Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Recital por derunyu_chan

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Este fic lo escribí hace como un mes mas o menos, en principio era un original, no un sasunaru, los personajes era creados por mí etc etc, pero ayer decidí hacerle la adaptación para subirlo al flog del cual soy 2da admii (www.fotolog.com/naruto_4) pic y fic dedicados especialmente a todas las integrantes del Comité Anti-Sakuzo (www.fotolog.com/comiantisakuzo) pero la verdad es que cuando pensé en realizar la adaptación, solo pensé en dos personas: en mi adorada Kanna-chan y en mi querida admii #1 Marta-chan asi que POR Y PARA ELLAS........



EL RECITAL





Las hojas secas, de los árboles caían a la par que el cálido viento brindaba una brisa fresca, los colores mostaza se mezclaban con los rojizos en una cortina otoñal que acunaba toda la majestuosa ciudad; centenares de los altos rascacielos se alzaban imponentes de lado y lado, por dondequiera que se mirase, mientras los transeúntes de semblantes apagados iban de allá para acá, algunos esperando el cambio de luz para cruzar, otros maldiciendo el día, el clima y terceros sencillamente demasiado enfrascados en sus asuntos como para pensar en algo más; el ruido de las cornetas de los autos, la bulla de las máquinas de los edificios en construcción, pisadas de tacones altos y estampidas de personas, ríos de gente, señal de la sobrepoblación de aquel lugar, eran la melodía de fondo para aquel insoportable día, la autopista se hallaba a reventar de vehículos en cola y las hojas secas una vez más en el suelo pero esta vez formando una preciosa alfombra multicolor…



La estación del metro estaba abarrotada, las personas que como “vía de escape” optaron por el subterráneo ya que las rutas terrestres estaban demasiado congestionada y sin posibilidades de “desestancarse”





Naruto iba demasiado enfrascado en sus correteos, necesitaba llegar a tiempo para su clase de violín, sus cabellos rubios y lisos ondulaban imperiosos al viento con los pasos apresurados del ando, sus ojos azules estaban fijos al frente, tenia que darse prisa o llegaría tarde al ensayo del recital del viernes, agarrando con fuerza las libreta de las partituras y el estuche del violín que le golpeaba en la pierna por el transitar acelerado, corrió con todas sus fuerzas hacia el anden que estaba a punto de cerrar sus puertas, con mucho esfuerzo alcanzó entrar en el último momento, suspiró aliviado pero cuando vio a su alrededor hubiese preferido esperar al próximo vagón; cuerpos sudorosos se pegaban al suyo propio, el olor del sudor, del agitamiento de los pasajeros que junto a él habitaban en ese pequeño cubículo, casi no podía respirar tenia personas de lado y lado que le tenían aplastado pecho y espalda limitando su respiración, las gotas de sudor empezaron a caer mas rápidamente por su frente, se sentía ahogado, sin aire, intentó estirar el cuello, salir a la superficie pero no, a sus 17 años no es que era muy alto, se sentía una hormiga entre elefantes, no hallaba salida, la desesperación terminó por provocarle taquicardia, el pecho comenzó a subirle y a bajarle rápidamente en un esfuerzo inútil por recuperara la normalidad del oxigeno que le entraba a los pulmones, intentó aflojarse el cuello del suéter naranja pálido que llevaba sin conseguir mayores resultados , las notas a grafito se hallaban borrosas ya, sus manos empapadas las habían velado además de causar que el maletín donde guardaba su instrumento se les resbalara a cada rato de las manos, intentó moverse buscando inhalar algo de aire pero el olor solo le causaba náuseas, empezó a desesperarse quería salir corriendo, necesitaba oxígeno o moriría allí mismo; en ese instante, al fin, se abrieron las puertas próximas a su persona, dejando salir un río de gente y él con ellos pero otro cuerpo lo arrastró de nuevo hacia dentro.




