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Curiosamente unidos. por Alinna

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Notas del capitulo: Sus vidas han sido largas, sus decisiones, sus relaciones, sus problemas...pero todo llega a estabilizarse y la felicidad es para ellos el mayor tesoro.
Varios años después.


“Erick...¿te vas ya?”

“Ah...si, lo siento Luane, debo ir a buscar a Johan al campo de fútbol...” el pelinegro miró a la chica rubia que meneó la cabeza de un lado a otro. “...¿quieres que te lleve?”

“Me harías un favor...no me queda dinero para coger el transporte público...” subiéndose animadamente al coche miró a Erick. “...eso de que Johan sea famoso es un poco...”

“¿Estresante?” riéndose suavemente Erick arrancó el coche con tranquilidad. “...no lo puedo negar y ahora que últimamente no para de ganar todos los partidos...” sonriendo miró a su amiga.

Había podido entrar en la universidad de medicina.

A sus 23 años aún no había acabado la carrera ya que eran muchos años de formación, pero se combinaba las clases con las prácticas en los diferentes hospitales, al principio fue difícil hacer a un lado la prensa que no paraba de preguntarles el porque de la cercanía entre Erick y Johan.

“Fue realmente una suerte que Johan quisiera hacer público lo vuestro...”

“Son muchos años juntos...así que creo que tampoco sorprenderemos a nadie con la noticia. Tenemos suerte que le prensa se ha distanciado un poco y ya no nos molesta... estaba algo estresado.”

“Normal...”

Después de dejar a Luane delante de su casa se dirigió hacia el campo de fútbol, Johan le esperaba después del duro entrenamiento y así podrían ir a comer juntos a algún lado.

Lo vio des de lejos, allí estaba, con el cabello castaño reluciente, la piel morena y cada músculo de sus brazos y piernas delineado a la perfección, haciendo que Erick se sonrojara.

Su novio era tan guapo.

Y esos ojos azules...

“Erick...” sonriendo entró en el coche tras dejar sus cosas en el maletero. “...¿cómo te ha ido el día?” besándole los labios ligeramente se acomodó en el auto.

“Bien...hoy he estado ayudando al doctor con los pacientes...he podido hacer algunas cosas perfectamente solo...me he sentido realmente bien...” parándose en un semáforo miró a Johan que sonreía embobado. “¿Qué ocurre? ¿tengo algo en el rostro?”

“Ahh...es que estas tan guapo...” haciendo sonrojar a Erick, Johan se acercó a esos labios besándolos, aprovechándose de ese maldito semáforo que tardaba tanto en ponerse en verde.

“No digas bobadas...” dándole un golpecito en el pecho empezó a conducir al ponerse en verde el semáforo.

Johan se quedó mirándole, había cambiado en estos años, el cabello negro estaba un poco más largo, había crecido algunos centímetros, aunque en la altura seguía sin alcanzar al futbolista, creció un poco, aunque él también, así que estaban en las mismas. Sus ojos verdes brillaban con tanta intensidad, su seguridad había mejorado y su carácter dulce le hacia ver irresistible.

“Oye Erick...¿vamos a comer a casa?”

“¿No querías ir a un restaurante?” extrañado miró al castaño.

“Si...pero prefiero estar en nuestra casa.”

“Como tu quieras señor famoso...” bromeando dio la vuelta en una rotonda y se dirigió a la casa que habían comprado, más bien, Johan había comprado con lo que le pagaban como futbolista.

“Luego déjame comerte a ti.”

“¡Johan!”

Bueno, sus peleas no habían cambiado demasiado.




















Estaba acabando de ordenar algunas cosas en la casa cuando el teléfono empezó a sonar, levantándose del sofá con tranquilidad se dirigió hacia la mesa dónde había el teléfono.

“¿Si?” agachándose al ver que Max estaba saltando encima de él cogió el inalámbrico.

¿Gabriel? Soy Henry...

Se quedó parado a escucharle.

“Oh...no me lo esperaba...”

Costó dar con tu nueva dirección baby...” bromeó el rubio mientras escuchaba una suave risa por parte de Gabriel.

“Un mafioso como tu no debería tener problemas a encontrarla...” viendo que el ambiente era relajado se fue hasta el sofá, hacia mucho tiempo que no sabía nada de Henry, habían acabado algo mal y no se habían hablado por mucho tiempo.

En eso tienes razón...no sabía si llamarte...la última vez no acabamos muy bien...

“¿Qué esperabas? Me engañaste...pero no soy rencoroso, prefiero relajarme y olvidar las cosas...soy demasiado feliz como para amargarme con estas cosas...”

Así pues...¿me perdonaste?

“A medias...espero que la próxima vez que nos veamos me compres algo bonito...con tanto dinero que tienes es lo mínimo que deberías hacer...” jugando con Max, su perrito, bueno, más bien su gran perro, había crecido mucho. “...pero cambiamos de tema...¿tu como estas?”

Ocupado...como siempre...estos años no he estado en el país...des de lo ocurrido...y de tu transferencia de dinero decidí irme un tiempo para hacer mis negocios...

