Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¡¡Sorpresa!!! por AthenaExclamation67

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

¡¿SORPRESA?!

By AthenaExclamation67

 

 

POV  Death Mask…

¿Cuál es el peor momento de sus vidas?

-          Perder a un amigo.

-          Perder a un familiar.

-          Que te roben.

-          Un secuestro.

-          Meter la pata hasta el fondo.

El mío, gracias al cielo, no es nada trágico, aunque para mí, si lo fue, desee morirme en ese mismo instante.

No tuve que superar ninguna muerte, gracias a los dioses todos mis amigos y familiares gozan de excelente salud, nada de separaciones angustiantes ni secuestros ni robos.

Si señores, yo metí la pata y bien hondo. Como les dije, desee caer muerto. Y ahora mismo se los voy a relatar, ¿por qué?, pues por que se me da la gana. Si no quieren escuchar, pues ni modo, ustedes se lo pierden. (^^)

Todo empezó en SU día, el que se suponía que debía ser tan especial. SE lo arruiné.

10 de marzo, Dita cumple 20 años y como todos sus cumpleaños esta vez hicimos algo diferente, siempre lo llevábamos a algún lugar especial, o le hacíamos un súper regalo entre todos, pero en esta ocasión fue una fiesta sorpresa, una que jamás pudiera olvidar. Y vaya que no lo haría.

Todos debíamos encargarnos de algo, se había invitado a todo el mundo. Los Caballeros Dorados, Los de Bronce, Generales Marinos y Poseidón, Hilda y sus Guerreros Divinos… Todos sin excepción, pero solo los Dorados nos encargábamos de la organización.

· Saga y Aioros la decoración.

· Shaka y Aioria la música.

· Aldebarán y Mü los globos y guirnaldas

· Dokho y Shion se tenían que encargar de avisar a todos.

· Camus, Milo y Shura la comida.

Así quedó organizada la lista de tareas, a mi me toco ir a por la tarta… Bueno, no deje otra opción, iba yo y san se acabó.

Después que todos acordáramos las obligaciones y como nos parecía que debía ir todo, me fui para mi templo. Intentaron decirme como debía ser la tarta, si lo intentaron, pero no lo consiguieron… Quizás mi mirada de perro rabioso me ayudó, ¿Qué creen ustedes?

Después de arreglarme un poquito más, aunque no me hacía falta, yo estoy bien con nada que me ponga… Revisé por Internet (un templito moderno, con Internet y todo) si en una pastelería que yo conocía disponían de una tarta, la que yo quería.

La cosa es que si que la tenían, así que después de apuntar el número de teléfono en mi celular (muy moderno) llamé para reservarla.

-          Si, hola… Quería reservar el “Sacher”, esa deliciosa tarta de chocolate rellena de mermelada de fresas y con nata adornando…

Era perfecta, fresas con chocolate, todo lo que se puede hacer con eso, hasta una sonrisilla lujuriosa se me escapó…  - Si yo te pillara Dita ibas a ver.

Si Dita era mi niño adorado, aunque nadie lo sabía pero era así. Me exaltaba cuando aparecía, cuando de haber sido otro, ni me hubiera inmutado. La agitación de mi corazón cuando nos encontrábamos  en la misma habitación, a mi incluso me parecía que mis fuertes latidos se oían por doquier.

Pero no podía hablar con nadie, quizás, y solo digo quizás, parte de culpa sea mía, pero como se lo iban a creer, ya lo estoy imaginando.

-          ¡JA!, seguro Mask, tú enamorado. Tú que eres un picaflor y te agarras al primero que pasa por tu lado.

Si si, lamentable pero cierto, hasta que lo conocí mejor, desde entonces toda mi vida cambió, solo quería estar con él, con Dita, ese precioso muchacho de ojos y pelo celeste, con una piel tan blanca como la nieve, hermoso a más no poder, pero no solo era su físico, su personalidad, su carácter, me calaron muy hondo. Ahh Dita… Mi florecilla del campo, mi pececito del mar, mi todo, mí amado…

Agarré mi campera de jean  y salí corriendo a por la tarta, la cual me encargue de solicitar a la muchacha que me atendió por teléfono que estuviera perfecta. Bueno, vale, se lo exigí, y todavía le dije que si no tendría un problema. ¡Si, soy un bruto, y que!

