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Alma de niño por Karura

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Notas del capitulo:

¡Hola!

¿Cómo están? Espero que bien, por fin he terminado los condenados exámenes semestrales del instituto y ahora podré dar rienda suelta a mi imaginación, bueno ya tuve mi momento de inspiración hace 3 días así que aquí les dejo un nuevo capi… que lo disfruten, tengan de preferencia música lenta, romántica y triste para ambientar ^-^.

 

“Muriendo en vida”

 

Esta historia está basada en gravitation y tanto la serie como sus personajes son propiedad de su autora Maki Murakami, algunos personajes nuevos son creación mía, recomendación: pongan música para ambientar los fics...

 

 

Aquí estoy, con el alma casi vacía de tanto llorar, como si la tierra y el cielo ya no existieran para mi... ya nada tiene sentido, pensé que él viviría feliz en Inglaterra... que lograría olvidarme, pero él... de verdad me amaba tanto que no pudo seguir sin mi... no tuvo el valor de hacerlo.......... yo ahora... tampoco puedo...

 

-“¡Ryu-chan por favor sea lo que sea que estés planeando hacer detente ahora!!!”-escucho que golpean la puerta con sus puños... lo siento chicos ya he tomado una decisión... estoy mojado de la cabeza a los pies, llueve tanto aquí afuera, siento el frío calándome los huesos y la ciudad imponente frente a mi... entiéndanme... en un día como este... lo único que quiero es estar contigo Rumi-chan.- miró con nostalgia los rascacielos y dio una última mirada hacia sus recuerdos…

 

 

* * *

 

 

Había pasado casi otro año desde que lo alejaron del amor de su vida, los días eran fríos en Inglaterra, la gente también lo era... su alma estaba muriendo sin el cantante y aún el consuelo de escucharlo en el CD que reproducía el aparato portátil le traía dolor... cada noche era igual, el pequeño lloraba bajo las sábanas desconsolado recordando el surco de caricias que Ryuichi Sakuma había dejado en su cuerpo.

 

Durante el día asistía a una escuela privada donde nadie parecía interesado en hablarle y cada vez que se acercaba a alguien lo marginaban por ser “amarillo”, por ser una mezcla de razas mal unidas... sus padres adoptivos sinceramente eran un par de desconocidos que trataban de moldear su carácter ya construido como si fuera una rama torcida que debe ser amarrada para estabilizarse, pero ese ser había nacido para desbordar energía, para vivir intensamente cada momento de su vida, no para contenerla dentro de su cuerpo marchitándose cual flor en pleno invierno...

 

 

* * *

 

 

Mientras que en Japón, Sakuma había caído en una depresión severa: cantaba, bailaba y reía, pero el brillo en sus ojos se había extinguido... solo se dedicaba a fingir felicidad en compañía del conejo rosa al que no soltaba ni para ir al baño, sin embargo al llegar a su vacío departamento se tiraba sobre la cama atragantándose con las lágrimas que vertía por su ansiado niño ¿como pudo enamorarse así de ese muchachito? ¿Como pudo ese pelirrojo cambiarlo tanto, a él, que no se dejaba dominar por nadie?

 

Antes en su camino a la adultez había conocido tanto a hombres como a mujeres que debido al carácter tan difícil, altanero y calculador que tenía ni siquiera aguantaban una semana, por lo que jamás en su vida había tenido algo serio con alguien, todo había sido superficial... todo vacío, pero entonces llegó Rumiwa con su alegría inigualable contagiándolo todo desde lo más profundo, devolviéndole la chispa de vida que había perdido... y que ahora volvía a perder.

 

Caminó hasta la mesita en la que había dejado la correspondencia de sus fans... de pronto... una le llamó bastante la atención.

 

Rumiwa Ashrey Greenfalls... Inglaterra.

Decía el remitente en el sobre, abrió los ojos como platos y abrió la carta con desesperación.

Hola, amor de mi alma:

Está lloviendo aquí en Londres... la lluvia lo cubre todo y hace frío, estoy escribiéndote después de unas aburridas clases de álgebra...

Ryu-chan^///^ te extraño tanto...