El hombro fuerte que lo arrolló llevándolo con él, otra vez hacia aquel infierno, lo hizo girar el rostro para encarar a su “agresor” pero con lo único con lo que se encontró fue con unos ojos impactantes de mirada arrogante y color endemoniado, aquellos iris negro azabache lo miraban fijamente, sintió que el aire entraba de nuevo a sus pulmones para dejarlos de golpe nuevamente, el corazón ya no latía rápido, ahora simplemente se había detenido, no podía mover un músculo de su cuerpo, aquella masa de carne en la que se había convertido no tenia ni voluntad ni dueño; más personas entraron haciéndolo sentir de nuevo oprimido, asfixiado, se apoyó en algo fuerte cuando las piernas le flaquearon, giró de nuevo el rostro para encontrarse con el pálido semblante de aquel chico que a lo sumo debería ser un año mayor que él, se fijó esta vez en sus facciones, lisas, sin ninguna imperfección, su lozano rostro lucia una expresión tranquila de paz, de un sentimiento extraño que le calentó el alma y le nubló los sentidos los labios se le entreabrieron expectantes al observar a aquel ser, las puertas se cerraron de nuevo haciendo que la gente se “reacomodara” ,hizo una mueca de dolor cuando lo pisaron y lo empujaron, cayó al piso, o no, no lo hizo, uno finos brazos lo sostuvieron, se paralizó, tembló y se le fue el color del rostro, ya no tenia calor, estaba helado, sintió en la espalda otro ritmo cardiaco que no era el suyo, miro hacia su “sostén”


-Estás bien???.- Una voz melodiosamente dulce le preguntaba; el chico tenía una media sonrisa, una mueca divertida que se perfilaba en su faz, Naruto no pudo más que sonrojarse, sintió vergüenza.


-E-et- y-o-yo emm- s-si gracias.- alcanzó a pronunciar mientras el extraño le sonreía aliviado.




Aquel hermoso ser de cabellos negros, con tintos también azulejos, vestía una suéter blanco a rayas índigo que le delineaban su perfecta figura que, aunque delgada, se hallaba bien formada, sentía sus firmes músculos sosteniéndolo, bajó la cabeza intentando recuperar la compostura, error, solo pudo fijarse en las hermosas manos del joven tras sí, manos de pianista, finas y alargadas, pequeñas y delineadas, níveas como el resto de su cuerpo, sencillamente perfectas, que con movimiento agraciado y sutil, le acomodaron un poco la camisa que en el agarre se había subido dejándole parte del costado descubierto, el sonrojo de sus mejillas aumentó dejando caer las partituras que hasta ese momento apretaba arrugándolas, intentó recogerlas cuando de nuevo se abrieron la puertas dejando salir aquellos mamíferos en estampida pisoteándole las notas, arrastrándolo a él de nuevo, definitivamente parecía una marioneta, pero esta vez hizo gala de toda su fuerza y autocontrol para, a empujones, salir de la manada de gente que huía en carrera al exterior, el vagón había quedado casi vacío, estaban en la estación donde todo el mundo se bajaba y nadie entraba. Cuando se arregló de nuevo la ropa y subió la mirada, observó como aquel muchacho tenia sus notas en la mano, leyéndolas.




Él mismo había compuesto aquella pieza, especial para el recital que le dedicaría a su madre el viernes, era su cumpleaños y quería hacerle algo grandioso, ella lo merecía; el tono carmín regresó a sus mejillas, se sentía hirviendo hasta que de nuevo aquella voz celestial lo sacó de sus pensamientos


-Son tuyas???


-A-em-si.- Decidió responder seguro, debía mantener el control, nadie lo ponía, así, NADIE, jamás, nunca, never, en que idioma???, no, NO y punto, él era una persona completamente capaz de manejar sus sentidos, pero es que esta vez sentía que se hallaba sin ellos o estaban congelados, cegados o nublados en algún rincón olvidado de su ser.


-Parece una melodía hermosa, es como si pudiera oírla en mi cabeza, la compusiste tu???


-Si.- Las dudas le abandonaron y arrogantemente extendió la mano para que le entregara las notas y poder sentarse tranquilamente en algún sitio lejos, muy lejos, de ese tipo


-Tocas el violín???


Como respuesta el rubio alzó el estuche del instrumento que sostenía fuerte, hizo una mueca de fastidio y le indicó con la mirada que le devolviera sus papeles, el otro hombre parecía haberse “idiotizado” no le quitaba la mirada de encima, pero no, si se morían por él perfecto, pero él no se moría por nadie y se acabó, menos por otro hombre.


-Oh si claro toma.- Le entregó los apuntes y se fijó en que dos asientos estaban delante de sus narices totalmente vacíos, se sentó.




