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Cumpleaños por Neko_of_Scorpius

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Notas del capitulo:

La pareja es Death Mask x Camus

Todos sabemos, aunque más de una desearíamos que no fuera así, que Saint Seiya, sería de Masami Kurumada 

Death Mask de Cáncer, despiadado, sádico, malhumorado, malvado…todo eso y más para algunos.

Death Mask de Cáncer, amable, cariñoso, pasional, cuidadoso….para Camus.

Camus había conocido una faceta de Death que nadie conocía, una faceta que le gustaba que sacara cuando estaban solos, y comprendía que frente a los demás no la sacase porque “había una reputación que mantener”

Para muchos, Camus de Acuario era un ser frío y sin emociones, amargado y desatento, pero para Cáncer, era cálido, con muchas cosas buenas que demostrar, atento y con una sonrisa bellísima, eso sin quitar el hecho de lo atractivo que era.

Unas faceta que no nunca habían sido descubiertas, algo en común que atraía a ambos caballeros, poco a poco cada día, primero hablaban de cualquier cosa, descubriendo que tenían muchas cosas en común, por ejemplo el gusto por el dibujo, Death era muy bueno en plasmar lugares, mientras que a Camus le encantaba dibujar personas, por eso muchas veces se encerraban en el templo de Cáncer a terminar algunos bocetos, entre risas y algún que otro comentario amistoso; otro gusto era la cocina, a ambos les fascinaba pasarse horas y horas cocinando sin inmutarse, y probar un platillo del otro los atraía como la miel a las abejas.

Fue entonces que Camus se le declaro y Death tuvo que aceptar que había sido una manera, dulce y divertida de hacerlo.

Flash Back

28 de Mayo

La luz vespertina entraba por la ventana de la cocina de Cáncer, Camus le había propuesto hacer un pastel porque el cumpleaños de Saga y Kanon se acercaba y podría hacer dos pasteles.

Habían estado la tarde entera haciendo la masa y poniéndole los ajustes necesarios.

Con merengue habían puesto encima de todo, entre las fresas y la nata: “Feliz cumpleaños, gemelo malvado”

Había sobrado masa suficiente para hacer otro pastel, más pequeño, pero uno y Camus en lo que Death acomodaba todo en la nevera, para que cupiesen los dos pasteles, había estado dándole forma en el horno, que soltaba un dulce olorcito.

 -¿Qué haces, Camus?-pregunto el peliazulado sonriendo mientras intentaba ver.

-Espera y verás, cangrejo-le susurró al oído, como nunca  nadie había hecho.

Death lo dejó por la paz, el aliento de Camus rozando su cuello, pues el acuariano era más bajito que él, le había puesto placenteramente nervioso.

Camus rió bajito, como un niño que hace una travesura y entonces el horno emitió un suave pitido, el pastel estaba listo.

Con cuidado lo sacó y lo puso sobre la mesa, decorándolo con Cáncer intentando ver. Sonrió al ver el resultado:

La tarta, con nata y una fresa en el centro, llevaba escrito un mensaje: “Te quiero, DM”

Camus lo cogió y se acercó al cangrejo, dándole un suave golpe en la pantorrilla para que se girara, pero se giró demasiado y tiro el pastel al suelo, junto con Camus, que termino embarrado con la nata y la masa.

El cuarto custodio solo pudo reír ante la cara de resignación del pelirrojo.

-Lo siento, Camus-se disculpó cuando las risas se apagaron-pero me dio mucha gracia.

Lo ayudó a levantarse, aun a riesgo de mancharse él también con la nata y demás.

-No pasa nada, pero mi declaración se fue al traste.

-¿Decla…ración?-un sonrojo cubrió las mejillas de ambos, Camus desvió la mirada al suelo, encontrando más interesantes sus pies que a Death, quien solo siguió mirándolo.

Cansado del silencio, el italiano levanto con suavidad el rostro del galo, limpiando un poco de nata, llevándola a su boca.

-Camus, dímelo-pidió-¿Te da miedo? ¿Al guardián de la Casa de Acuario?

-La palabra no es miedo, sino vergüenza.-el sonrojo del pelirrojo se acentuó más.

-Venga, te reto a que me lo digas-retó con voz socarrona, mientras temblaba por dentro de los nervios.

-TequieroDeathMaskdeCáncer-la voz le había traicionado y lo había dicho todo de tirón, de tal manera que no se la había entendido nada.

-Vale-dijo Death-parece que te sabes mi nombre, porque es lo único que he entendido.

Una sonrisa adornaba el rostro moreno del cangrejo, pero no era una sonrisa socarrona ni malvada, como las que solía tener, si no una sonrisa de verdad, una nacida de la alegría, una que dio confianzas a Camus para intentar de nuevo declararse.

