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Limpia mi Alma por Bellatrix

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Notas del fanfic:

Hola: ^_^

Bueno, primero si este fic lo lee alguien que lee mis otros fics y no le he contestado a los reviews..GOMENASAI, pero es que si no se me iba esta idea de la cabeza.

Ejem...En fin, este es mi primer fic de Harry Potter, el cual igual que todos sus personajes son propiedad de J.K. Rowling.  Espero que os guste pese a mi poca experiencia con esta pareja y que me dejeis muuuchos rr...

Ah, una curiosidad de este fic: me vino ayer en la cabeza mientras estudiaba para el examen de hoy, memorizando los procesos de las estaciones de depuración de las aguas residuales, lo que no quiere decir que sea un residuo de fics XD (hay que ver que sentido del humor mas raro tengo, ¿por eso será que nunca escribo fics de humor?o.O?)

Bueno, os dejo que disfrutéis

 

Nunca pensó que echaría de menos los tiempos en los que su vida y la de sus amigos corrían peligro. Al menos, sólo lo corrían, todos estaban juntos, unidos, luchando codo con codo contra todos aquellos oscuros que tal y como perros enrabiados querían destrozar sus cuerpos. En esos momentos podía compartir sus aventuras con Ron y Hermione, acudir a Hogwarts, divertirse con los alocados gemelos Weasley y disfrutas del quiddith. Ahora, ya con sus dieciocho años recién cumplidos y pese a tener una vida que cualquiera podría identificar de placentera, Harry sabía que le faltaban muchas cosas.

Se produjeron muchas pérdidas dolorosas a lo largo de la guerra: amigos, conocidos e incluso la muerte de enemigos le lastimaban en exceso. Ahora, con dieciocho años, sus recuerdos, al igual que una vez lo hiciera Voldemort, le acechaban sin descanso.

 

Salió de sus pensamientos cuando notó la fuerza incrementándose en su mano. Toda la familia Weasley estaba frente al lecho de rosas en el que se había convertida la tumba de Fred. Ahora que la relación de Ron y Hermione se había consolidado, la muchacha, al igual que él, estaba también presente.

Dirigió la vista hacia donde estaban giradas todas las cabezas pelirrojas, llevándose tal sorpresa que si no hubiera estado asido tan fuertemente por Ginny se hubiera frotado los ojos. Hacia ellos se dirigían dos personas de estaturas semejantes, rubios ambos y vestidos de negro. No eran otros que Narcisa y Draco Malfoy. 

 

Pese a los intentos de Arthur de frenar a su esposa, Molly, con paso firme y moviendo su graciosa figura se plantó delante de los recién llegados.

 

_ ¿Qué hacéis aquí? No sois bien recibidos_ dijo con voz gritona

_ Lo sé no es mi intención, ni la de mi hijo importunar.

_ ¿Importunar? Por vuestra culpa mi hijo Fred, Remus, Tonks y muchos otros están muertos. No, querida, importunar no es exactamente lo que me produces.

_ Molly..._ intentó decir la platino

_ Señora Weasley

_ Señora Weasley... quiero disculparme, aunque sea, en parte, la responsable de la muerte de tus seres queridos y mostrarte a ti, a tu familia, a Granger y Potter, mis respetos. Del mismo modo, tú misma mataste a mi hermana...

_ Tu hermana Bellatrix...

_ Por favor, no te rebajes a decir que se lo merecía... Te convertirías en aquello que odias.

 

La  mujer guardó silencio, reflexionando  sobre las palabras de la rubia. Le habían descolocado, no esperaba esa respuesta, mucho menos de ella. Estaban todos tan enfrascados en la disputa de las dos féminas que nadie atendió a que el rubio muchacho se había acercado hasta Harry.

 

_ Potter, ¿puedo hablar contigo un momento?

_ Habla_ dijo secamente

_ En privado

_ ¿Intentas algo sucio, Malfoy?_ preguntó cansado

_ No. Mi varita la tiene mi madre y tu decides donde vamos. P-por favor.

 

El moreno elevó una ceja. ¿Era posible que Draco Malfoy, su antítesis por naturaleza, le estuviera pidiendo algo? Con un gesto de cabeza, le hizo recorrer el pequeño jardincito de árboles frutales que rodeaban la Madriguera, entrando en ella y subiendo a la habitación  que compartía con Ron: la buhardilla.

 

_ ¿Y bien?_ apremió Harry

 

Despacio, sin mediar palabra, Draco se arrodilló ante el de las gafas, con la cabeza gacha y con la voz tomada comenzó a hablar:

 

_ Potter, no se como pagarte el que salvaras mi vida y que destruyeras al-que-no-puede-ser-nombrado.

_ Bueno, puede ser que si no fuera por tu madre, yo no estuviera aquí..._ caviló unos instantes el buscador_ Pero, ¿Por qué? ¿Porque haces todo esto?