Llegué a la pastelería y la tarta ya estaba lista, la verdad que era preciosa, pero con la cara que me puso la dependienta, seguro que me quería matar, ella me había atendido al teléfono, no me quedó ninguna duda, así que me apresuré y después de pagar y que la cargaran en mi auto me marche de vuelta al santuario.

Todos acordamos que nadie le felicitaría el día ni haría alusión alguna a su cumpleaños, eso a mi me pareció demasiado cruel, cuando vi en la mañana a Dita antes de salir a por la tarta estaba tan triste, quería salir corriendo y abrazarle para decirle… - Amor a la noche todos tus sueños serán realizados.

Si claro, los suyos, ¿y yo que?, que hacía yo con mi pobre corazón enamorado. Como le calmaba ese dolor y esa angustia que sentía por dentro, alguien debería de haberlo notado, pero no, nadie hizo caso a mis suspiros, suspiros que a mi forma de ver eran “llamadas de auxilio”. Aunque en eso, quizás también yo tuviera la culpa de que nadie se acercara a verme y preguntarme si estaba bien.

-          ¡A ti que te importa! – solía contestar…

Pero que quieren, es un acto reflejo, un escudo de protección, una máscara para que no me lastimen, si alguien conocía mis debilidades, quizás las usaría para dañarme o traicionarme.

Llegué al santuario y después de aparcar el auto y subir las incontables escaleras, me encontré con Saga que me indicó que dejara la tarta en algún lugar del Templo de Virgo, que la fiesta seria en el Jardín De Los Sales Gemelos.

Ese lugar era perfecto, precioso sin duda, con preciosos árboles, incluso los cerezos habían vestido sus ramas con sus preciosas flores rosadas. Shaka disponía de un bello lugar dentro de su templo. Pero cuando me encontré allí, me quede fascinado, vi que mis compañeros habían hecho muy buen trabajo.

Había globos y guirnaldas de colores colgados por todas partes, que adornaban cada árbol y cada rincón que había en ese precioso lugar. Todo con colores bien vivos, justo como a Dita le gustaba.

Los encargados del catering, llamaron a un servicio de comida Express que trajo de todo. Canapés, mini-sándwiches, todo tipo de aperitivos, bebidas y demás para la gran celebración.

Música perfecta y bailable pero también algo más adecuado mientras durara la cena, algo más lento y que acompañara el ambiente para dejar que la gente pudiera hablar, el bailoteo ya vendría más tarde.

La cosa sería así:

Shaka iría a buscar a Dita que seguro estaría muy triste pensando que nos habíamos olvidado de su cumpleaños con el pretexto que uno de sus rosales se estaba marchitando, y ahí cuando encendiéramos los focos, le daríamos la sorpresa. Cenaríamos, un poco de baile, los regalos, después todos se despedirían y yo tras aguantarme pacientemente quedaría el último para poder hablarle, ya no resistía ni un minuto más.

Todo iba perfectamente bien, solo faltaba que dieran las siete de la tarde para empezar con la fiesta.

18:30… Todos habían llegado puntuales y no faltaba ni un amigo.

18:40… Le empiezo a meter prisa a Shaka para que se vaya a buscar a Dita, estoy muy ansioso, deseando verle y que así descubra todo el montaje, mi pobrecillo pececito, seguro que estaba desolado pensando que todos éramos unos malos amigos (por no decir algo peor).

18:41… - ¡Vamos Shaka, lárgate ya a por él! – le digo.

18:42… Miro mi reloj ansioso y fulmino a Shaka con la mirada para meterle prisa.

18:43… Shaka con tranquilidad se empieza a poner su campera. Lo mato… Lo mato si no se marcha de una vez.

18:44… Se ve en el espejo y se arregla los rubios mechones aumentando mi desespero.

18:45… Al fin el bendito Santo de Virgo se va por la puerta.

Creo que esos fueron los quince minutos más largos de mi vida, estaba tan nervioso que hubiera matado al primero que pasara por delante.

