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SI LA DISTANCIA ES EL OLVIDO, ¿POR QUE TE SIGO RECORDANDO? por lyra

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Notas del fanfic:

Esta historia se la dedico a Clau y a Sandritah, por ser dos de mis fieles lectoras que tanto me animan y apoyan.

Para vosotras, cielos!!!

Tom estaba tumbado en su cama, bebiendo una cerveza tras otra, intentando olvidar. Pero no lo conseguía. Por mucho que se esforzara su hermano seguía presente en su mente, en lo más profundo de su corazón.

Sobretodo ese momento, hace ya un año de él. Bill se le acercó lentamente y depositó sobre sus labios un tierno beso.

¿Y qué hizo él? Le apartó de su lado. Le dijo que eso no estaba bien. Que sólo eran hermanos y nunca podrían ser más que eso. Que sólo le quería por ser su hermano.

Se quedó viendo como las lágrimas bajaban lentamente por sus mejillas, como sus ojos se iban llenando de dolor por el gran daño que sus palabras le habían provocado.

…l no supo como actuar en esa situación y se comportó de la manera más cobarde que podía haber. Le dejó solo, huyó de su lado para no ver el dolor que le había causado y la gran decepción que se había llevado.

Eso fue hace un año, y desde entonces ha procurado distanciarse de él de la única manera que ha sabido. Siempre ha procurado no quedarse a solas con él nunca. Pero aún estando en grupo con más gente puede notar su tristeza. Se la ve ya no solo en los ojos. Es en toda su manera de ser, de actuar, de hablar, y lo pero de todo, de cantar.

No hay ni una sola canción que cante sin perder la tristeza de sus ojos. …l la ve cuando canta a su lado como si nada hubiera pasado, como si todo volviera a ser como antes. Lo nota también en su voz, llena de lágrimas que sabe que no derramará en público, pero que en privado salen con mucha libertad.

En los conciertos tiene que obligarse a sonreír mientras que por dentro se está muriendo del dolor. Nunca ha visto a su hermano sonreír de esa manera, una sonrisa carente de sentimientos alegres, solo llena de dolor.

Pero él no puede hacer nada para remediarlo, no al menos sin hacerle más daño. No puede decirle que él también lo siente como él porque sabe que está mal.

O al menos antes sabía que estaba mal. Ahora ya no sabe nada. Solo tiene dudas. Cree que está empezando a pensar como él y por eso está ahí tumbado en la cama del hotel, ahogando su pena en cerveza. Arrepentido por lo que ha hecho hace unas horas.

Ocurrió tras su último concierto. Todos estaban en la sala celebrando lo bien que había ido. Todos menos Bill. Se encontraba como siempre, en un rincón observándolo todo, observándole a él.

-Vamos Bill, alegra esa cara-le anima Georg- piensa en lo bien que has cantado hoy, eso te pondrá muy feliz.

-Sólo hay una cosa que me haría muy feliz, y no es un buen concierto-le responde saliendo de la sala.

Tom se le queda mirando triste. Sabe por que lo ha dicho, pero no va tras él para consolarle. Se lo ha prometido a sí mismo. Por mucho que viera cuanto sufría su hermano, cuanto dolor albergaban sus ojos, no volvería a abrazarle para darle su consuelo. Nunca más.

-¿Qué le pasa a tu hermano?-le pregunta Gustav preocupado-Últimamente no levanta cabeza. Siempre le noto como si estuviera triste, melancólico.

-No sé, tendrá sus problemas-le contesta sin mirarle.

-Y tú también estás un poco raro.

-¿A que te refieres?-le dice poniéndose tenso.

-A que ya no estáis tan unidos como antes. Todos nos hemos dado cuenta. Haces todo lo posible por mantenerte alejado de él. Hasta en las fotos se nota. Es como si no quisieras verle la cara, siempre a su lado pero dándole la espalda. Y no digamos en los conciertos. Bill se acerca a cantar a tu lado y tú pareces que huyes de él.

-No me había dado cuenta de eso-le miente.

-Tenéis que arreglarlo. Las fans lo empiezan a notar y hasta hay rumores de que el grupo se va a separar porque los dos hermanos ya no os lleváis tan bien como antes.