Naruto rodó la mirada, seria extraño que se alejara de aquel sitio y tomara asiento muy lejos de él, seria como una falta de educación, de respeto y él era un chico educado, oh si, con muy buenos modales y lo demostraría, tomó asiento al lado del azabache que se cruzaba de brazos y volvía a colocarse los audífonos del i-pod cerrando los ojos tarareando “Vivaldi concertó in for three violins de Itzahk Perlman, isaac Stern, Pinchas Zukerman” Reconocía a la perfección aquella sonata él mismo la había tocado junto con otros compañeros de la orquesta, un Recital a 3 violines, amaba aquella tonada pero más amaba la expresión que hacia aquel muchacho a su lado que con los labios entreabiertos movía la lengua en forma de tarareo, sin producir sonido alguno, además de mover toda la cara grácilmente al ritmo de la interpretación; Naruto no se movió un ápice creyendo que tal vez, si perturbada aquel ambiente, la hermosa visión que el otro le regalaba desaparecería como una simple ilusión; hasta que la música paró y el chico se sintió observado, rápidamente el ojiazul apartó la mirada observando la mugre del suelo como la cosa mas interesante del mundo jamás antes vista, el pelinegro, al principio, lo miro extrañado, con una cara de inocente ignorancia hasta que sonrió y el rubio vió una mano extendida frente a él, se heló.


-Mucho gusto, mi nombre es Sasuke


-Ah??


-Un placer emmm.- El muchacho le preguntó con aquel gesto su nombre, Naruto no sabia si responder o ignorarlo, pero el deseo, la desesperación, la ansiedad que le causaba las ganas de tocar aquellas hermosas manos para saber sin eran realmente de carne y hueso o el simple hecho de rozar aquella blanquecina piel, le ponía los sentidos a mil y el corazón luego de un estrepitoso STOP reanudo su marcha a toda máquina.


-Naruto, el gusto es mío.- Volvió a perder la mirada en el suelo a regañadientes quería seguir viendo al joven a su lado, quería seguir deleitándose con sus hermosas facciones y sus gráciles expresiones pero No, No y punto.


-Desde hace cuanto que tocas??


-Ah???


-Desde hace cuanto que tocas el violín???


-Desde los 6 años y contando que hoy tengo 17 pues llevo 11 años en esto.- les respondió medio irónico, medio a juego.


-Wow llevas mucho tiempo, debe sonar espléndido y bueno que pregunta jeje si tu compusiste eso debes ser un pequeño genio.- El azabache le poso la mano sobre con la que Naruto sostenía el maletín de su violín, esto hizo que al chico se le encendieran las mejillas


-Me gustaría oírte tocar algún día.- El ojinegro se le había acercado lenta y sutilmente al oído susurrándole aquel anhelo que hizo que a al rubio le recorriera el cuerpo una sensación como de hormigas y a la vez cosquillas que le hicieron erizar el espinazo, su preciosa anatomía sufrió un espasmo espeluznante que lo hizo hasta jadear con el beso que el chico le depositó suavemente en la mejilla, el ojiazul entrecerró los ojos con los labios entreabiertos, el aire costaba para que entrara en los pulmones y él lo buscaba desesperado aún cuando el vagón estaba totalmente vacío, un momento, cuando se vació el vagón??? Y cuando se levantó Sasuke de su lado?? En que momento se había alejado de él ese aroma tan refrescante a lavanda que le embriagaba los sentidos, o aquel hermoso calorcito que le helaba el alma o aquella melodiosa voz que le acunaba, en que momento se había separado de sus mejillas aquellos finos, carnosos y bien delineados labios carmesí???; cuando abrió los ojos divisó a Sasuke frente a las puertas del vagón esperando a que estas fueran abiertas, con los audífonos de nuevo en los oídos escuchando quien demonios sabe que, se asustó, se enfadó, se desesperó, perdió el control y sintió un terror indescriptible que le hizo temblar el cuerpo entero y que la adrenalina le subiera de golpe acelerándole el corazón hasta que, pensó, se le escaparía del pecho, sintió el alma en un hilo ante la espeluznante idea de no volver a ver esos hermosos ojos negros de nuevo, o sentir aquella hermosa piel o simplemente aquel muchacho que lo acompaño en el trayecto.


