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Manual de supervivencia en la selva de la vida por Ayumi

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Notas del capitulo:

Wuajajajaja, por fin pude volver a escribir y mi hermano volvió a su pisito de estudiate ^^

Espero que os gustee.

La luz del sol sumada al sonido del despertador y a las insistentes sacudidas que recibía Christian le obligó a abrir los ojos encontrándose solo en la habitación con un anfibio a escasa distancia. Cuando su cerebro medio dormido procesó la información pegó un bote del susto para luego mirar al que tenía enfrente con odio.

 

-         ¿Qué quieres?

-         ¿Por qué estás enfadado?-esa pregunta hizo que el pelinegro se preguntara la razón exacta de su enfado, lo que le llevó a sonrojarse porque al final se hermano iba a tener razón.

-         ¿Qué te importa?

-         ¿Te cae mal Cold?- justo en la diana, le caía como una patada allí mismo.

-         ¿Quién? ¿Ese amigo tuyo que te mira el culo y que mientras hace como que te da palmaditas aprovecha para meterte mano? pues…no, no muy bien. Ya sabes, lo normal cuando al tío que supuestamente está por ti lo manosea otro y él ni se inmuta.-contestó cogiendo ropa para irse a duchar.

-         Vaya, estás celoso. Pero no deberías estarlo, es mi amigo. Yo no me enfado cuando te encierras con Alan.

-         ¡Es distinto!-gritó-él solo quiere que mi hermano le mire el culo y no sea para preguntarle por la marca de los pantalones.

-         ¿Qué quieres para tu cumpleaños? Me he enterado que es pronto.

-         No cambies de tema.

-         Diga lo que diga seguirás opinando igual, es una tontería hablar sobre eso.

-         ¿Por qué no te importa que te mire como si fueras una botella de agua en pleno desierto?

-         Si quieres la próxima vez que vayamos a la ciudad, puedes rayarle la moto-Punto para la rana, Chris era el que le había rayado los coches al director del instituto por no hacer nada con los que le atormentaban y al alcalde por comprarse casas con los impuestos. Así que si le proponía eso no podría resistirse.

-         Vale, pero que sepas que te la guardo-contestó saliendo rumbo al baño- De regalo con unos cuantos cómics o algo así me basta-comentó ya por el pasillo.

 

Mientras esto ocurría en otro lugar, más concretamente en la azotea se encontraban el pelinegro mayor y el pelirrojo intentando que el abuelo del primero desistiera en volver a saltar a la casa en obras. Bueno….el abuelo estaba en la barandilla como si de una ardilla voladora se tratase, con las manos extendidas y la bata en plan conde Drácula, Darcy agarrándolo por el pie para que si le diera por saltar solo se dejara la dentadura contra el suelo y Alan aprovechando para regodearse en la figura del hermano de su amigo tragando saliva para intentar evitar las ganas de poner en práctica el vuelo del cóndor y lanzarse sobre él.

Finalmente el abuelo bajó muy digno quejándose de la juventud de hoy en día y su poca perspectiva de futuro y el pelirrojo agarrando al otro par que no se cargara a su propio abuelo.

 

-         Oye, fue muy bueno de tu parte el irte para dejar que esos dos hablaran en vez de fusilarlo cuando llegó.- dijo Alan intentando así calmar a Darcy.

-         Ya, pero confío en que mi hermanito no caiga en manos del raro ese.

-         Pues yo creo que si que ha caído-murmuró el pelirrojo que desde su posición podía asomarse y ver la entrada de la casa.

-         ¿Ahora te las das de adivino?

-         No, pero creo que el que está allí desatascándole la garganta a tu hermano es la rana…

-         ¿QUÉ?-grito/preguntó asomándose también con un tic en el ojo-lo mato…lenta y dolorosamente….le arrancaré los ojos y los venderé por Internet-dijo corriendo con la intención de cumplir sus amenazas desoyendo al chico que corría detrás de él diciéndole que se detuviera.

-         Anda hermano, ya me preguntaba yo donde estabas…-dijo el pequeño al verlo pero fue apartado por un empujón de este y lo siguiente fue que la rana acabó estampada contra la pared. Miró a su amigo preguntándole la razón y cuando ese le contestó se puso a reír.

-         ¿Te parece gracioso?-cuestionó fúrico su hermano acercándose a él y dejando al otro en paz.

-         See, este es tu castigo por no decirme que mamá pensaba llevarnos de viaje a Barcelona para ver a los tíos después de mi cumple.