-Nos hemos distanciado un poco, nada más. Pero eso no es una razón para abandonar el grupo. Nunca os haríamos eso a ti y a Georg.

Tom se aleja de su lado porque no quiere hablar más del tema. Sale de la habitación y se dirige al baño, pero no llega a entrar. Ha oído un ruido que sale de dentro de él y eso ha hecho que se parara en seco.

Hay está otra vez. Son los sollozos de Bill. Ahora cada vez los oye más a menudo. Cuando están en el apartamento, su habitación está al lado de la de él, pero solo los separa un tabique. Un tabique que es lo suficientemente fino para que le oiga llorar todas las noches con desconsuelo.

En esos momentos lo único que puede hacer es taparse la cabeza con la almohada, para tratar de no oírle. Pero eso tampoco da resultado, porque por mucho que sus oídos se nieguen a escucharle su corazón le oye bien alto.

Y ahora ahí parado ante la puerta le vuelve a oír. Llorando por algo imposible. Partiéndole el corazón por hacerle sufrir sin querer.

No puede quedarse escuchándole, ni tampoco puede verle luego la cara, en donde todavía seguirá la huella de su dolor.

Vuelve a la sala y cogiendo a Gustav del brazo le saca de ella.

-¿Ocurre algo?-le pregunta asustado al verle la cara.

-Tengo que salir de aquí ahora mismo. No puedo soportar quedarme aquí ni un momento más-le suplica tirándole de la manga.

-Está bien, tranquilízate un poco- se lo diré a David y nos marchamos todos ahora.

-No, eso no es lo que he querido decir. Me quiero ir, pero yo sólo. Ahora.

-¿Es que ya has hecho una nueva amiga?-le pregunta guiñándole un ojo.

Entonces Tom ve que allí tiene la solución. Lo único que tiene que hacer para sacarse a su hermano de la cabeza es estar con una chica. Eso le aliviará la mente, aunque sabe que no el corazón.

-Sí, es eso. Me estará esperando afuera y no quiero llegar tarde-le miente tratando de sonreírle.

-Entonces vete. Ya se lo digo yo a David.

Tom sale corriendo en cuanto suelta a Gustav. No sabe que hará para encontrar a una chica dispuesta a acostarse con él, pero luego lo piensa mejor. Sabe que en cuanto salga habrá cientos de ellas esperándole afuera, y ninguna podría negarse.


Bill vuelve a la sala al cabo de madia hora. Ve que en ella están todos menos su hermano. Piensa que lo más seguro es que se haya escondido de él, como hace últimamente pensando que él no se da cuenta.

-¿Estás bien? Llevabas mucho tiempo en el baño-le pregunta Gustav con preocupación.

-Estaba lavándome la cara. ¿Y Tom?

-Por poco no le pillas. Se ha ido hace 10 minutos, por lo visto tenía prisa-le dice guiñándole un ojo.

-¿Ha quedado con alguien? ¿Con una chica?-le pregunta con miedo.

-Eso me ha dicho. ¿Con quien va a quedar a estas horas de la noche si no es con una chica?

Bill vuelve a salir de la sala. Llega al baño deprisa y se dobla en dos por la arcada que le sacude el cuerpo. Comienza a vomitar en el water, echando fuera todo su dolor y su tristeza. Cuando termina tira de la cadena y se mira en el espejo. Tiene la cara llena de sudor, pero también de lágrimas.

Sabe que su hermano tiene el derecho de estar con quien quiere, pero el oír que está con una chica, precisamente ese día, le ha revuelto el estómago.

Pero es lógico que él no recuerde que fue ese mismo día pero un año atrás cuando se le acercó a sus labios para besarle tiernamente, y para luego ser humillado de la peor manera posible.

-¿Te encuentras bien?-le pregunta Gustav desde la puerta. Estaba preocupado por él y salió en su busca.

-Si, es que algo me ha sentado mal-le susurra mientras comienza a lavarse la cara otra vez.

-Se lo diré a David y nos iremos al hotel para que te recuperes.

Bill asiente con la cabeza mientras se la seca con una toalla, en la que vuelve a sollozar sin que nadie le oiga. Por mucho que vaya al hotel a recuperarse sabe que nunca lo va a lograr. Nunca se va a recuperar de todo el daño que le está haciendo su hermano.


