Le tendió la taza humeante de chocolate recién hecho, las manos le temblaban ligeramente y notaba el frío calado en sus huesos, se quedó mirando la decoración sencilla del local. Nunca había entrado en esa cafetería, debería haberlo echo antes, era un lugar tranquilo y encima el jefe estaba bueno. Había cerrado el local pero solo estaba él dentro para que entrara en calor. Henry, el jefe por otra parte iba ordenando los platos acabados de lavar. Desapareció un momento por la puerta trasera y volvió con un uniforme y una manta.
"Ponte esto…toda tu ropa está empapada…ya me dejaste el asiento del copiloto mojado, ahora no quiero que me dejes la silla." Sonrió torcidamente y le señaló los baños. "…venga apúrate o al final cogerás algo."
"Ni que fueras mi padre." Se levantó desganado y cogió el uniforme.
"No…pero digamos que me gusta recoger cosas de la calle." Bromeó mientras se encendía un cigarro. "…date prisa o el chocolate se va a enfriar."
"Si, si…" se quitó la camiseta de camino al baño y la dejó encima de la barra. "…toma, ¿puedes ir secando esto?"
"Cómo usted diga señor cliente." Se rió cínicamente y lo dejó al lado de la calefacción para que fuera secándose.
Gabriel se acabó de poner el uniforme, le quedaba perfecto, bien entallado y no le iba grande para nada. Salió con el pelo algo húmedo, se lo secó con una toalla pero no consiguió mucho. Rodeó su cuerpo con la manta y se sentó en el taburete de la barra, dándole un sorbo al chocolate que aún estaba bastante caliente.
"Gracias…" lo soltó tan flojo que Henry solo asintió levemente. "…¿Por qué me ayudaste antes?"
"No lo sé…pasaba por allí y te vi en una mala situación." Se encogió de hombros y colocó uno de los vasos limpios en un armario.
"¿Ibas a recoger a alguien?" el castaño miró intrigado al rubio que le miró divertido.
"Se acabó el turno de preguntas, ahora me toca a mi." Le cortó sonriendo y se cruzó de brazos apoyándose en la barra, quedando cerca del rostro de Gabriel. "¿Qué hace un niño de unos quince años suelto por la calle? ¿Eh, baby?"
"¡Serás…! ¡Tengo dieciocho años para tu información!" le miró enojado y el rubio empezó a reírse escandalosamente. "¡¿Se puede saber que te hace tanta gracia?!" le gritó rojo de vergüenza.
"De nada, de nada… es que tienes una cara de niño… quiero decir, no te lo tomes mal…pero me pareció que eras más pequeño…" le miró fijamente y no pudo evitar volver a reírse a pleno pulmón.
"No te soporto…piérdete." Le giró la cara y continuó bebiendo de su taza de chocolate.
"Pero si es muy….gracioso…" no podía parar de reír.
Quizá así se distraería un poco del día agitado que había tenido.
"¡Me voy! ¡Eres un idiota Anth!" se levantó atándose el cinturón del pantalón y peinándose en el espejo.
"¡No me vuelvas a llamar Anth en tu maldita vida!" esa voz tan ruidosa y aguda le estaba atormentando…prefería una más dulce que pronunciara esa manera de llamarle. "Y ahora vete…nunca te dije que quisiera nada serio contigo ¿o si? Además, ¿a ti que más te da? Sé que te estas viendo con otros a parte de conmigo…" la chica se puso roja de vergüenza y el pelirrojo tan solo la miró como si fuera un mueble más de decoración.
"Vete al infierno." La chica le dio una última mirada y se largó dando un portazo.
"Allí estaré."
Se quedó mirando la puerta, pero no le pasó como en la mañana que fue tras de quién le había cerrado la puerta en los morros, nada, ni una reacción, tan solo ese vacío y saber que así estaba mejor todo.