_Porque no encuentro una mejor manera de agradecerte eso y humillarme ante ti.

_ No quiero que te humilles.

_ ¡Pero lo necesito!

 

Las manos temblorosas del rubio se acercaron al pantalón que el niño que sobrevivió llevaba, siendo apartados por un manotazo de éste.

 

_ ¿Qué crees que haces?_casi gritó con los ojos tras las gafas, desorbitados.

_ Potter, por favor, concédeme la redención...

 

Draco levantó por primera vez, desde que sus rodillas dieran en el suelo, la vista, mostrándole a Harry algo que nunca había visto antes en esos fríos ojos grises: arrepentimiento, debilidad... humanidad.

 

_ No soy yo el que tiene que imponerte o levantarte un castigo. La vida te lo dará, si no lo ha hecho aun...

_ No se si llevas razón o no. Sólo sé que cada noche veo lo que aconteció en esos días y lo único que me permitiría acallar esa voz que me grita es concediéndote mi cuerpo...

_ Pero, yo no quiero...

_ Harry, mírame. Mi familia es repudiada, tanto por los aliados, como por los contrarios al Señor Tenebroso. A mi padre lo han metido en Azkaban, mi madre intenta vender lo poco que nos ha quedado para comer, mientras que le cierran las puertas igual que a mi en todos los trabajos... Esto es lo único que me queda, poder estar tranquilo conmigo mismo. Ayúdame, por favor...

 

Un poco confundido, se sentó en la cama plegable que estaba frente a la de su amigo  y cerró los ojos, justo cuando, de manera sumisa, Draco se aproximaba a él a cuatro patas. Sintió como esas frías manos de largos dedos desabrochaban el botón de su pantalón y con gran parsimonia descendía la cremallera del mismo.

Del igual modo, tuvo que controlarse para no levantarse y salir corriendo cuando notó que su, ahora, flácido pene era descubierto al ser retirada la tela del bóxer rojo que portaba.

Un escalofrío le recorrió la espalda cuando un calido aliento rozó la punta de su miembro, haciéndolo vibrar al igual que ahora lo hacía todo su cuerpo. Unos labios carnosos se apoyaron en su glande, dándole paso a una cavidad húmeda, ardiente, donde una lengua juguetona, lamía toda la piel que encontraba a su paso. El bombeo no se hizo esperar, a veces rápido y fuerte; otras lentamente, dulce.

Percibió como esa parte de su anatomía aumentaba de volumen y crecía dentro de la boca del que siempre había considerado su espina clavada en el trasero. Sin embargo, estaba tan absorto en lo que la boca del platino le estaba descubriendo que dejó sus pensamientos a un lado, en un lugar lo suficientemente enterrado de su cerebro como para centrarse sólo en lo que pedía su cuerpo.

Un dolor enorme se apoderó de su pene que ya a punto de eyacular, fue desatendido. Tras haber perdido momentáneamente la razón con la felación, consiguió abrir los ojos, temiendo encontrarse alguna trampa. Todo lo contrario. Ante él, de pie, completamente desnudo, estaba Malfoy. Su altura superior a la de Harry, era tal y como debería ser una escultura: hombros anchos, piernas torneadas, vientre plano, piel perlada... pero llena de marcas, débiles señales difuminadas por toda su silueta. El moreno se levantó y se acercó al otro muchacho, que mantenía la mirada clavada en el suelo, mientras que su cuerpo tiritaba del frío aire que entraba por una rendija de la ventana.

 

_ ¿Que te ha pasado?

_ No todo lo que conseguía en Hogwarts era gracias a mi padre...

_¿Quien?_ musitó Harry

_ Todos, incluso el profesor Slughorn

_ ¿Porque lo hacías?_preguntó el de las gafas dando vueltas alrededor del desnudo muchacho

_ Porque me daba igual, con tal de conseguir poder. Me enseñaron a ser a sí, a querer el poder antes que a mi mismo, yo simplemente me metí en el juego.

 

Harry volvía a estar enfrente de Draco y mirando aquellos ojos plata, recordó como los recuerdos de Snape, del mismo color, brotaban de su boca moribunda. En realidad, se parecían en exceso Severus y el rubio, demasiado. Sin si quiera darse cuanta de lo que hacía, el de la cicatriz pasó sus manos por la nuca del otro uniendo sus labios en un simple roce.

Su boca encerraba la de Malfoy y éste se dejaba hacer sin resistencia alguna, mientras silenciosas lágrimas descendían por sus mejillas un poco enrojecidas. Ignorando un poco ese pequeño detalle, Potter oprimió un poco el labio inferior del mayor con sus dientes, pidiéndole paso para degustar esa boca que antes había recibido sin reservas su miembro. Sabía bien después de todo, por un instante pensó que sabría a veneno de serpiente y se rió mentalmente de su ocurrencia.

