Cogió su teléfono móvil y se fue hacia el balcón marcando el número de su casa, ahora su padre debería estar comiendo, le sabía mal en parte haberse ido pensando que su padre estaría solo cada día.
"¿Si?"
"Papá soy yo Erick…¿cómo estas?"
"Hola…bien, bien…algo cansado del trabajo…pero dime ¿todo bien por aquí? "
"Claro…el apartamento de Anthony, el amigo de Johan…es precioso y la playa esta cerca y nos estamos divirtiendo mucho…quería llamarte para saber como te iba todo papá…"
"No te preocupes hijo, ni que fuera un niño pequeño…me las apaño solo y te conozco, me has llamado porque te sentías culpable ¿no? " soltó una risilla que hizo sonreír al pelinegro.
"Sinceramente si…no sé, me sabe mal que tengas que estar solo en el piso…llama a mi hermano y dile que se pase más… que yo estaré fuera por dos semanas o así y no quiero que estés solo…" la brisa marina acariciaba agradablemente su rostro, llenando sus pulmones de aire fresco.
"Nada de eso Erick…tu hermano ya tiene bastante faena en la empresa como para que tenga que venir aquí expresamente…estoy bien, como ya te he dicho no soy ningún chiquillo así que diviértete…que te lo mereces, estar siempre de cara a los libros no es bueno…"
"Ok…nos vemos papá, te llamaré dentro de unos días." Sonrió afablemente.
"De acuerdo…diviértete…"
Colgó el teléfono y se volteó a ver al futbolista que seguía durmiendo plácidamente, miró la hora, ya eran casi las cinco de la tarde, sonrió divertido y se acercó a la mullida cama. Iba a acercarse a su rostro cuando los brazos fuertes de este lo agarraron tumbándolo encima de él.
"¡Te hacías el dormido!" Erick se rió entre esos fuertes brazos que le apretujaban contra su cuerpo.
"Pues si…me desperté al oírte hablar por teléfono…¿Cómo esta tu padre?" besó su frente, nariz y mejilla, haciendo reír por lo bajo al pelinegro.
"Bien…dice que no me preocupe, que no es ningún niño y que me divierta…"
"¿Ves? Tu padre es listo." Johan pellizcó las mejillas del menor.
"No dudo de que no sepa ocuparse él solo…lo que me preocupa es que se sienta solo en casa, mi hermano hace años que se mudó, y mi padre ha estado siempre muy unido a mi…sin mamá todo cambió mucho." Erick se llevó una mano al rostro pensativo.
Johan le tumbó boca arriba, quedándose él encima observándole.
"Háblame de tu madre…si no te molesta claro…"
"Para nada…mi madre…como lo diría…quizá todos los hijos piensen eso, pero para mi era la más dulce…" se sonrojó levemente haciendo que Johan sonriera. "…ya la viste en las fotos, era muy guapa, sus ojos verdes eran preciosos y de lo poco que recuerdo son sus manos cuando me acariciaban el cabello…me tranquilizaba y muchas veces me dormía en su regazo."
"Los ojos los has sacado de ella…" besó sus labios levemente.
"No me hagas la pelota…" se rió débilmente. "…enfermó cuando era muy pequeño y cada vez se la veía más débil, aunque conservaba esa sonrisa agradable y esas ganas de vivir…mi padre lo pasó realmente mal, aunque nunca se derrumbó delante de nosotros. Yo viví más ajeno a todo porque no me daba cuenta de las cosas y mi hermano siempre me protegió mucho. Cuando mi madre murió muchas cosas cambiaron, mi padre tenía que trabajar más horas para mantenernos, y mi hermano me cuidaba y llevaba bastantes tareas de la casa. Muchas veces mi tía venía a ayudarnos y así mi padre iba más tranquilo…pero muchas veces le vi llorando de escondidas, ya fuera por la muerte de mamá o la presión de todo en conjunto…" suspiró débilmente observando los ojos azules de Johan.