-El viernes en el Teatro de las Bouffes Parisiens, a las siete de la noche, toc-ca.- que decía, que estaba diciendo?!!.- tocaré, habrá un recital.- se le escapó casi a gritos, casi en susurros pero Sasuke ya había salido del andén dejándolo con la inmensa duda de si habría escuchado o no, de repente sintió unas inmensas e incontenibles ganas de llorar, el corazón se le encogió, sintió que el pecho le dolía a morir, no respiraba, de nuevo, sentía que la vida se le iba, pero algo en su cerebro hizo ¡¡¡click!! Se reprochó a si mismo, se tachó de idiota, de estúpido, reaccionó de una manera inapropiada, ese era un recital para su madre, exclusivamente para ella, había compuesto para ella, se estaba matando para ella, TOCARÍA para ella, nadie interferiría en un momento así, como se le ocurrió invitar a un extraño que si apenas le conocía el nombre y que aparte era un mal educado que lo ignoró al completo, que se creía ese imbécil, tal vez hasta era un principiante idiota aficionado al teclado, ni siquiera al piano sino al teclado como cualquier rockerito emo de cuarta… O sea él si tocaba de verdad, era un excelente violinista e invitaría a ese, ESE a su recital??!!! En que estaba pensando??? Definitivamente el olor nauseabundo, la falta de oxigeno y todo eso le afectó las neuronas; se peinó el cabello con gesto autosuficiente, alzó la cara como quien dice “soy inalcanzable” tomo fuerte su violín, las partituras borrosas y con paso firme y elegante salió del anden rumbo al teatro, una vez mas a ensayar, claro, el recital PARA SU MADRE debía salir perfecto, ok???, PERFECTO!!!!






Los hermosos candelabros de Araña iluminaban al completo la estancia, el imponente teatro se alzaba majestuoso, se vestía de gala para presentar a la orquesta y la presentación individual de un joven prodigio del violín, un genio con aquel instrumento de cuerdas; mientras, en los camerinos, el ojiazul caminaba de aquí para allá tenia el violín en la mano esperando la señal para salir, su madre estaba allí, en primera fila, esperando aquella sonata prometida, aquella dulce melodía que llevaba meses preparando, con un esfuerzo y una dedicación incomparable.





-Naruto te toca.- Le avisó su mentor.-Vamos tu puedes, es la melodía mas hermosa que he escuchado, este evento será la puertas que se te abrirán para el mundo.- Iruka le alentaba con animo, pero la verdad era que desde ese martes en que conoció a Sasuke, no se pudo concentrar en un solo tono, no pudo tocar nada que se oyera decente había reventado cuerdas y tirado violines contra el piso de la rabia y la frustración, lo odiaba, odiaba a ese mequetrefe por hacerle perder así la cabeza, por haberle hecho tirar meses de constancia y preparación en minutos, ensayó hasta en sus horas de sueño, por haberle quitado todo sin hacer nada, pero YA, esa era la noche y punto, le tocaría a su madre la melodía mas hermosa que pudiera escuchar…




Salió con paso calmado y elegante a el escenario, vestido con un hermoso smoking blanco, se acomodó los rubios cabellos, vió a su madre en primera fila ansiosa y visiblemente emocionada, le sonrió, tomó posición para empezar, dispuesto a comenzar cuando, en el instante justo en que iba a tocar, lo vió, fue un vistazo fugaz y no sabia en donde, vestido de negro como un ángel subido del mismísimo infierno, también de smoking, intentó quitar esos pensamientos de su cabeza y comenzó la melodía pero algo sucedió.



No era aquella la sonata que había ensayado, no sabia que estaba tocando pero las manos solas deslizaban el arco por las finas cuerdas, la melodía era dulce, hermosa, cálida y fría, nostálgica, de dolor pero a la vez del mas profundo amor, no sabia como hacía aquello, jamás había escuchado algo así y lo peor de todo es que no podía parar. El cuerpo no les respondía, tampoco podía abrir los ojos, seguía la pieza, aquella canción extraña que no sabia de donde había salido, pero a la vez solo podía pensar en una cosa, lo único que tenia en mente, era aquel rostro, esas perfectas facciones, esos hermosos gestos, lo precioso de su voz y lo maravilloso de su tacto, se sentía liviano, como en el aire, dejándose llevar por el sentimiento que le embargaba sin saber su procedencia, o si pero no, no lo aceptaría, aun así, la sonrisa tranquila que tenia tatuada en los labios y la expresión de paz que no se le borraba del rostro, junto con aquella tonada de fondo hizo que a los presentes se les aguaran los ojos y la madre de Naruto estuviera hecha un mar de llanto; a lo lejos una bella figura de cabello azabache, totalmente vestida de negro no miraba al chico, solo lo escuchaba, escuchaba su corazón, su alma, todo aquello que entregaba en cada entonación.



