Deseo.
Aun recuerdo cuando te encontré. Estabas muy mal herido, sentado en el piso, delante del cuerpo de tu hermano. No le quitabas la vista de encima, vista que estaba completamente empapada de lágrimas silenciosas.
Si estabas llorando por tristeza o por alivio, nunca lo sabré.
…
- ¡¡¡Oye, teme espérame!!!
Luego de transcurrido un mes, todo había vuelto medianamente a ser como antes. Tú ya estabas como nuevo y habías vuelto a ser parte del equipo 7, puesto que nos estabas ayudando a combatir contra los Akatsukis restantes.
«Porque seguramente te terminarán capturando por tu cabezonería y no quiero que suceda eso. Si Madara vuelve a apoderarse del Kyuubi…nada bueno ocurrirá. Es por eso, así que deja de hacer sonrisitas estúpidas dobe, lo que te ocurra a ti me trae sin cuidado.»
Esas palabras me pudieron haber lastimado mucho, pero tú no las dijiste de manera venenosa e hiriente.
“Además te sonrojaste ttebayo.” Sonreí divertido mientras te devolví con mi dedo alzado el ‘buenos días’ que tu rostro estreñido me decía.
- Siempre tan vulgar.—resoplaste—Tanto para hablar como para comportarte.
- ¿Ah? Quien se queja. Él que se la pasa insultándome todo el puto día ttebayo.—dije tranquilo.
Tú sólo te encogiste de hombros. Si fuera como antes yo te hubiera gritado, nos hubiéramos mirado fiero y tal vez luego habría algún que otro puñetazo, pero no; tú estabas en la aldea y eras parte del equipo, pero no era como antes. Tú habías cambiado, yo había cambiado.
- ¿Qué?—me preguntaste de pronto.
- Nada.—mentí, mientras me preguntaba el porqué te había quedado mirando tan fijamente, descubriendo y gravando muy bien en mi memoria todos los cambios que relucías a la vista de todos.
“Ya no somos unos niños. Ya no somos igual de amigos que antes.”
Eso me entristecía. Estabas de vuelta en la villa, mi sueño tan anhelado se había vuelto realidad, pero sólo era eso: un sueño. Y la realidad siempre terminaba por superarlos.
Recuerdo esa misión, teníamos que esperar a que nos dieran la señal. Seriamos el grupo de asalto.
Todo estaba saliendo bien, hasta que…aun no entiendo muy bien la causa. Esa fuerte explosión…sólo recuerdo que te tiraste sobre mí.
En ese momento, sólo pensé «No otra vez.» Puede que hubieran pasado muchos años, pero tú…al igual que cuando niños me protegiste con tu cuerpo. Y aunque esa vez ordené a mi bushin que te protegiera, claro que este no soportó mucho el impacto.
Todo me daba vueltas, muy a la lejanía podía escuchar la voz de Sakura-chan llamándonos. Donde hubiéramos ido a parar, no era un lugar muy vistoso, y yo no podía gritar, y tú…
Te estreché entre mis brazos, al ver que estabas inconciente.
Quería que todo fuera como antes, quería volver a tener la misma amistad contigo, por lo que ya desde allí planeé en pedir ser quien te cuidase. Añoraba que todo fuera como antes, lo necesitaba.
Necesitaba aclarar bien nuestra relación, puesto que ya sentía que me estaba obsesionando con el tema. Que me estaba obsesionando malamente contigo, Sasuke.
Había algo mal en mí, algo que siempre supe que estaba allí, desde hacía años atrás, pero que ahora se me estaba volviendo difícil de controlar, ya que…hasta el momento en que nos encontraron, unas dos horas después, no sólo me había deleitado con el aroma de tu cabello, también me había tomado otro tipo de libertades con tu cuerpo.
- Sasuke…eres delicioso.—suspiré mientras limpiaba mi mano con mi lengua.
