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Curiosamente unidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Johan y Erick estan de viaje a París.

Gabriel y Anthony disfrutan como una pareja.
Algunas semanas después.



“Estoy agotado...” se sentó en el mullido sofá de la habitación mirando a Johan que riéndose suavemente bebía de la botella de agua fresca que había en la pequeña nevera de la cocina. “...sé que tu estas acostumbrado a correr y eso...pero hoy te has pasado...”

“Vamos...hemos hecho algunas excursiones muy bonitas...lo que pasa es que tu no estás acostumbrado a caminar tanto querido...” con ironía miró al pelinegro que hizo una mueca de disconformidad. “...Ya hace unos cuantos días que estamos aquí...y al final eso que decidimos de hacer las excursiones con grupos de turistas y guía ha sido mejor...esta ciudad es un laberinto si no la conoces...”

“Ya...lo único que no me gusta es como te mira esa rubia tonta que iba al autocar con nosotros...todo el rato con su amiga cuchicheando lo guapo que eras...” poniendo morros se cruzó de brazos y Johan se puso de cuclillas delante de él, encarándole. “...cuando me lo niegues me enojo...”

“No te lo negaré porque hasta yo lo he notado...” rascándose la cabeza con ingenuidad miró al de ojos verdes. “...pero creo que ya debe saber que somos pareja...”

“No lo creo...hoy ha sido el primer día que hemos ido con ella en las excursiones y la verdad es que no hemos ido cogidos ni nada de lo rápido que íbamos...a parte de que yo estaba haciendo todo el rato fotos...” se inclinó levemente apoyando la frente con la del futbolista.

“Es verdad...me debes unos buenos mimos...” sonriendo como un niño besó levemente los labios del menor. “...aunque suena a excusa ¿no?”

“Mmm...un poco...” agarró por la camiseta al castaño tumbándole en el sofá, subiéndose encima de él, profundizando el beso. “...queda poco para ir a cenar Johan...” sintió la manos poderosas del mayor subirle la camiseta con habilidad. “...Johan...”

“Cállate...” sentándose se aferró al cuerpo del pelinegro, besando su pecho.

Sonando el móvil.

“¡El móvil Johan!” se separó del futbolista, el cazatalentos que quería hablar con Johan le dijo que le llamaría en unos días y seguramente podía ser él.

“Que inoportuno es este cacharro...” chasqueando la lengua se levantó del sofá cogiendo el móvil. “¿Si?” se fue hacia el balcón de la habitación para hablar con tranquilidad y Erick suspirando más tranquilo se fue hacia la ducha.

“Encima la cena es de gala...y debemos ir un poco más arreglados...” suspirando se acabó de quitar la ropa y comenzó a enjabonarse. “...este Johan nunca tiene bastante...”

“Pues no.”

“¡No me asustes!” volteándose se encontró con los ojos azules de Johan. “...que rápido acabaste de hablar con Marcus...” con una ceja enarcada miró al futbolista.

“Si...dice que nada más volver de París quiere una reunión conmigo...me va a poner en un equipo de fútbol de más nivel...” suspirando comenzó a enjabonar el cabello negro del menor con cariño.

“¿Y porque no estas contento?” sin entender la poca alegría que tenía su novio se quedó mirándolo fijamente.

“Porque son muchos años con los chicos de la ciudad...y ahora decirles que me voy porque creen que puedo llegar a profesional...me sabe mal dejarlos...” besó la nariz del menor que acarició con sus manos el rostro del castaño.

“Johan...no te preocupes...seguro que lo entenderán...ya lo verás, ellos ya saben lo del cazatalentos...seguramente ya se estaban mentalizando de que un día u otro ibas a dejar el equipo...son miembros del equipo si, pero también tus amigos...” las manos de Johan comenzaron a aclarle con agua el cabello con suavidad.

“Supongo...” besó los labios de Erick. “...Gracias.”

“De nada...”

“Y ahora a seguir con lo de antes pequeño...” agarró por la cintura al pelinegro antes de que saliera de la pequeña ducha, acorralándole, haciendo que el menor se sonrojara. “...que no me olvido tan fácilmente de las cosas.”

“¡Esto no es justo! ¡Llegaremos tarde a la cena!”

“Ya verás como no...además, tu también quieres que lo haga.” Sonrió torcidamente.

