< M a y b e >
TOC TOC
Pudo reconocer la manera de tocar la puerta, los dos golpes rápidos y suaves
-¿Qué queres, Near?- Pregunto sentado desde su escritorio
-...- El peliblanco entró a la habitación sin el permiso del dueño -... Deberías juntar la ropa del piso- Comento mientras miraba el suelo lleno de prendas de vestir
-No tengo ganas ¿Qué queres?- Preguntaba impaciente.
-Nada en especial, Mihael -Lentamente se sentó en el borde de la cama-
-No me digas Mihael
-Y ahora que ya cumpliste tus quince años -Hablaba ignorando todo maltrato de parte de Mello-... Te pensás ir, ¿no?
-Eso no te importa
-Sería normal de tu parte; es lo que espera la mayoría -Comentaba de ésa manera tan inquietante y tranquila- Igual... Yo sé que no te vas a ir. No dejarías sólo a tu perro y tampoco te lo llevarías con vos al infierno.
-.... Si ya terminaste, por ahí esta la puerta, Nate- Lo último dicho con un tono irónico
-Sí, ya termine. Aparte, en cualquiera momento debería estar llegando Matt.- Near se paro lentamente, y abrió la puerta para encontrarse con el pelirrojo apunto de tocar.-Hola, Matt- Lo saludo amistosamente
-¡Hola!- Le sonrío
-Ah, y por cierto, feliz cumpleaños, Mihael.-Dijo mirando sobre su hombro.
-¿Pasó algo?- Pregunto intrigado el mayor debido al tono que había usado el albino al saludar al otro.
-Nada.
-...- Frunció sus hombros. Si él decía que no había pasado nada, nada había pasado-
-Feliz Cumpleaños, Mello- Le dijo con una sonrisa apoyando su cabeza en el hombro del menor
-...-
-Te compré unos chocolates- Le entrego una caja, al abrirla tenía varios chocolates con envoltorios de diferentes colores.
El rubio apenas la miró y la dejo sobre el escritorio-... ¿Te pasa algo?- Indago ya casi harto del trato que le otorgaba Mello últimamente... Y ya eran varios días que estaba así.
-Ya te dije que nada, Matt. Nada.- Le respondió.
Cerró su carpeta en la cual estaba tomando un par de apuntes, se dirigió hacia el pelirrojo que estaba sentado en la cama y posó sus piernas sobre los costados de este.
-...- Matt sonrió.- Mello... Ahora no, en cualquier momento puede aparecer Roger
-No me importa...- Dijo evadiendo cualquier problema y comenzando a besarle el cuello-
-Ok...- Obedeciendo al cuerpo de su amo, se tiro hacia atrás con suavidad y se sacó los goggles. A Mello no le gustaban esas cosas, las detestaba; así que siempre que estaban solos se las obligaba a sacar.
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-Mello, ¿Matt está con vos?- Mello hizo un esfuerzo para que no se noten sus jadeos al responder
-...Sí-
-Está bien. Decile que la cena está servida, no se tarden
-Ok. -Agarró sus jeans- Vamos Matt
-Sí!
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En poco menos de 30 minutos ya estaban en el comedor, uno sentado al lado del otro; callados y con más de una mirada encima... Como siempre.
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-¿Venís a dormir conmigo?
-No... Tengo que estudiar - Dijo despistado
-... Ok- Aunque quería que se quede con él no iba a reprocharle
-Nos vemos
-Sí!- Se dio media vuelta para seguir su camino
-... - Lo sorprendió
-¡Near! - Pego un salto; ni cuenta se había dado de que estaba ahí- Me asustaste
-Fue sin querer
-Bueno, me voy a dormir
-¿Ya? ¿No te vas a quedar con Mello hoy?...
-No -Respondió con un poco de molestia por la pregunta que le había echo Near- Tenía que estudiar y no quiero molestarlo
-Ah... Yo pensaba que ahora iban a estar más tiempo juntos, digo, por la ida de Mihael- Hablaba mientras se acariciaba un mechón de su cabellera
-¿Qué?
