó con cuidado para asegurar lo solitario del pasillo, apenas iluminado por esa luz blanca tan característica. Sin monos al acecho, caminó directo y en silencio hasta la mesa de enfermería, que también estaba vacía. ¡Qué bien! Pasó de largo con rapidez, echando un vistazo rápido escaleras abajo por inercia cuando comenzó a subir por las mismas, en busca de un sitio alto y ventilado.

Al fin respiraría algo de aire puro.

-Buenas noches - Soltó una femenina y aterradora voz tras él, consiguiendo pararlo en el quinto peldaño - ¿Dónde crees que vas?

El oji azul dio media vuelta, contemplando a Tsunade de pie al inicio de las escaleras del piso que abandonaba. Esbozó una sonrisa tensa al ver a la rubia cruzarse los brazos, en espera de su respuesta.

-Al... ¿baño?

-Hay baño en tu habitación - Recordó la rubia, y Naruto llevó las manos tras la espalda, sintiéndose como un niño regañado... ¿Qué pasaría si le reñía? - ¡Levanta ese suero!

-¡Sí! - Levantó la mano que sujetaba esa bolsita plástica más rápido que un resorte, y una gotita resbaló por su frente al comprender que reñirle estaba totalmente fuera de discusión.

-Bien - Tsunade sonrió satisfecha - Vamos, es hora de tu chequeo nocturno.

La rubia dio media vuelta. Naruto le siguió, bajando uno a uno los escalones con desgano, de nuevo rumbo a esa aburrida habitación. Entró derrotado y sin opciones, colgó su suero en el tripié metálico y volvió a la cama mientras la mayor revisaba la tablilla de control médico que tenía al pie de la misma.

-¿Cómo te sientes? - Dejando la tablilla en el buró de junto, Tsunade observó al oji azul encoger los hombros despreocupadamente. Comenzó a revisarle, buscando solo detalles, ayudada por la dócil cooperación del menor, dando por terminada su corta valoración al hallar todo en orden - No probaste bocado en todo el día.

-Tenía agruras - Soltó con un pequeño puchero y la rubia enarcó una cejita - La verdad es que hasta el agua tiene más sabor que eso a lo que ustedes, los médicos, llaman dieta - Agregó sin contener una sonrisa traviesa.

Tsunade lo imitó, si, todo en orden. Quitándose la bata, la botó en un sofá cercano al tomar asiento. Movió la cabeza de lado a lado un par de veces, haciendo tronar un par de articulaciones en su cuello, pasando por alto a la evaluativa mirada de su paciente en ella, quien se recorría hacia atrás en la cama para sentarse, usando la almohada y la cabecera de la  misma a modo de respaldo.

-Con el debido respeto, luce cansada - Tsunade volvió su atención a él - Me siento bien... estaré bien - Agregó el rubio con seriedad.

-... - ¿A qué venía eso? - Así parece - La mujer miró su reloj y se recostó cómodamente tras comprobar la hora.

Naruto reviró los ojos en dirección contraria, allá ella si no le creía. Suspiró, clavando la mirada en la ventana. Al estar en el quinto piso, el cielo nocturno y algunos edificios era lo único que veía desde el área de oncología, sin embargo, no ayudaban en nada con el horrible hedor a medicamentos que infestaba el lugar. Volvió la vista a la matriarca de los Uchiha, sin comprender como alguien podía pasar tanto tiempo dentro de aquél edificio.

-De verdad - Probó de nuevo, captando la atención de la rubia - Solo llevó aquí doce horas y estoy desquiciándome. Entiendo que también necesita descansar, y no creo que sea necesario que usted pase la noche aquí cuando me siento bien. Itachi lo comprende, ¿Por qué cree que aceptó ir a dormir? - Se detuvo un instante, hasta que la fija y desconfiada mirada de la matriarca le hizo comprender - ¡Ah! - Posó la mano izquierda sobre el pecho alzando la otra al frente, sin contener esa típica sonrisa tan suya - Prometo no escaparme... otra vez.

La matriarca se sentó al resoplar divertida, esbozando una sonrisa ladeada. Tal vez, Itachi no estaba tan fuera de juicio como ella creía.

-¿Qué? - Naruto enarco una ceja - La cosa iba en serio - Admitió, volteando el rostro en dirección contraria con aire ofendido.

-Y te creo - Respondió, sonriendo cuando esos zafiros volvieron hacia ella - Naruto... ¿Puedo llamarte por tu nombre? - El chico frunció el ceño y asintió - ¿Te gusta la soya?

-¿Soya? - Naruto ladeó el rostro - Creo que... ¡Sí! - Y esbozó una sonrisa zorruna - En Nueva York, comíamos hamburguesas...

La puerta abrirse súbitamente captó la atención de ambos rubios. Tsunade sonrió y, lentamente, un gesto de sorpresa apareció en el rostro de Naruto al ver a Itachi ahí... ¿Y la promesa de irse a dormir?

-Sale orden de Tacos y hamburguesa de soya para experto médico y paciente terco - Soltó el azabache con una divertida imitación de tendero ambulante, dejando un par de bolsas en el sofá y suspirando con cansancio al sentarse junto a su abuela - A la vuelta, ¿Eh? - Itachi miró a la mujer con supuesto reproche - Caminé manzanas enteras antes de dar con el dichoso negocio, ¿Estarás contenta?

-Muy satisfecha - Respondió ella sin darle importancia, sacando la comida que había pedido a su nieto.

-Pero... - Naruto frunció el ceño mirando alternadamente a Itachi y Tsunade - Pero, yo no puedo.

-No pasa nada, es soya - Interrumpió la rubia - Y a mi parecer, sabe mejor que el agua - Soltó con mofa, dejando un vaso de jugo natural en manos de su perplejo paciente - ¿No lo crees?

-... - El oji azul sonrió y agachó ligeramente el rostro, dejando que sus mechones cubrieran un poco el leve tono carmesí que seguro asomaba en sus mejillas. - Gracias - Murmuró bajito, volviendo la vista a Itachi por un fugaz segundo, pensando que quizás él recordaba cuanto detestaba comer solo. Pese a estar agradecido, optó por ahogar el resto de sus palabras en su interior."Por todo lo que sacrifican al estar aquí, gracias".

En ese cortó silencio, y el de coleta sonrió complacido, cerrando los ojos con ese gesto sincero.

Tsunade paseó su mirar de uno, al otro. Sorbió de su zumo, clavando la mirada al techo, realmente tentada en salir para dejarles un momento a solas. No, definitivamente, Itachi no estaba tan desquiciado al haberlo escogido a él. Ese chiquillo bocaza, testarudo y orgulloso también podía ser agradecido, sumamente humano y cálido... simplemente, era fácil quererlo.

 

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Esperando pacientemente, observó a Sasuke contemplar aquél lugar de arriba abajo con verdadera admiración. Gaara también posó la vista en ese amplio y elegante plantel, pero no, él no sentía nada que fuera lo suficientemente potente como para aturdirle por más de 15 minutos en la reja de entrada. ¡Como deseaba ser estudiante de tercer curso!, quizás así entendería lo que pasaba por la cabeza del otro.

-Sasuke - Llamó al ver que éste no parecía reaccionar - ¿Quieres que vaya yo?

-¿Eh? - Como si hubiera sido liberado de un hechizo, Sasuke miró al fin a su acompañante.

-Que si quieres, puedo ir yo - Repitió el menor, señalando el sobre amarillo que el azabache llevaba consigo.

-No - Sasuke afianzó el papel, regresando la vista al frente con decisión - Quiero hacerlo personalmente.

Gaara asintió, y lo siguió. Entrar en aquél sitio significó un paseo entretenido, y un verdadero deleite visual. Las áreas verdes eran increíbles, el decorado de las oficinas exquisito, y la arquitectura sorprendente. Así, después de un rato, volvió a prestar atención a Sasuke cuando él entregó aquél sobre a la recepcionista.

La chica lo abrió, corroborando la veracidad de los documentos a una velocidad impresionante. Vaya que tenían práctica en eso.

-¿Uchiha? - Murmuró la chica, dedicando una mirada inquisidora al azabache - ¿De Corporaciones Uchiha?

-Hay algún problema - Sasuke le miró inquieto.

-Oh, no, en lo absoluto - La recepcionista sonrió con exageración - Ingresaré sus datos, y le entregaré una copia de su solicitud enseguida. Le enviaremos la fecha y hora de la prueba por correspondencia - Agregó con melosa suavidad.