"Se sentiría orgullosa de ti si te viera…igual que tu padre que esta feliz por tener un hijo como tu…"
"No te pongas muy sentimental o aún harás que llore…" sonrió melancólicamente y abrazó el cuerpo trabajado de Johan, sintiendo todo su peso encima de él. "…me alegro de haberte conocido…"
"Erick…" besó su cuello erizándole la piel.
"Ya verás como vendrá Gabriel a tocar las narices…" susurró entre esos labios que le sonreían levemente.
"Seguro…pero da igual…" besó profundamente esos labios carnosos, perdiéndose en esa boca, sintiendo el calor recorrer su piel y como las manos de Erick recorrían su espalda de arriba abajo, parándose justo en su trasero, sorprendiéndole agradablemente. Sintiendo la lengua del menor darle juego y como el beso se volvía más apasionado y profundo.
Estremeciéndole.
"Johan…"
Como le gustaba oír su nombre en esos labios, perderse en las caricias, en esos besos ardientes que hacían que no pensara en nada, sintiendo que tan solo estaban ellos.
"Me muero por hacértelo…" ante eso Erick solo se sonrojó levemente y gimió débilmente al notar la erección de Johan contra su cadera. "…abre la boca…"
Obedeció abriéndola levemente, dejando sus labios entreabiertos, cerrando los ojos al notar la lengua del futbolista acariciar sus labios y entrar en su cavidad haciéndole suspirar entre el beso. Volviéndose este más febril y ansioso, como sus labios se le hinchaban al ser mordidos y como las manos de ambos se agarraban entre ellos frenéticamente, acariciando con fuerza la piel que encontraban a su paso.
"Chicos…vamos a hacer turismo…si nos quedamos aquí siempre será muy aburrido…" la voz de Gabriel resonó des de el pasillo y el pelinegro intentó zafarse del agarre de Johan, pero este no le dejaba escapar. Erick abrió los ojos viendo a un Gabriel divertido en la puerta observándoles. "…cuando acabéis…ya vendréis…"
"¡Johan!" se separó lentamente observando los ojos azules que le miraban con deseo. "…a mi también me gustaría…poder acabar esto…pero…si lo hacemos a prisa…" pasó las manos por el rostro de Johan que le miraba cada vez con más deseo. "…¿di-dije algo malo?"
"Nada…me pones demasiado caliente…" mordió el labio inferior de Erick y se separó. "…mejor esperarnos a la noche." Sonrió triunfante haciendo que Erick se sonrojara fuertemente. "…me doy una ducha rápida de agua fría y salgo."
"O-ok…" se levantó y se fue hacia el pasillo colocándose unos zapatos cómodos de playa. "…se piensa que es el único con ganas de hacerlo…" puso morros algo sonrojado.
"Vaya, vaya…¿así que lo vais a hacer?" la voz del castaño claro le sorprendió. Se volteó a verlo, llevaba el cabello desordenado y mojado, seguramente se acababa de duchar, unos pantalones cortos blancos y una camiseta de manga corta azul claro que le destacaba el cabello casi rubio. Con esos ojos color miel grandes y brillantes.
"¡Eres un dolor en el trasero!" miró enfurruñado a su amigo.
"Oh…que cruel…yo que venía a darte algunos consejos de cómo complacer a Johan…" Gabriel sonrió divertido.
"No necesito consejos…ya…ya aprenderé yo solito." Se cruzó de brazos sorprendiendo a Gabriel, Erick estaba cambiando, poco a poco, pero estaba siendo más extrovertido con lo que sentía, con lo que pensaba…y eso le alegraba. Johan le estaba haciendo aflorar aspectos nuevos.
"Así me gusta, además…ya verás que todo saldrá bien si hay confianza." Besó la mejilla de su amigo y Erick sonrió más tranquilo. "…vamos yendo hacia el coche de Anthony y así nos acomodamos antes de que salgan esos dos pervertidos…"
"Habló…parece que sea Anthony el pervertido…pero tu lo eres igual o más…" miró suspicaz a Gabriel que le pellizcó el estómago.
