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Sueños por AthenaExclamation67

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Notas del fanfic:

Mi primer fanfic.

SUEÑOS

Por AthenaExclamation67

 

 Hyoga corría sobre una larga escalera sin fin, de la cual nunca alcanzaba a ver el final. El lugar era oscuro, tenebroso y sin luz, solo el resplandor de la luna llena en las paredes, el aullido nocturno de los lobos y el sonido de sus propios pasos eran su única compañía.

Cuando parecía que la escalera llegaba a su fin se veía absorbido por una gran curva a la que seguían más y más escaleras; de pronto un golpe seco hace que detenga su marcha y caiga rendido.

-          Buenos días Hyoga.

-          Shiryu?? Que ha pasado, dónde me han encontrado.

-          Encontrado.

-          Hyoga, has dormido aquí toda la noche, nadie ha salido o entrado de la mansión, esta nevando fuera, helando mejor dicho. Ya sabemos que tú al haber nacido en Siberia no padeces tanto el frío, pero aun así, hubieras muerto congelado.

A propósito, que te traías esta noche, se te oía suspirar y parecía que soñabas angustiado, si vais a seguir así o me cuentas lo que te pasa por la cabeza o pido que me cambien de cuarto, se oía toda tu respiración agitada a través de las paredes y del otro lado al tarado de Seiya ¡¡ Dame Tu Fuerza Pegaso!! Vamos que con vosotros dos no hay quien duerma por las noches.

¿Y bien, no vas a contarme nada?

-          No te preocupes Shiryu, sería algún sueño, nada más.  

-          Esta bien Hyoga tu sabrás. Anda arréglate que ya es tarde y hay que desayunar o el tragón de Seiya  se lo va a terminar todo como siempre.

 La mañana pasó tranquila, Hyoga y Shiryu bajaron a desayunar y como era de esperar hubo riña con Seiya por los dulces, (El Muy Tragón).

 Todos se fueron a estudiar.

 Después de las clases pasaron a practicar sus entrenamientos, aunque las batallas habían terminado, había que seguir en forma. Todos corrieron a sus respectivas habitaciones, dejar sus cosas y cambiarse todo tenia que ser muy rápido, Hyoga, Seiya y Shiryu corrían para que no les tocara hacer pareja con Ikki, y Shun, iba a su ritmo, tranquilo, el era su hermano y no le importaba nunca se excedía con él así que no había motivo para que nada alarmara al lindo conejito.

 De nada sirvieron las carreras, cuando llegaron al lugar, Ikki ya lo tenía todo perfectamente organizado.

-          A ver chicos:

-          Seiya! Shiryu! Vosotros dos! 100 flexiones por cabeza!

-          Y tú pato! Al suelo! Vas a hacer abdominales hasta que yo te diga! 

 Los tres chicos se miraron, una gota de sudor le corrió por la frente.   Ikki los miró de reojo y antes de que pudiera decir nada los tres se tiraron al suelo y empezaron a realizar la tarea asignada.

-          Niisan, yo que tengo que hacer?- Preguntó Shun.

-          A ver Shun, déjame pensar, sujétale las piernas al pato, que haga 100 abdominales y que cuando termine lo hacéis al revés, te parece?

 La cara de Shun  quedó petrificada, en cuadro, el lindo conejito no reaccionó hasta que su hermano mayor le espetó:

-          Vamos Shun, que es para hoy!

Shun corrió hacia Hyoga que yacía sobre su espalda inmerso en sus pensamientos, en ese sueño tan raro y sin sentido en el que se había visto atrapado, de pronto.

-          Hyoga, si te hago daño dímelo, Okis?

-          No te preocupes Shun, se que tu nunca me harías daño.

 Esas palabras eran música para sus oídos. Shun se puso en su lugar, sobre las piernas de Hyoga, su lindo cisne, tal y como alguna vez el había soñado, aunque nadie lo sabía, nunca se había atrevido a contárselo a nadie, como podía pensar en decir que amaba a otro chico, aún más a un chico tan bello, tan hermoso, que seguramente estaba con alguna chica igual de guapa e igual de hermosa que él, amaba aunque en silencio, pero así era, ese era su camino, así era su destino.

