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Las Alas del deseo por Yui_3000

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Las siguientes horas fueron para él, tediosas y aburridas, después de recoger los papeles había decidió quedarse ahí, en su oficina, todo el tiempo que fuera necesario, hasta su siguiente cirugía por la tarde

 

Por enésima vez recorrió las hojas de su carpeta, esta vez, era una operación sencilla

 

La obstrucción de una arteria

 

Aquello no representaba ningún problema, sería algo rápido y sencillo

 

Cerró la carpeta y se levantó.

 

Tenía mucho trabajo que hacer.

 

Y no tenía tiempo para seguirse lamentando... y recordando...  a un niño de largo cabello azul, mirada picara y contagiosa sonrisa...

 

- “Ya no...” – Musitó abandonando su oficina, dirigiendo sus pasos a la sala pre-operatoria, a penas llegaba cuando vio salir de ahí a varias enfermeras empujando una camilla - “¿Pero que...? ¿A dónde creen que llevan a MI paciente?” – Preguntó con tono grave y molesto a una de ellas -

 

- “Do...¡Doctor! Yo... nosotras solo recibimos ordenes de regresarlo a su habitación” –

 

-“¿Orden de quien?” –

 

- “De Stafford...” – Saga se giró, a sus espaldas Damiel le había hablado –

 

- “¿Shion?... Ese viejo para variar metiéndose donde no lo llaman...” – Masculló molesto, sin esperar mas detalles de Druker, se dirigió rumbo a la oficina donde seguramente encontraría a Shion -

 

Stafford, era el jefe del departamento de cardiología y por lo tanto ‘su jefe’ , Saga ya había tenido suficiente por ese día y no podía permitir que ese “anciano” viniera y terminara por molestarlo, paso de largo a Damiel que no decía nada, pero para su sorpresa fue detenido del brazo por él

 

- “No cometas ninguna tontería” –

 

- “Ya veremos, suéltame” –

 

Damiel obedeció, mirando con cierta preocupación como Saga caminaba rumbo a la oficina de Stafford, nada bueno podía salir de aquello.

 

- “Vamonos” – Ordenó en voz baja a las enfermeras que aún lo esperaban –

 

 

*+*+*+*+*+*

 

Un hombre de cabello verdes y largos se llevó una mano a los ojos, le dolía la cabeza, había sido una mañana muy agitada, papeleos, pacientes, papeleos, mas pacientes y al final... la muerte de una señora multimillonaria.

 

Hizo la cabeza hacia atrás, apoyándose firmemente en el respaldo de su asiento. Aquella muerte sería de muy mal prestigio para el hospital.

 

El sonido de la puerta abrirse, lo hizo posar la vista en quien había entrado... sin siquiera tocar

 

- “Cromwell” –

 

Shion ya esperaba algo así, no por nada conocía a Saga desde hacía muchos años, él era quien se había encargado de la mayor parte de la educación de Saga en cardiología, o lo era hasta hace un par de años que fue ascendido como Jefe

 

– “¿En que te puedo ayudar?” – La pregunta salía sobrando, sabía muy bien por que Saga estaba ahí – “Toma asiento” –

 

- “No gracias” –

 

Shion rogó por no salirse de sus casillas, estaba de mal humor y la actitud de Saga en ese momento no ayudaba en nada

 

- “Suspendiste la operación que tenía programada precisamente en este momento, ¿Por qué?” –

 

- “¿Por qué? Qué pregunta tan estúpida... ” –

 

Shion apoyó los brazos en la mesa recargando en ellos su barbilla, se tomó unos segundos para pensar en lo que diría y de paso, para calmar sus nervios

 

 – “La joven que “falleció” esta mañana a tu cargo, era nada mas y nada menos que Saori Kido, miembro directo de la familia “Kido” que hace unos años invirtió una fuerte cantidad de dinero como apoyo para este hospital... ¿Sabias eso Saga?” –

 

- “...” -

 