Gaara enarcó una ceja, ¿Qué había sido eso? Y pese a estar igual de extrañado, Sasuke afirmó en seña de haber entendido las indicaciones.

-Sasu - Llamó bajito el oji verde, captando su atención - Enseguida vuelvo.

Gaara no tuvo que buscar demasiado los lavabos, que increíblemente también eran de lujo. ¿Quién habría sido el arquitecto o decorador de interiores de la Facultad de Ciencias Médicas?. Empezaba a entender la necedad de Sasuke por querer entrar precisamente en esa universidad, era increíble. Lástima que la Medicina no le llamara.

Enjuagó sus manos y se miró al espejo. Se quedó quieto y, por varios segundos, dejó solo el agua correr libremente por sus manos.

-Esto no debería importarme... ¿Cierto? - Murmuró a su reflejo - Después de todo, no es como si quisiera casarme con Sasuke. No es como si quisiera casarme ahora... o en los próximos siete años.

Gaara reviró los ojos con lentitud. Una vez lo pensó, sonrió a su reflejo, terminando de asear sus manos con tranquilidad. Era cierto que esos eventos le llamaban increíblemente la atención pero, aunque intentara imaginarlo, en su mente no había fantasía alguna parecida a esa. Quizás más adelante. Por ahora, esto no importaba.

Se encaminó de vuelta con renovada tranquilidad, hallando la recepción vacía, seguramente habrían terminado ya.

-¿Uchiha Sasuke? - Escuchó en las cercanías, reconociendo a la recepcionista que platicaba con otra mujer en un escritorio más al fondo - ¿De Corporaciones Uchiha? ¡Bromeas! - Exclamó la otra con sorpresa.

-¡De verdad!, Te digo que es él, y es más atractivo en persona de lo que se ve en los periódicos - La recepcionista asentía con insistencia.

-Que guay ¡Yo también quiero conocerlo! - La secretaria aferró sus puños emocionada meneándolos de lado a lado frente a ella - Ojalá pase el examen, sería una lástima privarnos de semejante bombón por tonteras académicas, ¿No crees?

-¡Pero qué va! - La chica guiño un ojo a la otra - Ingresé sus datos personalmente y que expediente. Créeme, con semejantes notas, el número de reconocimientos escolares que ha recibido y el apellido que trae, el examen es mero requisito.

-¡¡Guay!!- Chillaron ambas a coro, deteniéndose de súbito y volteando curiosas hacia la entrada cuando la escucharon cerrarse, volviendo en nada a su conversación al no ver a nadie en el lugar.

Fuera del edificio, Sasuke miró la hora. Se cruzó de brazos y trataba de distraerse con cualquier cosa para esperar un poco más cuando, súbitamente, un jalón en su brazo derecho casi le hace perder el equilibro. Ante su sorpresa, miró a Gaara colgado de él como si de repente temiera perderse.

-¿Esperaste mucho? - Preguntó el peli rojo, con un involuntario y discreto gesto de mala leche en el rostro.

-¿Hum?, no en realidad - Sasuke frunció el ceño extrañado - ¿Sucede algo?

-Hum... no en realidad - Repitió sus palabras con alevosía.

Ante el desconcierto de Sasuke, Gaara lo soltó tan rápido como lo había aferrado, enarcando una ceja cuando incluso empezó a caminar sin él, teniendo que reanudar la marcha a prisa si quería alcanzarle. ¿Estaría enfadado... molesto con su decisión?

-Gaara - Llamó apenas, dudoso, apreciando como él volteó con su llamado - ... Gracias - Exclamo al detenerse.

El oji verde también paró, y ladeó el rostro confundido.

-Por acompañarme hoy, por venir conmigo... - Explicó Sasuke con sinceridad, "...por apoyarme aún en esto". Suspiró y juzgó prudente decir solo lo necesario - Gracias.

Esbozando una débil sonrisa, el azabache retomó su camino, sin detenerse al pasar a su lado, con Gaara extrañado y siguiéndole únicamente con la mirada.

-¿Debería decirte... - Susurró el peli rojo para sí, sin quitarle la vista de encima -...que tu admisión es un hecho?

Sasuke paró varios metros más adelante, y Gaara entrecerró la mirada con supuesto enfado cuando él volteó. Si obviaba el hecho de que estaba esperándolo, lo que le molestaba era verle con ese aire inconsciente de "Uchiha-buenote".

-Mejor no. Sufre estudiando un poco más... - Murmuró de nuevo para sí - maldito Casanova - Concluyó, sonriendo al retomar el paso para darle alcance.

 

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Con el cese de aquella musiquilla polifónica, Naruto se detuvo por enésima vez. Enseguida, aferró la insincera metálica que llevaba con más fuerza de la necesaria, completamente seguro de que el asa terminaría por torcerse y marcar la forma de sus dedos si no llegaba pronto a su destino.

-Atráela más hacia ti Naruto - Pidió Tsunade en la cercanía, cómodamente sentada en una de las tantas bancas que rodeaban la "peculiar" construcción en la que ahora estaban, ubicada en un pequeño claro a orilla de la carretera - Pégala a ti - Repitió, usando sus manos como amplificador.

El oji azul la miró ya con algo de enfado, observando como Mikoto -junto a la primera- le hacía señas para simular "La forma correcta" en que debía sujetar el contenedor de incienso. No pudo evitar que una enorme y palpitante vena apareciera en su frente.

¡Maldita la hora en que vieron ese lugar!

El oji azul suspiró con enorme autocontrol y, tragándose todo lo que le pudiera quedar de dignidad, atrajo un poco más aquel recipiente hacia sí. Una segunda vena se apareció en su sien al voltear a su destino y ver a Itachi contener una carcajada, deseando que Asuma le hubiera pegado mas fuerte cuando lo zapeó por su falta de consideración.

¡Y malditas las tradiciones Marca Uchiha!

-Déjenlo en paz o no llegará nunca con nosotros - Junto a los azabaches y de pie tras un pedestal de mármol, sitio donde un regordete libro reposaba abierto en lo alto del mismo, Kurenai reía disfrutando de lo lindo la escena - Aún así ¿No es muy pronto para esto?

-Tonterías - Tsunade abanicó una mano frente a ella - Está mejor así Naruto, ahora... continuemos - Dedicó al presionar un botón del móvil.

La cancioncilla polifónica, esa que francamente Naruto ya empezaba a odiar, resonó de nuevo en aquella capilla a cielo abierto, que ve a saber dios a quién diablos se le había ocurrido construir en la orilla de plena carretera.

-Vamos Naru chan, tu puedes - Mikoto alzó un puño con emoción.

Apretando los dientes, sin olvidarse de la bendita olla de incienso, empezó a caminar de nuevo con lentitud pues, según la omnipotente Tsunade, tenía que ir al ritmo de... de... la marcha nupcial... ¡¿Por qué rayos era él el que tenía que caminar?! ¡¿Y por que con una olla de incienso?! Bueno, al menos no eran flores.

Dio un último paso y por lo menos, esta vez, consiguió llegar hasta donde Kurenai y tomar la mano de Itachi antes que a nadie se le ocurriera sugerir alguna otra estupidez, como el ensayo prenupcial que estaban realizando justo ahora por citar un ejemplo, o como el que usaran la horrible marcha nupcial en tonito polifónico... ah, y sin olvidar la jodida olla de incienso.

-Hermanos míos - Empezó Kurenai de forma teatral - Estamos aquí para unir dos vidas en la sagrada unión que representa el matrimonio...

Naruto cerró los ojos, exhalando un amplio suspiro, intentando retomar la calma. Usar ropas formales, de tonos pasteles, con etiqueta, aprender modales, costumbres... ¿Cuánto más podría tolerar?. Empezaba a comprender porque Itachi había huido de su casa. Sin embargo... había vuelto.

Volvió la vista hacia el azabache con discreción, y la voz de Kurenai pareció distanciarse, cada vez más... ¿Así sería todo?... incluso el ruido de los autos pasar en la carretera y el de los árboles al agitarse por la suave brisa parecían estar mudos, ¿Así sería...?

-Itachi, ¿Aceptas por esposo a este joven...  - ¡¿Tan rápido?! Naruto respingó y volvió la vista a Kurenai de súbito. La azabache le guiñó un ojo haciéndole notar que obviamente se había saltado la parte aburrida de la "supuesta ceremonia" -... y respetarlo todos los días de tu vida, hasta que la muerte los separe?

