El tiempo pasó rápidamente entre peleas de Darcy y Vincent, intentos fallidos de conseguir la atención del pelinegro mayor por parte de Alan, momentos de celos de Chris y los típicos golpes, gomazos…para los raros, vamos, que Chris y Alan estaban consiguiendo una inmunidad al dolor gracias a tantos golpes que ni los luchadores profesionales. Hoy por fin era el día del cumpleaños del mapache, este se encontraba en la puerta de la casa de sus abuelos y el pelirrojo despidiéndolo ya que lo habían echado para poder preparar su sorpresa a gusto.
- ¿Pero estás seguro que no quemáis la cocina? Mira que sino mi abuela os mata.
- Ni que fuéramos tontos, tu hermano ha dicho que él sabe hacer bizcochos y eso ¿que tiene de malo que el pobre quiera hacerte uno?
- Tú no te las des de buena persona que nada más que vas a verlo con harina-dijo Christian viendo como a su amigo se le caía a baba solo de imaginarlo.
- Vale, puede que sea por eso, pero aun así no es mala idea. Además tu queridísima rana también participa para ganar puntos con su futuro cuñado.
- Ok, me callo, pero tú haz que la prueben antes o sino yo ni me acerco-terminó de hablar el pelinegro perdiéndose de vista tras la esquina.
- Darcy…con harina…-susurró el pelirrojo para si mismo quedándose ensimismado con su propio pensamiento para luego sacudir la cabeza y dirigirse a la cocina.
Allí estaban el pelinegro mayor con un libro de cocina y los ingredientes sobre las encimeras de granito junto al castaño que estaba sacando el bol donde se haría la mezcla. Se colocó junto a ellos y miró la receta
- Dice que primero mezclemos medio vaso de aceite, un yogurt y dos y medio de azúcar-comentó la rana mientras Alan los echaba en el bol y el otro se ponía a mezclarlos- Cuando estén bien mezclados se le añaden dos huevos- siguió leyendo cuando vio que la masa ya no tenía grumos- y luego tres de harina y una cucharadita y media de levadura-al terminar de leerlo se dispuso el mismo a echarlo en un plato para luego añadirlo lentamente pero cuando por último abrió la bolsita de levadura la mano del moreno lo detuvo.
- Ni se te ocurra, que tú eres capaz de echar algo para atontar a mi hermano.
- ¿Te crees que estoy tan psicópata como tú?-.contestó dejándola caer y encarando al otro, pero cuando este le iba a contestar un gritó del pelirrojo los interrumpió.
- ¿Qué hacéis?-señalando el plato donde se había derramado por lo menos la mitad de la bolsita.
- Bueno…no te preocupes, seguro que eso no afecta al sabor, además un poquito más, un poquito menos.
- ¡Darcy! Decía una cucharadita y media no diez.
- Bueno, nosotros lo hacemos, que sale bueno mira que bien, que está incomible pues ya pensaremos algo.
Total, que al final la mezcla acabó en el horno y Alan cada vez que pasaba por delante y lo veía subir más y más se lamentaba por lo bajo dándole la razón a su amigo. Cuando ya estuvo listo y lo sacaron los tres lo miraban con cara de circunstancia para luego mirarse entre ellos como preguntándose quien era el valiente que lo probaba.
- Yo soy muy joven para morir- argumentó el pelirrojo.
- Como soy un error de la naturaleza mi opinión no es fiable- se defendió la rana mirando con una sonrisilla al pelinegro.
- Esquiroles-siseó este cortando un trozo y tragándoselo.
- ¿Qué tal?
- Sabe a papa.
- ¿Y si le echamos una cobertura de chocolate?
Resultado del nuevo invento: una importante lección “nunca recubras una papa con chocolate, está aun más horrible”
Por eso al final recurrieron al plan B, que era sacar la tarta con el mapache correteando que compró la rana, decir que habían descubierto su don para la repostería y rogar porque el otro se hubiera golpeado o algo por el camino y no estuviera muy lúcido.
Cuando escucharon la llave abriendo la puerta encendieron rápidamente las velas y apagaron las luces.
- Por mucho que dejéis esto a oscuras veré el estropicio de dulce que habéis hecho-comentó Chris encendiendo las luces e impresionándose porque no era la masa viscosa que esperaba.
- El pastelero de mi barrio las hace iguales-dijo Dan que acababa de entrar.
