Tomaba su cerveza como cada tarde en la cafetería Mouse, aunque Gabriel intentara no tener que servirle, al haber muchos clientes acababa por atenderle y siempre que podía intentaba sonrojarle con la mirada, sabía como hacerlo y Gabriel se mostraba desconfiado.
Entró una chica que por mala suerte no quería encontrarse. Sara, era mona, rubia y con cara de niña pero cuando abría la boca lo estropeaba todo. Intentó que no le viera, hoy iba algo más arreglado y quizá si no le veía con el uniforme del instituto no se daría cuenta de que estaba.
"Hola Anthony." La chica se sentó delante de él.
"Sara…no es por ser desagradable pero no tengo ganas de tenerte delante." La chica hizo caso omiso a lo que le dijo y repasándose el pintalabios miró al pelirrojo. "…sé breve no te aguantaré mucho rato."
"Oh vamos Anthony…no sé porque eres tan borde, a este paso no te echaras novia…" la chica continuaba a lo suyo.
"¿Y a ti que carajo te importa? Si no tienes nada que hacer piérdete pero no molestes a los que quieren algo de conversación inteligente ¿ok?" se encendió un cigarro nervioso y la chica le miró de soslayo.
"Tampoco me gusta hablar contigo…pero necesito saber si sabes algo de Johan, no me coge el móvil…y me gustaría decirle que para mi cumpleaños me compré un bolso de marca que vi…y si puede ser…"
"Oye, oye…" el pelirrojo le llamó la atención chasqueando los dedos. "…¿Hola? ¿La única neurona que tienes te va? Eres una aprovechada…" la chica iba a abrir la boca pero Anthony le tiró el humo a la cara. "…¿No ves que Johan no te aguanta? Así que…¿Por qué no le dejas en paz?"
"¡Eres un idiota! ¿Cómo te atreves a hablarme así?"
"Porque eres una ameba, simple y llanamente…aunque creo que estoy insultando a las pobres amebas de este mundo." Anthony le dio otra calada al cigarro y la miró sonriendo torcidamente.
"¡Vete a la mierda! ¡Al final los rumores serán ciertos!" Sara se levantó y tras atusarse la melena rubia y ver la mirada interrogativa y amenazante de Anthony sonrió. "Si querido…esos rumores de que estuviste con un chico, y además un chico que era un afeminado de mierda."
Anthony cogió el café y se lo tiró encima, ella gritó de tal manera que todos se quedaron mirándoles, incluso Gabriel que estaba escuchando sorprendido.
"Cierra la boca niñata…¿Y si fuera verdad? Te aseguro que me pondría más caliente ese tío que no una chica fácil y sin cerebro como tu. Piérdete o te destrozaré esta cara que tanto valoras." Anthony sonrió y ella se fue al borde de las lágrimas.
Se miró a si mismo y vio que se había manchado la camisa con el café que salpicó de Sara, apagó el cigarro con desgana y se fue al baño cruzándose con Gabriel que le siguió con la mirada.
"Baby…" la voz de Henry le hizo reaccionar volteándose hacia él. "…dile a ese chico que tendrá que por lo menos lavar la mesa, que todos hemos visto como le tiraba el café ¿ok? No quiero tener follones aquí…"
"O-ok…" dejó la bandeja en la barra y entró en los servicios lentamente, Anthony estaba sin la camiseta ya que la estaba lavando con un poco de agua, se volteó al oír la puerta y al ver a Gabriel continuó lavando la camisa. "…el jefe dice que cuando acabes ayudarás a limpiar…y que si puede ser no quiere más alborotos como este…"
"Bien…ahora le pediré disculpas." Anthony chasqueó la lengua y agarró con la boca la camiseta intentando alcanzar con las manos el jabón.
"Toma…" Gabriel le dio el jabón y el pelirrojo dejó caer la camiseta para agarrar por la cintura al castaño empujándole hacia uno de los baños y encerrándole en un cubículo. "¿Qué haces idiota?"
Estaba acorralado entre ese cuerpo que le perdió tantas veces y la pared.
"Estaba esperando la ocasión…simplemente." Agarró con sus manos el rostro del castaño que viéndoselo venir se apartó, el pelirrojo tan solo sonrió y besó su cuello pasando su lengua.
"…Anth déjame."