-Death Mask de Cáncer, te quiero-respiró cerrando los ojos, esperando quizás un golpe.

Pero el golpe nunca llegó, el acuariano solo sintió como era atraído y abrazado por su compañero.

-Yo también te quiero, congeladora-musitó-Pero como esto salga te aquí, te vas al Hades enseguida. Y no me refiero a nuestra relación, si no a la cocina y al hecho de haberte dicho que te quiero.

Sellaron el pacto con un beso, el beso que seguiría a muchos otros.

Fin Flash Back

Los días siguieron a ese muy rápido, se la pasaban bien juntos, nunca había sido mejor.

El cumpleaños de Death Mask se acercaba con rapidez, y Camus ya preparaba su regalo, sonrisa en labios. Sabía que el cuarto guardián no celebraría nada, pero el galo le daría su regalo.

Pero el destino es cruel, y un pequeño error puede ser fatal.

Shion había enviado a Camus a una misión, supuestamente llegaría tres días antes del veinticuatro de Junio, y Cáncer lo esperaba para cenar.

Camus no llegó ese día. Ni el siguiente. Shaka y Mu salieron a buscarlo, lo encontraron debajo de un gran desprendimiento de tierra. Las autoridades habían intentado sacarlo, pero era imposible, y sobre él había puesto una tienda de campaña donde era atendido día y noche.

No se lo creyeron.

Camus con sus poderes podría haber salido de ahí enseguida, pero no podía hacer nada, a causa de que se encontraba en estado de inconsciencia y con una fiebre altísima.

Cuando preguntaron a que se debía la fiebre, las enfermeras dijeron que posiblemente el azufre de la montaña había comenzado a penetrar en el flujo sanguíneo por alguna herida que no podían tratar.

Mu les pidió que salieran, que ellos se ocuparían del resto. Las enfermeras salieron y Mu, con su telequinesia pudo levantar las rocas y la tierra, Shaka, con una celeridad clave sacó el cuerpo de Camus, las piernas estaban heridas, pero no serían de preocupación. Aries los teletransportó hasta el Santuario, donde fueron recibidos por todos.

Saga llevo con su Otra Dimensión al acuariano al Sanatorio que se encontraba tras el palacio de Atenea.

Y fue en ese momento, que Death Mask sintió el mundo desaparecer, el diagnostico fue claro: “Envenenamiento por azufre. Solo le queda un día o dos”

Y en ese momento, en el momento en el que más necesitaba a Aioria, este estaba de misión en China.

Desde el momento en el que terminaron con Camus, el italiano no se había despegado de su lado, le susurraba palabras de ánimo para que se recuperara, para que abriese sus hermosos ojos, para que le diera una bella sonrisa, para que lo besase, y por muy asombroso que fuera para muchos, las lagrimas rodaban por las mejillas de Cáncer, sin que este hiciera nada por retenerlas.

Shaka intentó consolarlo, pero no pudo hacer nada más que apoyar una mano en el hombro y murmurar un triste “se recuperará”

Fuera los demás dorados esperaban, y asaltaron a Shaka a preguntas en cuanto salió.

-¿Cómo están?-la pregunta de Afrodita sorprendió a todos, y era cierto, ya no tenia sentido preguntar solo por Camus.

-Ambos mueren.-fue lo único que acertó a decir el rubio antes de sentarse en la silla más cercana-Camus se apaga por el veneno, y Death se apaga de dolor.

-Es más duro si además es el día de su cumpleaños-Shura estaba de pie junto a la puerta, con los ojos cerrados-Supongo que ambos esperaban pasarlo juntos.

-Death Mask preparó una cena para él y Camus el día, en el que supuestamente, iba a volver.-murmuró Aldebarán-Cuando pase por su templo pude oler la lasaña.

Dentro Death Mask, acariciaba los cabellos rojos como el fuego de su novio, mientras por dentro moría al ver como la vida de Camus se apagaba como una llama frente al viento.

-No puedes morirte, Camus-murmuró quitando algunos mechones pegado a su frente-Me prometiste que nunca me abandonarías.

Flash Back

Ese día, Camus pretendía algo y Death podía verlo en su traviesa sonrisa.

Después de la cena en Acuario, Camus se había sentado en su regazo y acariciaba sus cabellos con mimo, mientras el olía el suave perfume que llevaba ese día su amado.

-Hoy quiero ir arriba-fue lo único que dijo, antes de besar suavemente los labios del peliazulado que se había quedado, literalmente, paralizado.

-¿Cómo?

-Es que siempre eres tu y hoy quería ser yo-el galo puso una mirada de cordero degollado a la que no podía resistirse.