“No quiero preguntar que tipo de negocios porque nos volveremos a pelear, y después de tantos años no sería justo...” riéndose se levantó y fue hacia la nevera, cogiendo una lata de refresco y abriéndola para darle un sorbo.

Mejor que no...por cierto...¿sigues con Anthony?

“Claro que sí...al final, hemos podido mantener una relación seria...aunque al principio tenia algo de miedo...veo que ha cambiado, que me quiere...y el sexo con él sigue siendo fantástico, la pasión no se ha perdido con los años...” haciendo reír a Henry jugó con una pelota tirándola hacia el pasillo del piso para que Max fuera a buscarla.

No has cambiado...

“No...y no cambiaré por nadie...¿tu como vas de tema de amores señor?” ironizando escuchó toser al de detrás de la línea telefónica. “...esa tos es sospechosa...”

Nada importante...hay alguien especial eso es todo.

“¿Una chica?”

Claro...

“Me alegra oír eso...”

Gracias baby...lo mismo digo...debo dejarte...tengo que atender algunos asuntos.

“Ok, ok...y gracias por llamar.” Al escuchar el timbre se levantó para ir a abrir la puerta.

De nada...y suerte con todo, cuídate.

“Adiós...” colgó y al abrir la puerta se encontró con un pecho ancho y deliciosamente provocante. “¡Anth!” saltando encima de él y sorprendiendo al pelirrojo lo abrazó con fuerza. “Llegaste más temprano...”

“Hoy he salido antes de trabajar...” acariciando los cabellos castaños claros con cariño rozó su nariz contra la del más delgado que le besó los labios. “...he intentado llamarte pero comunicaba angelito...”

“Me ha llamado Henry...”

Al escuchar eso se quedó sorprendido.

“¿Henry?” dejándole en el suelo y quitándose la chaqueta y la corbata miró al menor que asintió con tranquilidad. “...que raro...des de que te enteraste de lo de tu padre que no sabíamos nada de él...”

“Ya...a mi me ha sorprendido igual que a ti...la verdad es que no me lo esperaba, pero ya sabes que ya hacia tiempo que ya no le guardaba rencor...y creo que ha notado que ya no estoy enojado con él...”

“Eso esta bien...” acariciando los cabellos castaños claros besó sus labios, agarrando la cintura del menor con fuerza. “...estoy muy estresado...”

“Pues no lo parece...” riéndose traviesamente entre los labios del pelirrojo se separó de él yendo hacia la cocina. “...¿te ha ido bien por eso?”

“Si...las secretarias algo pesadas...dicen que tengo un novio tan lindo...” poniendo vocecitas miró a Gabriel que bebía de su refresco divertido.

Su cabello había crecido notablemente y lo llevaba un poco más largo, no había crecido pero su rostro estaba igual de bello que antes, ahora llevaba un tatuaje en la pelvis que le encantaba lucir y que aunque al principio al pelirrojo no le hizo gracia luego le encontró sensualidad a esos dibujos.

“Y tienen toda la razón...” encendiéndose un cigarro miró al pelirrojo que se soltó el cabello, lo llevaba por media espalda algo escalado, sus brazos fuertes se podían delinear por debajo de la camisa y sus piernas largas se veían sensuales con esos pantalones oscuros y de vestir.

“Te dije que lo dejaras...” acercándose a Gabriel le quitó el cigarro dándole él una calada.

“Tu también fumas...”

“Pero yo fumo des de hace un montón de años...es difícil dejarlo...tu que has empezado no te equivoques...quiero que estés sano...” levantando la mano al ver que el castaño claro intentaba alcanzarle el cigarro sonrió divertido.

“Ni que fueras mi madre...” acercándose al pelirrojo comenzó a besar su cuello.

“No me sobornes...”

“Venga...dame mi cigarro...” besando un poco sus labios consiguió lo que quería, que bajara el brazo y pudiera alcanzar para robarle el cigarrillo. “...muchas gracias.”

“Luego me vas a compensar por esto...” molesto abrió la nevera en busca de algo para saciar su apetito.

“Te amo y lo sabes...”

“Te he dicho que no me sobornes...” riéndose levemente se acercó al de ojos color miel, era tan bello. “...no puedo con tu belleza...”

“Ni yo con tu perfección...”

“¿Perfección?” riéndose suavemente pasó sus brazos alrededor de la cintura de su angelito.

“Si...porque contigo todo es perfecto.”

Eso es, gracias a él todo era perfecto.

Gracias a él estaba feliz.

Anthony era lo más importante para él.





















“Ah...esto no entraba en mis planes...” tumbado boca abajo en la cama se reincorporó ligeramente, mirando a Johan que sonreía triunfantemente mientras miraba el techo. “¡¿Me oyes señor futbolista salido?!”

“Oh vamos...a ti también te apetecía...” volteándolo ligeramente y subiéndose encima de él besó sus labios con cariño, sintiendo los brazos del pelinegro rodear su espalda con lentitud. “...además..¿sabes a quién me encontré hoy?”

“¿Mmm?” jugando con sus cabellos despeinados miró los ojos azules de Johan.