-Ajá - El azabache elevó y bajó los hombros con su respuesta. Una gota resbaló por la frente de los Uchiha que, al igual que Naruto, automáticamente miraron a Tsunade temiendo lo inevitable.

-Naruto... - Llamó Kurenai con rapidez.

-¿Soportarás a Itachi por el resto de tus días? - Cortó Asuma, ansioso al escuchar el tonito polifónico detenerse de súbito, cortesía de una nuevamente molesta Tsunade.

-¡Oye! - El azabache respingó entre enfadado y divertido.

Naruto contuvo una risa y volvió la vista, escuchando a Mikoto animar su respuesta a coro con Asuma y Kurenai, mientras Tsunade se ponía en pie con una mirada amenazante.

-¡¡Yo me opongo!! - Aquél repentino grito y todos miraron hacia la orilla de la carretera de forma automática, contemplando a Kakashi llegar junto a Iruka. El peli plata esbozó una amplia sonrisa cuando un par de cascaditas cayeran por sus mejillas de forma cómica al mismo tiempo que una gotita resbalaba por la frente de su acompañante - ¡No pueden casarse si el padrino no está presente!

Naruto no pudo más, rió abiertamente ante el amplio debate familiar que surgió, con Kakashi intentando explicar la ausencia de Jiraiya -quien se había quedado resolviendo asuntos relativos a la directiva de Konoha School- mientras Tsunade repetía una y otra vez que una boda no era una vil broma de circo, paralizándose en seco cuando escuchó sugerir a los mayores que repitieran todo de nuevo.

¡Santo cielo! Las bodas no eran una broma de circo, sino un vil método de tortura.

Un suave tirón en su mano, Itachi pidiéndole silencio con una señal y Naruto se dejó guiar por el bosque, aliviado de perder a los demás cierta facilidad. Caminando tras el azabache, el rubio observó el agarre de sus manos durante el trayecto... "Un método de tortura". Recordó la extraña fobia de Sasuke, y sonrió al comprenderlo un poquito, "Un método de tortura para más de uno" concluyó. Pese al paso de los días, no se podía permitir echarle de menos... no debía.

"¿Y para él?" Formuló al volver a fijarse en Itachi, justo cuando el mayor detuvo la marcha de ambos.

-Vayamos al circo - Soltó el azabache de pronto, sacando al oji azul de sus extrañas confabulaciones - A uno de verdad, con botargas, payasos y animalitos exóticos.

Naruto sonrió fascinado y asintió. Botargas... desvió la mirada al recordar, otra vez,  algo que no debía, por lo menos no frente a Itachi, llegando a su idea del prototipo de una boda perfecta. ‘Un lugar cualquiera, tu mejor amigo y un extraño como testigos, el maestro Roshi de juez, música rara, con tarta, mucho, mucho alcohol y... un kame hame ha'. ¿No podría ser así de simple?

Sin embargo, cuando no hay más camino que hacia adelante... hay que ir hacia allá.

 

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El ruido seco de algo al caer le hizo despertar y sentarse de súbito.

Adormilado, Sasuke notó su inseparable guía de estudios abierta hacia abajo y tirada en el piso, junto al banco en el que estaba. Seguro resbalaría después de que se hubiera quedado dormido con el libro encima de su rostro... ¿Qué hora sería?

Bostezó, desperezándose al agacharse a recoger su guía, mas todo intento quedó de lado cuando el encuadernado se deslizó por el piso cortamente un par de ocasiones.

-¿Y ahora? - Murmuró. De un ademán, alzó el libro al aire, y retrocedió de súbito al ver los perfectos colmillitos y la esponjada cola de ese bichejo naranja -¡Tú!

-Kjjj - El zorrito brincó amenazante, regresando de inmediato bajo la seguridad del libro, caído solo medio metro tras él.

-¡Ah no!, ¡Ni lo pienses! - De inmediato, Sasuke saltó de su cómodo lugar para tomar el libro en sus manos - ¡Hime, a él!

Enrollada también en la banca de la palapa y protegiendo el preciado diccionario Inglés-japonés de su amo, una adormilada Hime se limitó a elevar la cabeza con su llamado. Una gota resbaló por la frente de Sasuke al ver a Kyuubi trepar a lo alto, acurrucándose en el nido de Hime sin temor aparente.

-Lo sabía - Murmuró con una pataleta, encarando a su amiga - ¡Ese bicho naranja te gusta! - Reprochó señalándola de súbito - Te prohíbo te juntes con él ¡¿Entendiste?!

El azabache resopló y, arrebatándole su diccionario con brusquedad, dio media vuelta soltando un y mil improperios en voz baja, donde el castigo a la alta traición parecía ser el tema principal.

Volvió a la mansión en breve. Una vez en la sala, dejó sus libros en un buró cercano para servirse algo de agua. También tenía hambre. ¿Cuánto tiempo habría dormido? Con un poco de sueño aún, tomó asiento en la sala, bebiendo con suma lentitud.

-¿Sasuke? - Aquella voz y Sasuke respingó, retrocediendo y alejando el vaso de sí cuando un poco de agua empapó su camisa - ¿Estabas en casa? - El aludido volteó, comprobando que efectivamente era su hermano quien le observaba desde la puerta.

-Buenas noches - Saludó al ver que Itachi obviamente no venía solo. Pese a lo mucho que los había evitado todo este tiempo, y a lo ocupados que ese par podría llegar a estar, viviendo en la misma casa, sabía que algún día tendrían que topar de nuevo... los tres.

-Buenas noches - Naruto parpadeó, superando la pequeña sorpresa que sintió al verlo de nuevo, asintiendo apenas a modo de saludo.

-Wuh, que serios - Itachi sonrió y, sin pena ajena, entró hasta tomar asiento frente a su hermano, extrañándose un poco cuando Naruto prefirió quedarse de pie a un lado del sofá - ¡Es verdad!, Ahora que lo pienso, ustedes dos no se conocen aún.

Incómodo, Naruto volvió la mirada hacia la puerta, y Sasuke de verdad agradeció al mundo el increíblemente alto número de neuronas que le había tocado en su parte de la herencia.

-En realidad, no nos has presentado.

-Hemos estado algo ocupados - Itachi sonrió de nuevo, mirando a su hermano de forma analítica - Veo que ya estas de mejor humor - realmente pareció disfrutar del aparente enfado que provocó en Sasuke - Quizás no es el momento pero, creo que tenemos un par de cosas por hablar, ¿No crees?

-Si tú lo dices - Sasuke jaló y abrió de nuevo su guía al frente - Te escucho.

Itachi reparó en la guía que su hermano leía con suma concentración e inmediatamente un gesto de quien recuerda algo surcó su rostro.

-¡Oh diablos, los libros! - Se puso en pie de súbito, sacó su celular marcando y ante la sorpresa de los menores, tiró de la mano de Naruto para sentarle bruscamente al sofá - Espérame aquí.

-¡¿Qué?! - Soltaron Naruto a Sasuke a coro de forma inconsciente, captando la atención del mayor.

-Exagerados - Murmuró con una pequeña sonrisa - Naruto, Sasuke, Sasuke, Naruto - Soltó señalándolos con suma rapidez en el mismo orden, "presentándoles" de una forma totalmente absurda -¿Hola?, ¿Servicio de paquetería internacional?... Si, habla Uchiha Itachi. Necesito saber del envío a Japón que tengo pendiente... si, ese mismo.

Naruto y Sasuke contemplaron atónitos como Itachi se limitó a dar media vuelta, perdido en su discusión telefónica sin prestarles importancia.

-No, había dicho que era una pro-mo-ción... ¡Carbura mujer! promoción es igual a descuento - Explicó Itachi al desaparecer de la habitación tras hacerles una seña donde casi juntó los dedos pulgar e índice, pidiéndoles tiempo.

El silencio que dejó Itachi tras su salida parecía sagrado, sin que ninguno de los dos apartara la vista de la puerta aún, silencio roto cuando el sonido de algo arrastrándose por el piso captó la atención de ambos, observando con extrañeza como un conocido diccionario se deslizaba por el piso a brinco y arrastres cortos justo hacia el oji azul.

-¿Quién vive? - Canturreó Naruto, agachándose para levantar el libro con algo de cautela, sonriendo alegremente al ver a un viejo amigo - Hola... cosa guay.

Sasuke miró atento, y con notoria sorpresa, como Naruto parecía ser extrañamente inmune a la rabia, pues como esperaba, fue kyuubi quien asomó por debajo del encuadernado, mas lo que no esperaba era ver a este subir pasivamente al regazo del oji azul mientras meneaba la cola con emoción... vil perro faldero. O quizás, también era obra de... cierto pacto diabólico.

