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Manual de supervivencia en la selva de la vida por Ayumi

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Notas del capitulo: Hola de nuevo, pues aquí el segundo capitulín, gracias a Dracula666 por dejarme un reviews ^^ y a l@s que leen mis delirios también ^^

Después de soportar dos horas más de insultos, empujones, chismorreos sobre él, miradas de burlas y demás cosas que hirieran su orgullo por fin toco el timbre que anunciaba que terminaba la jornada por hoy. Echaba su tiempo en recoger el bloc y los libros a ver si así se ahorraba la marabunta de todos los estudiantes juntos que se apelotonaban, empujaban y pegaban para poder salir tal vez diez segundos antes que otro. En efecto cuando se asomó a la puerta del aula los pasillos estaban desiertos, el rebaño ya había huido.

Pero tampoco es que esta fuera una gran técnica, porque al llevarla a cabo debía lidiar con el enfado de su padre que lo esperaba al lado del coche, con cara de asesino en serie y fumando. Para medir el grado de cabreo lo mejor era fijarse en la intensidad con la que cerraba la puerta del coche, pues bien, el grado era grande porque aun podía escuchar el eco del golpetazo.

-         ¿Se puede saber qué estabas haciendo? Tus amigos han salido ya.

-         Papá, te he dicho mil veces que pegarme empujones no es signo de amistad-le reprochó con un ligero tic en la ceja.

-         Ea, ya habló el delicado, si tu hubieras vivido en mis tiempos…Si ya se lo decía yo a tu madre, si el niño se cae y llora bofetón, que después se pone delicadito.

-         A veces me pregunto por qué buscan los científicos el eslabón perdido en grutas y cavernas si lo tengo yo en mi casa-susurró más para sí mismo que para su progenitor.

-         Tú, di las cosas a la cara-le reprochó este mirándolo fijamente.

-         Papá, no se si lo sabes pero nos vamos a chocar con un árbol.

-         Um-gruñó centrando de nuevo su atención en la carretera- ¿Sabes que tu madre se va hoy de viaje y vuelve mañana por la noche?

-         ¿A ver a mi hermano?

-         Sí. Así que ya sabes, hoy te toca a ti limpiar la casa.

-         ¿Y eso según tú no me “amariconaría”?- le cuestionó reseñando las comillas con las manos.

-         ¿Tú quieres que te arree cosa rara?

-         No… si no hace falta…-se sumergió levemente en el asiento del auto, cruzando los brazos y repitiéndose mentalmente que solo quedaban tres años.

-          

Lo mejor que tenía su padre es que era un buen cocinero, y lo peor su afición por tirarse escaleras abajo, ya lo había hecho dos veces, su mente tan cerrada  y su falta de tacto. Su madre era de estas mujeres que solo creían en las apariencias y en la fama que uno se diera, por lo que nunca había podido aceptar que saliera como es.

 Nada más abrir la puerta de su casa vio a su madre vestida, o disfrazada, a lo Pantoja y con unas enormes gafas de sol. “Después yo soy el raro” pensó para si mismo.

-         Aquí tienes la fregona-le dijo agitada colocándosela en una mano- y el cubo te lo he dejado preparado.- un beso en su mejilla, uno en la boca a su esposo y un sonoro “Adiós” fue lo que le aseguró que llegaba tarde a coger el autobús y que por lo menos hasta las siete no volvía.

-         Cuando coma me voy a dormir la siesta-le informó su padre- así que tú limpia entonces, que como me levante y este mojado te lo piso y te aguantas.

 

La comida pasó bien, en el fondo su padre era como un niño chico, le ponías los dibujos animados y tan contento, pero como viera las noticias seguro que empezaba a relatar sobre todo. Para limpiar y que el pelo no le molestase en la cara no se le ocurrió otra cosa que amarrarse un trapo, que olvidara su prima allí hace más de cinco años, violeta. Claro, útil ser era, pero cuando le dio por limpiar los escalones que daban a la calle no le dio tiempo ni a blandir la fregona para protegerse cuando un montón de flashes le dejaron ciego momentáneamente. Delante de él estaban Michael y su pandillita con sonrisas socarronas y enseñándole el mal invento que fue incorporar cámaras a los móviles. Seguro que mañana en los tablones de anuncio de todas las aulas estaba su foto de “ama de casa”.

-         Vaya, ¿la princesita se ha vestido de gala?-le preguntó un tipo que parecía un armario ropero con tanto músculo.

-         Si, para recibir a los pobres retrasados mentales del pueblo-siseó él con furia.

-         Vamos, no te pongas tontita, que hemos venido a presentarte a mi hermano mayor, que ha vuelto al pueblo-le contestó Michael señalando a un tipo de unos veinte años.

-         Te he dicho que lo nuestro es imposible-le contestó haciendo poniendo la misma voz que si de una novela se tratase y haciendo como si llorara-por que me presentes a tú familia no cambiará nada.

-         No seas tonto. Te lo decía para saber quien era si te pegaba, porque es el antiguo jefe de la banda.

-         Vamos, que tú conseguiste el puesto de chiripa, el segundón-canturreo riendo débilmente- No me interesa conocer a alguien que tendrá menos capacidad mental que una rana, porque si has vuelto quiere decir que de estudiar poco, y de trabajar menos- intentó ser lo más hiriente posible, por tres sencillas razones: primero estaba armado, segundo si ahora conseguía un mínimo de respeto por su parte tal vez su vida fuera un poco más tranquila con menos personas de las que huir y tervero, se veía que el tipo era medio tonto porque no había abierto la boca en todo la charla, si no siempre podía confiar en que la genética lo hubiera hecho igual a su hermano. 

-         ¿Cómo te atreves?-rugió Alan, uno de los mejores amigos de Michael-te vamos a enseñar de quien puedes reírte-estaba apretando sus nudillos, y estos hacían el típico ruido de las palis antes de que hubiera una paliza.

-         Como te acerques te doy un fregonazo- le advirtió Christian blandiéndola, que tanto leer cómic de samurai serviría para algo. Aunque al ver sus caras de que no les importaba cerró rápidamente la puerta, se apoyó en esta y con el vaso de los cepillos de dientes del cuarto de baño escuchó tras ésta hasta que se fueron.

 

Miró el reloj, quedaba menos de una hora para que se despertara su padre, no es que a la gente normal no le diera tiempo, pero para él que se ponía a meter la fregona debajo de todos los muebles, la de familias de arañas que habían muerto en sus limpiezas, y se tomaba su tiempo eso era bastante poco. Pero bueno, pensando que también limpiaría mañana hoy podía darse el lujazo de pasarla simplemente por los sitios más a la vista.

Al bajar éste la casa entera olía a pino, al final su hijo había decidido que las cosas o se hacen bien o no se hacen y metiendo el turbo todo quedó impecable y a tiempo.

-         Niño, prepárame un café.

-         Pero…es que estoy cansado-mirada asesina de padre modo on sobre él, vamos, que al final le hizo el café.

  
Notas finales: Dejad reviews onegai ^^

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