- “Estuve revisando el expediente de la joven, debo admitir que hiciste un trabajo excelente con ella pero desgraciadamente las cosas nunca salen como nosotros lo esperamos... simplemente no podemos luchar contra el destino” –

 

- “¿Y eso que?” – Interrumpió, para él, Shion solo le estaba dando de vueltas al asunto y él como respuesta enfureció su tono de voz –

 

- “A lo que iba Saga, es que ahora la familia esta muy molesta contigo y con el hospital en general y han puesto una demanda contra ambos” –

 

Cromwell arqueó las cejas

 

– “¿Tanto alboroto por una simple demanda?, no es la primera vez que alguien hace eso, y como en las demás ocasiones ‘por mi’ pueden irse con su demanda a...” -

 

- “¡No es así de fácil Cromwell!” – Shion estaba agotando lo poco que le quedaba de paciencia -  “¡¡No es solo la muerte de Kido!!” – Se levanto de la silla – “¡¡Si no también de la terrible reacción que tuviste en la sala de operaciones, y en la sala de espera, no fue nada inteligente de tu parte empujar contra la pared al esposo de Kido!!” –

 

- “¡Ese idiota trató de golpearme! ¡¿Que quería que hiciera?! ¡¡¿Poner la otra mejilla?!!” –

 

- “Preferible a armar revuelo entre toda la gente que fue testigo” –

 

- “¡¡¿Estas loco?!!” –

 

Shion frunció el ceño y apretó el lápiz que sujetara en su mano, rompiéndolo debajo de la mesa, como odiaba que le alzarán la voz y mas aún que le faltarán al respeto, pero tenía que mantener la calma, tenía que hacerlo... o terminaría por romperle la cara a quien tenía enfrente...

 

– “Aquí el loco es otro Saga, por que para terminar la historia abandonaste la sala completamente alterado, empujando a todos y no me digas que no, por que te vi...” –

 

Saga gruñó furioso, pero no respondió en esto ultimo, Shion tenía toda la razón, él había salido muy molesto del encuentro con Seiya, y no se había fijado en lo que había echo.

 

Shion volvió a tomar asiento, meditativo

 

- “El comportamiento que mostraste el día de hoy Cromwell no puede ser pasado por alto, no te revoco tu licencia solo por esta ocasión, pero si quiero que te tomes el resto del día...solo por que no quiero que operes en ese estado ‘tuyo’ de agresión” –

 

- “¿Cuál agresión? ¡Me siento perfectamente bien como cualquier otro día!”–

 

- “Aun así me gustaría que tomaras libre el día… o mejor aún, también este fin de semana, no te siento en condiciones de laborar”–

 

- “Mentira, soy profesional, estoy capacitado para hacer mi labor bajo cualquier tipo de presión, Kido falleció, que lamentable, pero en esta ocasión estamos hablando de un simple arteria obstruida, nada fuera del otro mundo...” –

 

- “¡¡YA ESTA BIEN SAGA!!” – Shion había llegado a su límite – “¡¡Deja de reclamarme que ya suficiente trabajo tengo gracias a ti!! ¡¡Ordené que tu cirugía fuera suspendida hasta el lunes próximo y así se hará!!... tómate los días que te estoy dando mientras todo se calma, el lunes regresarás y seguirás con tus actividades normales... eso es todo Saga, puedes retirarte” -

 

Saga se quedó un momento en donde estaba, aguantando el coraje de haber perdido la discusión, si decir más dio media vuelta saliendo de la oficina, no sin antes dar un portazo.

 

Caminó rumbo al elevador, se sentía frustrado con todo lo que estaba pasando

 

¿Por qué? ¿Por que Kido tenía que haber muerto?

 

Aquella pregunta no dejaba de darle de vueltas por la cabeza, había fallado al juramento que hiciera frente a una tumba muchos años atrás, promesa de nunca dejar morir a alguien

 

Aioros por su parte, durante el tiempo que Saga permaneció con Shion, había optado por quedarse fuera de la oficina, aunque aún así terminó enterándose de todo por que la discusión de ambos se alcanzó a escuchar por todo el pasillo...