Quiero estar contigo... ¿Cómo está kumagoro? ¿Cómo se ha portado? seguro que te mete en problemas, recordar momentos con él y contigo me hace sonreír... últimamente casi no lo hago, no me sale la risa... y ni me preguntes si ya hice amigos... nadie quiere ser amigo de Rumi-chan, todos son unos amargados como antes lo eras tú, pero estos no quieren abrir su corazón, no puedo confiar en ellos, estoy asustado...

¡Huuuy que frío hace!!! ¡Voy a buscar una manta NA NO DA!

¿Como has estado? no quiero que estés triste por mi culpa, quiero que sigas adelante, que cantes con toda la pasión y la fuerza para que mis oídos te escuchen aquí en Inglaterra... ojalá algún día tengan una gira por Europa y así pueda verte aunque sea una sola vez, con eso sería tan feliz... bueno, ahí vienen “mis padres” si ellos descubren lo nuestro no me permitirán escribirte nunca más y si es así yo... bueno escríbeme... escríbeme por favor me siento tan solo...espero verte!! Mi amado Ryu-chan.

Siempre tuyo...

Rumiwa

El castaño temblando de la emoción se llevó la carta al pecho mirando al conejo rosa...

 

-“¿queee? ¿Que vaya a Inglaterra?????”-el conejo movía la cabeza afirmando la pregunta...

 

Al día siguiente...

 

-“¿que has dicho Sakuma-san?”-Tanaka lo miraba con reproche, Tohma que se imaginaba la causa que lo había llevado a tomar tal decisión le dedicaba la misma mirada...y noriko se mordía el labio en señal de preocupación.

 

-“pido una licencia de un mes... no me he estado sintiendo bien y exijo un descanso”-los demás compañeros de banda lo miraron incrédulos ¿de verdad iría tras el joven Rumiwa? ¡Pero se lo iban a negar a toda costa! pues durante ese mes justamente tendrían una gira por todo Japón que comenzaría con un concierto en Tokio dome, habían ensayado demasiado como para retractarse.

 

-“¿tiene que ser justamente este mes??”-berreó Noriko y Tohma mirándolo seriamente pudo notar que tanto el estado físico como psicológico del cantante no estaban nada bien... había perdido peso, seguramente donde no comía cosa alguna y unas ojeras habían aparecido opacando su hermoso rostro... como si gritara por ayuda y nadie lo escuchara.

 

-“lo siento Sakuma-san, pero no podemos postergarlo... si te vas de Nittle graspper no regreses”-dijo la voz de Tohma inflexiblemente, hubo un momento de largo silencio...

 

-“esta bien daremos el concierto, pero no esperen lo mejor de mi”-habló tratando de estabilizarse, pero no había comido en todo el día y el cansancio lo hizo desfallecer causándole el inevitable desmayo.

 

cuando se despertó estaba en la enfermería, Noriko le acariciaba tiernamente la mano y Tohma le arropaba con una manta... algo en su pecho ardía demasiado como para seguir soportándolo, angustia... morir en vida, vio al peluche rosa a su lado y sonrió ligeramente.

 

-“kumagoro estaba preocupado por ti muñequito... dijo que hace días que no te alimentas bien y que por favor te ayudáramos”-susurró Ukai-Noriko mirándolo con amor, siempre lo había querido como el hermano mayor que nunca tuvo, aunque ahora parecía ser su hermanito menor...

 

El mes de gira había pasado entre disgustos y cínicas sonrisas mal fingidas, entre tanto le había escrito a su niño contándole todos los por menores del concierto y cosas que a pesar de todo pensó que lo harían reír, pero algo andaba mal porque ya no recibía respuesta y cada día que pasaba se preocupaba más... tomó una decisión aunque esta significara romper con el grupo, tendría que hacerlo.

 

Después de dos fatídicos y desesperantes meses el famoso cantante estaba decidido a tomar su merecido “descanso” pues parecía que el destino trataba de impedir celosamente que se encontrara con su niño ya que con todo el éxito que obtuvieron tras la gira tuvieron que grabar un nuevo disco... ¡suficiente! pensó el castaño totalmente concentrado en hacer las maletas y es que ya había sacado los pasajes y todo, pero... lo que no sabía era que el nuevo manager del grupo estaba por llegar a Japón, este venía de Norteamérica ya que Tanaka-san había renunciado a causa de que Sakuma estaba ansiosamente insoportable y nadie se veía capaz de controlarlo.