Suspiró fuertemente y se quitó la camiseta para irse hacia la habitación, tenía ganas de dormirse y no despertarse. Hoy seguramente volvería a soñar lo mismo…
Se tumbó en la cama y miró el techo pensativo. Fue él quien lo estropeó todo. Recordó la mirada que le dio antes de subirse a ese coche con ese hombre de cabello rubio. ¿Le estaría tomando ahora mismo? ¿Se estarían besando? ¿O directamente ya se sabía de memoria cada rincón de su cuerpo?
No, cerró los ojos fuertemente. Tan solo él sabía como hacerlo gemir, tan solo él sabía como besarlo y que se entregara fácilmente a sus brazos.
Se llevó la mano en el rostro y suspiró fuertemente.
Le gustaría no despertar.
Pasó la llave por la cerradura pesadamente, abrió lentamente y entró todo empapado, las luces no estaban encendidas por lo que seguramente su padre aún no había vuelto. Por suerte llegaba fin de semana y podía descansar de todo el ajetreo de las actividades del festival.
Se quitó la ropa mojada y la puso a lavar, fue a la ducha y se quedó debajo del agua caliente, intentando quitarse esos nervios que le invadían el cuerpo… Le podría haber dicho que tenía novia, y así él no hubiera quedado y ahora podría estar con esa chica.
Salió y se miró al espejo. No, no era eso…¿Por qué carajo se sentía enojado? Ladeó la cabeza y escuchó como su padre entraba, se vistió rápidamente con el pijama y salió a recibirle.
"Hola papá…" se acercó y le dio un beso en la mejilla.
"Hola Erick…¿Llegas ahora? Como el suelo estaba mojado…" el hombre dejó las cosas encima de la mesa del recibidor y colgó su chaqueta.
"Nada…me dejé el paraguas y de camino me pilló…"
"Vaya…¿Cómo te ha ido el festival?" se aflojó la corbata y miró a su hijo, que no parecía muy animado. "¿Ha ido mal? ¿O te cargan con demasiadas responsabilidades? Si quieres voy a hablar con el instituto para que no te carguen con tantas actividades…al final vas a acabar sin tiempo libre…" se acercó a la cocina y comenzó a sacarlo todo para cocinar.
"No, no…ha ido bien el festival, pude escaquearme de algunas actividades y disfrutar un poco de los espectáculos y eso…"
"Muy bien…¿Y cómo te ha ido con ese amigo?" se rió levemente. "…vaya ya parezco tu madre todo el rato preguntando…" sonrió melancólicamente y Erick le miró. "…si te agobio me lo dices."
"Para nada papá…ya sabes que me gusta hablar contigo…y más si no te veo en todo el día… me ha ido bien con Johan, hemos ido a ver una película, a dar un paseo y luego cuando nos ha pillado la lluvia nos hemos separado." Mintió, pero no quería decirle que había ido a su casa, porque su padre le diría que se podría haber quedado a cenar si quería, y no era plan con lo que ocurrió. "Papá...¿puedo preguntarte algo?"
"Dime…"
"¿Mamá nunca dejó nada escrito o algunas cosas suyas? Me gustaría saber como pensaba o simplemente ver su letra…contra más tiempo pasa, más me da la sensación de que la olvidaré…" se acercó a su padre y comenzó a ayudarle a cocer algo de arroz.
"Claro… tengo algunas cosas guardadas suyas, cartas, notas o simplemente algunas listas de la compra que hizo…" sonrió tristemente y le puso la mano en la espalda. "…te da la sensación que la olvidarás…a mi a veces me pasa, pero siempre es bueno recordar momentos…"
"Pero tu y mamá vivisteis muchos… yo casi ya ni me acuerdo, murió cuando era muy pequeño…y no tengo muy buena memoria…" suspiró fuertemente y comenzó a cortar la verdura.
"…" miró a su hijo preocupado, le había costado sacar a la familia adelante, tuvo suerte de que Marcus, su otro hijo ya era la suficiente mayor para cuidar de Erick cuando él trabajaba, y le dolía saber que no vería más a su mujer. "Erick, mañana buscaré por la habitación, creo que tengo algunos vídeos algo viejos de tu madre contigo…quizá te guste verlos."
"Claro." Sonrió más animado.
Así quizá pensaría en otras cosas.