“...a veces te odio.”

“Mentiroso...”

Se besaron profundamente mientras el agua seguía cayendo sobre sus cuerpos desnudos.


















Paseaba entretenido por la playa.

Era una imagen verdaderamente hermosa la del mar cuando anochecía.

“¡Max ven!” Gabriel se sentó en la arena esperando a que el pequeño cachorro le alcanzara.

“No le hagas correr de ese modo...es solo un cachorro...” Anthony suspirando miró al castaño claro que jugaba con el perrito. “...creo que ha sido una mala idea adoptarlo.”

“¿Por qué?” cogiendo al animal en brazos miró con ojitos brillantes al pelirrojo.

“Era una broma bobo...” le dio un golpecito en la frente y se sentó a su lado en la arena.

“Con lo lindo que es...”

“No lo mal acostumbres...que luego será peor si lo tienes consentido.” Se encendió con tranquilidad un cigarro y acarició el pelaje del perro que contento se movía de un lado a otro.

“Me sorprende que aceptaras tener un perro...se que no te gustan demasiado los animales...” miró al pelirrojo que negó con la cabeza.

“Pero a ti te gustan ¿no?” acarició los cabellos castaños del menor haciendo que sonriera. “...entonces ya esta bien...” le dio una calada a su cigarro. “...he visto que Henry se vendió la cafetería...”

“Si...lo que ha sacado de la venta lo ha puesto en mi cuenta corriente y en la de mi hermana a modo de disculpa...” chasqueó la lengua. “...tampoco era mal tipo...”

“Bueno...en ese momento era normal que pensaras que lo era, descubriste algo que no te gustó de tu familia y te sentiste utilizado por Henry...pero creo que él en el fondo te quería bastante...”

“Me veía como un hermano pequeño...” sonrió mientras acariciaba al perrito con cariño. “...si me lo encontrara ahora quizá todo sería diferente.”

“Seguro que un día u otro lo ves Gabriel...se debe mover por aquí si tiene una mafia...” riéndose se tumbó en la arena mirando el cielo como oscurecía poco a poco. “...¿te puedo preguntar algo?”

“Dime...” tumbándose boca abajo en la arena miró a su novio mientras el pequeño Max se paseaba arriba y abajo de la playa.

“¿Intentó algo Henry?” con una ceja enarcada observó a Gabriel que se puso a reír nada más escuchar su pregunta. “¿Por qué narices te ríes?”

“Es que es muy gracioso lo que me preguntaste...¿tu de verdad crees que pudo pasar algo? Te acabo de decir que me quería como a un hermano pequeño...” quitándole el cigarro de los labios y apagándolo se quedó mirando esos ojos color café.

“No lo sé...al principio cuando os vi hablando juntos lo pensé...”

“Pues te equivocas...aún esta muy pendiente del recuerdo de su mujer...siempre iba a verla al cementerio y se pasaba prácticamente toda la mañana allí...estaba muy enamorado de ella...o eso me pareció.”

“Vaya...”

“Aunque no me hubiera molestado que hubiera pasado algo...” sonriendo con malicia miró al pelirrojo que hizo una mueca de desagrado. “...es broma bobo...no cambiaría por nada todo lo que tengo ahora...”

“¿Te gusta vivir con un pervertido que tiene una familia medio mafiosa?” agarró con su mano la nuca del menor acercándolo a él, besando los labios carnosos de Gabriel.

“Me gusta vivir con un pervertido que se lo deja todo por el medio, no sabe planchar bien y encima siempre quiere tener sexo, pero es lo más sexy que me puedo encontrar.” Bromeando se separó de esos labios que se curvaron en una sonrisa maliciosa.

“¿Solo me quieres por mi físico o que?” pasó el otro brazo alrededor de esa cintura delgada.

“Sabes que no...” acarició las hebras pelirrojas con devoción.

“Si no estuviera Max te haría cualquier cosa aquí en la playa...” sonriendo torcidamente besó a Gabriel con desenfreno. “¡Auch!”

“¡Bien echo Max!” riéndose observó al pequeño cachorro que había saltado encima del pelirrojo de golpe.

“Vaya dos tengo en casa...” suspirando agarró al cachorro acariciando su pequeña cabeza. “...espero que en la noche no nos interrumpas o te quedarás sin paseos...”

