Él era una persona seria y tranquila. De esas personas que aunque levanten ambos brazos en la calle, pasarán completamente desapercibidas. Era de esas personas que con mucha suerte siguen existiendo para el mundo. Su personalidad había sido así desde pequeño y al no cambiaría. Durante su infancia, sus padres nunca lo amaron, o eso es lo que Hangeng siempre había pensado. Largas noches enteras llorando, días de un eterno silencio en el comedor, en la sala. Su infancia siempre fue así, sus padres prácticamente no le hablaban, y si lo hacían, terminaba de seguro en alguna estúpida discusión. Desde un "¿por qué manchaste el piso con agua?" hasta un "¿cómo se te ocurre llegar tan tarde a la casa?". Actualmente en su trabajo desempeñaba su labor sin reclamos, sin ningún tipo de comentarios. Era ingeniero en informática. No era un trabajador destacable, al contrario, pasaba completamente desapercibido, y a él le gustaba así. Preferiría que la gente no lo viera, que nadie supiese de su existencia. Así, estaba seguro que viviría mejor.
Al menos eso pensó hasta que llegó él. Hangeng había salido de su pequeña oficina, en dirección al despacho de su jefe, para dejarle un informe que acababa de terminar. Golpeó primero la puerta, y luego entró con ella, encontrándose con su jefe y un joven junto a él. El jefe le pidió que por favor esperara unos momentos. Hangeng se sentó en una silla cercana y lo vio. ¿Quién era él? Nunca antes había visto a ese joven... quizás era un empleado nuevo. Pero, ¿Por qué? El mismo jefe hace unos días había dicho que no contrataría a nadie más. Entonces, ¿Quizás era un amigo de el jefe?. No supo cuantos minutos estuvo esperando, tan solo se quedó observándolo. Sus ojos simplemente no se podían despegar de ese ser que hablaba animadamente con su jefe. Nunca estuvo seguro que fue lo que le atrajo de él... pero al parecer, no fue su físico. Era algo que iba más allá, algo como su esencia especial, el aura que lo rodeaba. Eso le hizo enamorarse de él.
Poco tiempo después se enteró que ese joven era el hijo del jefe. Su nombre era Choi Siwon, y debido a que su padre se daría unas pequeñas vacaciones, su hijo se quedó al mando de la empresa. Al jefe le importaba que su hijo comenzara a ganar experiencia en los asuntos de negocio, ya que el pronto sería el heredero de éste y tendría que hacerse cargo de todo lo referente a la empresa. Mientras Siwon estuvo al mando, Hangeng cambió completamente. Siempre se mantenía en contacto con él, se ofrecía a hacer los más diversos informes y trabajos e incluso llegaron a salir siempre juntos del trabajo a tomar un buen café todas las tardes. Su amistad fue creciendo poco a poco hasta que se volvieron grandes amigos. Así pasaron aproximadamente 6 meses. Aunque después Siwon no siguió trabajando junto a Hangeng, seguían juntándose y manteniendo el contacto.
Hasta que un día Hangeng se dio cuenta que se había enamorado de Choi Siwon, el hijo de su jefe. Estuvo al rededor de una semana comiendo muy poco, sin dormir y dejando de lado su trabajo. El nombre Choi Siwon ocupaba más de la mitad de su cabeza. Todas las demás cosas parecían no importar. La duda si confesar o no su amor a su amigo lo estaba carcomiendo por dentro.
Al finalizar esa horrible semana de dudas y miedos, decidió decirle la verdad a Siwon. Decirle que se había enamorado de él, que sentía algo más que amistad. Pero... no todo fue tan rosa como Hangeng lo había pintado. Cuando el menor se enteró de las verdaderas intenciones de su amigo, se quedó en silencio, meditando de que forma podría rechazarlo sin ofenderlo. Pero ninguna idea acudió. Tan solo pudo abrir la boca para dejarle en claro que el no lo veía de esa forma y que jamás podría resultar una relación así. Eso destrozó completamente a Hangeng.