Llegan al hotel y Gustav le acompaña hasta su habitación, para asegurarse de que todo está en orden. Mientras Bill se desviste para meterse en la cama Gustav llama al servicio de habitaciones para pedirle un té bien calentito.

Bill se mete en la cama y se tapa hasta arriba. Está temblando, pero no es de frío, sino por los nervios. Sabe que su hermano está fuera en busca de una chica que le haga compañía esa noche, que le ayude a olvidar lo monstruoso que es su hermano pequeño.

Llega el servicio de habitaciones y Gustav le acerca el té, dejándolo en la mesilla.

-Sabes que no me importa hacer esto, quedarme para cuidarte, pero el que tendría que estar aquí es tu hermano, y no por ahí con una chica estando tú mal.

-Déjalo, ya no me importa donde está o con quien. Eso se me pasaré algún día.

-Si, ya me había dicho Tom que os habíais distanciado un poco.

-¿Eso te ha dicho?-le pregunta con dolor en la voz. Sabe que es mentira, el único que se ha distanciado es su hermano. él sigue como siempre, a su lado, aunque él parece que no sé da ni cuenta.

-Bueno, son cosas vuestras y no me quiero meter en ellas. Procura descansar y tómate el té antes de que se enfríe.

Sale de la habitación, dejándole a solas con sus pensamientos. No tiene fuerzas para levantarse y tomar el té, pero con un último esfuerzo lo consigue. Se sienta en la cama y comienza a tomárselo muy despacio.

En el pasillo Gustav se encuentra con Tom. Está saliendo del ascensor con una chica muy guapa entre sus brazos. Se fija que es morena, y eso le parece raro. A él siempre le han gustado las chicas rubias, ¿por qué le ha dado ahora por las morenas?

-Buenas noches, pareja-les saluda cuando llegan a su altura.

-¿Vienes de la habitación de Bill?-le pregunta Tom extrañado.

-Sí, se puso malo al poco de irte tú y le he estado ayudando a acostarse. No te preocupes que no es nada. Tú pásalo bien.

Los deja solos y se va a su habitación.

Tom se queda parado en el pasillo. Hay una frase de Gustav que todavía resuena en su cabeza. Se ha puesto malo en cuanto él se fue. ¿Qué le puede haber pasado?

-¿Vamos a tu habitación o lo hacemos en el pasillo?-le dice la chica riéndose.

Tom la acompaña hasta su habitación y nada más cerrarse la puerta ya se le ha lanzado al cuello mientras le besa con pasión.

…l intenta concentrarse en el beso, pero la imagen de su hermano llorando después de darle el suyo sigue flotando en su mente. Tiene que sacarse esa idea de la cabeza. Y rezando para no ser brusco con la chica la agarra fuertemente y la tira sobre la cama.

Con sus manos comienza a desnudarla mientras la besa con mucha furia, introduciendo su lengua en su boca haciéndola gemir de dolor.

Cuando ha acabado de desnudarla hasta dejarla en ropa interior él comienza a hacer lo mismo ayudado por ella.

-Pues si que tienes prisa-le dice riéndose muy alto.

Tom le pone una mano en la boca. Sabe que la habitación de su hermano es la de al lado y no quiere que la oiga.

-No digas nada-le dice quitándole la mano-solo vamos a hacerlo de una vez, sin hablar.

La chica asiente sonriendo y se deja llevar cuando Tom ya desnudo del todo comienza a quitarle el tanga. Se echa encima de ella y comienza a besarla con furia, pero nunca con pasión o ternura.

Entonces comienza a introducirse lentamente dentro de ella, y luego más deprisa. Quiere que esto acabe de una vez, sentirse bien por una noche en la que no tenga que pensar que su hermano está en la otra habitación llorando por él.

Cuando nota que se va a correr cierra los ojos y se derrama en ella controlándose por gemir muy bajito, pues mientras lo está haciendo la cara de su hermano ha aparecido ante él, sonriéndole como lo hacía antes, con toda su felicidad llenando esa sonrisa.

Termina y cae exhausto encima de ella, que empujándole hacia un lado sale de debajo de él un poco enfadada.