Necesitaba calmarme y buque algo que hacer así que me fui a revisar la torta de cumpleaños, pero cuando encendí la luz, que ví, si lo llego a atrapar me lo cargo. El maldito burro con alas se estaba comiendo un poco del adorno de la tarta de mi adorado Dita.

Salí corriendo tras él y no logré alcanzarlo, pero debía proteger la tarta con mi vida si era necesario, así que volví a llevar mis pasos hacia donde estaba, trate de cogerla con mis manos, pesaba un poco, vale, bastante pero aún así, me quedaba algo de tiempo así que lentamente y como pude cargue la tarta con mis manos y emprendí la marcha hacia otro lugar. Quizás los aposentos de Shaka fueran lugar mejor.

Mis pasos eran lentos pero seguros, no podía, ni mucho menos quería que le ocurriera algo más a esa maravillosa tarta, pero mientras estaba caminando….

¡¡¡SORPRESA!!!

Yo no soy asustadizo, bien lo sabe dios, pero los muy jodidos… Me lleve el susto de mi vida.

Y ustedes se pensarán que ese fue el peor momento de mi vida, pues no, no señores. A parte del susto que me hizo erizar, perdí el equilibrio por culpa de una de las raíces de los árboles que adornan el jardín, y la tarta, no solo salió volando, si no que además aterrizó sobre… ¿sobre quién?

Pues encima del pobre de Dita, si el bochorno más grande que jamás he vivido hasta hoy claro, uno nunca sabe…

Tenían que verme… Ese jardín casi a oscuras, como lo iba a predecir, el pastel voló por los aires, la cara de AHHHH de todos, la mía de tierra trágame después de haber tropezado con la raíz del cerezo y largar la tarta a volar y la del burro con alas muerto de la risa cuando se estampó la inmensa tarta sobre Dita.

Me fui del lugar lo más rápido que puede abochornado y supongo que estaba rojo como tomate por que al encender la luz el calor de mi cara se escapaba por todos los poros de mi piel. Mis talones pegaban contra los cachetes de mi trasero de lo rápido que corría, necesitaba llegar a mi templo e esconderme dónde nadie me encontrara.

Baje las escaleras lo mas rápido que me dieron las piernas, atravesé el templo de Leo y seguí descendiendo intentado no volver a tropezar y partirme los dientes allí mismo.

Cuando llegué a mi templo, mi corazón latía muy rápido, parecía que quería salir de mi pecho, me sentía encolerizado, la vergüenza me estaba matando, no solo me asusté, cosa que jamás hago, si no que voy y lo acabo de rematar tropezando con la raíz del dichoso cerezo. Árbol odioso, Shaka tenia que tener árboles, no podía limitarse a tener flores, también tenia que poner árboles y con tremendas raíces. Bueno vale, era una raíz pequeña, pero con el susto no la vi, tropecé y el resto ya lo saben. ¡No lo repetiré!

Después de pasar al baño de mi templo me dirigía a mis aposentos cuando vi el regalo que le había comprado a Dita encima de la mesa, perfectamente envuelto y carísimo, lo agarre y lo tiré a la papelera que había a la entrada de mi casa, total ya no podía entregárselo, seguro que no me volvía a hablar en la vida, así que con mi ira me fui a mi cuarto y me tiré en la cama a tratar de sacarme la bronca que llevaba.

La verdad que lo que pasó a continuación no me lo esperaba, mi cólera no me dejó sentirle, ni noté que alguien se acercaba y se adentraba en mi templo.

-          ¡¿Mask?!

Me incorporé en el acto al oír esa voz y más aún cuando vi que entraba y se atrevía a entrar hasta donde yo estaba.

-          ¿Esto es para mí?

Dios mío, lo había encontrado y recogido de la papelera.

-          Eh… Dita, ¿que haces aquí?

Le pregunté, más no pudo evitar abrir la caja pues llevaba su nombre escrito, por supuesto que lo era, quién más sino.