Se levantó con un dolor de cabeza horrible, se volteó perezosamente en la cama y abrió los ojos pesadamente, hoy era fin de semana, podría descansar hasta que quisiera… miró hacia el techo encontrándose con una lámpara negra y abrió los ojos desmesuradamente… su lámpara no era negra.
Se sentó en la cama bruscamente y se quedó observando a su alrededor, una habitación bonita, cama de matrimonio con sábanas blancas, un armario negro a juego con el suelo y las paredes blancas, para su gusto algo minimalista.
Ladeó la cabeza bruscamente, no era hora de pararse a observar la decoración…¿Cómo había ido a parar en ese lugar? Solo se acordaba que después de estar en la cafetería Mouse se puso a beber de una botella de licor que había allí y…¿Y?
Se miró a él mismo y suspiró aliviado, iba con unos pantalones de pijama, aunque no eran suyos. Se levantó casi con miedo de la cama, a saber con quién estaba… abrió la puerta lentamente y escuchó ruido en la cocina, se acercó silenciosamente y vio la silueta de espaldas de un hombre alto y rubio.
"¿Henry?" dijo casi con miedo.
"Oh, baby, buenos días." Sonrió afablemente y sujetó entre sus labios el cigarro mientras llevaba dos platos con tostadas a la mesa. "¿Dormiste bien?"
"Uhm…si…pero…" se rascó la cabeza con ingenuidad. "…¿Puedo hacerte una pregunta?" se atusó el cabello nervioso y miró directamente a los ojos al rubio que asintió tranquilamente, tenía un aspecto diferente al de la anterior noche, llevaba el cabello desordenado y revuelto, unos vaqueros desgastados y una camiseta de manga corta negra, incluso le hacia más joven. "¿Qué pasó ayer?"
"Lo hicimos." Se quedó callado al oírlo, se quedó con la boca abierta, nunca antes no se había acordado de un polvo aunque fuera muy borracho siempre se acordaba de algo. Vio como se ponía a reír el rubio y le miró con una ceja enarcada. "Es broma…" no podía parar de reír y Gabriel lo miró enojado. "…no estoy interesado en niños…"
"¡No te soporto! ¡Me has asustado!" se sentó enojado en la silla y le dio un bocado bruscamente a la tostada mientras miraba a Henry que continuaba riéndose mientras calentaba el café.
"Lo siento, lo siento… me gusta la cara que pones cuando te enojas…¿tan malo hubiera sido haberlo echo conmigo como para poner esa cara?" dejó la taza de café humeante delante suyo y se sentó enfrente de él untándose una tostada con mermelada.
"Ese no es el punto…" se sonrojó levemente y le echó leche al café. "¿Qué ocurrió? Solo me acuerdo de haber bebido de una de las botellas de licor que había en la barra…" cambió de tema.
"Eso es, sin mi permiso comenzaste a beber mientras yo estaba hablando por teléfono para acabar de arreglar unas comandas y cuando volví ya estas felizmente acabándote la botella." Alargó los brazos y comenzó a pellizcarle las mejillas. "…era una botella muy cara niñato."
"¡Auuuuch!" el rubio le soltó y sonrió cínicamente. "No me gusta para nada esa sonrisa…"
"Para pagarme la botella que reservaba para ocasiones especiales y por tener que acogerte una noche en mi casa, vas a trabajar en mi cafetería por un tiempo chiquillo."
"¡No es justo!"
"¿No? Pues si quieres devuélveme ahora lo que valía la botella." Henry le dio un mordisco a su tostada mientras miraba a los ojos a Gabriel que estaba poniendo morros. "…miré tu cartera por si estaba tu dirección o algo por el estilo, solo había fotos con un tipo pelirrojo y un número de un tal Anthony…pensé que era un compañero de piso por lo que le llamé."
"¿Cómo?" miró sorprendido al rubio que asintió tranquilamente. "¡Dios…!" se pasó las manos por el rostro… un momento, ¿Por qué carajo le preocupaba que pensaría Anthony de eso?
"¿E echo mal?"