Naruto paró, alcanzó abrir los ojos y se encontró con las mejillas empapadas y todo el teatro le aplaudía eufórico, su madre estaba mas que feliz, el orgullo se le veía a kilómetros, justo lo que quería, o casi, él no estaba ahí, esa melodía no era para su progenitora, aunque no premeditada, y aunque sonara cruel, no había tocado para aquella mujer que le dio la vida, sino para aquel ángel que le devolvió el corazón. Hizo una reverencia a los espectadores y entró de nuevo al camerino donde le esperaban sus compañeros anonadados y complacidos y su maestro que lo dejó sin aire en un abrazo; más tarde, luego de que celebraran el éxito del recital, el ojiazul volvió al teatro.





No sabia como o porqué había vuelto; Naruto se sentía bien estando ahí, no pensaba en nada, solo se dejaba llevar por las notas de sinfonías olvidadas, se aproximó al escenario cuando escuchó un piano, una hermosa canción que le nubló los sentidos, una sonata pura y cálida que le embargó el alma y le calentó los sentidos, no pudo dar un paso mas, se quedó parado solo escuchando, sintiendo como se le relajaba cada parte de su cuerpo, como se alejaban de él las tristezas y preocupaciones, como lo llenaba el amor con que era dedicada esa canción, todo aquello pudo mas que el ojiazul; se esforzó por salir del “hechizo” en que lo había sumido, para abrir los parpados y ver quien era el ser que tocaba de semejante manera.



Sentado en la butaca con los parpados cerrados, moviendo la cabeza al compás de la sinfonía que componía, con las facciones relajadas y una inmensa felicidad, con un amor indescriptible, tan puro, tan inocente, tan verdadero, tan doloroso, tan placentero, tan amargo y tan dulce, deslizaba sus finas y perfectas manos por las teclas que parecían disfrutar el tórrido contacto, pero de repente tan gráciles manos pararon y el rubio reaccionó encontrándose de frente con aquellas abismales orbes negras, no pudo pronunciar palabra, una vez mas, los vocablos se le atoraron en la garganta.



-De verdad tocas muy bien.- Sasuke había perdido su cándido tono, pero aún así la voz seguía siendo tan amargamente dulce como la primera vez, solo que no tan alegre, mas bien apagada, nostálgica.


-Gr-gracias, p-pero que haces aquí??


-Vine a verte!!!.- le sonrió aunque al tiempo bajo la mirada y la perdió en las teclas blancas


“Entonces si estabas ahí!!!” pensó para sí Naruto alegrándose con todo su ser
-M-me alegra que te haya gustado pero que haces aquí aún después de que todo hubiera acabado???.- puso en uso toda la fuerza de voluntad que le quedaba dirigiéndose a donde se hallaba el pelinegro, sentándose a su lado.



Sasuke le miró confundido, triste pero a la vez se sentía taaan bien estar al lado de ese violinista que, sin llegar a hacer nada, le había robado hasta las ganas de respirar y la manera de tocar, porque cada nota era de él, cada sonata que componía o cada tono que le salía era dedicada a aquellos hermosos iris azules cielo, que luchaba por conseguir pero que no podía alcanzar; comenzó a tocar de nuevo, esta vez una triste canción, una melodía que expresaba el mas profundo dolor y las lagrimas empezaron a rodar libres por sus mejillas ante un atónito rubio que sin palabras lo entendió todo y con los pocos conocimientos de piano que tenía se unieron en una canción, ofreciendo un majestuoso recital a aquel teatro vacío, a aquellos espectadores inexistentes que escuchaban sus felices lamentos; sus manos se unieron en un hermoso compás marcadas por el solo latir de ambos corazones que se unían en una súplica desesperada…


-Naruto yo….


-Shhhhh.- El ojiazul le cerró la boca al azabache con un dedo, le acarició con el pulgar el labio inferior para luego, sin apartar sus pupilas de las contrarias, acariciarle la mejilla con la yema de los dedos, Sasuke cerró los ojos en total entrega sintiendo aquel plácido contacto que le llenaba los sentidos, sintiéndose como en el vacío, Naruto le sonrió y sin apartar la mano le besó, sus labios se unieron en un cálido contacto en el momento en el que sus corazones se detuvieron al completo como temerosos por interrumpir el momento con el molesto sonido de sus latidos, el pelinegro deslizo sus perfectas manos por la nuca acariciando cada resquicio de piel atrapando y adueñándose de aquellos deliciosos belfos que se le entregaban uniéndose en un compás único , hermoso, una melodía perfecta que solo ellos podían escuchar, que solo ellos podían interpretar, en aquel recital

Notas finales: Espero que les haya gustado ^^
Nus veremos en la prox
Ja ne...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).