Frunció el ceño al ver el libro que Naruto sostenía, y respingó buscando su diccionario en el buró de cerca.

-¡Tu!, ¡¡Descarada bestia peluda!! - Soltó señalando al animalejo de golpe... una gota resbaló por su frente al ver la sorprendida mirada de Naruto en él, estático y con Kyuubi en brazos - Ah... me refería a él, a él - Repitió, señalando al zorro lentamente.

-¿Ah sí? - Un gesto de molestia apreció en el rostro del rubio, que giró con enfado el diccionario para ver la portada, volviendo la vista al azabache con una cejita enarcada.

-Es mío- Sasuke frunció el ceño con la risotada que soltó el menor - ¡¿Qué?!, a diferencia de otros, yo si aspiro una educación superior.

-... - Naruto detuvo su risa de inmediato, arrojando de lleno el libro a Sasuke, quien lo sujetó antes que le diera de lleno en la cara - ¡No me lo restriegues en la cara! Además, es estúpido que estudies inglés si lo hablas perfectamente, teme - soltó en palabras americanas que el azabache entendió a la perfección.

Sasuke miró el libro aún con sorpresa y sonrió sintiéndose algo estúpido, en qué momento pasó por alto que en las Vegas se entendieron en inglés, y que al volver, bien supieron discutir en japonés. Tonto de remate, ¿Así quería aprobar el examen?

Volvió la vista a Naruto, observándole rascar el cuello al kyubi antes que lo posara al piso y le diera una fuerte palmada al liberarlo, negándose a continuar con semejantes mimos. Y sus propias palabras resonaron en su mente... "Seamos amigos".

-¿Juegas Rumik? - Exclamó en tono neutro y Naruto le miró con un deje de sorpresa.

Instantes después, sentados al piso, revolvían las piezas plásticas en la mesilla del centro, tomando el número de fichas que les correspondía en silencio.

-¿Itachi te enseño japonés? - Sasuke acomodaba sus piezas antes de iniciar tirada.

-Itachi es un maldito, lo usaba para hablar con sus amigos cuando no quería que yo me enterara de algo - Soltó el menor, esbozando una pequeña sonrisa cuando Sasuke le miró con sorpresa - Me enseñó una gran amiga, puedo hablarlo, pero no sé leerlo.

-Debió pasarla mal cuando aprendiste - Él también rió.

-Digamos que, recibió su merecido - Naruto sonrió de nuevo, cambiando sus propias fichas de posición - ¿Qué tal van Gaara y tú?... Si eres listo, no le habrás dicho nada.

-... - Sasuke se paralizó un segundo, posando tres fichas al frente, en medio de ambos, bajando jugada para comenzar - Estamos bien, descuida.

-Me alegro - El oji azul deslizó seis fichas al frente y le miró - Se escuchará egoísta, pero es un peso menos para mí. Me alegra que Gaara esté bien.

Una débil sonrisa asomó en el rostro de ambos, volviendo la vista a la mesa de forma automática, centrando su atención en el juego como lo que habían acordado ser... amigos.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Sumergido en sus adentros, Iruka se dirigía tranquilamente a la biblioteca, pasando de largo la sala tras el breve vistazo al interior que le dio por inercia, regresando sobre sus pasos tal cual rayo sin creer haber visto a Sasuke y a Naruto momentos atrás. ¡¿Esos dos juntos?!

-Chicos - Llamó al entrar, captando la atención de ambos. Se acercó y tomó asiento junto al oji azul - ¿Rumik? - Soltó al ver el juego.

-Acabamos de empezar - Naruto le sonrió, e Iruka comprobó que la bella apariencia de ese niño... era peligrosa - Juegue con nosotros, Iruka san.

-Por supuesto - El castaño se pasó a sentar al piso y el azabache le acercó las piezas - ¿Itachi? - Preguntó al aire, sin mirarles.

-Salió a atender una llamada - Contestó Sasuke como si nada.

-Ya veo - Iruka acomodaba su juego y bajó jugada al instante, dando turno a su sobrino quien, al igual que Naruto, parecía sumamente concentrado en el juego.

El castaño sonrió al hacer una absurda comparación. Absurda. Sus casos eran completamente diferentes. A diferencia de ellos, él lidiaba con promesas viejas y conflictos personales. Bajó jugada un par de veces más, riendo cuando los chicos resoplaron decepcionados tras ser derrotados de forma rápida y humillante.

-¡Yo también quiero jugar! - La voz del pequeño Konohamaru tras de Sasuke llamó la atención del resto, que miraba el juego de mesa con libreta en manos.

-¿Qué es esto? - Sasuke tomó el encuadernado y un notorio tic apareció en su ceja al leer - ¿"No puedes terminar conmigo"?, ¿"Emborracharse por su culpa"?

-Es tarea de la clase de salud y sexualidad - Konohamaru rió ante la extrañeza de Naruto e Iruka - Debemos definir con palabras lo que es amor y lo que no.

-¡¿Tan rápido?! -Iruka, arrebató la libreta a Sasuke para mirar las frases - ¿De dónde sacaste estas ideas?

-No es mi culpa que ustedes enseñen esa clase al quinto curso ´koré - El pequeño rió con soltura - Estoy preguntando a todos para terminar más rápido, y esas ideas son de Tsunade oba sama y Jiraiya Oji san.

-¿"Celos" esta en ambos lados ´ttebayo? - Junto a Iruka, Naruto también miraba la libreta con curiosidad.

-Lo tenía solamente en la columna de las que citan lo que no es amor - Excusó el pequeño - Pero Itachi nii san dice que no siempre son malos - Completó, haciendo  resbalar una gota por la frente de los presentes. Naruto sonrió nervioso al sentir la mirada de Iruka y Sasuke sobre él.

-¿"Tener sexo para complacer a la pareja"? - Leyó Iruka y continuó antes que Konohamaru hablara de nuevo - No me digas, no quiero saber quien dijo eso.

-Ok - El menor alzó los hombros - Sasuke nii chan ayúdame tu también, dime algo que consideres amor y algo que no.

-¿Eh? - El azabache le miró con algo de terror. No, el no era bueno con eso de expresar sentimientos, cediendo ante la mirada suplicante de su primo -... ¿Comunicación? - Soltó con duda.

-Bien Sasuke - Ante sorpresa del aludido, Iruka le removió los cabellos, parando al ver su fulminante mirada asesina made on - Era broma - Se excusó. Konohamaru anotó la sugerencia de Sasuke con rapidez para ahora buscar en él otra idea - Racionalidad, plenitud, felicidad - Soltó, esperando no tener que continuar, con el pequeño anotando lo más rápido que podía.

-El amor... ¿Te hace racional, pleno y feliz? - Interrumpió Naruto, centrando ahora su interés en Iruka, atrapando la atención de los otros sin reparar siquiera en ello.

-Bueno - El castaño observó el techo pensativo - En realidad, todos son conceptos muy amplios como para referirse solo al amor. Por ejemplo, la felicidad. Se puede ser feliz al gozar de una buena salud, contar con una gran familia o, para otros, el simple hecho de tener a alguien que te ame profundamente - Finalizó, volviendo la vista a su perplejo público. Quizás se le había ido la lengua.

-Salud, una familia unida y alguien que te ame - Repitió Naruto con tono ausente - Ustedes deben ser muy felices entonces.

-¡Hai! - Konohamaru elevó un puño con emoción, mientras un extraño rayo de procedencia desconocida pareció fulminar internamente a sus otros dos "parientes".

Iruka se lo pensó de nuevo. Tal vez, habría que redefinir un nuevo concepto para explicar qué era la felicidad.

 

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Totalmente emocionada, Tsunade miraba la entrada de la Galería Sur con una amplia sonrisa en el rostro.

Tal vez por el hecho de verla tan feliz, o solo quizás temiendo que su enfado fuera igual de aterradoramente grande si la fastidiaban, Sasuke optó sabiamente por seguirle la corriente... un poco más.

Por otro lado, en la puerta, Itachi leía una y otra vez el cartel de la exposición con algo parecido al desconcierto, sin reparar que Naruto observaba atento la extrañísima expresión que él tenía en el rostro.

-"Frío celestial" - Leyó Tsunade del mismo cartel que veía Itachi - He querido venir desde que abrieron. Al fin veré la renovación pictórica y la exposición exclusiva.