-         Un momento-dijo Alan yéndose y volviendo rápidamente con “La guía de acontecimientos que ningún otaku debe perderse”. Cogió a Chris del brazo y lo puso junto a él señalando algo en el libro. Al minuto los dos miraban con ojos de cachorro abandonado a Darcy.

-         ¿Qué?

-         ¿Sabes en que semanita cae el viaje hermanito?-refregándose contra el brazo derecho de su hermano.

-         No…

-         Es la semana del magnífico Salón del manga de Barcelona-contestó a la pregunta Alan refregándose contra el brazo derecho-y…con lo que te quieres tus papis…puedes conseguir que yo también vaya y que nos lleven allí.

-         Pero…las habitaciones del tren son de do literas y viene la abuela…tú no cabrías.

-         De eso no te preocupes, que yo me pago y consigo una-dijo el pelirrojo sonriendo triunfal y tomándose de las dos manos con Chris haciendo planes de viaje.

-         Son un poco manipuladores-le dirigió por primera vez la palabra a Vincent sin insultarlo.

-         Ya, pero así es más divertido, nunca sabes con que te pueden salir.

 

Después de la alegría momentánea vino la dura realidad, y hoy aun más dura para Chris pues estaba siendo acorralado por Michael que le acusaba de haber engatusado a su hermano, ¿cómo se entero? Fácil, su linda y súper hormonada hermanita se lo dijo en un golpe de despecho porque el estaba más cerca del pelirrojo que ella. Otra razón podría ser que Darcy lo estaba friendo a partes, vamos, que era llegar por la puerta y decirle “¿quieres que te de el parte ahora y así me evito tener que parar la clase?”. Se ve que era su forma de desfogar la furia del shock “mi hermano cruzó a la otra acera y creo que no tiene ganas de volver a esta”.

Así que poniendo en práctica la primera regla de supervivencia de cualquier chico al que le quieren partir la cara un grandullón (dale una patada que lo deje sin descendencia y huye) empezó a corres como si su vida dependiera de ello, seguramente dependía, dejando a Michael tirado en el suelo y retorciéndose de dolor hasta que encontró a Darcy, y por lo tanto a su amigo.

 Aunque sintió algo de pena por este último viendo como destrozaba el lápiz en su mano y se clavaba las astillas que se crearon al partirlo por la mitad para evitar así arrancarle los pelos al montoncillo de chicas calenturientas que se acercaban a su hermano con la típica excusa de “profe, no se como se hace esto ¿por qué no me lo explica esta tarde?”. Pero no podía entretenerse en eso, tenía que salir de allí antes de que su cuñadín lo pillara, porque sino no lo salvaba ni los médicos de la tele. Así que metiéndose entre la marabunta consiguió sacar a su hermano e inventarse que no se sentía bien para que firmara un papel permitiéndole salir.

Una vez en la calle se preguntó que podía hacer, porque si llegaba a esas horas a casa de sus abuelos la bronca era segura. Con paso vacilante y algo inseguro se dirigió al bar donde trabajaba Vincent, mejor la compañía de un anfibio que nada. Pero al llegar y ver a Cold la inseguridad se convirtió en furia y el paso vacilante en una hermosa vena en la frente.

-         ¿Qué tal?-preguntó a los dos poniendo una sonrisa falsa.

-         ¿No estás a esta hora en el instituto niñito?-cuestionó Cold con una mirada prepotente.

-         ¿Y tú no deberías estar en tu casita?

-         He venido a ver a Vin.

-         Pues yo lo mismo.

-         Chris, ven un momento-le dijo Vincent agarrándolo de un brazo y llevándolo a un lugar algo apartado- Esta es la moto-enseñándole una foto del móvil y entregándole las llaves de casa- Espero que no te pases.

 

¿Qué se iba a pasar? aprovechando que a esa hora en aquella calle no había ni un alma le dejó a lo largo del vehículo una hermosísima palabra que empezaba por cabro y acababa por nazo . Cuando terminó muy satisfecho entró de nuevo para encontrarse con que el resbaloso le metía mano a SU rana y este solo fregaba vasos. Se acercó hasta quedar frente al castaño y sonriendo le cogió del cuello de la camisa para estamparle sus labios como quien sella una carta. Luego miró al otro que tenía los ojos desorbitados y sonriendo se sentó en un taburete junto a la barra para tenerlo vigilado y esperar a que el anfibio terminara de trabajar e irse juntos al hogar del jubileta, es decir, la casa de sus abuelos.

Notas finales: Dejad reviews plis.

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