Por las oscuras calles de Tokio en un día de lluvia, un chico de cabellos castaños corría a toda prisa sin saber muy bien a donde iba hasta que de pronto se detuvo en una casa que se le hizo familiar. Se acercó y comenzó a tocar el timbre implorando que abrieran rápidamente la puerta.
Dentro de ella había un chico pelinegro que estaba sentado en un sofá viendo televisión. Se levantó a regañadientes de aquel lugar tan cómodo para ver quien tocaba el timbre tan insistentemente. En cuanto abrió la puerta sintió el peso de alguien caer en sus brazos.
- Uruha- gritó el pelinegro al ver que era su mejor amigo- Vamos despierta- tratando de que le hablara.
- ¿Aoi?- comenzando a despertarse el castaño algo desorientado- ¿Eres tú?
- Si… mira como estas. Será mejor que te cambiemos esa ropa si no queremos que enfermes.
Una vez que uruha tomara un baño y se pusiera ropa seca, la cual había sido escogida por aoi, se sentaron en el sofá que minutos antes había estado ocupando el pelinegro.
- Aoi… de verdad lamento mucho si te he molestado… es solo que…- susurro el castaño mirando un punto inexistente en el suelo comenzando a sollozar.
- Ya uru… cálmate… no te preocupes por eso. No me molesta que vengas y lo sabes- respondió aoi dulcemente acercándose y abrazando a uruha.
- Gracias…- dijo uruha correspondiendo a aquellos cálidos brazos que lo hacían sentir seguro- De verdad muchas gracias- comenzando a llorar.
Aoi solo le acariciaba la espalda tratando de que su amigo se calmara y acercándolo a más hacia su pecho sintiendo la agitada respiración del castaño que se iba haciendo mas pausada y tranquila conforme transcurría el tiempo.
Al ver que uruha ya no lloraba le observó el rostro y notó que éste dormía. Lo tomó entre sus brazos como pudo para que no se despertara y lo llevó a su habitación. Lo recostó suavemente notando como uruha se acomodaba entre las sábanas para obtener más calor.
No sabes como me duele verte sufrir de esta forma y lo impotente que me siento al no poder remediar aquella situación que estás pasando. Solo puedo hacer esto y nada más ya que no puedo entrometerme en asuntos que me prohíbes porque dices que son cosas entre tú y tu familia, pero aún así continuaré luchando para que puedas salir de aquella profundidad en la que te encuentras aunque demuestres lo contrario.
Pensando en esto y otras cosas más, aoi se acostó al lado de uruha quedando en la orilla para no despertarlo. De repente sintió como éste lo abrazaba por la espalda.
- ¿Uru?- preguntó aoi esperando una respuesta por parte del castaño. Al no tenerla se giró y vio como una solitaria lágrima surcaba por su rostro dormido. Le correspondió el abrazo brindándole protección y comenzando a acariciarle el cabello le susurró- Ya verás como todo se solucionará- a medida que caía en un profundo sueño.
~~~~~~~~~
- Maldición, solo a mi se me olvida cerrar las cortinas- se quejó aoi despertándose gracias a la molesta luz que entraba por la ventana de su habitación y que no le permitía conciliar el sueño nuevamente- Al parecer tendré que…- había comenzado a decir mientras se levantaba, pero detuvo todo movimiento observando a la persona que estaba a su lado.
Se quedó observando aquel rostro, deteniéndose en cada una de sus facciones sintiendo unas enormes ganas de besar aquellos labios que lo estaban comenzando a tentar. Lentamente se fue acercando, tomándolo con ambas manos por las mejillas. Solo los separaban unos centímetros cuando sintió la molesta melodía de su móvil haciendo que se alejara rápidamente para contestarlo diciendo mil y un maldiciones contra la persona que lo estaba llamando y que había interrumpido ese momento.
- Moshi moshi. ¿Aoi?- se escuchó del otro lado de la línea.
- ¿Quién mas va a ser si estás marcando mi número?- contestó enfadado el pelinegro- Baka.