 El corazón de Shun palpitaba cada vez más fuerte, debía controlarse o podía ser descubierto.

-          .... 97, 98, 99, 100! Listo, ya esta, te toca Shun!

 Shun se asustó tanto que cayó de lado y se puso rojo como un tomate, Sella lloraba de la risa y Shiryu trataba de aguantarse; Hyoga aprovecho y viendo a Shun, tomó la posición y sujetó sus piernas.

-          Venga Shun no te apenes y haz caso a tu hermano, o de lo contrario nos asará a todos y no nos dejará descansar.

 El patito, estando en esa postura pudo ver a Shun con detalle, lo que había crecido, lo que se había desarrollado, ya no era un chiquillo, su bonito pelo color verde y sus preciosos ojos color esmeralda, la piel fina y suave como la de los bebes, de una belleza sin igual, no le era de extrañar que todas las chicas quisieran pasar el rato con el, y como no, si es una dulzura.

 Fue entonces cuando se dio cuenta de que algo no iba del todo bien, que empezaba a sentirse mal, le dolía el estomago, sentía como si inexplicablemente Shun provocara una sensación extraña en él, pero cual?

 De pronto, se vio inmerso en los ojos esmeralda de Shun, le llenaban, no podía dejar de mirarle, quiso abalanzarse sobre él, abrazarle, besarle, besarle en los labios, esos labios que debían saber tan bien, saborear su boca y recorrer su cuello, ese cuello fino y sedoso que no paraba de moverse, arriba y abajo, llamándolo, para que fuera hacia él.

 El patito asustado se levanto apresuradamente y todos lo miraron extrañados como se iba corriendo en dirección hacia su habitación, pasó a su cuarto de baño y se metió a la ducha, durante la cual no pudo evitar recordar las sensaciones que tubo y se vio forzado a abrir más el paso del agua fría ya que signos evidentes de excitación empezaban a mostrarse en su cuerpo.

 El agua corría sobre el agitado cuerpo del muchacho, Hyoga trataba de calmarse, sacarse aquellos pensamientos de la cabeza, las imágenes y el mar de sensaciones y escalofríos que recorrían su cuerpo.

 Esas imágenes no se iban de su cabeza y al pobre de Hyoga no le quedo otro “remedio” que desahogarse, tomo su sexo con su mano y comenzó a agitarlo, trato de pensar en que era una linda muchacha, rubia y de lindos ojos azules la que le ayudaba a relajarse, trataba de sacarse a Shun de la cabeza como fuera y parecía que aquello funcionaba, el muchacho empezaba a relajarse y cada vez disfrutaba más y más, se sintió poseído por un deseo irrefrenable y ¡¡NO!! De repente era Shun el que con sus lindas y preciosas manos agarraba su pene, le besaba y le acariciaba, ¡¡DIOS!! Había vuelto a colarse en su mente, aquello fue el clímax de la excitación y el patito no aguanto más y cayo “desplumado”  al suelo después de derramar toda su pasión por el baño.

 Hyoga se termino de arreglar y se dispuso a pensar en algo que decir a los demás para la forma tan extraña de irse que tuvo.

 Durante la comida todos le preguntaron si se sentía bien, especialmente Shun, ya que estaba preocupado por su ser amado.

-          Hyoga, ¿De verdad te sientes bien?- Dijo Shun.

-          Si, no te preocupes Shun, solo es que me sentí mal y preferí ir a refrescarme.

-          Hyoga, seguro que es por que no descansaste bien esta noche, después de comer deberías irte a descansar.

-          Si Shiryu, eso haré, gracias por preocuparos.

-          Nada pato, la próxima vez si no aguantas mis entrenamientos no finjas que te sientes mal, dilo y ya esta, no pasa nada si eres un flojo.

-          ¡¡No soy un flojo!- Le dijo.    

 Todos se rieron y terminaron de comer.

 Shun e Ikki se quedaron viendo la tele en el sofá, Sella se fue con Hyoga cada uno a su cuarto, el primero quería escuchar música y ver su PC, el patito  a descansar y Shiryu se quedo terminando de recoger la mesa y después se fue a la biblioteca de la mansión a estudiar.