-Si me haces un poquito de dolor me lo cobraré-fue lo único que respondió antes de besarlo.

Y así, entre un juego de caricias y besos, llegaron al dormitorio, las caricias se fueron haciendo más atrevidas, pero antes de llegar al momento que Camus esperaba, Death lo detuvo y lo puso a su altura.

-Prométeme que no me harás daño.-pidió.

-Claro que no te voy a hacer daño, DM.

-No me refiero a eso-negó cerrándolo los ojos, sintiéndose de repente vulnerable-Promete que no me dejaras, que no me romperás el corazón, Camus. No podría resistirlo.

-Estaré contigo para siempre, Death, ahora, mañana y siempre-selló el momento con un beso suave.

Y Death pudo respirar tranquilo, porque Camus se lo había prometido, no le haría daño.

Fin Flash Back

-Y ahora me estoy muriendo, Camus-siguió-Porque tú también te mueres.

Enterró su rostro entre sus brazos, mientras una de sus manos agarraba la de Camus. Su llanto se intensificó.

-Camus, de verás te necesito, no sabes como, mi vida-levantó la mirada encontrándose con que su amado hielo respiraba débilmente-Te amo, dulzura, por favor resiste hasta que Aioria vuelva y te cure.

Apretó un poco su mano, sintiéndola fría, más fría que de costumbre.

-Si ese intento de minino no vuelve a la de ya, se irá a disculpar contigo allá donde tu estés-prometió-Aunque no creo que pueda llevarlo al cielo, porque tu, sinceramente, estando conmigo te has ganado el cielo, si es que no lo tenías ganado desde el día en que naciste.

Fuera, Mu llegaba con un asustado Aioria, que, cuando le dijeron que uno de sus compañeros moría se imaginaba a su Milo, convaleciente, en una cama sin apenas poder respirar.

-Milo, mi cielo, menos mal que estás bien-murmuró besando los carnosos labios de un escorpión que apenas se creía que su novio, estando un compañero a punto de fallecer, lo saludara a él.

-Hazme el favor, Aioria, de entrar en esa habitación y curar a Camus-pidió susurrando, mientras en su frente se comenzaba a hinchar una vena-O antes de que cante un gallo te dejo sin honores.

Fue entonces que Aioria se puso serio, no porque se quedase sin honores, si no porque si Camus estaba dentro, Death Mask también.

-Acompáñame y separa a Death, si no me golpeara tan fuerte, que en vez de Camus, el fallecido seré yo.

El chiste fue bastante mal aceptado, porque las miradas matadoras de los demás, si fuesen dagas, lo hubiesen dejado fulminado.

Pero el pobre griego tenía razón, Death Mask podría golpearlo si fuese él el que intentase separarlo de Camus.

Abrieron la puerta y Death estaba sentado en la orilla de la cama, acariciando las facciones del acuariano que intentaba respirar, las cristalinas compañeras de Cáncer parecían no querer dejar de brotar de sus ojos azules, que poco a poco se iban apagando.

-Death, acompáñame fuera-Pidió el escorpión con una sonrisa amable-Aioria va a curar a Camus.

Pero el peliazulado solo se retiro hasta la pared opuesta a la cama, dejando espacio para que Aioria pudiese realizar el milagro de devolverle a su amado niño.

Por otra parte el león dorado levanto al acuariano y lo abrazó, encendiendo su cosmos dorado, atravesando con él el cuerpo del galo, calentándolo poco a poco, instándolo a abrir los ojos, eliminando todas y cada una de las partículas venenosas que había en su cuerpo. Pero se agotaba y Camus todavía no despertaba, tenía demasiado veneno en su cuerpo. No podría ayudarlo mucho más.

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-¿Qué regalo te gusto más, Death?

-El de Aioria y Milo.

-¿Y por qué el de ellos?-dijo la persona entre sus brazos, si solo es un cangrejo horrible y un libro para como cuidarlo.

-Ese no, tonto.-murmuró posando sus labios sobre su cabeza-Me devolvieron al amor de mi vida.

Camus sonrió, aspirando el perfume de su cangrejo, a veces era tan dulce.

-Hoy voy arriba-murmuró el acuariano besando al italiano.

Si ese era el deseo de Camus, él, Death Mask de Cáncer, lo cumpliría gustoso.

-Este fue el cumpleaños más angustiante que he tenido nunca, Camus-su novio lo miró interrogativo-Porque creía que te perdería para siempre.

 

Ya había pasado más de una semana desde ese día, y siempre agradecería a Milo por dejarle a Aioria usar parte de su energía para poder curar a Camus, si no, Death nunca hubiese podido volver a ver los zafiros de Camus.


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