“¡No le hagas eso al pobre perro!”

“Venga...¿nos vamos a casa?” se levantó sacudiéndose la arena que estaba pegada a su ropa.

“Claro...” sonriendo siguió a su novio mientras el pequeño Max les seguía. “...Anth...”

“¿Mmm?”

“Te quiero.”

“Y yo angelito.” Sonriendo agarró la mano del menor. “...venga Max...a casa.”



















“Te dije que no me entretuvieras pervertido...” bufando exasperado se colocó bien el cuello de la camisa blanca, mirándose en el espejo del ascensor.

“No te enojes Erick...” comenzó a abrazarlo intentado que dejara de poner morros. “...además lo disfrutaste...eso de hacerlo en la ducha creo que te excita...”

“¡Johan al final vas a recibir!”

“¿Más? Yo creo que quién recibe eres tu...” bromeando y riéndose hizo que Erick se pusiera colorado mientras maldecía entre dientes la astucia que estaba desarrollando Johan para ponerle nervioso con comentarios un poco íntimos.

El ascensor se paró un momento y se abrieron las puertas, apareciendo detrás de ellas las dos chicas de la excursión, en concreto esa rubia a la que Erick le tenía tanta manía.

“Hola chicos...” ella sonrió coqueta, aunque saludó en plural sus ojos no se movían del cuerpo perfecto de Johan que disimulado desvió la mirada y saludó débilmente. “¿También vais a la cena de gala?”

“Euhm...si...” Johan miró a Erick que cruzado de brazos rodaba los ojos, la amiga de la chica rubia miraba la escena con curiosidad. “¿Y vosotras?”

“Claro...aunque Martha se irá con su novio que la espera en recepción...” sonriendo miró a su amiga que tímidamente asintió.

“Bien una menos...” entre dientes Erick suspiró.

“¿Decías algo?” la chica rubia miró al pelinegro con desprecio.

“Nada...que si que tarda el ascensor.” Sonrió cordialmente y Johan suspiró, las puertas del ascensor se abrieron y después de que la amiga de la chica rubia se fuera con el novio se quedaron los tres yendo hacia la sala donde se organizaba la cena.

“Oh...que despiste...no me presenté...me llamo Karen...mucho gusto.” Con su sonrisa amplia se acercó a Johan a darle dos besos.

“Yo me llamo Johan....y él Erick...” miró a su novio que se hizo el despistado para no tener que darle dos besos a esa bruja.

“¿Y habéis venido solos de viaje?” insistente se acercó a Johan que sin saber que hacer asintió nervioso.

“...o me sujetas o le arranco los pelos a esta idiota...” en voz baja Erick le pellizcó el brazo a Johan.

“¡Erick!” mirando severamente al pelinegro que puso morros suspiró por tercera vez.

“¿Y tu como que has acompañado a tu amiga que va con el novio? ¿No te sientes aguanta velas?” con malicia miró a Karen.

“No...quería venir de viaje para ver si conocía a alguien interesante...y por suerte he conocido la persona adecuada...” todo eso lo decía mirando a Johan que ya no sabía dónde meterse, por un lado Karen echándole indirectas de manera descarada y luego su novio celoso o más bien muy enojado.

“Vaya...” intentando aguantar el enojo miró al castaño. “...me voy a tomar el aire.”

“Discúlpame...” Johan se fue tras del pelinegro que en la calle se movía de un lado a otro. “...Erick...”

“Ya sé lo que me dirás...que no tengo motivos, que me quieres...¡Esa zorra me pone de los nervios!” rascándose la cabeza nerviosamente miró a Johan que se reía. “¡¿Y ahora por que narices te ríes?!”

“Porque es la primera vez que te veo así de celoso...” sonriendo agarró por la cintura al pelinegro, una pareja que estaba en recepción se quedó mirándoles un rato hasta que al darse cuenta que molestaban se fueron. “...no te enojes...”

“Es que encima tiene el morro de soltar esas tonterías...”

“Me gusta que te pongas celoso...” besando la sien del pelinegro sonrió.

“Pues a mi no...” se separó del castaño. “...y buscarás tu la solución.” Mordaz miró al futbolista y volvió a entrar a la sala yendo hacia el baño.