Desde ese día no volvieron a hablar. Su amistad había quedado en olvido, se había perdido. Jamás podrían ser los amigos que fueron antes y todo por haber confesado sus malditos sentimientos. ¿Por qué se había enamorado de un hombre y peor aún, de su mejor amigo?
***
Habían pasado 2 años y quizás Hangeng ahora era más miserable que antes. No miserable económicamente, pero si psicológicamente. No tenía ningún tipo de autoestima ni mucho menos ganas de vivir. Tan solo estaba ahí. Gastando aire, ocupando un espacio en el listado de ciudadanos, tan solo ahí, como un fantasma que no se expresaba a la sociedad de ninguna forma.
Pero ese día su vida dio un gran cambio. Su vida de ahora en adelante quedó totalmente decidida después de ese momento. Habían pasado 2 años desde que no lo veía, 2 largos años, pero aún seguía rondando en su cabeza. Entonces lo vio. Mientras iba en su automóvil por las vacías calles de Seoul ese domingo por la mañana, pudo ver a Choi Siwon y una chica desconocida para él, en la esquina siguiente, frente al popular café Cha-Sejoun. Se quedó unos minutos en shock, observando como se besaban apasionadamente. Una ira inmensa lo dominó por completo y sin pensarlo, dirigió su automóvil a toda velocidad hacia ellos, aproximándose a la esquina, gritando como un loco.
Y así sucedió. Siwon y la chica que al parecer era su novia, murieron de inmediato. Debajo de las ruedas del automóvil de Hangeng podía apreciarse como la sangre corría y manchaba todo el lugar. Gritos de horror se escucharon al rededor, provenientes de la poca gente que se encontraba cerca. Hangeng, con una gran sonrisa en su rostro, salió de su automóvil para contemplar la sangre que yacía a sus pies. Sabía que había matado a dos personas, sabía que era un crimen, pero pensaba que estaba bien. Que era la mejor decisión que pudo haber tomado. "Una muerte rápida y sin dolor" Pensó con una gran sonrisa en su rostro, comenzando a reír estruendosamente provocando horror en la gente espectadora de tan horrendo crimen.
A los minutos después la risa de Hangeng se detuvo. Dejó de reírse porque la risa de los demás espectadores comenzó a dolerle en los oídos. ¿Por qué se reían? Este era su crimen, su satisfacción, no la de ellos. Miró a su alrededor y pudo ver la gente con caras desfiguradas, una sonrisa macabra y gigantesca en sus rostros. Reían, reían mucho y lo apuntaban con el dedo, mientras hablaban entre ellos. Sus voces comenzaron a arder en los oídos de Hangeng, que poco a poco comenzó a ver todo borroso y de un momento a otro, cayó al piso.
En realidad la gente no se estaba riendo, si no llorando. Algunos habían llamado a la policía y muchos otros habían preferido huir del lugar. Pero Hangeng vio algo completamente diferente en su mente, que le produjo ese desmayo.
Tiempo después, los médicos lo declararon como loco. Pero no por eso se salvó de la cárcel. Se fue a una cárcel especial, en donde lo sentenciaron con cadena perpetua. Tendría que morir en la cárcel, terminar su vida en ella, sin poder salir nunca más al exterior.
Meses después Hangeng se dio cuenta de su error. Lloró y lloró largas noches, culpándose por la muerte de Siwon y de la chica que lo acompañaba. Salían en sus sueños, riéndose, señalándolo, burlándose de él. A su lado, veía toda la multitud que había presenciado su crimen, todos reían, sin detenerse. Reían de esa forma que le hacía sentir como si sus oídos sangraran. Sufrió y sufrió por meses, hasta que dejó de comer. Su estancia en la cárcel no fue tan larga como todos esperaban. Murió al año después de haber ingresado.
The End~
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