Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Pensando en Ti. por chibiichigo

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola!!!!!! espero que les guste. Es mi segundo One-shot de gravitation.

Notas del capitulo: Espero que les guste. Es un relato hecho en primera persona.

Fue cuando ella miró de reojo y lo vio parado junto al poste, escondido entre la bruma de sus pensamientos…

Maldita sea. Creo que todo lo que escribo parece más creado por un amateur que por un profesional. Simplemente no me siento del todo bien como para escribir, pero la estúpida fecha de entrega se avecina y si no le doy algo al editor, por más basura que sea, seguramente me buscará bronca.

-Maldita sea. Necesito una cerveza…- me digo a mi mismo. No hay nadie en casa, lo cual en circunstancias normales me parecería perfecto para desempeñar mi trabajo. Sin embargo hoy me siento ligeramente…solitario. Es la tercera noche que ese enano parlanchín está de gira, y la perspectiva de que vaya a durar todavía un fin de semana me molesta mucho.

No es que no lo quiera tener lejos de vez en cuando. Siempre está hablando de mil cosas e inclusive he pensado en ocasiones que el chico no necesita respirar para continuar con su perorata. Pero… cuando no está por aquí rondando, u observándome en silencio durante horas mientras escribo siento que algo me faltara.

Sumergido en estos pensamientos acerca de mi actual pareja camino hacia la cocina. El suelo está frio y eso me genera una sensación desagradable. No hay nada tirado, o fuera de su lugar. Eso me provocaría un alivio pero en cierta forma extraño molestar a Shu y reñirlo por las cosas que hace o dice, sobretodo al dejar las cosas esparcidas por el piso de la casa. Me encanta ver su gesto de enfado antes de comenzar a reclamarme o a llamarme “arrogante” “egoísta” o “inconsciente” según se presente la oportunidad. Amo cada una de esas peleas… amo la forma en que se disculpa aun a sabiendas de que el error fue mío.

La casa no es lo mismo sin él. No importa cuántas luces tenga encendidas esta maldita casa no brilla igual sin su presencia. Creo que incluso lo extraño… más de lo que me gustaría admitir.

Abro la puerta del refrigerador, plagado de cervezas y una caja medio vacía con leche que quien sabe desde cuando esté ahí. Creo que debería hacer las compras antes de que mi pelirrosa regrese de la gira o seguro me va a regañar diciéndome que soy un borracho y que solo destruyo mi hígado al estar bebiéndome la cerveza como si fuera agua.

La abro y comienzo a beberla, imaginando y asimilando cada una de las expresiones y gestos que hace mientras mueve el dedo creyendo que me interesa lo que diga. Posteriormente le diría algo hiriente o simplemente lo dejaría pasar… dependiendo de la ocasión.

Regreso al estudio. No he dormido más que un par de horas desde que se despidió, prometiendo que regresaría en cuanto le fuera posible. Me dijo que no lo extrañara demasiado. Lo golpee ante ese comentario, aun sabiendo que lo haría. Creo que fue por ese conocimiento previo que lo golpee. Odio que me haga ver lo mucho que alegra mi día.

El techo se volvió momentáneamente el único receptor de mi conflictuada mente. Me pregunto cuál es el motivo por el que nunca le digo que lo quiero o que me hace bien que esté cerca de mí. Simplemente llego a la conclusión de que no es propio de mí tener esa clase de actitudes estúpidas con los demás. Yo prefiero expresarle mi cariño en otras formas, que solamente él parece comprender después de mucho tiempo de ser mi pareja.

-¿Qué grado de complejidad tiene decir “te amo”?- me pregunto en voz alta. Espero que alguien me conteste aun sabiendo que eso es imposible. Posiblemente debería decirle más a menudo esas palabras que parece desear con tanto ahínco. Incluso pienso de vez en cuando que su única meta es conseguir arrancar esas efimeras palabras de mi boca. Sin duda lo consideraría el triunfo más grande de su vida.

Me pongo a mirar fijamente la pantalla del ordenador, como si este me pudiera traer las respuestas que necesito. Evidentemente no me dice nada. Me siento muy estúpido por estar pensando en tonterías cuando debería estar trabajando en algo para entregar a la editorial.

No hay inspiración. Posiblemente logre ordenar mis ideas con un cigarrillo. Siempre logro tranquilizarme y enfocarme con un poco de nicotina en el cuerpo.

Busco la infeliz cajetilla en la oscuridad de la habitación, únicamente iluminada por la luz de la pantalla. ¿Dónde está la maldita cajetilla? La veo enterrada entre un montón de papeles que forman parte de la estúpida novela… No hay nada. Ni uno solo...

Malditos cigarros.

Puedo ver claramente a Shuichi diciéndome vicioso, y desencadenando así una pelea nuevamente. Sonrío ante la visión de ese chico que me ama a todas voces, esperando la más mínima muestra de reciprocidad en mi mirada. En verdad comienzo a echar en falta su chillona vocecita reclamándome alguna cosa irrelevante y estupida.