"No, da igual…¿Qué te dijo?" comenzó a jugar nervioso con sus dedos. El rubio simplemente le observó y sonrió.
"Nada más preguntarle si sabía donde vivías me colgó, así que deduje que me equivoqué de número o que ya no os lleváis tan bien…" se encogió de hombros y Gabriel le miró algo entristecido. "¿Trabajaras para mi? ¿O tus padres no te dejaran?"
"Vivo solo… me pago el piso con lo que me envía mi hermana mayor mensualmente… así que supongo que me irá bien un trabajo. Acepto."
"Muy bien, ahora acábate el desayuno, dúchate, vístete y te vas, tengo que abrir el negocio y aún no te tengo suficiente confianza cariño." Bromeó y se levantó.
"¡Piérdete!" le tiró un trapo pero lo esquivó, acabaría de desayunar, se ducharía y vestiría e iría a su casa a intentar descansar. Miró el diario y vio el apartado de horóscopos, vaya, hoy los Piscis tendrían sorpresas.
"¡Hoy estás realmente despistado!" su voz aguda le sacó de sus pensamientos. "¿Estás bien Johan?"
"Claro…" apoyó su mano en su rostro y la miró afablemente.
"No lo parece, des de hace un rato que actúas algo raro…si no tenías ganas de quedar me lo hubieras dicho." La chica suspiró y le dio un sorbo a su batido de fresa, Johan la miró, si le hubiera dicho que no tenía ganas de quedar se le hubiera tirado a la yugular. No sabía muy bien cuando había empezado a salir con ella, ni siquiera recordaba haberle dicho que si, solo que un día le besó delante de sus amigos y como le caía bien comenzaron a salir.
Pelo largo y liso, cara algo alargada, nariz recta, cuello esbelto, ojos grandes y azules, rubia y algo bajita, suspiró fuertemente, cuando no abría la boca era perfecta, pero siempre se estaba quejando y se pasaba más horas en el espejo que estudiando. En parte, sabía que salía con él porque era uno de los populares, pero nunca le molestó, es más, tener novia o no le importaba un comino.
"¿Viniste a verme el día del partido?" intentó sacar tema de conversación.
"No, ya sabes que no me gusta el fútbol y estarme dos horas en unas gradas debajo del solo para ver gente corriendo detrás de una pelota…mejor me quedo en casa…" le dio otro sorbo al batido y miró a Johan. "…Ahora tengo que preguntarte yo…¿Por qué no me esperaste ayer?"
"Ehm…no habíamos quedado ¿no?"
"No…pero soy tu novia, nos podríamos haber ido juntos de camino a tu casa." Le miró enfurruñada y Johan suspiró pesadamente. "Además mira que quedar con Erick Rivers…ese chico parece gay, con esa carita de niña y esa silueta tan delicada." Se rió escandalosamente.
"¿Y ahora por que carajo te metes con él Sara?" miró enojado a la chica que le miró sorprendida. "…tenle algo más de respeto ¿quieres? Es mi amigo y si quise quedar con él antes que contigo fue por algo."
"¡Serás…! ¿Cómo puedes tratarme así?"
"Mejor quedamos otro día ¿ok?" se levantó y dejó algo de dinero. "…te pago yo el batido…"
"¿No me ibas a llevar al cine?"
"Ya te he dicho que no tengo muchas ganas de salir…ya hablaremos." Se iba a ir cuando las manos delicadas de Sara se lo impidieron, se volteó y la miró. "¿Qué ocurre?"
"No te enojes…"
"Ya hablaremos Sara…"
"Ok, ok…" le intentó besar los labios pero el castaño volteó el rostro dejando que se lo diera en la mejilla, nada no sintió nada. "…nos-nos vemos."
"Bye…" salió de la cafetería y se subió a la moto, aún no se quitaba de su mente el rostro de Erick cuando se despidieron en su casa. Aceleró y comenzó a correr…
Últimamente estaba algo extraño y no se entendía a si mismo. Chasqueó la lengua y giró hacia la izquierda, iría a su casa a ver si se pasaba el moreno a devolverle la ropa.
Debería haber salido con alguien que fuera Tauro…
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español