No pensé. No me importaba si tú despertabas, o si los demás nos encontraban. El masturbarte ese día y el que tu cuerpo respondiera, a pesar de que tú estuvieras inconciente, será uno de los momentos más excitantes de mi vida. [Half: ohh Naru-chan pervert kukuku] (Aka: En sí me da gracia, Sasuke en el otro cap tan…en fin, y Naruto ya lo había manoseado antes xD)
…
Estaba desorientado, me dolía la cabeza. No sabía donde estaba, no sabía que hacía allí, y no sabía…
- ¿Sasuke?—mi vista estaba algo borrosa, pero podía reconocer tu aroma a la perfección—¿Qué…?
Intenté levantarme, pero me lo impediste. Fue allí que noté que mis manos y pies estaban amarrados y que algo frío rozaba mi pecho de vez en cuando. Por el sonido, parecían ser unas tijeras. Un par de tijeras, con las cuales te estabas deshaciendo de la última prenda que me quedaba encima.
- ¿Teme, qué…estás haciendo?
Parpadeé varias veces para enfocar mi visión. Podía sentir que te habías alejado de mí un poco, podía sentir como tus ropas se deslizaban por tu cuerpo y caían al piso.
Pero fue cuando sentí tus dedos recorrer mis piernas desde los muslos hacía los pies que recordé lo sucedido anteriormente; lo que tú le habías hecho a mi bunshin.
- ¿Estás ansioso mi Naru? Yo sí lo estoy, y mucho.
En cuanto escuché tus palabras comencé a removerme incómodo buscando despabilarme. Ya cuando soltaste mis piernas, te di varias patadas, pero tú lograste someterme y luego de ponerme boca abajo entraste en mí sin preparación, como castigo.
- ¡Ahh, ngh nooo…ammm, Sasuke me duele, me…mghhh!
Hice fuerza para romper las sogas que atrapaban mis muñecas y mantenían mis manos contra mi espalda, atadas de tal manera que me imposibilitaban en realizar jutsus.
Cuando me vine apenas unos minutos después de que entraras en mí, adquiriste un semblante de pura satisfacción que no parecía querer desaparecer.
- Y esto aún no ha terminado, usuratonkachi.
¿Por qué lo permito? ¿Por qué aunque me quejo por el dolor que me haces sentir…gimo…gimo deseoso de más? Tú lo percibes, ríes excitado, mientras arremetes en mi interior sin compasión, y dices que te pertenezco, que ya no me dejarás ir nunca más.
Por tercera vez siento aquella calidez, proveniente de ti, inundar mi cuerpo. En respuesta mis piernas se estremecen, me arqueo hacia arriba al tiempo que también vuelvo a venirme.
Sales de mi interior, y como las veces anteriores observas mi estado satisfecho. No puedo moverme, estoy maniatado y completamente exhausto, mis caderas y trasero duelen demasiado. ¿Gritar? Me he cansado de ello. A estas alturas mi voz ha abandonado mi cuerpo, sin poder conseguir la ayuda por la cual imploraba.
Me estremezco al sentirte nuevamente sobre mí. Repartes besos y mordidas cariñosas. No entiendo el por qué luego de lastimarme me mimas, y el por qué tu semblante también es triste. ¿Sientes culpa? No sólo es eso, hay algo más allí, pero apenas y puedo imaginar que sea, no me das tregua, no me dejas pensar.
- Naruto…
Mi somnolienta mirada se vuelve aguda al tiempo que intento quitarte inútilmente de encima mío.
Como antes, creí que ya habías tenido suficiente, pero allí estaba otra vez esa forma de pronunciar mi nombre, de mirarme, de tocarme.
- Espera.—me quejo casi inaudible al sentir otra vez tu mano descender peligrosamente.
- No mientas, te gusta. Lo sé. ¿Por qué no lo dices? Pídemelo Naruto, me muero porque me lo pidas.
- Sas…
- Dilo mi Naru. Pídeme que te lo haga otra vez. Necesito que lo hagas. Onegai, pídemelo. Suplícamelo. Yo…sólo…quiero complacerte.
Tu tono de voz, tu mirada…todo en ti me ruega por el que te sea correspondido. Allí entiendo el porqué de esa tristeza que percibo de ti.
- Sasuke, yo…agh…nooo…
Mis piernas intentan cerrarse por reflejo en cuanto siento tu nueva erección friccionar levemente la punta sobre mi entrada.