Notaba como la cabeza le daba vueltas a causa de la falta de oxígeno y decidió separarse, recordando que Draco, su archienemigo, seguía allí, desnudo y llorando.

 

_¿Porque llorar, Draco?

_ Porque jamás nunca me besó así..._ dijo apenas en un suspiro.

 

Harry volvió a besarle ahora abrazando su cuerpo, dejando que la pasión y la locura fluyera por todo su ser. Obnubilado por esa explosión de sentimientos contradictorios, pero aun así, placenteros, tumbó al rubio en la cama, separando sus piernas moldeadas, recorriéndolas con las yemas de sus dedos.

Un gemido se escapó de los labios carmesí del Slytherin y su "amante" se dispuso a devorar sus pezones, ahora erectos, mientras palpaba los testículos desprovistos de vello. La experiencia que tenía el moreno en lo que a relaciones sexuales se refería era mas bien escasa, pero de relaciones sexuales gays, no tenía ni idea. Aun así, se aventuró a seguir sus instintos y descendió con sus dedos tanteando la entrada del platino, a la vez que besaba y lamía su vientre.

 

_ Ah, Harry, no. Espera.

_¿Estoy haciendo algo mal?

_Trae.

 

Draco agarró la mano enterrada en su entrepierna y se llevó los dedos del otro a la boca, llevándolos de saliva completamente.

 

_Si no me hubieras lastimado..._murmuró

_ Lo siento_ dijo Harry y volvió a besar de manera dulce sus labios, mientras introducía su dedo índice en su ano.

 

Un sonido raro por parte de Malfoy, le hizo intentar volver a atrás, pero el rubio le agarró de la muñeca, adentrando mas el dedo del otro.

 

_No pares por favor..._suplicó

 

Así, Harry, sin experiencia alguna, preparó concienzudamente al rubio, hasta que su pene, aun encerrado tras la tela del bóxer y del pantalón no aguantó mas. Sin ganas de perder mas tiempo en desvestirse, desabrochó los pantalones, tal y como lo hiciera Draco antes y de una única estocada se introdujo en el cuerpo níveo que lo esperaba. Jamás se había sentido más satisfecho. Esa cavidad era como una delirante droga que con cada pequeña contracción le volvía loco.

Comenzó a moverse lentamente, hasta que Draco enrolló sus piernas a la cintura del moreno y le atrajo hacia así, profundizando más el contacto.

 

Ambos cuerpos, se movían a la par en una danza delirante en la que estaba demasiado próximo el final. El rubio intentaba tener más acceso a la piel de Potter introduciendo sus manos por las ropas que lo cubrían, mientras que elevaba las caderas, en una petición a que le invadiera por completo.

 

Harry notaba como un latigazo recorría su espina dorsal, anunciándole que pronto eyacularía y como siguiera así lo haría dentro del Slytherin. Intentó apartarse, pero de nuevo esas piernas enroscadas entorno a él y unos brazos fuertes le pegaron al cuerpo de Draco.

 

_Termina en mí, Harry. Limpia mi alma...

 

Y con esa voz siseante tan característica de su enemigo desde la infancia, terminó, impregnando con su semen las entrañas de Malfoy. Apoyó derrotado la frente en el pecho del chico desnudo que le acarició el rebelde pelo azabache con palabras de agradecimiento mezcladas con suspiros.

En ese momento, oyeron unos pasos aproximarse por las escaleras y las voces de Hermione y Ron al otro lado de la puerta, del dormitorio, que Harry había tenido la precaución de cerrar con un hechizo.

 

_ ¿Has mirado en el baño?_ preguntó la chica

_ Si, vuelvo a decírtelo, Hermione. Sólo puede estar aquí

_Está bien...¡Halojomora!

 

La cerradura dio un leve chasquido y ambos muchacho entraron en la habitación, encontrándose a su amigo, Harry Potter, tumbado en la cama, mirando por la ventana entreabierta con la mirada perdida.

 

_Harry, ¿estás bien?_preguntó Hermione

_Si, tranquilos, sólo me dolía un poco la cabeza y vine a descansar un rato.

_ Dice mi madre que la cena ya está lista, tío.

_ Gracias, id bajando vosotros ahora voy yo.

 

Volvieron a venir a su mente los pensamientos que había tenido hace unas horas. Aquellos en los que por una milésima de segundo prefería estar amenazado por Voldemort a saber que había perdido a tantos amigos. Aquellos pensamientos, que le hacían saber que aunque muchos pudieran ver su vida como placentera, le faltaba algo. Y ese algo por un momento, lo había traído Draco, su antítesis por naturaleza, su enemigo de la infancia... su amante soñado.

Notas finales: Reviews??*u*?

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