 

-“Noriko-chan Ryu-chan ya se va, que tengas buen día na no da”-la chica de cabellos violeta lo agarró del brazo sentándolo en una silla.

 

-“¿adonde crees que vas Ryu-chan??? Hoy llega el nuevo manager, así que debemos darle la bienvenida ¿neeeee?”-habló noriko tratando infantilmente de convencer al hiperactivo.

 

-“¿nuevo manager? ¿Así que el cascarrabias renunció na no da?? Lo siento Noriko-chan, demo tengo que tomar el avión para Inglaterra”-iba levantándose cuando apareció Tohma acompañado de un alto rubio de larga melena amarrada en una perfecta cola de caballo... ojos azules como el cielo y una sonrisa envidiable... aunque sin duda alguna lo que más le llamó la atención fue esa porta armas en la que llevaba una esplendorosa y reluciente mágnum.

 

-“Hello my name is Claude, pero pueden llamarme Mister K y desde ahora seré su nuevo manager”-saludo el empresario bastante confiado... Ryuichi Sakuma seguía mirándolo detenidamente, ese tipo tenía algo... no sabía que, pero esa mirada confiada le hacía sentir escalofríos.

 

-“esto... ¿qué es na no da?”-Ryuichi tomó el arma en sus manos acariciándola como si fuera de juguete, el rubio alcanzó a darse cuenta y ante las caras pasmadas de susto logró arrebatársela apuntándole luego en la cabeza.

 

-“si la tocas de nuevo... I KILL YOU...”-le dijo sonriente aunque en sus ojos se podía ver un brillo desconcertado... por que de todos los cantantes y artistas que le tocó alguna vez administrar este era el más extravagante y complicado...

 

-“*bipolaridad ¿he?”-pensaba el manager estudiándolo perspicaz.

 

-“Ryu-chan tiene cosas que hacer... ¿se puede retirar ya???”-se veía que el pequeño estaba más inquieto de lo normal, Noriko le había entregado una caja de crayones y una pila de hojas para dibujar... ahí las dejó tiradas... le encantaba dibujar, pero tenía una preocupación importante en mente... algo relacionado con cierto avión a Inglaterra...

 

-“no, aún no tenemos que esperar las ordenes de K-san, lo siento Ryu-chan”-el dinámico encorvó su boca con tristeza, sus ojos parecían dos grandes lagunas de agua contenida que seguramente estaba a punto de reventar...

 

-“¡¡no, no espera Ryu-chan, espera no llores!!!”-la tecladista se acercó a él, pero fue demasiado tarde, solo atinó a taparse los oídos ante el semejante berrinche que de seguro terminaría dejándolos sordos a todos.

 

-“BUAAAAAAAAA¡¡¡¡¡ NADIE QUIERE A RYU-CHAN!!! ¡¡¡LOS ODIO A TODOOOOS!!!”-sin importar qué, el niño adulto salió corriendo rumbo al aeropuerto... tendría que salir ¡ya! o si no perdería el avión... cualquier cosa servía en esta oportunidad, hasta ese escueto berrinche.

 

El rubio de la mágnum corrió tras él portando el arma y disparándole a quema ropa y es que por ningún motivo iba a aguantar que ese hiperactivo y desquiciado cantante hiciera lo que quisiera... ¡no señor! sin embargo ese zafado como él pensaba era mucho más rápido y dinámico de lo que podía imaginar, lo perdió de vista después de recorrer todo el edificio...de pronto encontró un papelillo doblado en medio del pasillo... lo tomó y lo leyó... un nudo se le asomó por la garganta, suspiró mientras sentía un río de lágrimas cayendo por sus mejillas...

 

-“así que de esto se trataba... well, pero me aseguraré de que vuelva lo más rápido posible”-una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios lo que significaba que ya tenía un plan en mente.

 

Mientras tanto un hiperactivo cantante se preparaba a tomar un avión rumbo a Europa... llevaba su maleta y al inseparable peluche sobre la cabeza, una sensación de nerviosismo le impedía comer... como si tuviera el presentimiento de que algo malo iba a ocurrir...