“A Sara...”

“¿Me quieres fastidiar la mañana?” con una ceja enarcada miró al castaño que se rió negando con la cabeza. “...¿y como que te la has encontrado?”

“Se ve que su novio es un aficionado al fútbol y vino a ver el entrenamiento que estábamos haciendo...” con su dedo delineó el pecho blanco de Erick, viendo su rostro sereno, sus ojos verdes fijos en él, el cabello negro esparcido por la almohada.

“Pues aún será capaz de volver querer estar contigo...”

“Sabe que es una perdida de tiempo...” besando los labios carnosos acalló al pelinegro que iba a protestar, escuchando un suave suspiro por su parte y como las manos agarraban con fuerza su espalda.

En todo ese tiempo las cosas habían cambiado mucho. Los padres de Johan estaban igual de bien, aunque ahora iban menos ajetreados al ver que Marcus con sus 12 años ya podía espabilarse él solo, Juliet aún necesitaba un poco de ayuda pero se había convertido en una niña muy alegre.

Y su padre, su padre se había vuelto a casar hacia dos años.

Le gustó ver que su padre había podido rehacer su vida y enamorarse de nuevo, era una compañera de trabajo y una mujer muy afable, con los cabellos rubios lisos y ojos miel grandes, piel algo blanca aunque en verano cogía bastante el sol y una sonrisa muy serena. Aunque cuando se enojaba tenia bastante genio.

“Ally nos invitó a comer con mi papá...” mirando a Johan que se levantó de la cama para coger la ropa interior se estiró como un gato en la cama, tapándose un poco con la sábana.

“Por mi bien...¿mañana te va bien a ti?”

“Mmm...si...yo te lo pregunto por si tenías entreno...”

“Mañana lo tengo más temprano...acabaré antes...” bebiendo de una botella de agua miró a Erick que se frotaba los ojos con tranquilidad. “...a Gabriel y Anthony les va muy bien...¿no?”

“Si...el otro día hablé con Gabriel cuando fuimos a tomar algo...les va de maravilla y los padres de Anthony no molestan mucho ya...le han dejado hacer su vida.” Levantándose completamente desnudo de la cama se fue hacia el baño seguido por Johan.

“Eso esta bien...” se apoyó en el umbral de la puerta mientras Erick se metía debajo de la ducha. “...a nosotros también nos va muy bien...¿no?” quitándose la ropa interior se metió debajo de la ducha con el pelinegro que le hizo sitio.

“Si....aunque se nota que te gusta ostentar porque la casa que compraste es algo grande...”

“Oh vamos...siempre había soñado tener una casa grande con una ama de casa que me recibiera con un beso apasionado...” bromeando miró a Erick, recibiendo un pellizco por parte del menor. “...sabes que es broma...”

“Lo sé bobo...” besó sus labios y salió de la ducha después de aclararse el jabón, secándose con la toalla ligeramente.

Después de cambiarse de ropa se fueron hacia la terraza dónde había la piscina sentándose en unas hamacas, Erick encima de Johan mientras hablaban tranquilamente.

“Recordando todo lo ocurrido hasta estar así de bien...me he dado cuenta que ha valido la pena...” sintiendo la mano poderosa de Johan en su nuca sonrió. “...aunque al principio estaba un poco dudoso de si íbamos a durar...”

“Antes eras muy inseguro...en estos años has madurado mucho...” se acercó a esos labios besándolos ligeramente, disfrutando de la tranquilidad y de los pequeños momentos que le hacían darse cuenta que sin Erick no sería nada.

“Johan...”

“¿Mmm?” cogiendo las manos de Erick y jugando con sus dedos miró esos ojos verdes.

“¿Y si nos casamos?” algo sonrojado miró al castaño que sorprendido y con una sonrisa en los labios lo abrazó fuertemente. “¿Johan?”

“No me mires...” riendo suavemente escondió el rostro en el pecho del pelinegro.

“Tonto...” mirando a los ojos a Johan vio una sonrisa brillante y llena de felicidad, sintiendo que el corazón se le iba a salir del pecho. “...te amo...”

“Y yo...Erick...y yo...”

Volvió a besar esos labios que des de un primer momento le habían tentado.

Lo era todo para él, todo.

Y sabía que sería feliz a su lado.

Aunque les hubiera unido curiosamente el destino.

Le amaba más que a nadie.

Y esa felicidad sería eterna.
Notas finales: Hola de nuevo!
Creo que esta vez no me demoré tanto..u.u

Si...mis queridos/as lectores/as...
hemos llegado al fin de este fic...
Espero que os haya gustado el fic...
que disfrutéis con la lectura...porque todos/as
los/as que habéis comentado habéis echo que mi fic
salga adelante.

Agradecer una vez más a todas esas personas
que siempre han comentado y me han animado, de veras n_n

Sé que no salió nada de Jason y Step...
pero debo decir que dentro de un tiempo,
quizá haré un fic sobre ellos dos...
y de toda su historia. :3

Muchas gracias por comentar y leer!

Nos vemos en otra ocasión!

Besos y cuídense mucho! n_n

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