Su cara fue cambiando de forma, primero sorprendido, al ver el contenido de la caja. Se preguntarán que es… Pues es una cajita en forma de corazón con unos chocolates charrísimos que valen una fortuna y me costo una semana encontrarlos. Si, ya se un corazón, menuda cursilada, pero esperen, aún hay algo más.

El regalo venía con una nota, si y como no la leyó, llevaba su nombre, así que era muy lógico que lo hiciera.

 

Para Dita

 

Te regalo mi corazón,

Que solo late por el tuyo.

Mi alma y mi cuerpo,

Te entrego sin condición,

Para amarte toda la vida,

Con pasión y devoción.

 

La vida sin ti no es.

Más si no puedo tenerte a mi lado,

Moriré cada segundo,

Mi corazón quedará destrozado.

 

Acéptame y seré tuyo,

Nunca nadie te amara como yo,

Eso te lo aseguro.

 

DM.

 

Su cara de sorpresa, cambió…

Mis ojos me engañaban, Dita estaba llorando emocionado. Diantre, se me había pasado la mano.

-          Dita… Yo disculpa por mi torpeza, te estropee la fiesta y para colmo te tiro la tarta encima.

No me dio tiempo a decir nada más, llegó hasta mí como un rayo y se abrazó a mi cuerpo hundiendo su cabeza sobre mi hombro, no supe reaccionar.

Tarde menos de dos segundos, pero lo hice, mis manos temblaban, pero no podía perder esa oportunidad, sentir mis manos sobre su cuerpo, como resistirse a la tentación…

Me abracé a su cuerpo, igual que sus brazos hacían con el mío y recosté el peso de mi cabeza sobre su hombro escondiendo mi rostro entre sus bellos cabellos que desprendían aroma de rosas y lamentablemente a también chocolate.

Recuerdo perfectamente lo que sucedió después, nuestras cabezas salieron de su escondite casi simultáneamente, vi sus ojos iluminados, brillaban esplendidos, radiantes y me besó… Si, como lo oyen, me besó, me quede anonadado, que hay de eso que hay que ir acercándose y luego besarse.

No, no, vamos con mi pobre pececillo, ¡JA! Pobrecito de mí, no saben lo que hizo después… Se apoderó de mi cuerpo y nos amamos durante toda la noche, primero el a mí, cosa que nunca nadie había hecho por mi carácter dominante, me tuvo enloquecido, como lo disfruté, la noche estaba llena de sorpresas…

-          Eres el mejor regalo de cumpleaños que me han hecho en mi vida – me dijo.

Aquello me volvió más loco aún, me puso a cien, la temperatura del cuarto subió hasta límites insospechados. Entonces me dejo que tomara el relevo y fui yo quien se apropio de su cuerpo y ya no nos hemos separado.

El chocolate que le había comprado de regalo, nos sirvió de reconstituyente, la verdad que menuda noche de sexo loco y desenfrenado, nunca lo hubiera dicho, ¡Vaya con el pececillo! Se podría decir que yo fui el cazador cazado.

La poesía todavía la guarda, lo se por que la he visto junto con un álbum de fotos que no se quién hizo, pero ya me encargare de agradecerle de la forma mas conveniente el día que me entere. En ese álbum, estaban todas las fotos de la fiesta, desde que dicen sorpresa y la tarta sale volando y cae sobre él, hasta cuando se fueron todos a sus casas, por supuesto, nosotros no aparecimos más que en las del principio, las del desastre, recuérdenme que debo encontrar esos archivos y destruirlos, pero la mejor recompensa, a parte de haber conseguido mi mayor sueño, conquistar a Dita, saben cual fue…

Me pude vengar del burro, si, si, como o oyen, la mañana siguiente, más bien la tarde, ese Dita es insaciable y bueno quería repetir a cada rato… Después de comer con Dita me lo encontramos paseando, y el muy descarado se puso a reír, lo cual a mi me saco de quicio, pero no me dio tiempo a hacer nada, Dita se adelanto y le lanzó una rosa envenenada que lo hizo dormir una semana y se despertó muerto de hambre.

Y en fin, esa es la historia, el peor momento de mi vida se convirtió en el mejor sin siquiera esperarlo.

 

- Fin -


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).