 

Bueno, la verdad era que desde que había llegado al aeropuerto le estaban ocurriendo cosas indeseables, por un lado las fans se habían percatado de su presencia aunque hubiera llevado gorra y lentes de sol para pasar desapercibido, por poco lo alcanzaban... pero lo más inesperado sucedió dentro del avión cuando este ya despegaba... se encontraba mirando a través de la ventanilla las nubes blancas mientras su mente no hacía más que invocar a su pelirrojizo... cuando de pronto... sintió algo duro y frío presionándole la sien... ladeó un poco la mirada percatándose que se trataba... ¿de una mágnum?

 

-“¿adonde crees que vas Ryuichi-kun?”-¡maldición! era ese maniático de la mágnum, pero ¿Como sabía que vendría al aeropuerto? lo miró pasmado sin poder contestarle.

 

-“¿bueno? ¿Entonces te ibas a Inglaterra sin avisar a tu manager?”-preguntó el rubio con seriedad bajando el arma.

 

-“¡si, Ryu-chan quiere conocer Europa na no da!”-dijo el castaño convincentemente infantil para salir del paso.

 

-“jajajaja... no te voy a bajar del avión ni mucho menos, pero como el manager y su artista deben conocerse bien, entonces te acompañaré”-declaró riendo mientras agitaba una hoja de papel ante la atónita mirada del niño adulto que la tomó entre sus manitas...

 

-“co... como la conseguiste nanoda, ¡fiuuu! Ryu-chan pensaba que había perdido la carta ¡que alivio!”-dijo sonriendo aunque por dentro estaba más que desconcertado.

 

-“jajaja lo encontré botado en uno de los pasillos, debes ser más cuidadoso Ryuichi-kun jajaja”-rió el manager pletórico...

 

Así que ese tipo ya sabía la razón de su viaje ¡como un demonio! Ahora ese desconocido rubio no lo dejaría ni a sol ni a sombra. El viaje era largo y en el camino el rubio tuvo más de un dolor de cabeza para poder controlar al hiperactivo que de tan nervioso que estaba no dejaba de moverse en su asiento, luego comenzó a jugar en el pasillo creando algunos pequeños disturbios entre la gente: como dar vuelta accidentalmente la comida de las azafatas, empezar a tatarear una estúpida canción cuando todos querían dormir, molestar al piloto del avión pidiéndole que dejaran pilotear a Kumagoro, entre otras tantas travesuras haciendo que K lo apuntara con la mágnum cada cinco minutos.

 

 

* * *

 

En tanto Rumiwa, en la soledad de su habitación escribía en un diario todos los recuerdos más preciados para él... recuerdos con su ídolo del alma, las veces que corrían por todo el edificio de la casa disquera y cantaban juntos con los artistas que se sumaban a su juego... el helado de más de veinticinco sabores que comían hasta reventar, los peluches que compraban en el centro comercial y aquellas noches de anime maratónicas en las que más de una vez terminaban amándose locamente en la cama... hasta su primera pelea... berrinche por parte de ambos porque solo quedaba una galleta en el plato, sonrió mientras tristes lágrimas bañaban copiosamente sus mejillas... sollozos otra vez... dolor.

 

El susurro de los árboles trajo recuerdos a su mente, aún podía escuchar las olas del mar rugiendo la primera noche que se entregó a Ryuichi, cuanto ansiaba ver el mar... volvió a caer en continuos sollozos de esos que si uno escuchara partirían el alma, sentía como si llevara cadenas en el cuerpo sintiéndose prisionero... alejado de todos en esa enorme mansión rodeada de espinosas redes de alambre y los perros ladrando como si todo estuviera planeado para que no escapara... ¿Cuántas veces lo intentó?... el resultado... castigos, rasguños y encierro.

 

* * *

 

Había pasado un día desde que el avión en el que iban el rubio manager y su hiperactivo artista saliera de Japón... definitivamente incansable pensaba el empresario mientras lo veía jugando con el conejo rosa... aunque algo de esa in pasividad no terminaba de convencerlo, algo que había cautelosamente estudiado en su mirada... allí había tristeza... angustia... dolor.

 

-“¿NA NO DA? ¿Tiene algo Ryu-chan en la cara no da?”-preguntó infantil mientras el rubio sonreía con ironía.

 

-“nada, nada little boy... solo una pregunta ¿adonde vamos?”

 

-“a Inglaterra ¡no da!”