-¿Conoce al autor? - Naruto decidió pasar de su prometido, limitándose a mirar las imágenes de la propaganda al no poder leer nada.

-Los conozco a ambos, y son verdaderos genios - Concluyó, mostrando los cinco boletos que cargaba, dejando dos de ellos en manos de Itachi, y otros dos en manos su nieto menor - Sasuke, espera por Gaara y nos alcanzan luego dentro.

El azabache asintió casi en un susurro, bajando la mirada al descubrirse observando a los otros dos. ¿Qué tanta necesidad de mirarlos?... Detestaba que ninguno hubiera podido negarse a la tontería esa de pasar la tarde "todos juntos". Si él aún no podía pensar siquiera en la idea de estar los cuatro y como si nada. Aún... necesitaba algo más de tiempo.

-Descuida, esperaremos contigo Sasuke - Al igual que el resto, enfocó a Itachi con enorme sorpresa, como si todos dudaran de esas palabras -¿Qué? No quiero que te quedes solo - Excusó su hermano con supuesto enfado.

-En realidad, no creo que debamos dejar sola  a Tsunade sama - Naruto prefirió volver a fingir que miraba la propaganda antes que comprobar que seguro y ahora al que miraban como a un alien, era a él ¡Si hasta podía sentirlo! Pero, no quería verlos juntos... aún no.

-¡Suficiente! - Tsunade cruzó los brazos haciendo respingar a los tres - Sasuke se queda afuera hasta que Gaara llegue, Itachi, entras y le muestras el lugar a Naruto o todos asumirán las consecuencias de mi ira.

-¿Y tú? - Articuló Itachi con frustración - Fue necedad tuya el venir aquí.

-Iré a felicitar a los autores, ku, ku, ku - Exclamó feliz al entrar al lugar, dejándoles perplejos en la puerta.

Itachi bufó molesto, más abrió la boca con sorpresa al ver a Naruto correr tras su abuela sin preguntar ni esperarlo... ¿Y ahora qué le sucedía al chiquitín?

-Sasuke... - Llamó a su hermano, mirando ahora hacia atrás, renovando su  sorpresa al hallarse prácticamente solo - Joder - Palmeó su frente con ansiedad, apurándose a entrar también. Frunció el ceño, pasando de largo la primera sala al no ver a Naruto ahí y llegó a la siguiente en breve. ¡¿Vacía también?!... Calma Itachi, calma, solo... solo debía buscar bien, seguro y andaba revoloteando un poco más allá.

Desde que leyó el cartel de la entrada lo supo, que definitivamente, este era un paseo que no podría disfrutar.

 

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Anduvo a paso lento por los jardines de alrededor, sin tener un interés real por la madre naturaleza. Pero, era eso o esperar de pie en la puerta como tonto. A decir verdad, solo esperaba por Gaara para poder zafarse del supuesto paseo sin parecer obvio.

Sasuke suspiró al recordar el dichoso "Funeral del Desierto". Ya vería como se disculpaba después con su novio, pero no podría quedarse y andar por ahí como si nada. Lo viera como lo viera, se sentiría extraño.

Metió las manos a los bolsillos de su pantalón con desgano, deteniéndose en un alto portal, elaborado a base de bien moldeados rosales multicolores. Leyó la inscripción junto al umbral, para luego observar los bellos murales que se extendían desde la supuesta entrada principal.

-¿Laberinto? - Repitió, sonriendo al memorizar el croquis en la entrada. ¿Acaso habría mejor lugar para perderse?

 

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Tras haber perdido todo atisbo de paciencia, Itachi ya caminaba por la galería con rapidez, apretando los puños y mirando a su alrededor de forma insistente, y de Naruto ni rastro... ¡¿Se lo había tragado la tierra o qué?!

-¡Maldición! - Siguió por un pasillo, pasando de largo la puerta de otro salón, regresando rápidamente a al ver a alguien más en el interior de éste - ¡¡Sasuke!! - Lo llamó con exasperación.

Se acercó enfadado, y más al notar que su hermano prefería rascar el marco de una de las tantas pinturas con algo de sutileza, para luego alzar el dedo con el que había realizado aquello y observar de nuevo el cuadro de forma analítica.

-¡Sasuke, te hablo! - Repitió ya junto a él, girándole por el hombro para hacerse notar.

-¿Quién? - Interrogó el joven azabache, sin sorpresa alguna en el rostro. Itachi lo soltó, desconcertado.

-Lo siento, te confundí con mi hermano - Excusó. Observándolo mejor, tenía el cabello más corto y su piel era más pálida. En verdad hoy no tenía cabeza para nada, ni siquiera había notado lo diferente de sus atuendos - Lo siento - Repitió. Aún así... algo le era familiar en él.

-¿Tu hermano? - Aquél extraño azabache, que si el de coleta mal no calculaba rondaría los 19 años, le miró un instante antes de sonreír de una forma totalmente enigmática - Itachi... ¿cierto?

El aludido frunció el ceño... abriendo los ojos con sorpresa y levantando la mano para señalarlo cuando al fin lo reconoció, enmudeciendo cuando el otro le cubrió la boca con una mano y volteó a ambos lados, comprobando lo solitario de la sala.

-Sai - Murmuró de nuevo con esa sonrisa - Ahora mi nombre es Sai. El menor le liberó y volvió la vista a aquél cuadro. Al parecer, dándole tiempo para asimilar la noticia mientras él se dedicaba a buscar los detalles que aún le gustaría afinar en la exposición.

Itachi le admiró un momento más, demasiado sorprendido al recordar las palabras de Kakashi, Iruka, inclusive de su propia abuela, a quien había preguntado también tras no haber creído la historia de los primeros.

"Todos, excepto él".

"Dicen que fue un accidente, pero la policía no está segura".

"Le cambiaron el nombre, borraron su identidad, le dieron una nueva vida y le custodian para protegerle".

"Aunque, a decir verdad, él tampoco parece tener interés por recordar"

Itachi entrecerró los ojos con premeditación. Así que, Sai. ¿Quién lo habría imaginado? El hijo pequeño del Tío Danzou, el hermano menor de Mizuki, justamente ahí, como el único recuerdo de aquella familia.

-¿Te gustan...? - Itachi cortó la pregunta, dudoso, con la atención de "Sai" encima. Quizás no era bueno indagar en los recuerdos del chico... pero habría otras formas - ¿Conoces a algún coordinador de eventos?

El menor sonrió ampliamente, se podría decir de forma natural. Pero ahora que Itachi lo recordaba de años atrás, entendía lo falso de ese gesto.

-No.

 

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Una sonrisa asomó en el rostro de Gaara al realizar la mini-acrobacia con la que saltó ese enrejado, fascinado con la idea de que estaba cometiendo allanamiento de morada. Si, un delito, ¡Pero y qué!, nadie lo notaría, además llevaba prisa, y solo estaba cortando camino, uno que lo separaba del increíble "Funeral del desierto".

Atravesó el sitio y solo bastó sortear una que otra bardilla más para entrar a la Galería por una puerta lateral, dejando de lado el atisbo de culpa que sintió al haberse colado así al lugar... ¡Bah, pamplinas!, recorrió varios pasillos y un par de salas sin detenerse a mirar todavía, ya tendría tiempo para ello una vez encontrara al que buscaba.

Más sin embargo, se detuvo unos instantes al final del pasillo, observando la pintura ahí expuesta.

-Guau - Exclamó emocionado. Era imposible no fijarse en ella.

En el lienzo, aquél ángel con la mitad del rostro cubierto por una de sus alas, llevada al frente seguramente con intención de ocultar en algo la nostalgia que irradiaba su mirar, con sus azabaches mechones resbalando grácilmente por su rostro, sin lograr opacar el azul intenso de sus ojos. Toda una obra maestra.

-"Abismo" - Leyó el título, fijándose en las letras más pequeñas justo bajo éste - "El peor castigo"- Sonrió un instante, deshaciendo ese gesto al pensarlo mejor. ¿El peor castigo?, ¿Qué es lo suficientemente potente para hundirte en un abismo?

Cabeceó en negativa al recordar que aún buscaba a Sasuke, ya se pensaría después el enigma de la pintura, así que se limitó a volver a andar por la galería, saliendo a los jardines ante la posibilidad de que era más probable que estuviera afuera.

Un extraño crujido justo encima de él le hizo alzar la mirada, apenas extendiendo una mano al aire al ser súbitamente arrastrado al piso por... por lo que le cayó encima, y lo que sea que fuese, también se quejó ampliamente tras ir a dar al piso con él.