 Hyoga abrió lentamente sus ojos, parecía que hubiera dormido una eternidad, se sentía confuso, aturdido, mortificado, seguía en aquel lugar? Otra vez volvía a estar en aquella sinuosa escalera, que estaba pasando con su cabeza, no sabia que camino tomar, otra vez lo mismo, los lobos, la luna el sonido de sus pasos nada mas le hacia compañía era el mismo lugar no sentía miedo, no creía que hubiera ningún peligro.

 Decidió seguir ascendiendo, subir y subir hasta alcanzar el final de aquel lúgubre lugar de ese sitio solitario en el que seguro que nadie quería estar, por lo menos no solo, de pronto se detuvo.

-          Unos pasos?

 Si, sin duda había alguien más allí, no se había percatado, quizás por que sus propios pasos iban acompasados, quien sabe, ahora había algo que averiguar, quizás ese era el motivo por el que estaba allí, Hyoga empezó a correr mas deprisa, tenia que averiguar de quien se trataba el misterioso desconocido, pero cuando apenas lograba ver una pequeña sombra esta corría más y más y nunca llegaba a ver de que o quien se trataba, tanta prisa tenia que sin darse cuenta Hyoga tropezó y cayó al suelo dándose un fuerte golpe en la cabeza.

-          HYOGA, HYOGA!!! Gritaban desde fuera.

El muchacho despertó sobresaltado en el suelo de su cuarto, y se fue a abrir la puerta.

-          Hyoga, estas bien?- Dijo Seiya.

-          Se ha oído un golpe. - Añadió.

-          Disculpa, es que debía estar soñando y supongo que me caí de la cama.

-          Ufa!!! Vaya con el sueño, estuvo bueno?

-          Si, si, eso. Añadió apenado el muchacho estaba confundido y mucho ya era la segunda vez que soñaba con eso y en el mismo día, y no podía dejar de pensar en Shun, que le estaba pasando, se preguntaba una y otra vez….

-          Oye Seiya, sabes dónde esta Shiryu?

-          Creo que esta en la biblioteca con sus libros.

-          Gracias y perdón por el susto.

Hyoga bajo la escalera en dirección a la biblioteca e Ikki lo interrumpió.

-          Oye pato, que te pasa? Que jaleo te traes.

-          Niisan, no seas malo.

Hyoga pasó sin hacer ningún caso y entró en la biblioteca donde se encontró con Shiryu.

-          Hola Shiryu, puedo preguntarte algo?

-          Claro dime.

-          Es que verás…..

El muchacho le relato sus sueños y pregunto.

-          Sabes algo sobre los sueños?

-          Verás Hyoga, yo no se nada de eso, pero creo que no deberías darle mucha importancia, si te preocupas tanto te angustiaras más y nunca se resolverá, es subconsciente tiene eso, a veces las cosas que parecen mas complicadas se resuelven sin más cuando menos te lo esperas, quizás estés descubriendo cosas en ti y tu cuerpo reaccione de esta manera, relájate y veras que encuentras una respuesta a todas tus preguntas.

-          Claro Shiryu, tienes razón, seguro que es eso.

La tarde acabo tranquila con todos jugando con los videojuegos en el salón, Shun miraba a Hyoga cuando creía que nadie lo veía, pobrecito el conejito, no se dio cuenta que la mirada atenta del dragón les observaba. Shiryu sonrió para si mismo y con un gesto de aprobación en su sonrisa siguió jugando hasta que se fue a preparar la cena.

-          Shun, me ayudas?

Shun no se lo pensó dos veces y se fue con él a la cocina, pobrecito, no sabia la que se le venia encima.

-          Bueno Shun que vamos a cocinar?

-          No sé, que tal una empanadas, a todos les gustan y será rápido de preparar.

-          Buena idea! A trabajar!

-          Tú toma los rellenos y yo preparare la masa.

Mientras los dos muchachos cocinaban….

-          Y bien Shunny, que no me piensas contar?

