No sé cómo es que llegue hasta ese punto. Francamente lo valiente no afloraba muy comúnmente en mí. Ese día particularmente. . . me plante frente a ella y le pedí unos minutos para hablar de algo importante, muy importante - obviamente para mí-. Increíblemente a la hora y lugar acordados se presento. En tan solo unas horitas, mentalmente ensaye millones de veces el discurso que daría. . . pero a la hora de la hora. . .
- - ¿Qué te contare?. . . . ¿qué te contare?. . . - golpee un par de veces mi barbilla con uno de los dedos de mi mano derecha mientras miraba al cielo en busca de la respuesta
- - No lo sé. Tú eras la que quería hablar, para empezar - dijo Fani cruzándose de brazos y mirándome con molestia fijamente
- - Pues. . .es que ya lo tenía todo. . .em. . ."preparado" pero es que, se me fue la inspiración - dije tratando de excusarme para no ir directamente al grano. La mire y su rostro no me dio indicio de alguna respuesta. Los minutos se transcurrían lentamente y el silencio ya era insoportable para mí. Simplemente se había quedado de piedra y no pensaba siquiera en dar señales de vida. Sus hermosos ojos café oscuro, estaban perdidos en la inmensidad de la nada, sus rojos labios guardaban una seriedad absoluta y sus brazos entrelazados terminaban de rematar ese cuadro donde mi incertidumbre no dejaba que el mal rato pasara.
- - No quiero que me vuelvas a dirigir la palabra - dijo de pronto muy seriamente cerrando sus ojos antes de girarse y dejarme de pie junto al enorme árbol que me proporcionaba sombra.
No podía creer que con tan solo unas simples palabras me hubiera ganado el silencio absoluto de su parte y la imposibilidad de hablarle. Simplemente me negaba a aceptarlo. Decidida y con paso firme camine en la misma dirección en que se había ido.
Aunque en ese momento no podía ver exactamente a donde estaba, sabía que acostumbraba pasar sus recesos en compañía de sus odiosas amigas en una de las jardineras más apartadas del patio.
Sin pensarlo más, avance raudamente por entre el patio observando cualquier señal de vida por su parte.
En menos de lo que esperaba, la distancia fue reducida a cero en pocos minutos tras los cuales me encontraba ya detrás de ella. Atuse mi enmarañada cabellera, alise mi falda y respire hondo antes de enfrentarme a lo inevitable.
Tocarle el hombro sonaba tan sencillo pero no lo fue en aquel momento. Mi mano tembló un poco pero llego a su destino.
Fani me miro y no dijo nada, aguardaba por lo que pudiera decirle. Carraspeé un poco y justo en el momento que iba a comenzar mi pequeño discurso. De mi boca no salió más que el aire que me sacaron con un puñetazo en el estomago.
Sentí un par de lagrimas rodar por mis mejillas y trate de jalar todo el aire posible para eliminar esa sensación de ahogo.
Fani se notaba sorprendida y preocupada por lo sucedido. Enseguida sentí su brazo sobre mi espalda y su mirada clavada en mi rostro.
- - ¿Estás bien? - pregunto con preocupación lo que hizo que me sentir mejor
- - Si - respondí cuando pude, tratando de sonreír un poco
- - Hay sí, resulta que la pobre debilucha ahora trata de demostrar fortaleza - quien me había golpeado se burlaba de mi, su voz inconfundible me hacía saber que era Mónica pero a pesar de todo mi conciencia no quería aceptarlo
Fani dejo de mirarme y levanto su cara en busca de la responsable.
Mónica le sonreía entre maliciosa y seductora.
No me imagino cómo es que se fue a enterar que había hablado con ella.
- - Mira a quien tenemos aquí, la súper capitana del equipo de lucha - exclamo sarcásticamente Fani - ¿A que debemos el honor de tu visita? - frunció los labios y enserio su mirada. Esos gestos que hace cuando se enoja me vuelven loca
- - Solo vine a ver si todo estaba en orden y me encontré a "esta" - hizo un gesto de desprecio que me pareció más que ofensivo - molestándote, así que me dije: ¿por qué no hacer algo para que se esfume esa bestia? - Mónica movió su mano echándome en un gesto despectivo como si fuera basura
- - En primer lugar no soy ninguna bestia y en segundo. . . - toda mi seguridad se fue al caño cuando me mostró su puño de manera amenazante. Trague un poco de saliva y me evite mis comentarios. Moni me miro enfadada nuevamente
- - Sabes que no hay persona a quien odie más que a ti - dijo a punto de estallar y con un fuerte empujón se abrió paso a un lado de Moni dejándonos a las dos ahí de pie(a mi por segunda vez)
- - No sabía que la chica más popular de la escuela tuviera que rebajarse ante ella. . . - me mofe y solté una pequeña carcajada que fue cortada por un segundo puñetazo en el estomago "maldita sea. Ya se le está haciendo costumbre"
- - Cállate basura - ordeno sin siquiera mirarme y se alejo tan rápida y silenciosamente como llego
Me quede un poco más en aquel lugar, en espera que el dolor pasara. Cuando me dejo y pude irme, mi clase llevaba unos 20 min de haber comenzado. El profesor no estaba muy contento con mi retardo pero después de todo me dejo pasar.
CONTINUARA. . .