-Las placas... - Susurró sin aire el oji verde, boca abajo y aún con la mano extendida al frente - Alguien anote las placas.

-¡Lo siento! - Escandalizó alguien más, alguien que estaba sentado encima de él, y que a diferencia de su hermana, rebasaba los 42 kilos que en ocasiones soportaba sin problemas - ¡¿Estás bien?!

Sin tiempo de responder siquiera, Gaara parpadeó al ser sentado de súbito, retomando aire mientras aquél chico, al parecer de su edad, sacudía todo rastro visible de polvo en su ropa con palpable vergüenza. Una vez le vio limpio, el rubio hizo una reverencia de disculpa, mirándole al fin de frente cuando se irguió de nuevo... Gaara abrió un poco más sus orbes al descubrir que aquéllos ojos realmente existían. Azul... el azul intenso del cielo, y el mismo de la pintura. Mientras observaba, una pequeña plumita amarilla descendió lenta y danzante hasta posarse en la nariz del chico, haciéndolo estornudar, logrando levantar varias plumillas más a su alrededor.

¿Plumas?... El peli rojo elevó la vista una vez más, y sonrió al ver el nido que pendía en la rama del árbol que tenían justo encima de la cabeza.

-De verdad, lo siento - Repitió el oji azul frotando su nariz brevemente con el dorso de su mano - ¿Estás bien?

-Sin aire, pero no hay un solo hueso roto que cobrarte.

El chico de ojos de cielo sonrió con su respuesta y asintió una vez más, pasando una mano por su rostro para sujetar sus traviesos mechones tras su oreja, sorprendiéndose y volviendo a sonreír avergonzado cuando descubrió un par de plumitas más entre sus cabellos con esa acción.

-Permíteme - Gaara le quitó con cuidado las pocas plumas que tenía, girando la última de ellas frente a ambos a modo de trofeo.

De repente, una idea extraña pasó por su mente, deteniendo  lo que hacía poco a poco, perdiendo su atención en algún punto dentro de sí mismo al hacer una comparación, quizás extremista, pero lógica

-Neh - Llamó de súbito apenas notó que ese chico se levantaba ya - ¿Cuál es el peor castigo? - Preguntó, sin importar lo raro que eso sonara, observándole pensar un momento antes de apreciar una sonrisa cargada de... ¿nostalgia?

-Querer y no ser querido - Murmuró el oji azul sin dudar, dedicándole una última sonrisa antes de empezar a caminar en dirección contraria.

 -Guau...

 

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Recorrió de vuelta el camino a la galería con  tranquilidad, apreciando al fin las bellas obras que exhibían en el lugar.

Después de una rápida expedición en busca de los sanitarios, devolver un nido caído a un árbol cercano y conocer a un chico igualmente bello que extraño, Naruto decidió buscar al fin algún rostro conocido... claro que eso lo podía hacer mientras disfrutaba del paseo.

Llegó a la puerta al final de la sala con la idea de continuar su recorrido, parando en seco al topar de frente con alguien, conocido si... pero definitivamente era el último rostro que hubiera querido volver a ver.

-¿Tu aquí? - La incredulidad también era más que obvia en aquél rubio de largos cabellos, alzados en su típica media coleta con un maderito al estilo de palillo japonés - Vaya... espera, no me digas, ya sé cómo va la broma. También vino Itachi, ¿no?

-... -Naruto mudó su sorpresa a seriedad al verle reír incrédulo - Con permiso, Deidara san - Una breve reverencia auto-obligada y se encaminó rápidamente en dirección contraria. No tenía por qué dar explicaciones, ¿Cierto?... ¡¿Cierto?!

-¿Huyes? - Le escuchó decir.

No pudo evitar detener sus pasos tras esa afirmativa. Volteó, apretando sus puños con discreción, y se detestó al descubrir cuanto le desagradaba esa sonrisa altanera en el rostro de Deidara.

-Tú y yo... nunca tuvimos oportunidad de hablar - Externó el mayor  - No, mejor dicho, nunca quisimos tratarnos realmente, ¿Hum?

-No teníamos razón para ello - Respondió escueto.

-¿Eso crees?

-Las cosas fueron claras, las decisiones de Itachi también. Si alguien decidió irse o marcharse, fue asunto de cada quien - Naruto no pudo evitar reflejar la misma sonrisa en su rostro - Y si en verdad quiere mi opinión, a diferencia suya, yo si luché por él en su momento.

Deidara desvió el rostro al ampliar su sonrisa, volviéndola al frente tras decidir acercarse, deteniendo sus pasos justo frente a él.

-A decir verdad no pensaba recapitular nada. Vaya, ni siquiera sé que fue de ustedes dos. Es solo que siempre me pregunté: en circunstancias diferentes, ¿Qué habríamos sido tú y yo?. Es por eso que al verte me entró curiosidad.

-... - Naruto frunció el ceño sin ceder terreno. ¿De eso quería hablar?. Después de lo sucedido con Itachi solo semanas atrás, dudaba que le hablara solo por mera curiosidad - Entonces...

-Entonces, solo ignoremos el pasado y la existencia del otro ¿Quieres? - Deidara extendió la mano al frente y desvió la mirada a un lado, dejando en evidencia que esto le estaba costando un poco de trabajo... está bien, le estaba costando mucho.

Enormemente sorprendido, Naruto miraba ese gesto y a Deidara alternadamente. ¿Cuantos tíos que lo aborrecieron en el pasado vendría a restregarle el futuro? Sonrió con sarcasmo, y le aferró la mano con la firme idea de que esto, era definitivamente solo parte del pago a sus actos.

-¿Te dejas el cabello largo? - Fue el turno de Deidara para sonreír cuando Naruto le soltó para sujetar sus propios cabellos por su cuello, como si con eso pudiera ocultarlos, desviando el rostro, enfado por su comentario - Ahora recuerdo, además de hablar contigo hay otra cosa que siempre quise hacer, y no pienso perder la oportunidad, digo, quizás nunca vuelva a verte.

-¿Eh? - El menor volvió a mirarle con sorpresa - ¿Qué cosa...? - Sin haber tenido tiempo a reaccionar, Naruto sintió su rostro virar rudamente hacia la derecha, incluso retrocediendo ante de la fuerza y el escozor que esa bofetada dejó en su mejilla contraria. Posó una mano en el enrojecido sitio, volviendo a mirar a Deidara casi de forma automática, detestándose de nuevo al ver que seguía hallando cosas desagradables en esa persona.

Apretó su puño derecho a causa del enfado. Esto sí que no se lo merecía, no de alguien que se había rendido a la primera, aunque... sus nudillos prácticamente crujieron con fuerza cuando fracasó totalmente tras haber intentado contenerse... había veces que tenía un chícharo por cerebro.

-¡Basta!

Reconocer esa voz, justo al mismo tiempo que vieron a Itachi interceptar la muñeca de Naruto en el aire, impidiendo que alcanzara a Deidara, bastó para ganar la atención de ambos inmediatamente en el recién llegado.

-¡¿Pero qué demonios te sucede?! - Reprochó el de coleta, alzando al aire el agarre que ejercía en el oji azul con cabrío.

-It... Itachi - Deidara mira la escena aún perplejo - No... - alternando miradas a uno y otro sin atinar a decir nada más.

-¡Contesta! - El azabache apretó su agarre, provocando que Naruto cerrara un ojo para contener esa mueca de dolor - ¡¿Qué pensabas?! - Repitió al verle desviar el rostro con un puchero de franco enfado.

-¿Me sueltas? - Murmuró Naruto con rapidez.

Itachi entrecerró la mirada, aflojando el agarre con cierta desconfianza. Apenas le soltó, le sujetó por atrás de la cabeza hasta inclinarlo frente a Deidara, mientras él mismo le imitó a su lado.

-Discúlpanos - Exclamó, y Deidara frunció el ceño - Perdón. Esto no volverá a pasar.

Inclinado aún, Naruto no pudo evitar cerrar los ojos con fuerza, ‘silencio', se pidió a sí mismo, tratando de soportar, hasta que el agarre de Itachi cedió. Tomando eso como una señal, se irguió con algo de lentitud, le dedicó una mirada pasiva a cada uno y, con el rostro en alto, dio media vuelta rumbo a la salida.

-Espera - Itachi le sujetó el hombro, deteniéndolo un instante.

-Te veo más tarde - Naruto se zafó sin voltear, retomando su camino.