Shun se quedo helado, que hice pensó, rojo como los tomates se atrevió a preguntar.

-          Contar, que quieres que te cuente Shiryu?

-          Shun, no te hagas el loquito conmigo que te vi, va cuéntame, como pasó, como fue.

Shun no entendía nada, su corazón palpitaba mas fuerte no podía adivinar de lo que se trataba no sabia lo que Shiryu le preguntaba.

-          El que Shiryu, no entiendo? 

-          Shun te vi mirando a Hyoga de reojo y te sonreías, te gusta, verdad?

El conejito ahora si sintió que se quería morir.

-          Me pillaron, pensó pero como me deje descubrir así, ahora se lo dirá a mi hermano y lo asará empalado en una hoguera en el patio como a un capón asado, pobrecito de Hyoga si yo ni siquiera le gusto, si el no sabe que yo existo, si solo somos amigos. ARRGHHH!!! Que voy a hacer

Cuando Shun ya estaba por largarse a llorar Shiryu lo saco de su encantamiento.

-          Shun! Tranquilo no pasa nada, a mi me parece bien.

-          Si?  En serio?

-          Y claro! Él lo sabe?

-          Nop! Como lo va a saber! Yo no, es que.

-          Vale, vale, tranquilo, yo no se lo diré.

-          Gracias Shiryu eres un buen amigo.

Juntos los dos cómplices amigos prepararon la mesa y llamaron a todos a cenar, el primero en llegar fue Seiya (como no), Shiryu cocina muy bien y ambos fueron felicitados por la cena.

Shun y Shiryu pasaron toda la cena hablando, haciéndose confidencias, hablaban entre ellos, reían, ahora Shun le había contado su secreto a alguien y aún más le entendía y no le importaba que le gustase otro chico. Shun estaba radiante y feliz.

Pero al otro lado de la mesa, alguien observaba atentamente, y no le gustaba para nada lo que veía, que pasaba con esos dos, a que venia tanto secretito, tanta risita y tanta confidencia, Hyoga sentía calor, pero no el calor que sintió cuando vio a Shun realizar sus ejercicios, un calor agradable y calido, sentía como el fuego lo devoraba por dentro y corría por todo su cuerpo, la rabia la ira, estaba a punto de estallar, los celos lo iban a matar, quería saltar sobre ese dragón que acechaba a su conejito, como se atrevía a hacer tal cosa, cuando estaba a punto de cortar esa situación insostenible para sus ojos….

-          A ver pato!

Solo podía ser…

-          Que tanto sueño te traes, nos tienes a todos intrigados, que no nos vas a contar?

-          Esta mañana que donde te encontramos, y en la tarde te caes de la cama, di patito en que andas? Le dijo revolviendo al muchacho el pelo con su mano.

Hyoga se puso mas rojo que un tomate, todos se reian, el pobrecito cisne había sido humillado, no supo que hacer y se marcho del comedor muy enfadado.

-          IKKI!! Gritó Shun.

-          Te has pasado!

Ya nadie reía, el gesto de la cara de los muchachos había cambiado. 

Todos subieron a disculparse pero no hubo forma, nadie consiguió hablar con Hyoga, ninguno de ellos consiguió que les abriera la puerta, ni tan solo Shun que suplicaba apenado que le perdonara.

Cuando se retiro a su habitación unas fugaces lagrimas surcaban sus mejillas blancas, estaba triste por que en el fondo el también se había reído y de algo que no le gustaba, las burlas, el mismo las había sufrido en su infancia, y no le gustaban para nada, si no hubiera sido por su hermano mayor su querido y adorado niisan, el hubiera hecho lo mismo que Hyoga, salir corriendo.

Ikki tocó a la puerta de su hermano y este no le quiso hablar estaba muy enfadado y Shun se limito a escuchar.

-          Shun, vamos, lo siento, se me fue la mano, mañana si me deja me disculpare con Hyoga

¿De acuerdo conejito? Vamos Shun háblame, sabes que no soporto que estés enfadado conmigo.

Shun abrió la puerta y abrazo a su hermano tan fuerte que cayeron al suelo.

-          Ves que eres bueno! Sonrió Shun.

