A LA MAÑANA SIGUIENTE
Cuando Hao cruzó la puerta nadie se atrevió a decir ni una sola palabra, la sola mirada del Asakura los hizo sentir más miedo que el infierno mismo. Aunque era un misterio del porque el shaman de fuego estaba ardiendo de rabia, todos sabían que Yoh Asakura tenía algo que ver en todo esto, debido a que todas esas noches que Hao desaparecía sin decir palabra no era secreto que iba a verlo a él, y a decir verdad él era el único que podía causar ese tipo de reacciones en su señor, casi siempre regresaba de esos encuentros radiando de felicidad, y aunque no hablase de ello era notorio por la forma en que sonreía, una sonrisa honestamente feliz, incluso algunos de sus secuaces juraban haberlo oído tararear canciones de amor cuando creía que nadie lo veía, era por eso que este repentino enojo era aún más misterioso; hasta que alguien no muy convencido aún de lo que iba a preguntar se armó de todo su valor.
-… S-señor Hao… q-que…? -Salgan de aqui -q-qué?-TODOS FUERA DE AQUÍ!! - Rugió el shaman del fuego haciendo a todos correr por sus vidas tan lejos como se sintieran seguros.
Entonces estando solo, le dio un puñetazo a la pared tan fuerte que le hizo grietas, y empezaron a correr hilos de sangre por sus nudillos, pero la furia seguía ahí, seguía encerrada dentro de su pecho y el dolor de su cuerpo aún no era ni cercano al dolor de su corazón, se recargó en la pared y resbaló lentamente hasta sentarse en el piso dónde solo se abrazó a si mismo y hundió el rostro en sus rodillas, estaba furioso, por no poder detener las lágrimas que empezaban a recorrer su rostro, por dejar que Yoh Asakura le partiera el corazón como lo hizo, por no haber anticipado algo como esto cuando empezó a verse con él, se odió por ser tan débil, quería llorar hasta que pudiera sacarlo de sus pensamientos como si de una toxina se tratara pero cada lágrima solo lo hacía sentir peor.
-Señor Hao? - dijo una dulce vocecita
-LES DIJE QUE SE LARGARAN!!! - gritó exasperado sin levantar el rostro
-Qué le sucede, señor Hao? - dijo la tierna voz de Opacho que se había acercado hasta estar justo en frente
-déjame solo… - masculló lo suficientemente alto como para ser escuchado
-…de verdad quiere estar solo?
-…
El silencio reinó por un momento que parecía eterno, por alguna razón la pregunta resonó en lo más profundo de sus pensamientos, taladrando su mente hasta llegar a su corazón, cuando creyó encontrar una respuesta, levantó el rostro y las suaves manitas de Opacho comenzaron a secar sus lágrimas, y ya no fue necesario responder.
-Le dirá a Opacho lo que le pasó, señor Hao? - dijo con una inocente sonrisa, Hao ocultó la mitad de su rostro en sus rodillas y desvió la mirada.
-Yoh no me ama…
-Se lo dijo?
-Me lo demostró
-…cómo? - preguntó el pequeño confundido, haciendo que el otro se sonrojara
-…Pues, […] - Hao le explicó al pequeño lo que había pasado (sin entrar en detalles ;) )
-Pero porque no trata de aclarar las cosas?
-Porque en este momento no confío en las palabras de Yoh
-Y… porque no le pregunta al joven Lyzerg?
-No creo que sea buena idea… el inglés me odia a muerte… No es que no lo merezca, pero el jamás me ayudaría, además…
El Asakura calló por el dolor que le causaba pensar en la verdadera razón por la que no quería buscar al inglés, imágenes de Yoh y Lyzerg abrazados, besándose, haciendo el amor con la misma intensidad con la que ellos lo hacían, diciéndose lo mucho que… lo mucho que se amaban, recorrían intempestivamente en su mente lastimándolo en lo más profundo.
-Pero, vale la pena, no? - Como leyéndole la mente el pequeño habló.
-uh? - el mayor obviamente estaba confundido por lo que Opacho trataba de decirle
-vale la pena el riesgo de encontrar una verdad dolorosa, si también hay una posibilidad de conservar el amor del joven Yoh, no?
…Tenía razón… y él lo sabía, a veces hay que arriesgarte para poder ganar
-Tienes razón - dijo levantando el rostro
-señor Hao? - el pequeño estaba extrañado por el cambio de actitud del mayor, sobre todo cuando el otro se levantó.
-Gracias! - Hao levantó y abrazó a su amigo-señor? - Opacho no estaba seguro de lo que pasaba por la mente del Asakura
-Sé lo que tengo que hacer - dijo con una hermosa y alegre sonrisa-Pero no hay tiempo que perder
Mientras que afuera los hombres de Hao estaban con el oído pegado a la pared tratando escuchar lo que pasaba adentro, al ver que Opacho había decidido ir a hablar con él.