 

Vio como Saga salía mas molesto que antes y sin demorar, le dio alcance en el elevador.

 

Saga entró al ascensor y observó los diferentes botones a tantos diferentes pisos. No sabía a donde ir. Así que solo oprimió uno al azar, a donde sea que fuera estaría bien.

 

El elevador comenzó a moverse, pareciera que lentamente para el perturbado Saga, alzó la vista distrayéndose en los espejos que el ascensor tenía en las paredes, uno por cada pared, dando como resultado cuatro figuras idénticas al cirujano...

 

Y todo esto solo le traía una sola y simple palabra

 

- “Kanon...” –

 

 

*+*+*+*+*+*

 

 

Las puertas volvieron abrirse, Cromwell salió seguido siempre de Aioros que había escuchado la única palabra que pronunciara Saga

 

- “¿Kanon?”  - Se preguntaba una y otra vez – “¿Quién puede ser Kanon?” –

 

Dejo de perseguir por un momento al cirujano, ya había gastado mucho tiempo en ese lugar, pero... no podía evitarlo, todas las incógnitas de la vida de Saga y su manera de ser, le llamaban poderosamente la atención.

 

Aunque no sabía muy bien el por que

 

- “Esto no es normal en ti Aioros” – Se dijo con una traviesa sonrisa en el rostro – “Bueno... solo unos minutos más”-

 

Salió de sus pensamientos solo para darse cuenta que se encontraba en un lugar semi oscuro y podía jurar que abandonado por que no había nadie a todo su alrededor, el pasillo que se entendía frente a él era largo y oscuro, a lo lejos todavía podía escuchar los pasos de Saga retirándose

 

El Ángel se cruzó de brazos ¿A dónde había ido a parar?

 

De pronto la frase de ‘la curiosidad mató al gato’ le vino a la mente

 

Y sonrió

 

 

*+*+*+*+*+*

 

MORGUE

 

- “Rayos, aquí si que hace frío” – Se dijo Saga al entrar a la Morgue del hospital, ubicado justamente en el sótano del mismo –

 

Ahí, muchas camillas se extendían por toda la habitación, cada una con un cuerpo cubierto por una sábana limpia.

 

- “Saga... que milagro es verte por estos lugares” – Dijo un hombre al salir de una habitación contigua, se limpiaba las manos con un pequeño trapo con restos de sangre –

 

- “Angello... ya vez, siempre hay una primera vez para todo” –

 

Angello sonrió cínicamente

 

- “Mentira, estas aquí por otra razón.... ¡¡Y no me digas Angello!!” –

 

Fue el turno de Saga de burlarse

 

- “Oh! Perdone usted, Sr. Mascara de la Muerte” –

 

- “Ja! Ja! Ja! ¡Así esta mejor, mucho mejor!” – Se dirigió a una camilla en particular – “Hace unas horas me llegó un ‘paquete’ de tu parte... cosa muy extraña esta por demás decir...” –

 

- “Hum!” –

 

- “¿No quieres verla?” – Preguntó MM con un tono sumamente macabro –

 

- “... No” –

 

- “¿De verdad?” – Enarcó una ceja – “Juraría que era el motivo que te traía hasta aquí” –

 

- “La verdad... no tenía un motivo en sí” – Caminó hasta quedar al lado de MM, con la vista fija en el cuerpo cubierto, enfrente suyo – “¿Podrías decirme cuál fue el motivo de su deceso?” –

 

MM abrió los ojos un tanto sorprendido

 

- “¿Y a mi por que me preguntas eso? Tu la mataste...” –

 

- “¡Solo dime MM! Quiero saber que pondrás en tu informe de autopsia...” –

 