Ambos se fueron a dormir y toda la mansión quedo por fin en un absoluto silencio.

-          Otra vez? No puede ser!

-          Que diablos hago aquí!

Hyoga volvía a estar en la maldita escalera, pero había algo diferente, no era un lugar tan tenebroso, la luz del amanecer empezaba a apreciarse en el horizonte, parecía que un sol radiante iba a brillar ese día. Ya no había paredes angostas, ni la luna llena, pero sentía aquella presencia, la misma que la ultima vez, y esta vez no pensaba dejar que escapara, no tropezaría, nada se interpondría en su camino.

La persona que había allí era sin duda rápida se escuchaban sus pasos veloces. Hyoga empezó a correr mas rápido, y de pronto alcanzo a ver la silueta de la persona que estaba allí con el.

-          Espera! Le gritó.

No le hizo caso, al contrario, no quería que le atraparan y apresuró su marcha, lo cual Hyoga imito, esta vez definitivamente no iba a escapar. Tanto habían subido, que sin darse cuenta estaban llegando al final de la escalera, Hyoga estaba más cerca del desconocido intruso de sus sueños.

El desconocido trataba por todos los medios posibles de abrir la puerta, pero no podia,y justo cuando lo consiguió…

-          Espera no te vayas!

-          Quien eres?

-          Gírate! Muéstrate!

El desconocido pudo haberse ido pero no lo hizo, a caso era lo que decía Shiryu se resolverían sus dudas, se dio media vuelta….

Los ojos de Hyoga miraron con asombro.

-          SHUN!!!

TOC, TOC, TOC…

Hyoga se despertó.

Se levanto el cisne todavía agitado por aquella revelación en su sueño y cuando abrió la puerta aun se sorprendió más.

-          Shun, pasó algo?

-          Que dices, tú me llamaste, yo pasaba para mi cuarto y te escuche llamarme, por eso me atreví a tocar a tu puerta tan tarde.

Shun se veía precioso, la luz de la luna entraba a través del cristal lo cual resaltaba más su belleza su blanca piel y el brillo de sus ojos esmeralda.

Que lindo se veía pensó Hyoga.

-          Yo no te llame Shun!

Que cagada, pensó, cuando estaba dormido debí hablar en voz alta.  

-          Que si!

Un ruido se escucho desde la habitación de Ikki, un rugido más bien y Shun  sin pensarlo se metió en el cuarto de Hyoga cerrando la puerta tras de si.

-          Disculpa, si me ve, va a pensar cualquier cosa y es capaz de matarnos a los dos.

-          Tranquilo, que piense lo que quiera.

Shun se sonrojo, se veía tan bello su cisne, llevaba una camiseta ajustada y un pantalón corto estaba muy sexy, radiante, sentía una atracción enorme hacía él, los dos chicos se miraban fijamente a los ojos, esperaban a ver quien de los dos decía la siguiente palabra, y de pronto…

-          Que diablos!

Se abalanzo sobre el y le beso, Shun no podía creer lo que estaba haciendo, dios mió, cansaba, que no me aparte y me congele con su polvo de diamante.

Hyoga abrió los ojos de par en par, no creía lo que estaba pasando , Shun, le estaba besando, ese inocente Bebé que el conocía. Inconscientemente lo aparto de él.

-          Perdona, no se que me ha pasado, bueno, yo, es que me gustas mucho Hyoga, y mi corazón iba a mil por hora y no pude aguantar más, yo, yo…

Shun se quería morir, irse de allí, empezaban a correrle las lagrimas por unas muy sonrojadas mejillas, parte por la excitación y parte por la vergüenza de lo que acababa de pasar, cuando se encaminaba hacia la puerta, Hyoga lo volvió hacia el lo tomó por la cintura y le susurro…

-          Tu también me gustas Shun, y no solo eso, me haces volar como nunca nadie lo ha hecho, esta mañana tuve que dejar los entrenamientos por que me estaba poniendo a cien y casi te salto encima y antes me molestaron las burlas, si, pero la razón principal por la que me fui fue por que no soportaba verte con Shiryu, me estaban matando los celos. Yo… Te quiero Shun.

