El chantaje de la cinta de video
ItaDei
-¡dame eso Itachi! ¿Pero cómo puedes hacerme esto?-gritaba un furioso Deidara, tratando desesperadamente de arrebatarle una cinta de video al parecer comprometedora al Uchiha mayor, sin mucho éxito ya que este no solo le superaba en estatura sino también en fuerza, pensó en atacarlo mientras moldeaba una figurita de arcilla, pero sabía que era demasiado arriesgado, ya que podría destruir la cueva akatsuki y además ser atrapado en un genjutsu del azabache gracias a que estaba mirándole directamente a los ojos con el Sharingan activado.
-¿no decías que en la cinta no tenía nada? Entonces no deberías tener problema en dejármela ¿no, Dei-chan?-pregunta el mayor aun jugueteando con el desesperado ojiazul, quien le mira cual corderito tratando de ablandarlo sin saber que lo único que estaba haciendo es aumentarle las ganas de violarlo-de nada te va a valer esa cara de perrito desvalido-advierte.
-¡Itachi dame esa maldita cinta!-intenta ponerse a su altura poniéndose de puntillas-dame esa cinta YA-al final después un rato de forcejeo optó por rogarle, ya con esa actitud agresiva no lograría nada-por favor…
-vaya, ¿ahora ruegas?-risita socarrona.
-¡te odio!-confiesa rodeándolo conforme el mayor va moviéndose hacia atrás-¡vamos ya basta!
-no te pongas así Dei-chan, hace un momento parecías más contento-se burla.
-¡¿disfrutas humillándome verdad!?
-no sabes cuanto…-le muestra la cinta ofreciéndosela a distancia-si la quieres ven por ella
-no soy estúpido, sé que no me vas a dar
-puede que si lo haga…tu prueba-Deidara rugió cabreado, apretando fuertemente el puño mientras se mordía el labio inferior, si tan solo hubiese sido más discreto no estaría en esa situación…
Flash back
-ah…hum…sasori…ahh…-gemía el rubio sumergido en el agua tibia de la bañera (o tina, como prefieran) mientras el pelirrojo yacía enterrado en su entrepierna mordiéndolo vorazmente, una cámara de video captaba las excitantes imágenes de ambos chicos, quienes habían tenido “la genial” idea de gravarse en pleno acto, ya que al Akasuna le hacía ilusión conservar un recuerdo de su primera vez, Deidara al principio no estuvo de acuerdo, la idea en si no le disgustaba, pero sentía cierta vergüenza al saberse gravado mientras se entregaba tan fervientemente al ojicielo, le desconcentraba de sobremanera y no era capaz de disfrutar mientras era desvirgado tan placenteramente.
-etto…danna, no es que me importe pero…no puedo hacerlo si me están gravando
-¿hum? No pasa nada Deidara…solo es una cámara…disfrutaba y olvídala ¿Si?-ronroneó en el cuello rosado, besándolo y lamiéndolo a sus anchas, el rubio se concentraba demasiado en la cámara y no emitía ningún sonido, tan solo temblaba del nerviosismo y la impaciencia, no solo iba a perder su virginidad sino que encima se sentía observado, sasori suspiró algo molesto por el despiste del menor, atrapando los carnosos labios en un ardiente y violento besuqueo, Deidara trató de centrarse y corresponderle, pero la ferocidad del marionetista era mucho para él, por lo cual se dejaba hacer acariciando cada rincón del encendido cuerpo del Akasuna, quien lo estrechó contra su cuerpo mordisqueando la oreja con in contenido deseo, tomando los cabellos dorados sin ejercer mucha fuerza para no dañarlo, aprovechando que el menor echó la cabeza hacia atrás para morderle hambrientamente la clavícula.