“¡Erick! ¡Ven ahora mismo!” Johan comenzó a seguir al pelinegro que enfurruñado se hacia el sordo. “...Erick Rivers no me hagas gritar...” algo molesto se paró en medio del pasillo, bajo la mirada de las chicas que salían del baño, que estaba justo al lado del de los hombres. Viendo como el pelinegro le miraba atentamente. “...¿cómo pretendes que lo solucione?”

“No lo sé...pero si lo tengo que hacer yo se llevará un par de cachetadas...”

“No conocía esa faceta tuya...” riéndose miró al de ojos verdes que puso morros. “...me gusta...eso quiere decir que te importo...”

“¿Acaso parece que no me importes después de todo lo que hemos pasado?” con una ceja enarcada observó esos ojos azules. “...porque entonces quién va a recibir serás tu.”

Johan abrazó el cuerpo delicado del pelinegro.

“No te enojes...hemos hecho este viaje para celebrar lo bien que nos va...”

“Pues entonces déjale las cosas claras a Karen...” poniendo morros miró a Johan.

“Ok...no quería ser brusco...eso es todo, pero si quieres que lo demuestre.” Agarró de la mano al pelinegro y comenzó a caminar hasta llegar al recibidor donde Karen tecleaba algo en el móvil intentando matar el tiempo.

“¿Qué pretendes?”

“Dejarle las cosas claras...” sin preocuparse se puso en un punto donde la rubia pudiera verles claramente. “...y ahora cállate y no te quejes más.” Agarrando por la cintura al menor se acercó a sus labios, besándole apasionadamente bajo la mirada del recepcionista que parecía que se le iban a salir los ojos del rostro y Karen que blanca como el papel dejó de teclear el móvil para observar.

“Mmm...Johan...” sorprendido, eso si, gratamente sorprendido rodeó el cuello del futbolista rindiéndose a ese beso.

Se separaron poco a poco.

“¿Contento?” Johan se relamió los labios.

“Mucho...” algo sonrojado y satisfecho, Erick agarró la mano del castaño. “Vamos a cenar.”

“Ok...pero por la noche me recompensas lo que acabo de hacer por ti...”

“¡Tendrás morro!”


























“Si...mañana podré ir...claro...” Gabriel paseaba por la habitación ante la atenta mirada del pelirrojo que leyendo un libro escuchaba la conversación telefónica que tenía su novio. “...ok...hasta mañana...adiós” colgó.

“¿Quién era?” Anthony se retiró los cabellos y Gabriel se sentó encima del pelirrojo.

“Mañana iré a llevar a Max al veterinario...” besó la nariz del mayor que interrogativo le miró. “...debe pasar una revisión y ponerle una vacuna...”

“Pero deberás ir solo...mañana tengo clase...” se rascó la cabeza mirando al castaño claro que sonrió.

“No pasa nada...no me morderán...”

“No lo sé...eres demasiado apetecible...” sonriendo acarició los cabellos castaños claros. “...¿Sabes que encontré el otro día?”

“Dime...” jugó con las hebras rojas mientras observaba esos ojos color café.

“La servilleta en que apuntaste tu número después de que nos acostáramos...”

“¿De verdad? Si que hace tiempo ya...”

“Aún me acuerdo de la primera vez que te vi...te contoneabas de una manera en esa discoteca que me volviste loco...”

“Si...dejaste a esas dos rubias plantadas y me atacaste hasta seducirme...” besó débilmente los labios del pelirrojo. “...y a la mañana siguiente cada uno nos fuimos por nuestro lado...”

“Pero esa servilleta que me diste con tu número me sirvió para seguir llamándote y quedando para acostarnos...hasta comenzar a salir...”

“Bueno...salir, salir...no era...más bien me ponías los cuernos en cuanto podías...” enfurruñado se cruzó de brazos.

“Era un idiota...lo sé...” abrazó por la cintura a su angelito. “...hasta que te volví a ver después de que me dieras una cachetada dejándome...y volvimos a encontrarnos a partir de allí muchas veces...”

“¿Me seguías verdad?” bromeó riéndose.

“Quizá...pero el día que viniste a mi casa que te besé en el ascensor...no podía dejar de pensar en lo que te necesitaba...”

“Si...pero en el baño de la cafetería Mouse solo podías pensar en una cosa ¿no?” dándole un golpecito en la frente hizo reír al pelirrojo. “...pervertido...”