 

-“sí, eso ya lo sé... pero exactamente donde...”-el rubio frunció el entrecejo.

 

-“a... bueno... es aquí...”-sacó una hoja arrugada y señaló una dirección.

 

-“¿mansión Ashrey...? ¿Ahí vive tu novio?”-preguntó como si cualquier cosa.

 

-“¡haiii!”-el rojo inundó sus mejillas, se veía curiosamente adorable, pero la nublosa capa que le cubría los ojos anunciaba un llanto interior que nunca mostraría a nadie, no obstante aquello no pasaba desapercibido para el perceptivo de la mágnum...

 

 

* * *

 

En la mansión Ashrey el pelirrojizo había recientemente discutido con esos desconocidos a los que obligatoriamente debía llamar padres… su inglés era pésimo, sin embargo, no fue impedimento para que les replicara por un poco de libertad. La situación cada día parecía empeorar porque el pequeño sentía que ya no lo dejaban ni respirar, así el pobre chico llegaba de la lujosa escuela de trajes sombríos a estudiar sin descanso bajo la vigilia del maestro particular, luego debía comer con sus padres adoptivos en un silencio incómodo y sepulcral para después tomar clases de piano donde no podía tocar nada que no fueran piezas clásicas... la terapia perfecta para que dejara de pensar en el cantante japonés... con esa rutina la llama del pequeño comenzó a apagarse hasta que su depresión lentamente fue consumiendo su alma...

 

Había sin embargo una gran inquietud que asolaba su corazón desde hace tiempo... inquietud que no lo dejaba ni dormir por las noches, que no lo dejaba concentrarse en los estudios ni en sus clases aburridas de piano ¿por que ya su amor no le escribía? ¿Sería que ya lo había olvidado?... preguntándoselo por décimo séptima vez en el día, bajó hasta el hall de la fría mansión para abrigarse con el calor de la chimenea... de pronto fijó la vista entre las llamas y allí... estaban quemándose todas las cartas que su Sakuma le había enviado...

 

-“¡pp... pe... pero qué!!”-exclamó casi temblando mientras detrás de él un hombre mayor lo miraba con serenidad... una mujer rubia se le sumó y le habló en un perfecto japonés.

 

-“Rumiwa... lo que hacemos es por tu bien... después nos lo agradecerás te lo aseguro”

 

-“n... no... Ustedes no entienden, yo aquí no soy feliz ¿¿me entienden??? ¿Entienden lo que digo? yo... me estoy muriendo aquí... me estoy muriendo en vida...”-el pequeñito lloró amargamente.

 

-“I`m sorry Rumiwa... si nos dejas te podemos ayudar a olvidar a ese hombre”-habló el padre intentando acercarse a él, pero el pelirrojo retrocedió con la mirada llena de furia.

 

-“¡¡nunca voy a olvidarlo!! ¡Nunca!!! ¡¡¡Antes muerto!!!”-gritó y en respuesta recibió una sonora bofetada, más lágrimas salieron abruptamente llenándolo de desesperación... corrió subiendo las escaleras y al llegar a su habitación le echó llave.

 

-“Rumiwa, open the door, please”-dijo la mujer tras la puerta mientras el hombre enfadado llamaba al mayordomo para que trajera la copia de la llave que abría esa habitación, el pequeño asustado abrió la ventana del cuarto que daba al balcón...

 

Al ver que estaban a punto de entrar no le quedó más opción que escapar como otras tantas veces había tratado saliendo lastimado por rasguños y caídas, pero lo intentaría una vez más... se esforzaría por que su alma estaba muriendo en ese lugar... y el dolor se estaba haciendo insoportable a más no poder.

continuará...

 

 

Notas finales:

Huyyy… pobre de Ryu y Rumiwa, no es que me guste hacer sufrir a los personajes, pero bueno, la historia tiene que continuar, aunque estoy planeando darle fin muy pronto, porque se me pasó otra idea para otro fanfic con Ryuichi y estoy ansiosa por empezarlo O-+ ¿Conocen la serie DN Ángel? Bueno, yo me imagino a Rumi-chan, con el cabello desordenado y rojo de uno de los protagonistas, pero con los ojos azules en vez de rojos”, ¿ustedes qué opinan? ¡¡¡¡Hasta el próximo capitulo y no olviden enviar reviews!!!


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