-relájate…solo siente…-susurraba acariciando la nuca del ojiazul, recorriendo la espalda libidinosamente hasta llegar al redondito trasero, el cual oprimió maliciosamente con la clara intención de hacerlo gemir, el rubio suspiró incitantemente en el cuello del mayor, moviéndose de arriba abajo, haciendo que ambos sexos rozasen, provocando un fuerte alarido de ambos jóvenes, el pelirrojo alzaba sus caderas dispuesto a penetrarlo con sumo cuidado, las caderas de Deidara temblaban violentamente, aferrándose a los fuertes hombros para evitar caerse-tranquilo, procuraré no hacerte daño-susurró el pelirrojo besando el suave torso con delicadeza…
-Sasori, ¿puedes salir un momento?-llamó Itachi eliminando cualquier rastro de romanticismo del momento, el pelirrojo bufó molesto, alzándose perezosamente con el rubio en brazos, quien yacía igualmente molesto y a la vez aliviado, pues temía que le doliese demasiado lo que supuestamente vendría después.
-vamos a tener que dejarlo para otro momento, corta la cinta ¿si?-Deidara asiente con una tierna sonrisa, apresurándose a colocarse la ropa.
-el líder quiere hablar con tigo, me parece que vas a tener que acompañarlo a la próxima misión-informó Itachi, extrañado por ver al pelirrojo negarle la entrada al lavabo.
-bien, en seguida-el pelirrojo sale con una toalla envuelta a la cintura sin apenas mirar al moreno, quien ingresa curioso al cuarto de baño, observando a un nervioso Deidara pensar en un buen escondite para la bochornosa cinta.
-vaya, vaya, ¿necesitas ayuda?-pregunta el azabache, observando divertido la imagen por más encantadora del menor, quien yacía terriblemente sonrosado no solo del calor si no de excitación, Deidara retrocede alarmado a la vez que Itachi avanza hacia él.
-oye, si no te importa me gustaría vestirme-advierte sin ocultar su nerviosismo, arrinconándose el mismo contra la pared.
-hn ¿y eso?-pregunta arrebatándole la cinta en un abrir y cerrar de ojos-¿qué hacíais los dos en el baño con tanto rubio y una cámara de video?
-no…no es tu problema, devuélvela por favor-extiende la mano tratando de cogerla, pero Itachi se la niega caminando hacia el exterior-¡Itachi! ¡Espera!-sale detrás del Uchiha mayor desesperadamente, mientras este sonríe con malicia pensando en alguna utilidad para esa dichosa grabación…
Flash back end
-¡Itachi me estás cansando! ¡Devuélveme la cinta!
-bueno…dame alguna razón por la que deba hacerlo y te la daré
-Serás…muy bien, ¿qué quieres a cambio?
-¿no lo adivinas? Sasori está fuera, tú estás aquí y por culpa de tu video tengo una empalmada más grande que la de un caballo…
-¡O sea que lo has visto!-grita indignado Deidara.
-eso es igual, lo que debería importarte ahora es lo que puede pasarte si el líder ve esto…te aseguro que no le va a hacer mucha gracia…
-¡no serás capaz de enseñársela! ¿¡Verdad!?-el rubio comenzaba a impacientarse demasiado.
-¿quieres apostar?
-…-el menor permanece quieto, mirándole rencorosamente.
-si quieres la dichosa cinta tendrás que darme algo a cambio
-¿Cuál?-se apresura a preguntar.
-pues… ¿Qué te parece para empezar…-se acerca furtivamente al ojiazul-por un buen rato?
-q… ¿Qué quieres decir con eso?-el rubio tiembla temerosamente.
-sabes a lo que me refiero…-lo va arrinconando lentamente contra la rugosa pared exterior de la cueva, acariciando con deseo el cabello dorado, el menor pierde completamente los papeles.
-NO-grita apoyando las temblorosas manos en el firme torso, tratando nulamente de protegerse.
-¿no qué?