"Dejamos el tema y vamos…"
Anthony se ató los pantalones que le llegaban hasta las rodillas y se ató la melena color fuego en una coleta alta, con ese calor más de una vez se le había pasado por la cabeza cortárselo y acabar con esa tortura. Pero luego al mirarse al espejo veía que así era como estaba mejor, y también, que a Gabriel le encantaba su cabellera larga…
"Lo que se hace por complacer a un angelito…" sonrió interiormente y agarró el móvil con desgana al ver un mensaje de su padre.
"Pues tendrá trabajo si quiere echarlo a patadas…" se rió débilmente y se puso las gafas de sol viendo como Johan se dirigía hacia la puerta. "¡Espera tío!"
"Ah…me pensaba que ya estabas en el coche…"
"Estaba acabando de vestirme…Gabriel y yo somos una bomba de relojería…" sonrió con sorna y Johan le miró enfurruñado. "¿Qué pasa? ¿Ocurre algo malo? Ah…ya sé…estás…frustrado."
"Pues si…tu novio tiene un don de la oportunidad, y siempre que vamos a hacer algo yo y Erick aparece de la nada." Chasqueó la lengua molesto. "…aunque esta noche creo que promete…"
"Bien…eso esta bien…con un chico tan lindo como Erick seguro que ya debes estar exasperado…" el pelirrojo se encendió un cigarro tras cerrar la puerta con llave.
"No es solo eso…es lindo si, a mi me encanta como es físicamente…pero últimamente estamos muy bien y bastante unidos…me gusta la confianza que hemos conseguido…y cada vez me dan más ganas de agarrarlo y…"
"Quieto, quieto Johan…ya habrá tiempo para eso esta noche o mañana… lo importante es que los dos queráis y que estéis seguros." Anthony miró a Johan que lo observaba sorprendido. "¿Qué ocurre?"
"¿Tu diciendo algo coherente? ¡Eso si que es algo novedoso!" se rió saliendo corriendo hacia el coche ante las miradas de intriga de Gabriel y Erick.
"¡Esa te la cobro futbolista de pacotilla!" Anthony a regañadientes apagó el cigarro subiendo al coche al lado de Gabriel que estaba de copiloto. "…¿Dónde queréis ir?"
"¡De tiendas!" Gabriel sonrió triunfante.
"Bueno…he leído en algunas revistas que en el centro de la ciudad hay tiendas muy bonitas y algunas típicas de aquí…así que…¿Por qué no pasamos?" Erick se apoyó en el hombro de Johan sintiendo el brazo de este rodearle por los hombros. "…así tu también puedes comprarle algo a tus hermanos…¿no?"
"Pues si…estaría bien, aunque ellos no se conforman con poco…me gustaría poder cogerle algo también a mi padre y a mi madre…" Johan se llevó una mano pensativo y Erick le besó el cuello.
"Tenemos tiempo…nos quedaremos aquí bastantes días…así que tienes tiempo para buscar algo que les guste." Sonrió alegre y Johan le besó levemente los labios.
Esa tarde iban a aprovechar para hacer turismo.
Aprovecharon toda la tarde para poder disfrutar y divertirse por la ciudad, compraron algunos recuerdos y ropa, divirtiéndose con las curiosidades, probándose cosas para hacer un poco el tonto y pasar el rato. Caminando, encontraron una discoteca cercana en que había buen ambiente y que algunos camareros de la ciudad les habían recomendado ir, así que decidieron ir por la noche, volvieron al piso para poder arreglarse y salir de fiesta por la noche, sobretodo Gabriel que se negó en ir tan cual iba, quería arreglarse como Dios mandaba y todos lo hicieron caso.
"¿Al final compraste algo?" Erick se estaba arreglando con Gabriel, Johan no confió en dejar otra vez a Anthony con el castaño claro a solas. Este se miró en el espejo y lo observó por el reflejo asintiendo. "¿Para tu hermana?"