- “Ah! Eso...” – Se encogió de hombros – “Pues la verdad... a medias... su deceso fue a causa de que su corazón tuvo una serie de latidos irregulares, aunque la causa que los haya provocado no sea muy claro...” –

 

- “¿A que te refieres?” –

 

MM se rascó la nuca y descubrió el cuerpo desnudo

 

- “El corazón de la chica no resistió, aunque clínicamente eso no debía de suceder, revisé su órgano y este se hallaba en perfecto estado, leí el expediente y a mi parecer realizaste el procedimiento de resucitación al pie de la letra” –

 

- “¿Entonces?” –

 

- “¿Entonces que?, ¿Quieres saber por que se murió? Muy fácil Saga, ya era su hora y punto” – Volvió a cubrir el cuerpo – “Se tenía que morir y ni tu ni nadie podía remediarlo...” –

 

- “Eso es... estúpido” –

 

MM no contestó al momento, volvió a la habitación contigua y de ahí salió con un par de latas

 

- “Estúpido o no es la verdad” – Realizó una mueca descarada – “Pero como nunca estas aquí, no te enteras de este tipo de cosas, pero créeme, lo que te pasó es algo MUY común y lo puedes constatar con tus propios ojos” – Señalo a su alrededor con todas las camillas con cuerpos –

 

- “Me niego a creerte Angello, la gente no muere ‘solo por que sí’ siempre hay una explicación lógica para todo, una enfermedad, insuficiencia, mal tratamiento, no se van así como así, suena como si hubiera algo mas que decide quien vive y quien muere y si es así ¿Para que estamos los doctores? Si al final, la decisión no esta en nuestras manos...” –

 

MM levantó la vista al techo, fastidiado

 

- “Eso a mí no me lo preguntes, yo no soy el que la hace de héroe allá arriba... ¡Toma!” – Le aventó una de las latas, Saga la atrapó en el aire –

 

- “¿Cerveza? ¿Tomando en horas de trabajo?” –

 

- “Ja! Ja! Ja! ¡¡Pues claro!!” – Abrió su lata y se tomó la mitad de golpe – “Además no es como si a mis pacientes les molestara en absoluto, ¿Verdad muchachos?” – Alzó la cerveza brindando -

 

- “Pasar tanto tiempo aquí abajo, comienza afectarte MM” –

 

- “¿Tu crees?” – Pregunto MM con un cierto tono inocente. Saga no supo si contestarle –

 

- “... Tengo que irme” – Guardó su ‘bebida’ en la bata blanca que traía puesta –

 

- “¿Seguro? Mira que podemos hacer una buena fiesta nosotros dos... solos” –

 

- “No lo creo” –

 

MM se echó a reír

 

- “Como quieras Saga, pero ven mas seguido mis amigos y yo estaremos gustosos de verte” –

 

- “...” –

 

Saga movió la cabeza desaprobando el comportamiento de Mascara de la Muerte, estaba loco... tan loco como todos en ese hospital, pensó.

 

Por otro lado Aioros, con su innata curiosidad, se paseaba de un lado a otro entre los cuerpos, nunca en todo su tiempo de Ángel había estado en un morgue, por que su misión no estaba ahí.

 

Escuchó la conversación de MM y Saga, y seguía sin poder creer la forma de pensar de Saga, ¿Por qué se negaba a creer en la existencia del omnipotente?

 

- “¿Habrá alguna forma de hacerte cambiar de opinión Saga?”  –

 

Aioros siguió de nueva cuenta al cirujano, alejándose de aquel oscuro lugar, volvieron al elevador y de ahí al primer piso.

 

Era notable la diferencia. En ese piso había una gran actividad, doctores, enfermeras y paramédicos iban y venían, todo típico de la Sala de Emergencias.

 

El Ángel vio como el cirujano esquivaba a las personas una tras otra, y se quedó parado, ya había sido mucho de investigar el día de hoy. Aioros recordaba que aún tenía muchas cosas que hacer y ya casi el día terminaba, con una extraña sensación de alegría, hizo brillar su cuerpo y desapareció.