-no voy a hacer nada de lo que sea que estés pensando
-bien, entonces no te doy la cinta
-eres un hijo de…-respira hondo-está bien…
-pues empieza
-¿Qué empiece a qué? ¬¬
-desnúdate-así me gusta, con tacto XD
-¿¡qué has dicho!?-cara hecha un mapa.
-que te quites la ropa, ¿te lo escribo en un cartel?
-ni hablar…pídeme otra cosa…
-no estoy jugando, Deidara
-yo…yo tampoco…hablo en serio haré todo menos eso
-…-la mirada furtiva de Itachi le hace eliminar cualquier posibilidad de persuasión.
-no…Itachi no te acerques…-advierte tembloroso-no puedes obligarme…
-no habrá necesidad, por que vas a terminar haciendo lo que yo quiera…-lo azota contra las rocas.
-Itachi…déjame…-Deidara apretaba fuertemente los ojos, negándole la mirada.
-¿prefieres con o sin preeliminares?-lo ignora susurrando contra su rostro, acariciándolo con su cálido aliento con la única intención de provocarlo.
-prefiero que me dejes ir y me des la cinta
-lo siento, eso no va a ser posible… ¿qué te parece un beso, para empezar?
-si te lo doy me dejas en paz ¿no?-pregunta ingenuamente.
-si me gusta puede que si...-el rubio suspira.
-bueno vale…
-pero nada de un besito casto y limpio…quiero lengua ¿estamos?
-serás cabrón ¬¬#
-o eso o sadomaso
-ESO-el azabache sonríe satisfecho, acercándose pausadamente a sus labios.
-espera…-se detiene-¿seguro que pararás?
-si-responde secamente, rozando la ardiente mejilla con los finos labios, Deidara sintió una descarga azotar con furia su espina dorsal, sus piernas temblaban violentamente, sentía perderse en esas orbes sangre tan profundas, las cuales brillaban con deseo, lujuria…impaciencia.
Sin más ambas bocas se unen suavemente, el moreno se sentía más allá del séptimo cielo, ese tacto de los labios del ojicielo era embriagante, cuantas veces soñó con probar esa deliciosa cavidad, sentir su piel caliente acariciar la suya, sentirlo temblar por su causa, sentirlo suyo… la lengua voraz del mayor irrumpió en la exquisita cavidad bucal del rubio, recorriendo ansiosamente el lugar, dios, ese increíble paladar sabía a gloria, era mucho más placentero de lo que en un principio hubiera imaginado, presionó la nuca profundizando aun más el contacto, Deidara comenzaba a aflojar la presión en los hombros de Itachi, sin quererlo comenzaba a relajarse demasiado, y en parte se sentía culpable, el amaba al Akasuna ¿no? entonces ¿por qué motivo dejaba que el mayor lo sometiese así?
Al final acabó rodeando el cuello del azabache con ambos brazos, respondiendo plenamente esa pasional caricia que a cada segundo transcurrido les quemaba más las entrañas, una batalla entre ambas lenguas por dominar la boca contraria, ninguna deseaba ganar, tampoco perder, ni siquiera querían que aquello acabase rápidamente, Itachi coló una rodilla entre las piernas de Deidara, frotando su ya notoria erección fuertemente con la rodilla, el rubio gimió levemente, empujándolo a una distancia prudente al darse cuanta de lo que estaba haciendo.
-arf…para…arf…di…jiste que…solo sería…un beso…ah-dijo el menor tratando de respirar sin mucho éxito, mientras el mayor volvía a acosarlo con la mirada.
-si, pero dije no pararía si no me gustaba…y resulta que me ha gustado demasiado y ahora no puedo parar…
-¡Lo sabía! ¡Sabía que acabarías engañándome!
Bueno….si lo sabías y aun así aceptaste…significa que no querías que parase…-vuelve a arrinconarlo contra las rocas.
