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Ángel de Arena por KakaIru

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Notas del fanfic:

Holaa!! Este es un regalo de Navidad para uno de los niños Sabaku!! xD (mas bein esta es la tarjetita, el regalo se lo debo ¬w¬)

Notas del capitulo:

Jejejeje espero que les guste! ^O^

Pareja sorpresa! xD

 

_

 

Kankuro se aclaró la garganta ante la pregunta hecha por el Kazekage.


Si mal no recordaba estaban a media mañana, el sol lucía más poderoso que nunca y con más ganas de querer derretir sus cabezas que de costumbre. El viento seco y árido no hacía mucho para calmar el desesperante calor y, lo único que Kankuro había hecho para merecer aquella charla, era irse a descansar cerca de las áreas de entrenamiento donde las sombras de los edificios circundantes podían darle algo de cobijo. Pero Gaara, como siempre, le había encontrado y había empezado a hacer esas extrañas preguntas que no paraban de colocar a Kankuro en un aprieto.


-No lo comprendo...- dijo Gaara de nueva cuenta, obteniendo como respuesta un más que audible suspiro por parte de su hermano mayor.


-Estamos hablando de Lee así que es imposible que lo comprendas del todo- al decir el nombre del Maestro del Taijutsu, Kankuro tuvo que ocultar el sentimiento agridulce que guiaba sus palabras.


Por momentos el pelirrojo se mantuvo en silencio, con los brazos cruzados a la altura del pecho, pensando seriamente las palabras de su hermano. Ciertamente no estaban hablando de un ninja cualquiera. Lee podía ser cualquier cosa menosnormal, y eso se veía claramente en sus acciones, su forma de ser, de hablar, de vestirse, todo. Tal vez por esta misma razón era que él mismo no terminaba de comprenderlo y, al mismo tiempo, lo atraía de cierta manera.


-Ayer tocó mi brazo- dijo el pelirrojo finalmente y luego de tanto silencio-, me guió por toda la habitación y habló conmigo... de forma amigable. Parecía no tener miedo de mí...


Kankuro combatió con todas sus fuerzas el fruncimiento que quiso aparecer en su ceño al escuchar estas palabras. Pero, de nuevo, estaban hablando de Lee, de la fiesta dada por Tsunade hacía unos días a la cual Gaara había sido cordialmente invitado. Una fiesta de Navidad que el pelirrojo no terminaba de entender. Pero claro, Lee siempre estaba ahí para responder a todas sus dudas.


-No creo que te tenga miedo, Gaara- respondió Kankuro desviando la mirada a un costado, pensando detenidamente.


-Cuando me tocó...- continuó el pelirrojo con su voz estoica y sin cambiar el semblante- sentí algo extraño. ¿Qué puede ser?- al decir esto último miró a Kankuro detenidamente.


El Amo de las Marionetas deseó no encontrarse en aquella situación. Tragó saliva con dificultad y maldijo interiormente al sol, porque entre el calor y las preguntas de Gaara estaba enloqueciendo. Finalmente se armó de fuerza y respondió:


-Tal vez te guste- y al momento de decir esto una nota dolorosa se instaló en su voz.


Gaara asintió ante estas palabras.


-¿Crees que yo le guste?- preguntó, pero esto ya era demasiado para el mayor de los Sabaku.


-Gaara, ¿por qué me preguntas esto a mí?- dijo con un tono de voz suplicante que el pelirrojo no había escuchado nunca. Pero claro, él no era de los que entendían todas aquellas cosas de las sutilezas así que simplemente le dedicó una mirada profunda a su hermano y respondió sin muchos tapujos:


-Porque de todos aquí eres el que más le conoce- hizo una pequeña pausa en la que pensó sus siguientes palabras y continuó en ese tono tan impersonal que le caracterizaba:-. Tú y él siempre hacen juntos las misiones y siempre se queda en tu departamento cuando viene a visitarnos a Suna. Tú... lo entiendes.


Kankuro le miró amargamente.


Todo eso que Gaara decía era cierto.


Cada vez que Lee iba a Suna se quedaba en su departamento. La primera vez había sido casi una orden, pero luego simplemente lo habían hecho una rutina casi personal, y Kankuro se había visto a sí mismo disfrutando de la presencia delescandaloso shinobi. Las misiones, además, las hacían en conjunto, demostrando ser un equipo ciertamente balanceado, aunque a simple vista no lo pareciera. Kankuro había aprendido a leer a Lee y juntos habían llegado a un nivel de comunicación y entendimiento en el que no hacían falta palabras, pus ambos podían darse a comprender a través de miradas y silencio.


Y, luego de un par de meses, Kankuro podía decir, con sumo orgullo, que él entendía a Lee, él lo conocía de verdad.


-Pues...- comenzó el mayor, pero una nueva duda lo detuvo.


Él ya no trataba de engañarse respecto a sus sentimientos. Lo tenía muy claro. Aquello que sentía hacia el ninja de Konoha era mucho más que admiración, mucho más que respeto. Era algo que había sentido la primera vez que le viera, aquel lejano y distante día, años atrás, durante los exámenes a chuunin. En el preciso momento en que Lee había hecho acto depresencia, con su despampanante personalidad y su sonrisa cegadora.