-Todo ha sido muy rápido, y ni siquiera te has puesto un condón-le dice enfadada empezando a vestirse.

Tom abre los ojos de golpe. Con las prisas que tenía se le había olvidado lo más importante.

-Quita esa cara de susto, tonto-le dice la chica más calmada-estoy tomando la píldora y es imposible que me hayas dejado embarazada. Pero te podías haber molestado un poco y no ponerte a hacerlo con tanta prisa.

-Perdona, es que lo necesitaba urgentemente.

La chica se acerca a él ya vestida del todo y le da un beso en los labios.

-Ha estado bien, no sufras por ello. Nos vemos.

Y sale de la habitación dejándole solo.

Pero no está solo. En la habitación de al lado había una persona que se ha convertido en testigo silencioso de su acto de amor.

Bill estaba sentado en la cama tomándose el té cuando ha oído que la puerta de al lado se cerraba de golpe. Sabe que es su hermano, y que no está solo. Quiere irse de ahí, taparse los oídos por lo que pueda escuchar a continuación.

Pero su cuerpo se niega a obedecerle. Se queda allí sentado, oyendo como la chica le dice algo gracioso que hace que se ría en alto. Luego hay un rato de silencio y oye la voz de su hermano ordenándola que no hable.

Sabe que lo ha hecho porque él está al lado, y que es probable que lo oiga todo.

Luego oye como la cama chirría con cada embestida de su hermano, hasta que un gemido de su hermano la cosa termina.

Es entonces cuando se da cuenta de que está llorando, que no ha parado de llorar en todo el rato.

Se echa en la cama y se tapa la cabeza con la almohada para que no se le escape ningún sollozo. Y se va quedando dormido poco a poco, llorando por lo que acaba de perder del todo.

Tom se levanta, se viste y se acerca al minibar a por unas cervezas que se va tomando muy deprisa tumbado en la cama. Quiere sacarse esa imagen de su hermano de la cabeza, pero no lo consigue por más cervezas que beba.


Bill está soñando. No es un sueño muy agradable, es casi una pesadilla.

Está reviviendo el momento en el que reunió todo el valor que pudo conseguir y se le acercó a su hermano para hacerle saber con un beso que le quería mucho, que le amaba. Pero la cara de su hermano se ha transformado de una expresión dulce a una cara de horror. No entiende como puede quererle de otra manera que no sea como la de hermanos. Le dice que eso no está bien, le aparta de su lado como si temiera que le contagiara.

…l solo puede hacer una cosa. Quedarse llorando amargamente mientras ve como su hermano huye de él. Quiere llamarle, pedirle a gritos que no se vaya de su lado, que no le abandone dejándole solo y abatido. Pero no le sale la voz. Coge aire y comienza a gritar.

-¡TOM!

Se despierta con la respiración agitada y empapado de sudor. Entonces se da cuenta de que solo ha sido una pesadilla, una más para añadir a su colección.

Se gira en la cama y comienza a llorar sin poder remediarlo. Quería llamar a su hermano en sueños, que le escuchara, pero no ha podido ser.

¿O sí le ha escuchado?

Tom se despierta cuando oye que le llaman. Ya no es sólo por el hecho de que le llamen, sino por el tono de voz que ha escuchado. Ha oído como una persona le llamaba con una voz cargada de tristeza, de angustia, de mucho dolor.

Y eso le ha llegado al fondo del corazón. Le ha hecho despertar unos sentimientos que por miedo nunca ha querido dejarlos salir, pero que esa noche han escuchado un grito de auxilio y han salido a ayudar.

Se levanta rápido de la cama y se dirige a la puerta interior que comunica su habitación con la de su hermano. Está candada por su lado, siempre lo ha estado.

Pero sabe con certeza que por el lado de Bill está abierta, siempre lo ha estado.

La abre y entra con sigilo en la habitación. Ve a su hermano en la cama, llorando como nunca le ha escuchado, y eso que han sido muchas veces.

Se acerca a la cama y sin pensárselo dos veces se tumba a su lado y se abraza a su cuerpo desde atrás, comenzando a llorar sobre su hombro.

Bill nota que alguien le abraza y se quiere soltar, pero lo hace con mucha fuerza y no le deja. También nota que está llorando sobre su hombro, estremeciendo su cuerpo con cada sollozo.