-¡no es eso!-afirma no muy convencido-es que…es que…-no puede seguir ya que Itachi atrapa fieramente los labios canela, mordiendo la lengua muerta del menor, la cual responde en el acto como si tuviera vida propia, comienza nuevamente una guerra entre ambas en la que ninguno sale vencedor, el moreno sostiene firmemente un muslo ardiente y perlado por el sudor, acariciándolo lujuriosamente hasta dejar leves arañazos bastante pronunciados, mientras Deidara se aferra a la fuerte espalda tratando de mantener el control sobre su excitado cuerpo, ocurrió lo que era de esperar, la ropa comenzaba a estorbarles a causa del calor y la excitación del momento, ambas batas de akatsuki son arrancadas literalmente por el moreno, asustando al rubio ante la desesperación del Uchiha mayor por poseerlo, no pudo evitar soltar un gritito de asombro cuando el azabache arrancó sin sutileza alguna los pantalones y boxers grisáceos que ambos portaban.
-para…-siseó el menor temblando como una hojita-por favor…no más…
-sabes que no voy a parar dei, así que relájate y disfruta…por que yo pienso hacerlo al máximo…-susurra mordisqueando pervertidamente la temblorosa espalda en toda su extensión, recorriendo los hombros mientras iba bajando hasta los antebrazos, para después bajar súbitamente al redondito trasero, el cual recorrió repartiendo suaves besitos que eran dirigidos disimulada mente a las ingles, Deidara mantenía su rostro oculto entre los dorados cabellos, en esos momentos se hallaba más rojo que las orbes de Itachi y no quería que este se diese cuenta, no pudo controlar un pequeño brinco cuando el mayor mordió una colina sin dejar de mantener el bien formado culito en alto, el rubio comenzaba a moverse inconscientemente de arriba abajo, Itachi lo notó y montó sus caderas, haciendo que su hinchado y palpitante miembro frotase sus muslos internos abiertos previamente por el mismo, el rubio creyó desgarrarse el labio por no gritar de puro placer, tuvo que arañar fuertemente la tierra en la que se hallaba recostado para hacer apego de todo su autocontrol.
Tener a Itachi sujetando fuertemente su cola dorada para inmovilizarlo no ayudaba mucho a relajarse, el rubio no podía creerse lo que estaba haciendo, mejor dicho permitiendo que le hiciesen, aun así no podía negarlo por más tiempo, le gustaba, lo estaba disfrutando y no tenía caso avergonzarse de ello, no podía luchar contra sus impulsos y desde luego no pensaba seguir haciéndolo.
-¿quieres que pare?-pregunta el mayor mordiendo lascivamente el lóbulo de la oreja, retirando delicadamente el cabello que cubría la zona.
-no-contesta con voz temblorosa pero firme-sigue…
-te dije que terminarías haciendo lo que yo quisiera…-susurra lamiendo la sonrosada mejilla.
-ten cuidado, soy virgen-confesó repentinamente, obteniendo una mirada por más pervertida del moreno.
-eres…virgen-repite tratando de asimilar lo que acababa de oír-¿eres virgen?
-déjame en paz ¬¬-el moreno tuerce una media sonrisa, alzando un poco más el trasero del menor-ah…-gime sorpresivamente al sentir el glande del mayor invadirlo cuidadosa pero dolorosamente-¡ah!-vuelve a gemir más fuertemente, ya que el moreno incrustó media hombría en su interior de una estocada limpia-a-ahhh….-profundo gemido cuando en la tercera estocada termina de introducirse en él.
-no te tenses…sino dolerá más-advierte Itachi al sentir la deliciosamente estrecha entrada del menor contraerse de dolor-cálmate…
-ahhh…-es lo único que sale de sus labios, ya que es incapaz de hablar en ese instante.
Itachi espera con suma paciencia a que Deidara se acostumbre a la inesperada penetración, el rubio trataba por todos los medios de no gritar por más que el imponente miembro del azabache le estuviese desgarrando las entrañas, lentamente los lastimeros quejidos se van volviendo únicamente placenteros gemidos cargados de deseo y ansias, el Uchiha comienza a moverse lentamente, tratando de no hacerle daño al artista, quien emite imperceptibles gemiditos claramente de placer, animándole a aumentar el ritmo progresivamente según aumentaba la excitación de ambos, Deidara comenzó a soltar alaridos completamente extasiado.