"¿En serio es lo que quieres?" se quedó a escasos centímetros de sus labios sintiendo la respiración del castaño con la suya, las manos delicadas de Gabriel estaban en su pecho desnudo. "…porque yo me muero por volver a hacerlo contigo."
"Déjalo de una vez Anthony…¿no te contentaste con lo que pasó?" Gabriel miró a los ojos al pelirrojo, sin dejar de estar tan cerca.
"Me equivoqué…lo sabes." Sus poderosas manos acariciaron la delgada cintura, acariciando el borde del pantalón de uniforme.
"No te creo…" ya no hablaban, solamente se susurraban las cosas y la boca de Anthony intentaba alcanzar la del castaño que se apartaba levemente, dejando que tan solo se rozaran lo labios provocativamente.
"Créeme…te lo aseguro." Presionó su cuerpo contra el más delgado y alcanzó sus labios, pasando la lengua eróticamente por encima de ellos, sintiendo la respiración de Gabriel con la suya.
"Maldita sea…" el castaño agarró por la espalda al pelirrojo, besándolo y juntando sus labios, abriéndose paso las lenguas, jugando entre ellas, mordiendo sus labios, sintiendo esa sensación ardiente otra vez.
Acarició con sus manos la espalda desnuda, deleitándose con el tacto terso de la piel del pelirrojo, sintiendo como esos labios no le dejaban respirar, jadeando entre el beso. Oyeron como alguien entraba y Anthony agarró por el trasero a Gabriel subiéndolo y haciendo que sus piernas se enroscaran en su cadera, apoyándose otra vez contra la pared.
Ese espacio reducido, los dos pegados…demasiado excitante.
Movió inconscientemente las caderas contra las de Anthony mientras rompía el beso y sentía la lengua del pelirrojo bajar por su cuello y mordiéndolo dejando una marca. Intentó no hacer ruido cuando sintió las caderas del castaño contra las suyas, haciendo fricción.
"Me vuelves loco…" intentó alcanzar los labios del menor pero este le agarró eróticamente del cabello tirándole hacia atrás.
"Cállate…" sonrió torcidamente y le mordió el labio inferior, la puerta se cerró y al estar solos comenzaron a besarse nuevamente, las lenguas luchando frenéticamente para tomar el control, las manos de Anthony perdiéndose por dentro de la camisa de Gabriel y esas caderas provocándole cada vez que le rozaban.
Se volvió a oír la puerta de los servicios y como alguien se acercaba a paso decidido. Los dos le hicieron caso omiso y continuaron besándose húmedamente, con urgencia, sintiendo la ausencia del uno y del otro.
"Baby sal de aquí ahora mismo…"
La voz de su jefe le sorprendió e intentó separarse de los labios lascivos de Anthony que intentó volver a atraparle entre su boca. Gabriel le pellizcó para que parara.
"¿Qué quiere jefe?" volvió a tocar de pies al suelo e intentó apartar a Anthony que seguía pegado a él.
"Que yo sepa te he enviado a darle una reprimenda a cierto pelirrojo pero creo que le estas dando otro tipo de reprimenda…" Henry caminó hacia la puerta. "…te quiero fuera en un minuto, recuerda que estas trabajando."
"Ok…" se sonrojó y se abrochó la camisa. Escucharon como la puerta se cerraba y Gabriel suspiró aliviado. Se quedaron ambos en silencio, habían actuado tan impulsivamente... Y más Gabriel que se había propuesto olvidar todo lo relacionado con Anthony. "…tengo que volver al trabajo." Se atusó el cabello y abrió la puerta, el pelirrojo le agarró y le besó profundamente.
Gabriel se rindió y rodeó el cuello del más alto, saliendo del cubículo y yendo hacia la puerta torpemente.
"¿Y ahora que haré yo con esto?" Anthony sonrió lascivamente llevando la mano de Gabriel a su entrepierna.
"Anth…para…no provoques o vendrá mi jefe…" acalló a Anthony que iba a decir algo y se quedaron apoyados en la puerta de los servicios besándose, si venía alguien les pillaría de pleno. El castaño hizo un sobreesfuerzo y lo apartó por el pecho.
Se separó de esos labios y los lamió, para abrir la puerta.
"…ven a mi casa si quieres." La voz de Anthony le sorprendió.