-Tú escuchas algo?
-No… no se escucha nada
-creen que Hao lo haya matado?
-No… creo
Cuando la puerta se abrió sorpresivamente, todos hicieron como si estuvieran buscando algo (en lugar de tratar de escuchar lo que pasaba en la habitación), Hao salió de la habitación corriendo.
-Señor Hao a donde va? - gritó uno de sus hombres
-A Inglaterra - dijo mientras subía a la mano del espíritu de fuego que recién aparecía y sin perder tiempo se alzó en vuelo como si fuera un jet.
-dijo…Inglaterra??
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Cuándo Yoh llegó a la pensión ese día, abrió la puerta con el mayor sigilo que pudo, quien sabe si sería para evitar que cierta rubia se despertará y le diera problemas para los que no estaba de humor o si sería por el extremo cansancio que le había provocado esa noche en vela; en cualquier caso, era muy tarde para la primera opción…
-YOH PORQUE RAYOS LLEGAS HASTA AHORA!!!! - Gritó la furiosa rubia
-… - En silencio Yoh se dirigió pesadamente a la habitación donde dormía, ignorándola por completo
-YOH TE HICE UNA PREGUNTA!!! - Ana alcanzó a Yoh y lo jaló del hombro para que la encarara - RESPONDE!!!
-Ana ahora no - dijo severamente mientras que la mirada que le lanzó a su “prometida” fue suficiente para callarla.
Sorprendida por la reacción del castaño ella no pudo hacer otra cosa sino quedarse viendo como Yoh se alejaba de ella (quizás en más de una forma).
-tonto… - susurró para sí misma antes de irse a dormir a otro cuarto, puesto que no había dormido nada por esperar a su “prometido”.
-Amo Yoh, dónde estuvo toda la noche? - apareció Amidamaru en la habitación en cuanto el castaño entró
-…En ninguna parte - dijo de manera casi inaudible mientras se derrumbaba en el futón que antes de salir en la noche no se había molestado en guardar.
-pero amo, la señorita Ana lo estuvo esperando…
-toda la noche; si, lo sé, vi las ojeras - interrumpió el joven sin tratar de prolongar la conversación.
-… - al ver la extraña actitud de su amo, Amidamaru pensó que quizás en cuanto durmiera un poco podría preguntarle lo que le pasaba, así que regresó a la tablilla budista en donde su espíritu reposaba.
Pasó casi una hora y Ana estaba profundamente dormida, pero Yoh se encontraba boca arriba con las ojeras sumamente marcadas viendo fijamente el techo; quería dormir, o mejor dicho quería despertar, quería que de un momento despertara de esa terrible pesadilla y se encontrara al lado de su querido pelilargo, pero eso no iba a pasar, y él lo sabía. Estaba furioso consigo mismo porque un error, su error lo había separado de la persona que amaba, quizás definitivamente, porque lo cierto es que Hao no es el tipo de persona que perdona a los demás y que pone la otra mejilla cuando recibe un golpe, es mas bien del tipo de persona que quema hasta las cenizas a los demás por considerarlos inútiles, y aunque eso hubiese cambiado mucho desde que habían empezado a verse, no era suficiente, e Yoh lo sabía.
-(“Pero que estúpido soy”)
Pensó el castaño, y se mortificaba pensando en como estaría Hao en esos momentos.
-(“Estará enojado?… apuesto a que sí, de seguro está quemando todo lo que se le atraviese”)
Por un momento pensó en Hao envuelto en llamas y destruyendo todo lo que veía; y eso hizo que un escalofrío le recorriera todo el cuerpo, pero entonces, inesperadamente y casi como un flash, pensó en Hao triste, llorando silenciosamente, sacudió la cabeza para tratar de dejar de pensar en ello, pero esas ideas seguían lloviendo sobre él, y se volvió mucho más doloroso pensar que lo había lastimado a pensar que lo había hecho enojar, hasta que se volvió insoportable. De un momento a otro, lo decidió; iría con Hao y le aclararía las cosas, como debió haberlo hecho antes, incluso antes de que este conflicto se desatara, se levantó de un salto y salió corriendo de la habitación, pero en la entrada principal lo detuvieron.
-Amo Yoh, ahora a dónde va? - preguntó su leal samurai
-Hice algo malo, pero lo voy a arreglar- dijo con una de sus típicas sonrisas, lo cual tranquilizó al samurai al verlo regresar a su acostumbrado carácter.
-Puedo ir con usted, amo?
-Tengo que hacer esto solo, además… necesito que vigiles de que Ana no vaya a buscarme o podría causarme serios problemas, ji ji – agregó pícaramente el castaño antes de salir corriendo.
Después de todo es lo único que se puede hacer ahora, no?, arriesgarse y esperar lo mejor, así es el amor