Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bajo la lluvia. por Antares_No_Cynth

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es el primer fic de Death Note que he escrito, y fue hace mucho... pero me gustó, y tenía ganas de publicarlo aunque esté muy cortito. Después de todo, ¡es de mis parejas favoritas!

Así que, sólo es una pequeña muestra para plasmar lo mucho que amo a este par, ¡ja!

 

 

 

Notas del capitulo:

Sólo 1,023 palabras contando el título y la palabra "FIN", pero... Bueh, ¡sólo espero que les guste!

 

 

 

BAJO LA LLUVIA. 

El azul no es un color al que le tenga cariño alguno, la verdad. No es un buen color. De hecho diré que es horrible, no porque me desagrade que sea sinónimo de tristeza (por lo menos a mi gusto la muerte no viste de negro, sino de índigo), es más bien porque detesto el cielo y el hecho de que siempre parezca caer sobre mi cabeza. ¿Qué le debo yo al cielo para que me mire tan constantemente? Nada, no le debo nada además de esta incipiente lluvia que moja mi flequillo y el gorro negro de mi chamarra. Se supone que estoy a salvo bajo este pequeño techo del andén de autobuses, pero algunas gotas también pasan a mi cara y un par de ellas hasta me hacen escocer la cicatriz que camina desde casi la mitad de mi frente y abarca hasta el pómulo izquierdo.

En aquel tiempo fue una suerte que no hubiera muerto, aun cuando de vez en cuando esté harto de las miradas que no pueden evitar fijarse sólo en la mitad de mi rostro y lucir inquisidoras sobre cómo llegó esa horrible quemadura hasta allí. El consuelo es que no ven mi cuerpo: parte del cuello y el hombro, también izquierdo, están adornados con la misma cicatriz.

 

Supongo que no importa, no ahora porque aunque está lloviendo me alegro que el cielo esté nublado y no me muestre su resplandeciente azul; las nubes lo están cubriendo todo, así que mi sonrisa satisfecha tiene razón.

 

Además, estoy solo. Mejor todavía. Matt sigue siendo mi mejor amigo, pero últimamente se está tomando todo tan enserio que la soledad es un buen refugio cuando quiero pasarla con tranquilidad; tener a alguien detrás de mí no es algo a lo que esté acostumbrado (ni siquiera Roger, el anciano tonto del orfanato, se tomaba la molestia), por lo que Matt está convirtiéndose en una carga. ¿Yo seré una carga para él?

 

Near dice que estoy enamorado y que a ello se le debe mi mal humor… Si estuviera enamorado me sentiría desesperado y ansioso, ¿o no? Yo no tengo nada de esas cosas, estoy completamente seguro: mi mal humor es mal humor siempre y no corro el riesgo de meterme en ningún asunto que tenga que ver con esa clase de estúpidos sentimientos. Definitivo.

 

Vamos, ni que fuera lindo. Antes lo era, pero gracias a la explosión soy absolutamente horrible y nadie cometería error tan grande como para fijarse en mí; ni siquiera Matt, que lleva puestos todo el día esos malditos googles anaranjados que no dejan ver sus ojos verdes… No es que me importe el color de sus ojos ni nada parecido (aunque que no sean azules es un alivio), sólo comento que si todos vieran sus ojos ya no estaría detrás de mí porque tendría una novia a la que cuidar y se olvidaría de su amigo.

 

Quisiera que Matt se olvidara de mí para ya no causarle problemas. Bueno, me sentiría algo triste (sólo un poco) por perder a mi mejor amigo de hace casi diez años y todo eso, sin embargo no sería nada grave… Ya no comeríamos chocolate ni jugaríamos videojuegos uno junto al otro… Ya nadie me escucharía ni me hablaría ni me prestaría atención ni me vería dormir ni quejarme ni mirar TV ni leer un libro… Pero Matt quedaría fuera de problemas, eso sí. El buen Matty.

 

-¡Ea, Mello!

 

Doy una rápida media vuelta, un poco asustado por el cambio tan repentino de pensamientos. Todavía hay llovizna y quiero creer que fue por ello y no por mi mente absorta que no oí los pasos de botas que se fueron acercando hasta quedar a un metro detrás de mí.

 

-¿Matt?

 

Allí está él, efectivamente. El paraguas de plástico cubre a medias su cabello rojo oscuro, casi castaño, y los googles permanecen sobre su mirada con pequeñas gotas sobre ellos. Apenas lleva una playera a rayas de manga larga y un chaleco que compró en una tienda dentro de la aerolínea cuando viajamos juntos hasta aquí. Viene más descubierto que yo mismo, y eso que salí de casa con el torso sólo cubierto por un corto chaleco de piel (a Matt le encanta que vista de cuero).

 

-¿Qué se supone que haces aquí? –le pregunto con voz ligeramente enojada, lo que no parece notar pues se acerca un poco más, mirándome.

 

-Nada –responde como si no tuviera importancia-. ¿Dónde conseguiste la chamarra?

 

-La robé.

 

Mi respuesta es tan veloz y tan simple, que lo hace sonreír. Odio que sonría así, me gusta mucho, me hace sonrojar y bajar la mirada.

 

-¿Vienes? –cuestiona dando otros pasos más y quedando a treinta centímetros de mí.

 

-Largo de aquí, Matt –suspiro-, no tienes que estar conmigo todo el día.

 

-¡Como si fuera una obligación!

 

Se ríe afablemente y yo me pongo peor. ¡Matt me hace sentir tan importante! Como si de verdad valiera la pena.

 

-Te compraré un chocolate si me acompañas –me toma de la mano-. O una caja, mejor.

 

-Matt… -me siento tan tonto con esta cara y el corazón acelerado.

 

-¿Sí?

 

-¿Siempre vas a estar conmigo?

 

-Claro.

 

No era cualquier tontería. Si él me hubiera hecho la misma pregunta, me quedaría en silencio un segundo y sólo asentiría para que no notara mi emoción. Matt es extraño, odio sus respuestas rápidas, odio su descuido, pero no resisto su expresión feliz. ¿El extraño soy yo?

 

-Oye, Mello –me dice, jalándome y cubriéndome con el paraguas-, eres lindísimo cuando te quedas callado.

 

Su boca se acerca y la rechazo con un empujón a Matt en el pecho. Ya me tiene en la palma de su mano y no puedo permitirlo, no debo caer tan fácil.

 

-¡¿Qué quieres decir?! –le grito- ¡¿Qué sólo digo cosas horribles?!

 

-No, no.

 

Sus manos se mueven hacia abajo con la esperanza de calmarme… No lo logrará ahora; me llevaré el paraguas y caminaré más rápido que él hasta el apartamento sin hablarle más.

 

En casa será otra cosa, eso sí. Si me vuelve a sonreír como hace un momento, seguramente no nos quedaremos sólo a dormir en la cama.   

 

 

FIN.

 

 

Notas finales:

¡Gracias por la lectura! Nos leemos pronto.

 

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).