No puedo contener mi grito. En la segunda vez me desgarraste. Y cuando me tomaste por tercera vez, estuve a punto de desmayarme del dolor. Si volvieras a entrar en mí…
- ¿No?—tu expresión es dura. Estás más que molesto, estás furioso.
Chillo dolorido cuando me sujetas con fuerza de los cabellos para poner mi rostro delante de tu miembro. Obviamente entiendo tus intensiones a la perfección.
- Lámelo bien. No se te ocurra morderlo porque te costará caro.—me adviertes.
Te miro fijamente. Pudiera ser que para traerme allí hubieras usado el sharingan para atontarme, pero aunque aún sintiera los efectos secundarios de este, no pareces tener intención alguna de usarlo nuevamente.
«Te amo.»
Lo que le habías dicho a mi kage bunshin aún resonaba en mi cabeza.
Sí, no iba a negar que las acciones de mi bunshin no fueron más que el reflejo de mis deseos ocultos.
No puedo ya simplemente negarme a los hechos, no puedo negar que esos sentimientos extraños hacia ti no existen en mí. Entonces…siendo sus acciones las desencadenantes, es mi culpa. Había hecho que perdieras la cordura.
- ¿Na…ruto? Agh…
No era un experto, pero para ser mi primera vez haciendo sexo oral puedo ver que tengo algo de talento. Estás temblando y sudando mucho, tu excitación es tanta que tus piernas no te pueden sostener más, por lo que caes de rodillas.
Tu rostro se encuentra sorprendido, habías creído que necesitarías obligarme, pero lo cierto es que yo ya estoy harto de negar mis sentimientos.
Sí, antes me ha dolido, he gritado, me he negado, pero así y todo disfruté de tus abusos y quiero más, quiero que abuses muchas más veces de mí.
- Sasuke…—ronroneo contra tu miembro antes de volver a atenderle—Lo quiero, mghaaa…quiero…
Mi morbo esta llegando al límite, al ser conciente de que con tan sólo mi lengua soy capaz de ponerte en este estado.
- Dámelo Sasuke.—te suplico en un sollozo, haciendo que la bestia que había soltado volviese a atacarme.
Me besas con rudeza por la desesperación, al tiempo que sueltas los amarres de mis manos y vas colocándome sobre ti.
- Hazlo tú.—me dices ronco al oído mientras jugueteas con dos dedos en mi entrada, de manera superficial, sólo para desesperarme más.
El deseo me mata, me deja sin aire. Con dificultad logro erguirme por mi cuenta, alinear tu miembro a mi entrada y comenzar a bajar muy lentamente.
- Ahh, no puedo…—gimo con apenas el glande dentro—Arde mucho.
- Si puedes. Sólo déjate caer.
- ¿Caer?
El placer que tu mano me da es exquisito, pero yo sé que puedo conseguir más placer de ti. Entonces lo hago. Quito toda fuerza de mis brazos y piernas, logrando así sentirte en mi interior nuevamente. Me he dejado caer y te he engullido por completo.
- Vamos, muévete Naru. ¡Házmelo!
Intentando complacerte, inicio un movimiento lento, me duele mucho; mi brusquedad a hecho que vuelva a sangrar, pero no quiero detenerme. El rostro que me muestras en estos momentos…es el mismo que me mostraste cuando me aproveché de ti cuando estabas herido. Es demasiado tentador para dejar de verlo. Quiero verlo el mayor tiempo posible. Quiero ser siempre el responsable de ese rostro.
- ¡Ah…!
Vuelves a llenar mis entrañas y yo a derramarme en tu vientre. Ambos jadeamos y nos besamos con deseo.
Gimo cuando me recuestas delicadamente contra el lecho. Vuelves a llenarme de tiernas caricias.
- Mi Naru, sólo mío.—dices tranquilo.
Miro a tus ojos y lo veo: estos han vuelto a reflejar su calma. Pero eso no me importa, yo aún quiero más. Has hecho que el deseo me comience a corromper, y eso…
- ¿Naruto, qué…? ¡Esp…espera, guarda esas colas, no…!
Deseo que me des más, deseo todo de ti. Te deseo a ti.