Shun no podía creer lo que estaba escuchando, Hyoga le quería ese era su mayor sueño.

-          Yo te amo Hyoga.

Shun cerro sus ojos y le volvió a besar, pero esta vez fue  diferente, sin sorpresas, unieron sus labios en un beso eterno explorando sus bocas con un desenfreno y suavidad, abrazándose fuertemente, regalando a sus cuerpos caricias mutuas, sintiéndose y explorándose por primera vez, Hyoga separo sus labios de la boca de su amor y empezó a besarle en el cuello a jugar con su lengua como le hubiese gustado en la mañana cuando practicaban ejercicio, Shun a su vez acariciaba la cabeza de Hyoga ambos suspiraban de pasión, el muchacho siguió bajando y le quito la camiseta al conejito, empezó a juguetear, con besitos cortos y intensos, su cuello, sus hombros hasta llegar a sus tetillas y jugando con su lengua hacerlo estallar de placer.

De repente Shun quiso parar.

-          Algo no va bien amor?

-          Si no quieres…

Shun silencio a Hyoga con un beso y susurro…

-          Solo es un segundo, quiero que esto sea algo que nunca vayamos a olvidar.

Shun se movía de un lado a otro, tendió las mantas en el suelo, los cojines, almohadas y todo lo que encontró para que estuvieran más cómodos, y de nuevo se fue hasta Hyoga, lo tomo de los brazos y lo arrastro hasta el nidito de amor que había preparado, en un segundo, le había quitado esa ajustada camiseta que le sentaba tan bien. O.O  y estaba devorando el cuello del cisne.

Hyoga se retorcía de placer, su inocente conejito lo estaba quemando de placer.

Se dejaron caer de rodillas en el suelo mientras volvían a besarse y Hyoga aprovecho el momento para sacar el pantalón de pijama que llevaba Shun, el conejito hizo lo mismo con el short del cisne, a los dos ya solo les tapaba la ropa interior y las manos de su pareja que recorrían todo su cuerpo sin cesar, Hyoga besaba los pezones de Shun, los mordía, jugaba con ellos, los ponía duros con su lengua y sus dientes, siguió su marcha y fue bajando mas y mas, besando su torso hasta que llego al slip, suavemente se lo deslizo por las piernas hasta desposeerlo de la ultima prenda de ropa que le quedaba e hizo lo mismo con el suyo quedando así visibles sus endurecidas excitaciones al desnudo.

Hyoga paso la punta de su lengua por la ingle se Shun, lo cual le provoco un gemido de pasión que tuvo que reprimir para que no fueran descubiertos, Hyoga tomo el pene de Shun con las manos y empezó a acariciárselo, Shun gemía y gemía de placer, ya no podía ocultar su excitación le daba igual lo estaba disfrutando tanto, al demonio si venia su hermano y los asaba a los dos.

Hyoga subió un momento para contemplar aquella imagen en el rostro de Shun y besarlo, volvió a recorrer su cuerpo con sus besos y caricias y metió su miembro en la boca, Shun se retorcía, no podía contener aquello, el cisne lo hacia tan bien, lo lamía, lo subía al cielo con sus caricias, cuando de pronto sintió que no podía más y….

-          Hyoga, espera para voy a…

El cisne no paro y recibió la explosión en su boca.

Shun quedo exhausto, pero no quiso descansar, ahora le tocaba a él, no tenia mucha idea de lo que tenia que hacer, era inexperto, pero, ya iría viendo. Se incorporo y beso a Hyoga, se separo, se acerco a su oído y le dijo.

-          Quiero que entres en mi amor.

Hyoga se sorprendió, sabia que era la primera vez de Shun y no quería apresurarse.

-          Tranquilo amor, no tenemos prisa.

Shun no se iba a retractar. Se incorporo sobre Hyoga y lo estiro en el suelo, lo besaba le prodigaba caricias, tal y como el le había hecho hasta meter su endurecido sexo en su boca, Shun no sabia muy bien lo que hacia pero solo oír como Hyoga gemía y se retorcía de placer le indicaban que todo iba bien. El cisne guiaba la cabeza de Shun y se mordía los dedos para no soltar ningún gemido demasiado fuerte o los descubrirían en aquella situación.