"Pues si…un detalle, a su marido también le compré algo…" se puso una camiseta de manga corta de color rosa pastel con unos pantalones blancos ajustados que por la parte del trasero tan solo le cubrían mas o menos la mitad, dejando ver su ropa interior negra. "…bien, así si que puedo salir de fiesta." Se peinó con los dedos el cabello y miró a Erick que seguí sin saber que ponerse. "¿Aún no te decidiste?"
"Pues no…no sé que me puede sentar bien la verdad…" Gabriel se sentó en la cama mirando la ropa, algunas cosas le gustaban pero fue directo a su propio armario. "¿Qué tramas 'angelito'?" imitó a Anthony en el tono de voz haciendo que Gabriel pusiera morros.
"Me encanta tu ropa Erick de veras, y te sienta como un guante…pero tienes la misma talla que yo de pantalón…mas o menos tu eres más bajito que yo pero no creo que se note la diferencia…" buscó en su armario sacando un montón de ropa. "…tengo unos pantalones negros que te harán un trasero muy mono…"
"Eres como una maruja…" Erick sonrió divertido.
"Pues bien que te gusta que sea así…siempre me lo dijiste…" se los dio rápidamente esperando el resultado, y este no le falló, le quedaban justamente perfectos, como mucho se le tendría que hacer un poco de doblado abajo del todo pero no quedaría mal. "…¿ves? Si es que soy un genio…ahora toca encontrar una camiseta…o quizá una camisa de color blanco."
"Me pondré una que Johan me ha comprado esta tarde…" agarró de dentro de la bolsa una camiseta blanca de manga corta con el logotipo de la marca en el pecho. "…le he dicho que trataría de ponérmela si mi asesor de imagen me lo permitía…" se rió por lo bajo haciéndole una reverencia al castaño claro.
"Hoy te lo permito." Bromeó. "Vamos que nos estarán esperando…no hace falta que te toques el cabello…así natural te queda lindo."
"Gracias…aunque creo que esos dos quizá tardaran un poco." Erick salió de la habitación colocándose el móvil y la cartera en los bolsillos de los pantalones.
"Guapo…" unos labios besándole la nuca le asustaron haciendo que se le estremeciera la piel. "Soy yo bobo…¿te asustaste?"
"Un poco…" Erick se volteó a ver a su novio, iba realmente guapo, pantalón beige y camisa blanca, con los primeros botones desabrochados dejando ver su musculado pecho. "…estas guapo." Sonrió abrazando por la cintura al mayor.
"Gracias…¿vamos al coche y ya vendrán los otros dos?" besó los labios de Erick caminando con él sin dejarle ir, riendo entre beso y beso.
"Vaya con estos dos, cada día se van soltando más." La voz del pelirrojo hizo que Gabriel que estaba entretenido jugando con el móvil se volteara a verle. "¿Te gusta?"
"Oh…pues…" si tuviera que decir algo, diría algo fuera de tono. Estaba tan sumamente atractivo para él, con esos pantalones ajustados negros, camisa roja dejando ver parte de su pecho y adornado por un collar sencillo con una pieza de metal, el cabello recogido en una coleta alta, pero a diferencia de esa tarde con algunos mechones sueltos por la parte de adelante. "…mejor que salgamos o aún no te dejaré salir entero…" Gabriel se mordió el labio y Anthony sonrió con picardía.
"Me tientas a quedarme angelito…" se acercó tomando de la mano a Gabriel y yendo hacia el auto. "…hoy la pasaremos en grande."
"Espero que en todos los sentidos…" sonrió dándole una cachetada en el trasero al pelirrojo. "…por cierto Anth…¿tus padres cuando vendrán?"
"Hoy no hablemos de eso…dejémoslo para otro día, ahora toca divertirse." Besó la sien del menor y se subieron al auto donde Johan y Erick ya estaban acomodados. "¡Vamos allá!"
Sería una noche que no olvidarían.