Sorprendido, el azabache quedó estático, respingando al reaccionar cuando lo vio salir. Volteó de nuevo hacia Deidara, dejando una última reverencia antes de apurar el paso tras él.

Logró alcanzarlo en los jardines, tomándole una mano para detener su paso.

-Naruto...

-Debí imaginarlo - Interrumpió el oji azul al aire - Lo siento. Si querías venir solo, habérmelo dicho antes y ya.

-No, Naruto, estás mal interpretando las cosas - Itachi apretó su agarre - Sabes perfectamente que nosotros no...

-Quédate aquí - Externó con decisión - Esta vez... solo quédate con él ¿Quieres? - Concluyó, provocando que la sorpresa se apoderara lentamente del rostro de Itachi, soltándose con algo de brusquedad para volver a alejarse.

Totalmente quieto y aturdido aún tras haberse quedado a solas, Itachi contempló puro aire durante largo rato, al final, clavando la mirada al piso mucho tiempo después.

-"Idiota" - Se recriminó, apretando sus puños con fuerza. Desvió la mirada con desgano, sin sorprenderse mucho al encontrar a Deidara observándole en silencio, sentado en un banco cercano.

-Anda, ve tras él - Aconsejó el rubio en tono neutro - ¿No irás?... entonces grítame, desquítate. Fue mi culpa después de todo, lo sé - Como si él no hubiera dicho nada, Deidara entrecerró la mirada al ver que Itachi volvía la vista al suelo - ¡Haz algo! - Soltó exasperado... terminando por desviar el rostro en otra dirección al sentirse ignorado - Idiota.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Con paso lento, viró a la derecha, torciendo a la izquierda un poco más adelante... izquierda, derecha, izquierda otra vez, y ve a saber qué más. Cualquiera vería que no iba atento a donde lo llevaban sus pies, su cuerpo decidía la ruta por inercia, mientras él miraba al frente sin observar nada en realidad. Tocó con una mano el irregular mural multicolor a su izquierda, deslizándola por el mismo a su paso, solo limitándose a avanzar.

Tropezó en un descuido y buscó aferrarse a la pared para no caer. Reaccionando un poco, Naruto miró que su mano había aferrado fuertemente uno de los tantos troncos de rosal que conformaban el muro. Lo soltó despacio, apreciando el hilillo de sangre que resbaló por su muñeca y brazo, cayendo en cuenta que era el dolor lo que parecía volverlo a la realidad.

Analizó su alrededor, hallándose rodeado por muros de rosales y espinos. Sonrió al comprender que no tenía la mínima idea de donde estaba. Tomó asiento en una banca cercana, tampoco era que le interesara saber.

-Está bien - Murmuró - Esta... bien. Supongo que es como cuando Sasuke no salía de mi cabeza.

Subió un pie al banco, abrazándolo para apoyar el mentón en su rodilla, meditando.

Lo que sucedía... bien se lo había buscado. Posar sus ojos en personas con el corazón ocupado. No una, sino dos veces... ¿Por qué no dejaba de cometer errores?.  Y lo verdaderamente lamentable, era que quizás esto era solo el comienzo... quizás de verdad estaba condenado a la soledad, por atentar contra algo tan bello como el amor.

La soledad.

Si Itachi no volvía, entonces... realmente estaría solo.

Pero, se lo había ganado.

-Cuando te besaba a ti... - Murmuró, aferrando la tela de sus jeans bajo él - pensaba en él. Y cuando lo besaba a él... - bajó el rostro hasta recargar la frente en la rodilla - no puedo pensar... porque, cuando Sasuke me besa, estoy en las nubes.

Un pesado suspiro emanó de sus labios, cerró los ojos y subió la otra pierna, encogiéndose un poco más. Por eso no podía culparlo, por eso no podía obligarlo. Después de todo a lo que Itachi había renunciado por estar con él, pedirle que dejara de pensar en Deidara, simplemente... era pedir demasiado.

-Se suponía que eras mío... y él no - Susurró - Aunque lo quisiera más a él... tú eras mío, y Sasuke no... - Repitió, apretando sus rodillas con fuerza - Entonces, ¿por qué...?

Consciente de la humedad que descendió por sus mejillas, levantó el rostro de golpe y tiró de los rosales  que tenía cerca sin cuidado, trozándolos, deshojándolos a su paso. También desbarató las rosas con fuerza, soltando una que otra mueca de dolor, demasiado ensañado con ellas como para detenerse, continuando con otra rama más apenas terminó con la que tenía.

Solo quería un pretexto, justificar de alguna forma, aunque sabía que ésta era por demás idiota, la presencia de aquellas saladas y amargas lágrimas que goteaban su mentón repetidamente.

-¡Te odio!, ¡¡Te odio mucho ´tteba!! - Pasó el dorso de sus manos por sus mejillas con descuido - ¡Te amé, te odié, te dejé ir!, ¡¡Incluso me volvió a gustar alguien!!, ¡¿Entonces, por qué rayos no terminas de largarte, por qué?!!. ¡Ahora, yo...!

Cabizbajo, Naruto paró en seco, y sollozó sin poder controlarse, aventando lo más lejos que pudo los restos de rosal que aún tenía en sus manos, deseando poder arrojar aquella horrible confusión que sentía con la misma facilidad.

-Ahora, yo... ¿Por qué temo tanto perderte?  - Dejó fluir al fin.

Sintiéndose repentinamente agotado, deslizó el dorso de sus manos una vez más por sus mejillas, limpiándolas con insistencia.

-Ya no. Basta... basta - Se obligó a respirar hondo - Ya... tranquilo - Repitió, consiguiendo hacerlas parar poco a poco.

Una vez logró dejar de llorar, terminó de borrar todo resto de húmeda debilidad con las mangas de su abrigo, derrumbándose de espalda a la banca con cansancio... No tenía derecho a ser débil. No, no tenía derechos. Los había perdido todos. Volvió a subir los pies para poder descansar las muñecas en las rodillas.

-Solo... - Miró el cielo con anhelo, y suspiró entrecortado, pasando totalmente de las gotitas rojas que caían a la tierra desde sus dedos - Esta vez no lo dejes volver a mí... Deidara.

Exhaló pesadamente y volvió a mirar al frente, descubriendo como aquél goteo carmín cesaba poco a poco. Vaya, el dichoso tratamiento realmente funcionaba. Genial, justo ahora que no quería celebrarlo... que no veía el motivo. Reparó entonces en las pocas flores aún intactas del lado contrario a la banca, y observó atento las espinas. Extendió una mano hacia esa flor... de verdad, era cierto que a veces tenía cerebro de chícharo.

-¡¿Se puede saber qué rayos tienes en la cabeza?!

Aquél fuerte agarre, y ser detenido de la muñeca por segunda vez en el día, hizo a Naruto volver la vista con sorpresa hacia el dueño de esa voz, observando atónito como Sasuke giraba palma arriba la mano que le sujetaba y formaba una mueca de obvio reproche con lo que veía, mientras él jadeó sarcásticamente al no poder creer tan burlona coincidencia.

-¿Es una broma verdad? - Exclamó, encarándole de nuevo sin poder creerlo.

-¿Una broma? - Prestándole algo de atención al fin, Sasuke le sujetó ambas muñecas para mostrarle sus heridas frente a él - ¿Esto te parece una broma?!, ¡Pedazo de burro!

-¡Auch! - Naruto tiró inútilmente de sus manos al sentir de verdad las espinas retenidas en su piel, sin lograr soltarse a causa de la fuerza con que el otro las apretó entre las suyas - ¡Eso duele. Oye...! - Fue levantado de un tirón cuando el mayor jaló de él bruscamente, obligándolo a caminar a su lado -¡¿Dónde crees...?!

-Solo cállate, ¿Quieres? - Interrumpió si voltear - Buscaremos una farmacia.

Y sin saber bien por qué, Naruto le hizo caso, y cerró la boca. Se limitó a observarlo, mientras caminaba tras él, esperando... esperando... y esperando, totalmente seguro de que, igual que Itachi, en algún momento... Sasuke también terminaría por soltarlo.

 

.o.0.o*o. . .o*o.0.o.

 

Sentado en el borde que rodeaba esa saturada pista de patinaje, alzó despacio sus manos frente a sí. Observó la sarta de curitas que cubrían sus cortes con expresión ida, y seguía esperando... esperaba porque francamente, su pobre chícharo no formulaba una respuesta a su nueva pregunta.

-Número seis - Escuchó decir a Sasuke una vez estuvo de vuelta, observando el par de patines que él dejó a su lado al tomar asiento - Póntelos con cuidado, no vaya a ser que te lastimas de nuevo... dobe - Agregó, aún con reproche en la voz.