-¿Eh? ¿No sabías? Creo que dije algo que no debía... -Paso de largo a el mayor y sonrío cuando ya no lo podía ver - Buenas noches, Mail
-...- No le respondió. ¿Mello... Se iba a ir? Estaba a menos de dos pasos de su puerta, pero no iba a tocársela. Si se iría de verdad le hubiera dicho, ¿no? Y cualquier cosa le preguntaría mañana
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Le toco la puerta, como hacía todas las mañanas
-Soy yo
-Pasa
-Mello...- Cerró la puerta y se quedo ahí parado
-¿Qué queres?- El rubio lo miro de re ojo desde la cama en la cual estaba sentado leyendo un libro.
-¿Te vas a ir?
-...- Entre cerro los ojos y miro para un costado -... ¿De dónde sacaste eso...?
-Me lo dijo Near...
-¿Y vos le creíste?
-No sé... Por algo te pregunto
-No, no me voy a ir Matt. Deja de creerle idioteces a esa perra
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Estaba nublado a más no poder y caía una llovizna suave y lenta.
Matt la miraba tranquilo por la ventana, ya cansado de buscar a Mello. Había desaparecido en la mañana después del desayuno y no había aparecido en el almuerzo; ya eran las 22:00 y no lograba encontrarlo.
Sintió cómo alguien lo abrazaba de atrás
-¡Mello!- Al sentirlo se dio media vuelta, dejando la cabeza del menor sobre su pecho
-¿Qué?- Le dijo de mala gana
-¿Dónde andabas?
-Por ahí...-
-...- No tenía sentido insistirle.
-Te quiero...- Se escucho un susurro bajo, lo suficiente como para que el pelirrojo lo escuchara y sus mejillas se tiñeran de un leve carmín.
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Despertó en medio de la noche, agitado y todo transpirado. Había tenido un sueño, no, una pesadilla que se le hacía imposible recordar, pero tenía la fea sensación.
Se tiro hacia su derecha, esperando poder encontrar el cuerpo del rubio y así, poder acurrucarse en él.
Pero no, no estaba.
Se vistió lo más rápido que pudo, con temor a que se haya ido. Porque, aunque él le había dicho que no lo haría, tenía miedo igual. No quería perderlo
Apenas pudo, salió corriendo lo más rápido que le daba el cuerpo.
Lo vio afuera, bajo la lluvia que cada vez se hacía más fuerte.
-¡¡Mello!! - Le gritó. No obtuvo respuesta... No estaba seguro si lo había ignorado o no lo había llegado a oír -¡¡¡Mihael!!!- Le gritó aún más fuerte
El menor miro sobre su hombro, lleno de desinterés
-¿Te... Vas? - Le pregunto a medida que se iba acercando
-Sí - Respondió como si nada
-Near... Tenía razón
-...-
-Me dijiste que no te ibas a ir... Me lo prometiste...
-Me equivoque
-Pero Me...-
-¡Basta, Matt! No me vas a hacer cambiar de opinión. Me voy a ir, y te voy a olvidar, como vos vas a hacer conmigo. -Se dio vuelta, lo tomo del mentón y le sacó los goggles, para así poder verle los ojos llenos de lágrimas.
-...No... Yo... No te voy a olvidar- El rubio se estremecido y pudo sentir un fuerte escalofrío recorrerle la espalda y cuello.
No, Matt no se olvidaba tan fácil de todo, él no iba a ser así. Tenía sentimientos, era humano, y no podía olvidar sólo porque así iba a sufrir menos.
Porque tal vez se volvían a encontrar, caminando por la calle, tal vez se ignorarían, tal vez se saludarían y la cosa quedaría así, tal vez se olvidarían uno del otro como había dicho Mello... O, tal vez, podrían volver a estar juntos, Matt podría volver a ser un perro fiel y obediente, podrían estar juntos para siempre, siempre...
Pero esos sólo eran sueños de alguien fantasioso.