Lleva una mano hacia atrás y le toca la cara con ella, para darle un poco del consuelo que él siempre le ha negado.

-Lo siento-le dice Tom entre sollozos-lo hice para poder olvidarte, pero no lo he conseguido. Por más que me he querido alejar de ti para olvidarte, tu recuerdo me persigue a todos los lados. Te veo roto del dolor, por todo el daño que te he causado, por haberte roto el corazón en mil pedazos.

Bill no dice nada. No quiere interrumpirle por miedo a que sea otro sueño que se desvanezca en cuanto abra la boca.

Tom le gira entre sus brazos para dejarle frente a él. Le pasa una mano por los ojos y le quita todas las lágrimas que ha derramado por él. Se acerca y le deja un beso en cada ojo, para borrar el dolor de ellos.

-¿Qué puedo hacer para que me perdones?

-Solo hay una cosa, que quedó pendiente el año pasado. Me debes un beso.

Tom le pone una mano en el cuello y le acerca hasta sus labios, que posa ligeramente sobre los suyos, que le esperan entreabiertos. Comienza a basarle lentamente, quiere saborear todo lo que se ha estado perdiendo por negarse a dejar salir sus más hondos sentimientos.

Nota que la lengua de Bill le pide permiso para entrar en su boca, ya que la última vez fue expulsada de ella con fuerza. Ahora le deja el paso libre, deja que le llene y que le haga sentirse bien, pues sin él se ha encontrado vacío.

Las manos de Bill comienzan a subir por su cuerpo hasta su cuello, donde se agarran con fuerza para que no se vaya de su lado nunca más para que no le abandone dejándole hambriento como la última vez.

Tom gime contra su boca por las oleadas de placer que recorren su cuerpo. Se tumba encima de él para hacer el beso más profundo, sacando con cuidado su lengua de su boca para meter la suya ahora en la de Bill.

Le frota los dientes con fuerza, haciendo que Bill sonría de felicidad por primera vez en mucho tiempo. Comienza a jugar con su piercing y eso hace que Bill se estremezca bajo su cuerpo, gimiendo cada vez más lato en su boca hasta que ya no puede más y cerrando los ojos con fuerza nota como su cuerpo es recorrido por oleada de felicidad y auténtico placer.

Tom también las nota, nota como recorren el cuerpo de su hermano y se meten en el suyo a través de sus bocas unidas. Cierra los ojos también y se deja llevar.

Cuando deciden dar por finalizado el beso, comienzan a separarse lentamente.

Tom se le queda observando desde arriba. Nunca le había visto es expresión en su rostro, o al menos hacía mucho tiempo que no la veía. Es de auténtica felicidad, que ha sustituido el dolor que se había apoderado de su cara y de su corazón, y sobretodo de sus ojos, que ahora ya no lloran, están secos por primera vez en un año que ha sido muy largo y duro.

-¿Qué es lo que estás pensando?-le pregunta Bill.

-En lo idiota que he sido. Me he perdido todo esto por no querer reconocer que te quería de la misma manera que tú a mí. Y lo más importante, en todo el dolor que te he provocado. Huyendo de ti, alejándome de tu lado para poder olvidarte sin conseguirlo. Porque cada vez que conseguía distanciarme unos metros, tu llanto me atraía a tu lado como una sirena.

-Siento que te hayas sentido así por mi culpa, pero no lo podía remediar. Te veía alejarte de mí y eso era lo que más daño me hacía. Siempre hemos estado tan unidos y ahora nos estábamos alejando sin remedio.

-Pero eso ya se ha terminado. Nunca más volveremos a separarnos.

-¿Lo dices en serio?-le pregunta Bill con lágrimas en los ojos.

-Te lo prometo con todo mi corazón, que ahora te pertenece. Antes me alejaba para poder olvidarte. Ahora nunca te dejaré solo para poder recordarte de esta manera, feliz entre mis brazos.

Acerca sus labios a los suyos y comienzan a besarse con más pasión que antes.

Bill deja de llorar en cuanto comienza el beso. Sabe que nunca más lo volverá a hacer.

Porque su hermano le ha dicho que se va a quedar a su lado para siempre.

Porque le ha dicho lo mucho que le quiere.

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