No se dio cuenta de cómo, pero Shun ya no seguía haciendo eso, se había colocado encima de y estaba separando ligeramente sus nalgas para dejar que el pene de Hyoga entrara en el, cuando se no se dio cuenta estaba tan relajado que pensó cuando hizo eso. Shun ya había tomado las riendas y Hyoga estaba entrando en su cuerpo, lo cual provoco un espasmo de placer en el cuerpo del cisne que no pudo contener y entro un poco mas en Shun, el conejito sonreía de felicidad, pero en su rostro también había un ligero atisbo de dolor, lógico, la inexperiencia y la postura no eran quizás las mas adecuadas para una primera vez pero el estaba decidido y no pensaba parar aquello, dos lagrimas cayeron por sus mejillas, Hyoga al verlo se incorporo y sin salir de el lo recostó sobre su espalda y beso a su amado.

-          Estas seguro amor?

Shun no contestó, le besó y rodeo la cintura de Hyoga con sus piernas, este entendió el gesto, el muchacho se deleito en caricias hacia su amado hasta que este se hubo recuperado del dolor inicial, cuando eso ocurrió prosiguió con la intrusión en el cuerpo de Shun, empujaba hasta donde veía que no lo lastimaba y cuando algún gesto se lo indicaba paraba, el dolor se fue convirtiendo en placer, la marcha lenta al principio se convirtió en un vaivén desenfrenado de dos cuerpos perfectamente sincronizados con la coreografía del amor, el pene de Shun  volvía a estar completamente endurecido y excitado a causa del movimiento y el roce que ejercía Hyoga sobre el.

Sin poder evitarlo, Hyoga comenzó a empujar más y más fuerte, lo cual provocó que se derramara dentro de Shun y casi sin poder controlar su excitación cayó en los brazos de su amado.

Su cuerpo quedo medio recostado sobre el de Shun mientras recuperaba todo el ritmo de su respiración, aquello había sido demasiado, no le quedaban fuerzas pero noto que algo le oprimía en el vientre, se inclino para ver y comprobó que  Shun no había vuelto a alcanzar el orgasmo.

-          Vamos. Dijo.

-          Ahora tú.

Shun le miro extrañado.

-          Amor, yo, no se….

Hyoga hizo que Shun quedara tras de él.

-          Te quiero. Ve despacio.

Shun no sabia muy bien que tenia que hacer, Hyoga le besó y guió el pene de Shun dentro de él, Hyoga tampoco nunca lo había experimentado y sabia que iba a doler, intento relajarse, sabia que el conejito no le haría daño, no más del necesario, y así fue, Shun fue muy cuidadoso de no lastimar al patito, en aquel momento recordó como Hyoga lo hizo con el, primero despacito y después cuando notaba que podía iba más rápido, los dos gemían y suspiraban de placer, Shun le regalaba las mejores caricias que puedan haber, le besaba en el cuello y la espalda, acariciaba su pecho y su pene y este enseguida volvió a estar duro, Shun se detuvo para entretenerse con las orejas y el cuello de Hyoga sin dejar de masturbarle, ya no tardaría en volver a estallar, cuando sus gemidos se lo indicaron, Shun volvió a emprender su marcha, era una sincronía de movimiento, respiraciones y suspiros, el final no se hizo esperar, Shun termino dentro de Hyoga y este en las manos de su amado.

Quedaron así estirados un rato hasta que Hyoga se dio la vuelta y beso a Shun dulcemente.

-          Te quiero. Le dijo.

Shun le respondió con un beso.

-          Te amo.

Los dos amantes quedaron dormidos, Shun sobre Hyoga, abrazado a su amado.

El día no se hizo esperar pues la noche fue muy larga y los rayos de sol iluminaron sus cuerpos.

Hyoga despertó con los primeros rayos de luz que se reflejaron en sus hermosos ojos, sonrió, y se dijo a si mismo.

-          Que bueno que no fue un sueño…

 

 

- FIN -

 


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