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Manual de supervivencia en la selva de la vida por Ayumi

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Notas del capitulo:

Ârigato a tod@s l@s que leen y sobre todo a l@s que dejan reviews ^^

Espero que os gustee

*Ruego que disculpen si hay algún fallo o falta de ortografía porque por culpa del estúpido oftalmólogo tengo las pupilas tan dilatadas que ni siquiera se me ve el iris y al leer se me juntan las letras y no veo nada ^^UUU(he tenido que confiar en mi mecanografía deficiente)

Iba andando por los pasillos, buscando la manera más normal de salir al recreo sin que lo pillaran y tuviera que aguantar un interrogatorio sobre por qué estaba por allí. Bueno, también miraba escondido los cruces por si de la nada aparecían los macarrillas y le atizaban para quitarse el aburrimiento, que aunque ahora no quisieran su cabeza lo de desfogarse con su cogote lo hacían siempre. Tal vez le hubieran echado un mal de ojo y el sin saberlo, porque vio delante de él a una de las pandillitas de idiotas que le lamían el culo a Michael y los suyos.

-         Vaya, ya nos hemos enterado que la princesa va a vivir un poco más.

-         Mira que bien para ti Jack, ahora solo te queda aprender cuantos son dos más dos.

-         ¿Tienes ganas de pelea?- le contestó levantando su brazo del tamaño de un cachalote sobre su cabeza. Como este le diera lo iba a dejar como un papelillo de fumar.

-         No le des en la cabeza, que está en edad de estudiar y se queda tonto.

-         Más que tú imposible Alan-le siseó Christian dividido entre el agradecimiento hacia el otro por ayudarlo y la desconfianza sobre la razón que tendría.

-         Cállate y ven-le dijo agarrándolo del brazo y tirando de él hacia las escaleras del segundo piso. Pese a sus forcejeos no se vio libre hasta que llegaron a la misma aula donde habían estado antes.- Toma-tendiéndole el móvil-ladrillo-deberías comprarte uno más moderno, que este es de la prehistoria tecnológica.

-         Cuanto siento que al marqués no le agrade mi móvil. –le contestó con ironía- ¿qué quieres?

-         Como estamos sentados juntos he llegado a la conclusión de que en el examen me dejarás copiar, solo lo suficiente para un cinco, que si no sospecharían.

-         ¿Desde cuando te interesa a ti tu futuro profesional?

-         No me busques las cosquillas que te lo estoy diciendo por las buenas. En el de mañana lo mismo.

-         Pues siento desilusionarte pero el de mañana no lo aprobaré ni yo por culpa del estúpido de tu jefe. A cambio de que no me machacarais tengo que ir todos los días de esta semana a trabajar por él.

-         Te ayudo.

-         ¿Qué?

-         Que hago yo también de camarero y tú estudias. Pero eso sí, quiero que te lo sepas al dedillo.-Christian se puso a tocarle la cabeza-¿pero qué haces?

-         Que raro, no tienes ninguna fractura ni nada ¿seguro que estás bien?

-         Que sí. Sigues igual de pesado Chris.

-         Y tú igual de subnormal-le contestó saliendo por la puerta-date prisa que ya ha sonado el timbre.

 

Lo meditó detenidamente en la hora antes del examen, la verdad es que los favores de Alan le convenían bastante. Total, hace años le dejaba copiar hasta la fecha así que ya estaba acostumbrado. Estaba bastante más fácil de lo que imaginaba, le sobró tiempo suficiente para dormir un poco incluso. Como siempre hacía dejó que la gente saliera, no sin antes pasarle una nota a su compañero recordándole el trato. En su casa encontró a Anne charlando animadamente con sus padres, en esos momentos se sentía como si no pintara nada en esa casa, como si no fuera más que un mueble viejo y apolillado por el que únicamente pasaban la mirada para fruncir el seño en señal de desagrado.

Ya eran las siete de la tarde, quedaba una hora para que su supuesto turno de camarero acabara. Se sabía todo de memoria y como estaba aburrido y tenía una idea en mente fue al bar a ver que tal le iba a Alan.

Al entrar la campanilla que estaba colgada en la puerta sonó, la otra vez no se había fijado en ella. Se acercó a la barra donde estaba el pelirrojo secando unos vasos.

-         ¿Qué tal la vida de un trabajador?

-         Bien, tampoco es tan horrible como te imaginabas. El dueño dice que tal vez me contrate a mí también.

-         No, si al final vas a tener suerte y todo.

-         Mañana vienes tú.

-         Ya lo sabía.

-         Pero yo también, que ahora estoy en prueba para acabar contratado.

-         Es verdad, tienes dieciséis años. No me acordaba que repetiste cuarto de primaria.

-         ¿A qué has venido?

-         Tengo otro trato, te dejo copiar los próximos cinco exámenes a cambio de que me lleves a un concierto que se da en la ciudad vecina.

-         ¿Me estás pidiendo una cita?

-         No imbécil-le contestó dándole un golpecito en la cabeza-pero sabes que mis padres confían en ti. Si les digo que voy contigo me dejan ir.

-         ¿Es música rara?

-         Si, la misma que escuchabas antes-le contestó no pudiendo ocultar reproche en su voz.

-         Vaale, te llevo. Pero antes de que te pongas a dar saltitos una advertencia, como vea un solo muérdago cercano a tu casa me largo.

-         Lo del muérdago es en navidad y de todas formas antes de besarme contigo me pongo a bailar los conguitos en medio de la calle. Anda, dame un vaso de agua.

-         Ten cuidado, no vayas a dejarte la paga.

-         No te preocupes no lo haré. Voy a quedarme hasta que cierres.

-         ¿Y eso?

-         Si no te llevo a mi casa verificando que me llevas no se lo creen. Le tuve que decir a mi padre que me iba a comprar la revista Play Boy para que me dejara salir.

-         Siguen igual que siempre.

 

Christian se sentó en una silla junto a la barra y sacando un libro se puso a leer hasta que pasó la hora y Alan terminó de recoger y limpiar las mesas. Caminaron hacia su casa en silencio.

-         Espera, voy a decirles que salgan-le advirtió girando la llave y abriendo la puerta. A la nada salieron y su madre se puso a abrazar al pelirrojo comentándole que había crecido mucho y que perdonase las molestias por tener que ir a un sitio raro con su hijo. Su padre le estrechó la mano y le dio unas cuantas palmaditas. Al rato se fue a su casa.

 Christian se encerró en su cuarto y se tiró sobre la cama.

-         ¿Sois amigos?

-         ¿Qué haces aquí Anne? No recuerdo haberte dado permiso para entrar a mi cuarto.

-         ¿Quieres cambiar a mi hermano por él?

-         Primero, no quiero ni a tu hermano ni a él y segundo, a ti mi vida privada no te importa.

-         Te pones a la defensiva porque es cierto.

-         ¿Estás segura que esto es solo por tú hermano?

-         No se puede hablar contigo-le contestó saliendo y dando un sonoro portazo.

-         ¿Y ahora qué le pasará a esta niñata? Cualquier día me instalo en el cuarto una cerradura y voy a estar más a gusto que Naruto en una tienda de ramen.

     
Notas finales: Dejad reviews plis ^^

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