Los testículos del mayor golpeaban los glúteos excitándolo aun más si cabía, Itachi no estaba mucho más cuerdo, ambos movían sus caderas según el deseo iba apoderándose de sus cuerpos, las embestidas eran duras, salvajes, ambos se calentaban de sobremanera a cada estocada repartida por el mayor en el encendido cuerpo del ojicielo, el simple choque del aliento del azabache contra su cuello le excitaba de sobremanera, no podía pensar, ni siquiera era consciente ni de donde estaba parado, tan solo hacía lo que el cuerpo le pedía, disfrutar, simplemente comenzaba a sentirse bien.
Cuanto más fuertes eran los gritos de Deidara más fuertes y profundas eran las embestidas, el moreno pareció tocar un punto demasiado sensible en el interior de su rubiales, ya que este gritó como nunca en su vida arqueándose felinamente, lo cual resultó tremendamente placentero para ambos, al sentir la increíble estrechez del rubio apretar su creciente miembro explotó en su interior, inundándolo de su esencia, ambos gimieron profundamente, denotando la inmensa satisfacción que sentían, el mayor lo volteó de frente, observando las brillantes orbes cielo entreabiertas, con las mejillas rojizas y por más encendidas, besó pasionalmente los suaves labios, Deidara correspondió sin vacilaciones, acariciando y besando cálidamente el cabello ébano.
-has estado increíble…-susurró Itachi en la curva del largo cuello, besándolo cariñosamente, mientras ambos normalizaban sus agitadas respiraciones.
-ya…ahh…hice…lo que querías…hn…dame la cinta…-pidió asfixiado el rubio, el mayor le hizo caso, entregándosela en la mano sin dejar de besarlo con apego, una vez estuvieron suficientemente descansados el moreno se alzó perezosamente, ayudando al menor a levantarse, quien no podía con su alma victima del agotamiento.
-ha sido un buen rato…dei-chan-susurró contra su oído, mordiéndolo levemente antes de desaparecer de su lado, Deidara suspiró, había sido un buen revolcón por así decirlo, nunca se imaginó que perdería la virginidad con el renegado de konoha, aun así se sentía satisfecho, había sido verdaderamente increíble.
Tras darse un buen baño en el río y despejarse se dirigió a la guarida akatsuki, dispuesto a descansar un laaaaaargo rato, pues estaba exhausto y no podía mantenerse firme, a parte de los punzantes pinchazos en su zona trasera, creyó morirse cuando descubre a cierto hombre pez revelar SU cinta de video sin el más mínimo permiso.
-¡¡KISAME!!-grita estruendosamente, el aludido pega un saltito de asombro-¿¡que haces con esa cinta!?
-nada…es que me entró curiosidad y quería ver que era…-se explica el peliazul rascándose la nuca.
-¡es personal, suel…! ¿¡¡Qué!!?-el rubio cree morirse cuando el azulado muestra las el contenido del famoso video-no…
-vaya, está vacío…jeje, sea de quien sea se le olvidó darle al red jajajaja-ríe el peliazul alzándose y caminando desentendidamente hacia el baño, Deidara se desploma idiotizado mirando con los ojos como platos el falso video erótico.
-la madre que lo parió…-sisea furioso-nunca lo vio…quería chantajearme con algo que no existía… ¡le he dejado cogerme como un estúpido para esta MIERDA de video!-llamas, peligro, peligro-Itachi…
el rubio se ruboriza recordando su reciente encuentro con el Uchiha mayor, acariciándose los labios con dos dedos, sintiendo aun los labios del Uchiha mayor sobre los suyos-definitivamente…te odio-sonríe risueñamente,