 

Las puertas de vidrio del hospital se abrieron dejándolo salir, a uno de los costados del hospital había una pequeña cancha de básquetbol y en ella un apuesto joven practicaba, pero al darse cuenta de Cromwell detuvo su juego

 

- “Saga... buenas tardes” – Mostró una cálida sonrisa –

 

- “Mu...” –

 

Mu Lewis especialista en pediatría, rebotó el balón y de un hábil salto hizo una canasta, dejando que el balón rebotara hacia Saga

 

- “Escuché que tuviste una discusión con Shion” –

 

- “Algo así” – Saga tomó el balón entre sus manos –

 

- “Je! De una vez te digo que todo el mundo pudo oírlos” –

 

- “¡Genial!” – De la distancia que estaba, arrojó el balón, encestando –

 

Mu volvió a tomar el balón cuando este llegó hasta sus pies

 

- “Dicen que Shion sigue refunfuñando...” – Rió por lo bajo –

 

- “Pues por mí que le salgan mas canas verdes” – Mu no pudo evitarlo y empezó a reír, distracción utilizada por Saga para quitarle la pelota y de un salto volver a encestar –

 

- “Eres muy bueno” –

 

- “Nada que la práctica no logre” –

 

- “Modestia Saga... pero cambiando de tema, recuerda que tienes una cita conmigo el viernes de la semana próxima” –

 

- “¿Cita?, ¿Qué cita?” – Le pasó el balón –

 

- “La del orfanato, ¿Ya lo olvidaste?” – Atrapando la pelota -

 

- “Ah, eso... _tengo_ que ir” –

 

- “No necesariamente, pero si no lo haces, no te prestaré mi cabaña en Tahoe ¿Recuerdas?” –

 

- “Eso es chantaje, ¿Sabes?” –

 

- “Lo se, pero es la única manera que encontré para obligarte a descansar, nunca dejas de trabajar” – Mu empezó a rebotar el balón entretenido –

 

- “Ese es problema mío” –

 

- “No es cierto, Milo, Camus, Shaka y hasta MM aunque no lo quiera aceptar, todos estamos preocupados por ti...” –

 

- “Hum!! Te faltó mencionar a Damiel” - 

 

- “En realidad Saga” – Mu tomó el balón entre sus manos – “Fue él quien nos puso al corriente de todo” –

 

Saga deseo en ese momento cortar la lengua de Druker

 

- “Mu, créeme estoy bien” –

 

- “No estoy tan seguro” –

 

Saga enarcó una ceja, y decidió cambiar el tema antes de que las cosas se le salieran de control

 

- “¿A quien mas has invitado para ir al orfanato?” – Mu comprendió la indirecta de Saga y decidió seguirle el juego... por el momento -

 

- “Aún no lo decido, como solo podemos ir tres...” –

 

- “¿No has pensado en el rubio que te gusta de Urgencias?” –

 

A Mu se le cayó el balón de entre las manos

 

- “¡¿Cómo sabes eso?!” –

 

- “Ya vez...” – El balón llegó hasta sus pies y lo recogió – “También averiguo un poco de la vida de los demás” – Giró la pelota en uno de sus dedos – “Según se, Shaka Wilde está disponible” –

 

Lewis se sonrojó tenuemente

 

- “Lo pensaré” –

 

- “Bien, tengo cosas que hacer, nos vemos el próximo Viernes” – Le arrojó con fuerza el balón, y dio media vuelta –

 

- “¡Saga, espera!” – El aludido miró por sobre su hombro -

 

- “¿Qué?” –

 

- “Solo una pregunta mas...” – Bajo el tono de voz un tanto arrepentido de haberlo llamado – “Siempre te he visto muy solo, dime... ¿Nunca has pensando en enamorarte?” –

 

Saga se quedó pensativo unos cuantos segundos antes de contestar

 

- “No” –

 

Y fue toda su respuesta

 

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