- ¡No me llames baka! ¡Soy el gran takanori matsumoto para ti!- dijo con un tono de superioridad el menor.
- Discúlpeme su majestad por mi ignorancia. Le prometo que no volverá a suceder- respondió con un tono de total arrepentimiento siguiéndole el juego- ¿Se puede saber para que me llamas ruki?- pasando a uno mas serio.
- Ah cierto. Te llamaba para preguntarte porque aún no haz llegado. Si no te apresuras llegaras tarde a clases y te castigaran por el retraso. Solo faltan tú y shima.
- ¿Cuánto tiempo me queda?- preguntó preocupado el pelinegro.
- ¡Reita! ¡¿Cuánto falta para que comiencen las clases?!- gritó ruki a un chico rubio que se encontraba hablando con otro de cabello castaño oscuro en la otra parte del salón- Solo tienes quince minutos- respondió dirigiéndose nuevamente a aoi.
- ¡¿Qué?! ¡¿Solo quince minutos?!- se escuchó gritar a aoi por el teléfono haciendo que ruki se apartara aquel aparato de su oído- Gracias por llamarme. ¡Uruha levántate!- fue lo último que se escucho antes de que se cortase la comunicación.
- ¿Qué pasa chibi?- dijo reita con curiosidad poniendo una mano sobre la cabeza de ruki.
- Es solo que… ¿recuerdan el problema de uruha con su familia?- observando a ambos chicos.
- Si- asintió el chico de cabellos castaños- No me digas que…- sin terminar la frase al ser comprobadas sus sospechas.
- Si kai. En este momento está en la casa de aoi- respondiendo a la pregunta inconclusa de su amigo.
En la casa de aoi ~~~~~
- Vamos, vamos. Date prisa o no llegaremos- dijo aoi empujando a uruha fuera de la casa y cerrando la puerta con llave.
- Mmm… no quiero- contestó el castaño rodeando por la espalda el cuello de aoi con sus brazos y poniendo todo su peso sobre el cuerpo del pelinegro.
- No te pongas así que ya vamos tarde- se quejó aoi intentando no perder el equilibrio y terminar ambos en el suelo- Además, pesas mucho ¿sabes?
- Está bien, está bien, me salgo- el castaño salió de encima del pelinegro, lo tomó de la mano y comenzó a correr.
- ¿Se puede saber que haces ahora?- aoi se había sorprendido por la reacción de su amigo.
- Dijiste que íbamos tarde ¿no?- sin dejar de correr uruha le miró dedicándole una de sus mejores sonrisas a la que aoi respondió de la misma manera.
No importa cuanto me esfuerce en aparentar que no sucede nada y todo va bien. Tú eres el único que es capaz de ver a través de esa barrera que constantemente estoy formando. Realmente estoy muy agradecido de que siempre estés conmigo a pesar de las molestias que te causo con mis repentinas apariciones en tu casa. Sé que no te disgusta, al contrario, me cuidas como si me fuera a romper y siempre estás pendiente de que no me haga daño.
Uruha estaba tan sumergido en estos pensamientos que no se dio cuenta de que habían llegado al instituto. Solo sintió que alguien lo jalaba de la mano haciéndolo volver a la realidad.
- ¿Me escuchaste?- preguntó aoi mirando de frente a uruha.
- ¿Eh? ¿Qué cosa? Lo siento mucho, no te estaba escuchando- uruha bajó su mirada totalmente arrepentido de no haber oído ninguna de las cosas que su amigo le decía.
- Ya me di cuenta- el pelinegro lanzó un suspiro- Te decía que…- le toma el rostro entre sus manos y le levanta la mirada- ...será mejor que nos saltemos la primera hora si no queremos que el profesor nos regañe.
- Tienes razón- contestó uruha sonriendo.
Ambos se dirigieron a las escaleras que los conducía a la azotea y comenzaron a subir.
- Shiroyama-san, takashima-san…
Continuará~~~~~~