“Te amaba...y aún lo hago...no podía aguantar estar sin tocarte...”

“Y yo estaba deseando en una parte muy profunda que dieras un paso más...piensa que si no lo hubieras echo no estaría aquí...”

“¿Por?” miró interrogativamente al castaño claro.

“Quería mudarme al graduarme...irme a continuar los estudios universitarios fuera de la ciudad, cortarme el pelo...cambiar...dejar de pensar en ti.”

“Suerte que no lo hiciste...el cabello corto no me gusta como te queda...”

“Idiota...” poniendo morros escuchó la suave risa del pelirrojo.

“Es broma bobo...sabes que si no hubiera pasado todo esto entre nosotros, hoy no estaríamos así de bien...”

“Lo sé...por eso no me arrepiento de todas las tonterías que e echo por ti...”

“Ni yo angelito, ni yo...” acarició la espalda delgada del menor. “¿Celebramos nuestra vida juntos?” besó apasionadamente los labios de Gabriel, quitándole la camiseta con avidez.

“Mmm...cualquier excusa es buena para ti pervertido...”

“Te quiero...”



















Después de la cena y de ver que des de que Karen les vio besándose no se había vuelto a acercar, decidieron ir a pasear por las calles de París más cercanas al hotel, cogidos de la mano mientras hablaban tranquilamente.

“¿Llamaste a Gabriel?” Johan miró a Erick que asintió. “...¿Cómo le va?”

“…l perfecto...des de que vive con Anthony no se le va esa sonrisa de la cara...y ahora con el perrito que se han cogido los dos parecen una familia completa...” riéndose suavemente miró a Johan.

“Nunca lo hubiera imaginado de ellos dos...Anthony precisamente le gustaban mucho las faldas...ya me entiendes...siempre con chicas y nada de compromiso...”

“Ya...pero hay veces que no puedes controlar lo que sientes...yo nunca hubiera imaginado que acabaría paseando por París contigo como pareja...” sonrió ampliamente. “...y no lo cambiaría por nada del mundo te lo aseguro.”

“Ni yo...pero es verdad que no esperaba que acabaría contigo...fue una casualidad que nos encontráramos, nos comenzáramos a hablar y luego finalmente me decidiera a besarte y pedirte salir...”

“Yo la verdad al principio pensé que jugabas conmigo o que te habías confundido.”

“¿Por?” mirándole interrogativamente vio como el pelinegro suspiró.

“Porque estabas con Sara...ella era linda, aunque ya sé que una cabeza hueca, tenías tu equipo de fútbol, tu popularidad, tus amigos...no creía que alguien como yo encajara contigo...”

“Sara fue una equivocación...yo creo que en el momento en que acepté salir con ella no debía estar muy bien del cerebro...” eso hizo reír a Erick haciendo que Johan sonriera tiernamente. “...y luego, tu eres importante para mi, sin ti la mitad de cosas no me hubieran sucedido...por ejemplo conocer al cazatalentos...o simplemente disfrutar de un viaje como este en pareja...”

“Al final me harás llorar...” abrazando a Johan miró esos ojos azules que sinceros le observaban. “...te quiero mucho Johan...”

“Y yo bobo...aunque seas un celoso y a veces un don caprichitos...”

“Para caprichos los tuyos...siempre quieres lo mismo a todas horas.” Pellizcándole el trasero besó su mejilla.

“¡Auch! Pues cuando volvamos al hotel prepárate...” sonriendo besó los labios calientes de Erick, rodeando con sus brazos el cuerpo delgado del menor, sintiendo que todo en ese momento era tan sumamente perfecto.

“Te amo bobo...”

Todo era perfecto.

Para él Johan era lo más importante en esos momentos.

Y no pensaba separarse de él nunca.
Notas finales: SIENTO TARDARME TANTO ;_;

Pero e aquí el útlimo capitulo!
Pero cuidado! Aún falta el epílogo! n_n

Espero que os haya gustado n_n
estoy poniendo todo mi empeño...

Muchísimas gracias a todas las personas
que leen y comentan...les estoy muy agradecida n_n

Nos vemos en el siguiente y último capitulo!

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^

Besos y cuídense mucho mis queridos/as lectores/as!

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