- Me lo he encontrado por la calle y lo he invitado. Por cierto ¿qué habéis hecho con lo que os salió? ¿O esperabais que me creyera que eso era vuestro?
- Se lo llevó el abuelo para dárselo a los trabajadores de la obra, dice que así a lo mejor les entra algo y la dejan.
- Lo más seguro es que acabe con una denuncia por intento de asesinato… ¿y mis regalos?
- El mío es que mamá os deje ir una tarde a esa cosa que os gusta…esa cosa donde van los frikis…
- ¿El salón del manga?
- Eso mismo.
- El mío ir, ya si eso allí te compro algo.-ahora todas las miradas recaían en el anfibio.
- Toma-entregándole un paquete. Este lo cogió y lo desenvolvió con algo de precaución, cuando vio lo que era empezó a reírse.
- ¿Qué es?
- Eso, como sea algo raro para aprovecharte de la mente cándida de mi hermanito te mato.
- Es una rana de peluche-aclaró enseñándola y haciendo que su hermano se riera señalando a Vincent.-no te rías que por lo menos el no es tan rata como tú y me compró algo.
- Que monada Vin-dijo con esa vocecilla que te revienta el tímpano Cold quitándole el peluche al mapachito.
- ¿Qué haces aquí remiendo de ser?-se adelantó a su hermano Darcy.
- Pues, un anciano muy simpático me dejo entrar, además vine a que me pintaran la moto, que a alguien se le ocurrió rayarla.-mirando mal a Chris-Así que decidí pasarme para ver a Vin.
- El abuelo-susurró Chris- Oye Dan, ¿tú no querías hablar con él sobre motos? lo digo porque como tú tienes una y eso…-antes de que terminara el calvito ya se llevaba al otro agarrándolo como si de un saco de patatas se tratara-¡Qué te diviertaaas!
- No me digas que te lo has traído de comodín-cuestionó su amigo.
- ¿Qué pasa? No todos los regalos tienen que ser materiales-apretando el peluche contra si y sonriendo de solo pensar en como acabaría el otro mientras el anfibio solo negaba con la cabeza, el pelirrojo lo miraba con una gota resbalando por su cabeza y su hermano decía algo así coma “si es que siendo mi hermano tenía que ser listo”.- Así que al final vamos…
- Sí, el primo nos acerca para verlo, pero solo una tarde.
- ¿Tú vienes?-preguntó Alan ilusionado pensando que por fin se estaba haciendo más abierto de mente.
- Claro, que esa gente es muy rara y a ver si hay más como él-señalando a Vincent.
- Que lo paséis bien-comentó este levantándose y yéndose seguramente al cuarto de las escobas.
- ¿Qué le pasa?
- Supongo que como ni has pensado en llevártelo y eso-contestó Alan.
- Buff, que tontería para enfadarse-mientras su amigo lo miraba con cara de “mira quien habla” y detenía a su hermano que iba con la intención de cerrar con llave la puerta para no dejarlo salir- No me mires así que voy a verlo-murmuró como niño chico, pero se extrañó alo no verlo en el cuarto de las escobas así que a paso ligero se dirigió a la habitación y se lo encontró haciendo la maleta- ¿Dónde vas?
- Cold nos ofreció a mis hermanos y a mí quedarnos en su casa, es que el otro día me dijo que iban a pensar que somos unos gorrones y la verdad tiene razón.
- Pero…tus hermanos tienen que estudiar en el instituto.
- Pueden coger el autobús además, solo es hasta que podamos entrar en casa. Nos han dicho que como mucho un mes.
- ¿Un mes?-susurró medio ido.
- Pues eso, será mejor que me vaya ya que te he dado tu regalo, hasta pronto-pasando por su lado para salir y dándole un beso a modo de despedida.
El mapache se había quedado helado de solo pensar en lo que ese rastrero podría hacerle en un mes, en lo que vería y tocaría.
- ¿Qué pasa Chris? ¿Por qué iba con una maleta?-pregunto el pelirrojo sacudiéndolo para que le contestara.
- Se van a vivir con Cold…hasta dentro de un mes más o menos…
- ¡¡Darcy!!-gritó Alan- ¡¡Haz otra vez lo del helado pero esta vez échale más grados de alcohol!!-terminó cuando este le contesto con “¿y ahora que pasa?” más un gruñido.