Salgo de la casa. Necesito pensar claramente y aparentemente en esa casa no lo conseguiré por ver a mi amante en cada maldito rincón, recordándome con su ausencia que no todo lo puedo tener.

Me molesta saber que no puedo tenerlo todo.

Toda mi vida hice lo que quise. Siempre he tenido lo que quiero… me frustra saber que después de todo, aunque no lo parezca, Shu tiene una vida fuera de la disquera y de la casa. En esos momentos está en solo Dios sabe donde cantando y animando a una horda de chicas que corean y ríen y aplauden como enfermas con todo lo que él dice, asó sea el comentario más simple.

Odio a Tohma por haberlo enviado a ese lugar con las chicas coristas…maldito sea mi cuñado.

Diviso la tienda en el horizonte. Me acercó casi a zancadas al lugar. Mi cuerpo requiere nicotina y alguna bebida energetizante para poder trabajar en algo medianamente bueno. La maldita tienda está cerrada. ¿Por qué una tienda de veinticuatro horas está cerrada? Eso es publicidad engañosa.

Tengo dos opciones… buscar otra tienda o saquear esta. Creo que tomaré la primera por ser ligeramente más legal. ¿Qué hora es? Creo que es la primera vez que reparo en el reloj en lo que va de la noche.

Las dos y media de la mañana.

Creo que tendré que esperar hasta que amanezca para satisfacer esta necesidad por un maldito cigarro. No entiendo porque pero a mi cabeza sigue acudiendo la imagen del vocalista favorito de Japón, y no me refiero al psicópata del conejo que tiene vuelto loco a mi inútil hermano e incluso, para mi disgusto, a mi novio. Me refiero a Shindou Shuichi… mi vocalista sin talento a quien amo pero no le puedo decir. Eso es patético.

Regreso a casa molesto. Quiero un cigarro y la tienda está cerrada. Tengo que trabajar y no consigo enfocarme en lo que necesito. Ni una maldita cerveza me puedo tomar en santa calma porque comienzo a imaginarme lo que me diría el enanito de cabello rosa al respecto.

Extraño pelear con él… y por algún extraño motivo puedo jurar que él tuvo algo que ver con la extraña desaparición de las cajetillas que tenía guardadas en el cajón en caso de emergencias.

Miro en dirección al teléfono. El maldito aparato me ve desafiantemente. Me está retando a hablarle al celular al dueño de los ojos violetas que no me ha dejado descansar ni pensar con normalidad desde su partida.

Que largos se vuelven los días cuando no tengo a nadie molestándome…

El teléfono me ganó esa lucha a muerte y decido marcar el número. Rezo porque no lo haya apagado. Creo que necesito escuchar su voz más que una cerveza o que un cigarro. Necesito abrazarme a la idea de estar con él y que él me necesita y me echa de menos tanto como yo a él…

Comienza a dar el tono de entrada.

-Bueno…- atiende emocionado. Quisiera decirle que lo extraño y necesito que vuelva. Pero… me conozco y sé que no lo haría ni aunque mi vida dependiera de eso.

-Animal. Tú escondiste mis cigarros.- reclamo. Quiero pelearme con él desde el otro extremo de Japón.

-Si. Te dije que no me gusta que fumes porque eso le hace mal a tus pulmones-se defiende levantando el tono de voz. Suena triunfante y su elevado volumen hace que me tenga que separar el auricular.

Perfecto. Justo lo que necesito para sentirme mejor.

-Son mis malditos pulmones. Yo hago lo que se me antoje con ellos.- refuto, sin disimular la sonrisa que se está formando en mi cara. El, evidentemente, no puede ver lo feliz que me hace escucharlo.

-Pero no quiero que te pase nada. Eres un desconsiderado. Infeliz.

-Me las pagaras al volver, maldito enano falto de talento.- digo listo para colgar.

-Yuki…-me llama. Yo solamente emito un sonido que le da la señal de que lo estoy escuchando.- yo también te extraño.

Colgamos casi al mismo tiempo.

Me siento… ni siquiera tengo un término para explicar cómo me siento. Creo que la palabra que abarca mi sentir es “completo”. Me siento completo después de esa pequeña pelea por teléfono.

Hay que aceptarlo… solo Shuichi sabe reconocer un “te extraño” escondido en el reclamo más simple. Creo que eso es lo que lo hace tan especial y logra que me guste estar con él. Eso es lo que me hace amarlo…

 

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado este fic. Me gustaría leer lo que opinan acerca de esta pequeña historia.

Me encantaría que me dejaran un review. Para mi es importante saber lo que piensan de esto.

Además que esta es una serie que cambio mi vida y quiero saber si me quedó como yo esperaba. Interiorizando en verdad en Eiri (ojala y si)

Besos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).