"…" le miró por última vez y salió a paso ligero hacia la cafetería, había vuelto a caer en esos labios. Miró a su jefe y le pidió disculpas para ir a servir otra vez. Vio como Anthony salía de los servicios y le pedía disculpas a Henry por el alboroto con Sara, limpió el café derramado y después de pagar y sonreírle provocativamente a Gabriel desapareció por la puerta subiéndose a su porsche.
Gabriel suspiró y se quedó pensativo. No sabía que hacer…si no hubiera aparecido Henry lo hubieran echo en los baños…ladeó la cabeza nervioso y bastante sonrojado.
Mierda, Anthony no era el único que se quedó con el calentón.
¿Qué debía hacer?
¿Ir esa noche a casa del pelirrojo?
"Te ha dejado bien duro ¿eh, baby?" la voz burleta de Henry hizo que se sonrojara de tal manera que parecía un tómate maduro.
"¡Piérdete…!" se puso aún más rojo y le puso morros cogiendo dos cafés de la barra y llevándolos a los clientes.
Había sido un Piscis con mala suerte…y con un buen lío en la cabeza.
Miraba atentamente como sus hermanos pequeños jugaban. Marcus cuidaba a la pequeña para que no se hiciera daño con los juguetes más pequeños, y esta evadida de todo continuaba ofuscada en coger un muñeco que estaba fuera de su alcance pero que rápidamente consiguió levantándose.
Cómo le gustaría volver a ser un niño pequeño, vivir solo de lo bien que se lo pasa en el colegio, de los amiguitos que juegan con ellos y de que mamá y papá les quieran y les mimen.
Sin pensar en nada más.
Ni novias sin cerebro, ni estudios, ni futuro en que pensar…ni tentaciones o descubrimientos que nunca se había parado a pensar. Su madre le tocó el hombro y él la miró algo distraído.
"Sara ha venido a verte…¿la hago pasar?" a su madre, aunque lo escondiera, Sara no le caía para nada bien, las pocas veces que había venido a su casa se había puesto a hablar de cremas antiarrugas y a su madre le cansaba.
"No…ya voy yo." Se levantó y tras acariciarle los cabellos a la pequeña y le sonrió a Marcus que continuaba jugando con sus muñecos de superhéroes. Fue hacia la entrada de la casa y salió fuera cerrando la puerta tras de él. Su 'novia' le miraba enfurruñada y con una peculiar mancha de café en su camisa y falda. "¿Qué querías Sara?"
"¿No me dejaras entrar o que?" se cruzó de brazos y miró al castaño.
"No puedo…hay invitados…" mintió, pero si se le metía dentro de casa no saldría hasta la hora de cenar. "¿Te ha ocurrido algo?"
"¡El imbécil de tu amigo! ¡Anthony me arrojó el café!" Sara le agarró de la camiseta y Johan suspiró.
"Anthony no hace eso…y si lo ha hecho es porque le han cabreado mucho. ¿Qué le dijiste ya?" miró a la rubia que chasqueó la lengua desviando su mirada. "…Sara…¿Qué le dijiste a Anthony?"
"Nada…solo le dije que a ver si los rumores eran ciertos…" Johan al escucharlo suspiró fuertemente y se pasó las manos por el rostro, cansado. "¡Tengo razón! Además no me extrañaría de él…que con tal de tener sexo sería capaz de irse hasta con un tío que asco…" la rubia sonrió con sarcasmo.
"Sara no digas eso nunca más…" la chica iba a contestar pero Johan la miró con enojo. "…Anthony es mi mejor amigo, estaba en mi vida antes que tu… y si estuviera con un hombre me daría igual…¿o es que tanto te repugna?"
"No…tampoco a tal extremo… pero no es muy normal." Sara se atusó la larga cabellera y miró a su novio. "…no te enojes cariño…"
"Déjalo hablar contigo es imposible…" Johan se pasó las manos por el rostro bastante agotado de tener que aguantar a la rubia.
"Bueno…cambiando de tema… ¿para mi cumpleaños que me comprarás?"
"Sara…¿sabes que? Vete de compras y no me molestes, no te tengo que aguantar más." El castaño bufó exasperado.
"¿Cómo…?" Sara le miró con la boca abierta.
"Que se acabó Sara…no puedo más, aquí lo dejamos."
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