Sasuke descalzó, cambiando sus zapatos para tratar de distraer su mente con otra cosa que no fuera él, para evitar preguntas... para evitar su mirar. ¡Joder y mil veces joder! ¿Acaso Naruto no tenía otra cosa que hacer? Como ponerse los patines por ejemplo.

-¿Qué? - Le encaró de golpe al no soportar ser observado con tanta fijeza - Solo dilo.

-¿Por qué? - Murmuró el menor, casi en tono suplicante.

-¿Por qué, qué? - Repitió, algo incómodo. No es que quisiera evitar el tema, solo... no quería preguntas comprometedoras.

-¿Por qué tienes que ser tú el que está aquí?. Justo aquí, justo ahora, ¿¡por qué...!? - Naruto paró al notar el toque ansioso de su voz, buscando algo de calma -... ¿Por qué tienes que ser tú, Sasuke? - Completó apagadamente.

Involuntariamente, un sentimiento de extraña desilusión se adueño del interior de Sasuke, y vio raro el descubrir que en situaciones así, se limitaba a sonreír incómodo. El alivio que había sentido al saber que no tendría que confesar el "porqué estaba ahí", cambió al tener que explicar el "porque era él, el que se estaba ahí".

Porque él... y no alguien más.

-Lo siento - Murmuró como respuesta a la pregunta de Naruto, prefiriendo dejar su atención en la pista - Siento no ser Itachi - Naruto abrió sus zafiros con algo de sorpresa - Es decir, yo... pienso que tal vez, solo tal vez... conocernos, no fue una mera coincidencia.

-... - Atento y extrañamente emocionado con semejante respuesta, Naruto le observaba con detalle - ¿Ah, no? - Murmuró apenas, deseando escuchar... más.

-No - Sasuke suspiró pesado, y le sonrió con un deje de burla - Quizás, era una broma pesada que el destino tenía planeado jugarnos desde hace mucho tiempo.

-¿Eh?

-No sé qué pasa por tu cerebro para querer lastimarte así. No se tampoco porque Él no está aquí contigo  - Explicó algo rápido, tratando de continuar con más calma - Solo creo que... tu y yo... debimos cometer un crimen muy malo en alguna vida pasada para que el destino nos juegue bromas así de pesadas, ¿no crees?

Y se fue. Tan rápido como esa sensación había llegado, se fue. Naruto dejó caer sus hombros con desgano, pensando en la oración más larga que le había escuchado decir, una muy extraña por cierto. ¿Una broma?, ¿Un crimen?

-Yo también, lo lamento - Agregó ante sorpresa de Sasuke, no esperaba que Naruto fuera a responderle - Siento ser una broma, y el castigo a tu pecado... estamos a mano - Murmuró con una muy pequeña sonrisa. Atento a él, amplió un poco más ese gesto al ver a Sasuke bufar con algo de gracia... "¿Tu crimen fue en tu vida pasada?. Mis pecados, fueron en esta"

Sasuke volvió a distraerse con la gente en el lugar, oyendo risas múltiples en el hielo e inevitablemente, él también volvió a sonreír, recordando sus únicas vivencias sobre una pista de patinaje... poco tiempo atrás. Sintió entonces vibrar su chaqueta, y sacó el móvil, frunciendo el ceño discretamente al leer el mensaje que había llegado antes de observa la pequeña sonrisa que Naruto mostraba al contemplar el lugar.

"No lo he visto, y no me interesa lo que pase contigo o con tu prometido. No molestes Itachi. Sasuke"

 

Notas finales:  

ANEXO: HAMBRUNA...

Se ve a airam encima de una mesa con nee-chan mirando al aire de forma ida.

Airam: Gaara, Gaara... ¡Gaara! - Repite al megáfono mientras una brisa fría congela a nee-chan poco a poco - Es tan mono!! XD

Nee-chan: T_T|| - Se desploma desconsolada sobre el escritorio murmurando cosas como "lo siento" - Snif...

Cerca de ahí y sentado a la sombra de un pino nevado, Naru chan les miraba extrañado.

Naru: ¿Y ahora que le pasa a ese par? O.o

Gaara: ¿Y por que repite mi nombre con insistencia? ¬¬... a propósito, ¿cuándo podremos irnos? - Mirando fijo a Deidara que peinaba a Naru chan mientras tarareaba ausente a todo lo demás.

Deidara: A ni me miren, yo ni siquiera debería estar aquí ¬¬... ¿Y Zoé? - Mira a los lados con insistencia - Itachi~ ¿Donde dejaste a la niña?!!

Una gotilla resbaló por los presentes al ver pasar a Itachi en un duelo de espadas con Sasuke.

Sasu: OwÓ Ríndete aniki baka!! - *sonido de sables chocando* - Esta vez será tu fin.

Ita: ¬w¬ quisieras ototo baka, pero no podrás vencerme porque yo... SOY TU HERMANO, muajajajajaja XD *mas sonidos de espadas chocando*

Zoé: ¬¬U - sentada sobre una roca nevada - Y se hace llamar ninja... >.< Y ya no hay galletitas de animalitos!!

Más tarde... en una tienda de campaña con una cocinilla improvisada de donde emanaba una amplia columna de humo desde un comezcal, mientras los actores golpeaban la mesa embravecidos con sus cubiertos.

Airam: o.ó oigan!!, no tengo la culpa de que la copia de Itachi se halla acabado las galletas de animalitos!!

Zoé: u.u son... baratitas, ricas... *¬* y adictivas.

Deidara y... el resto: ^^U

Airam: Y tú!! - Dirigiéndose a Nee chan, sentada en un banquito en la esquinita de la tiendita-cocina con la mirada perdida - No vas a ayudarme a prepara la comida? TUS invitados tienen hambre.

Nee-chan: T_T... Gaa~ra...

Airam: ^^ creo que se me pasó la manita, jamás debí meter en su cerebrito la fantasía de un sasugaa.

Todos fuera, incluyendo a Kakashi, Sai y Gaara: Tenemos hambre, tenemos hambre, tenemos hambre ¡¡Hambre!! - repetían golpeando el tenedor a los platos.

Airam: TwT Naru chan deja de armar el motín quieres? Y no me señales con el cuchillo jovencito o te vas olvidando de cualquier otro lemon en el fic.

Naru: XP bleee!!!... XD jeje ´ttebayo.

Y comieron felices por siempre...

Zoé: T_T papi, esto está quemado...

XDDD, sean felices ´ttebayo, hasta la próxima neh?

p.d: tuve problemas con dos reviews, así que aqui les dejo las contestaciones debido a problemas técnicos xD las demás se encuentran en su sitio. Sayo~

Ch3l-chaaa~n!!! *O* me alegra verte nuevamente por aquí como no tienes idea, me pone feliz el saber que aun te sigue gustando esta historia.

Wiiiii~ mis más sinceros agradecimientos, primera en comentarios!!! *o*

Y ahora se dé donde leí y se me pego el yeah!! xD wii~ sos la culpable que ahora lo diga mucho xDD

n///n además, me alaga mucho que te haya gustado el capi, debo confesar de que teníamos miedo que les fuera decepcionante y más con el tiempo pasado *//* pero me alegra mucho tus palabras!! *o*

Y, oh cielos!! Creo que tú también has sido de las personas que no leyó mis aclaraciones y comentarios, pero te puedo decir que las parejas ya están definidas, y lo puedes encontrar en las aclaraciones del fan fic en el primer capi, pero, bah!! Para no hacerte buscar te diré que amo el sasunaru *¬* .... xDD

Nuevamente gracias por el comentario, ojala y te guste el próximo cap *w*

Mil besos y abrazos, chaoo~!! *O*

 

Hali-chan añoaseiyo~ xD

Neh, no te preocupes con lo de despistada, yo a veces puedo ser una genio en ciertas cosas, y en otras verdaderamente torpe xD cosa que me causa mucha gracia! (sobre todo ahora que hice teatro y medio para poder arreglar mi DVD xDD)

Y también te puedo decir que aún faltan muchas cosas en la historia, así que, Naru-chan convivirá por mucho tiempo con el Uchiha en casa, ñaa una mentira no se mantiene por mucho tiempo, más cuando se trata de sentimientos, o eso queda al criterio de cada quien neh?

Gracias por el alago y las felicitaciones *o* y de igual modo te agradezco por el comentario OwO

Cuídate mucho, saludos!!!


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