Al principio había pensado en él como una 'pobre futura víctima de la sed de sangre de Gaara', pero Lee había demostrado ser fuerte y valiente. Y cuando una de sus patadas hirió al 'intocable' Gaara, Kankuro no pudo sino observarlo con los ojosabiertos como platos y el corazón palpitando violentamente en sus sienes.


La primera palabra que había venido a su cabeza ante tal despliegue de habilidades había sido:


"Impactante"


Tiempo después otra serie de adjetivos nublaron su cabeza y su razón. Rock Lee era Impactante, Maravilloso, Hermoso... Rock Lee era Perfecto. Rock Lee era Dios...


Entonces había comenzado a sufrir de amor, o algo parecido. Pero nada escapa a la vista de Dios, ¿no es cierto? Y Lee, una noche, se había acercado a su habitación y le había dicho:


"Creo que me gustas..."


El corazón de Kankuro se detuvo en ese instante, en esa noche, y el recuerdo hizo que su corazón diera la carrera. Nunca olvidaría esa noche, el brillo especial en la mirada azabache, el hermoso sonrojo en las pálidas mejillas, el tierno balbuceo sin sentido al momento de hacer la confesión y el indetenible tartamudeo al verse correspondido, al momento en que Kankuro le abrazara con sumo cariño, con suma adoración y vaciara en su pecho una incontenible e inconmensurable fuente de besos.


-Kankuro...- la voz de Gaara lo sacó de la dulce materia de sus recuerdos.


El mayor de los hermanos cerró los ojos.


Por momentos su cabeza se llenaba de la imagen de Gaara, y su corazón se saturaba con aquello que sentía hacia él, con el cariño al ser su hermano menor, al ser casi su única familia. Volvió a abrir los ojos y se enfocó en la inmóvil figura de suhermano que correspondía su mirada de forma seria y paciente.


No podía... simplemente no podía arruinar esa mirada de su hermano menor...


Por primera vez veía en su hermano algún vestigio de... ¿amor?


-Tal vez... tal vez también le gustes- mintió mordiéndose los labios.


¿Una mentira piadosa? Pero no podía decirle a Gaara la verdad, no podía quebrar con sus propias manos la posible felicidad de Gaara, no podía acabar con esa tierna sonrisa que surcaba su rostro... Un momento... ¿Sonrisa?


-Arigato, Kankuro-kun- dijo Gaara finalmente al tiempo que una pequeña y casi inadvertida sonrisa se formaba en sus labios.


El pecho del mayor se estrujó al ver semejante mueca de felicidad en su hermanito.


-No es nada- respondió desviando la mirada al suelo al tiempo que el pelirrojo se alejaba del campo de entrenamiento.


¿Estaba haciendo mal? ¿Pero qué otra cosa podía hacer? ¿Cómo decirle a Gaara que él mismo amaba a Lee con todas sus fuerzas y que el otro chico le correspondía? ¿Cómo hacerle entender que las veces en las que Lee se quedaba en su departamento no era simplemente por fraternizar sino por atender cierto deseo carnal que el más joven no debía ni comprender? ¿Con qué palabras decirle que cada vez que pedía acompañar a Lee a sus misiones era más su preocupación la que lo movía? ¿Qué palabras utilizar para no lastimarlo y al mismo tiempo hacerle saber que no tenía oportunidad con Lee pues él mismo era ya el dueño de su corazón, su cuerpo y sus sentimientos?


Completamente lleno de frustración se levantó de su sitio y comenzó a entrenar junto a un enemigo imaginario. Concentrado en lo que hacía una voz lo sacó de su ensimismamiento.


-¡Kankuro-kun!- no hizo falta que se volteara para reconocer ese melódico tono de voz, o esas extremidades que se cerraban entorno a su cintura, o esos labios que besaban amorosamente su nuca- Te extrañé...


El Amo de las Marionetas sonrió amorosamente, su corazón sobrecogido ante el sentimiento de amor que parecía sobrepasarlo.


-Yo también te extrañé, Lee- correspondió volteándose y encerrando el menudo cuerpo del otro en un asfixiante abrazo cargado de amor- Pensé que estarías en Konoha...


El más chico soltó una pequeña risita.


-Debía entregarte tu regalo de Navidad- respondió con una mirada pícara.


-¿Y eso qué sería?- preguntó a su vez Kankuro divertido a más no poder ante las ocurrencias del más chico y, por momentos, olvidándose de la charla que recién había tenido con su hermano.


-Cuando lleguemos a casa... Es un regalo especial...- contoneándose sugestivamente.


Kankuro combatió el innegable sonrojo que de pronto atacaba sus mejillas. Sonrió ampliamente y besó con pasión los suaves labios de Lee, que enseguida le correspondieron con la misma entrega y amor que les eran brindados. Sumidos en su amoroso beso, no se percataron de la mirada aguamarina que los observaba desde las sombras.


-Mentiroso- farfulló Gaara conteniendo las lágrimas y dando la media vuelta con el corazón destrozado...

 

¿FIN?

Notas finales:

Etto... eso es todo! espero q les guste! xD

Feliz Navidad Kankuro-kun!!!

P.D.: Mika-chan, esto lo hice a proposito xDDD


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