Por fin había llegado, ahí estaba el mismo tren que años atrás lo llevo a un nuevo mundo, un mundo totalmente distinto pero a la vez tan familiar. Lo llevo a un hogar lejos del dolor que sentía en vivir en una casa en donde no lo querían ni apreciaban, ese tren que lo llevo a un mundo de sueños, de deseos.
Miro hacia los lados, había mucha gente, que por el tiempo no podía identificar, había llegado tarde, algo que no podía evitar, no podía encontrar a sus dos mejores amigos, aquellos que lo siguieron hasta el final, que nunca lo defraudaron, que siempre estarían para el.
Una voz muy familiar lo llamaba, se dio media vuelta, con una sonrisa que hace tiempo no mostraba, una sonrisa llena de ilusión e inocencia, allí estaban su “familia”, un joven de cabello rojizo, unas pecas inconfundibles y unos ojos azules que aun se expresaban como si fuera un niño y junto a el una chica alta y delgada, con su pelo rizado pero ahora mas controlado, con una sonrisa de niña y sus ojos color miel transmitiendo seriedad pero al mismo tiempo total alegría.
Fue corriendo hacia ellos y se fundieron en un abrazo, como en los viejos tiempo, sintiendo todo ese cariño familiar que los inundaba, no era como si no se vieran a menudo, la verdad es que se juntaban lo mas posible, pero ese lugar les hacia recordar tantos momentos que vivieron juntos, tantos sentimientos, era en donde los tres se habían encontrado, donde una amistad que nunca pensaron podrían forjar. Se soltaron lentamente, como si fuera la primera vez en años que no se veían, como si hubieran retrocedido en los años, no se dijeron nada, no lo necesitaban, fueron directo dentro del tren, encontraron un compartimiento desocupado y se sentaron, Harry junto a Ron y Herm frente a ellos, ese iba a ser un día lleno de experiencias insospechadas, quizás como la primera vez que se subieron en ese tren...
- como has estado?
- bien - mirando a la chica que tenia enfrente - perdón por llegar tarde - dijo con un puchero
- ya estamos acostumbrados - dijo en una sonrisa su mejor amigo
Suspiro cansadamente y miro hacia la ventana, estaba feliz de volver al castillo, pero al mismo tiempo tenia duda y angustia por lo que iba hacer y por lo que podría pasar...
- Harry...?
- mmm... - miro a su amiga que lo miraba con preocupación
- han pasado cuatro años desde que lo vi por ultima vez - con un tono triste
- calma, quizás no viene - tratando de animar a su amigo, pero al parecer no era la mejor ayuda, ya que la castaña le miro con furia - yo decía....
- Harry, no te preocupes, nosotros siempre te vamos a apoyar, pase lo que pase
El chico les dedico una sonrisa a sus dos amigos, lo sabia, siempre a sabido que ellos incondicionalmente iban a estar con el y el también, siempre juntos...
No hablaron mucho, solo cosas triviales, los dos chicos jugaron al ajedrez y Herm como siempre leyendo un grueso libro, se llevaron así hasta que llego Neville junto a Seamus y Dean, conversaron de sus trabajos o de estudios, Neville le faltaba un año para recibirse de profesor de Herbologia y quería trabajar en Hogwarts, Seamos era relacionador muggle y Dean trabajaba en el ministerio en la zona de criaturas oscuras, Ron y Harry eran auror, pero trabajaban en distintas áreas, Ron se especializo en estratega y Harry en asuntos de magia oscura, Herm era asistente del ministro y al mismo estaba estudiaba historia mágica, decía que no podía conformarse con quedarse ahí, debía seguir progresando y ampliando el conocimiento. Tuvieron un gran trayecto, contando anécdotas de cada uno, sobre todo los temores de Neville sobre el profesor Snape...
Por fin Harry pudo divisar el castillo, un nudo en la garganta le apareció de la nada y Herm le tomo la mano, dándole ánimos en silencio, ese era el día...
Flash Back
La guerra había acabado, los cuerpos se esparcían por el lugar de batalla, muchos murieron esa noche y muchos mas perdieron todo lo que tenían como Harry, ese día no solo iba a convertirse en un asesino, sino también su corazón seria destruido y pisoteado...
Sabia que estaba vivo, lo sentía, su pecho se lo decía, él estaba vivo y debía buscarlo, había sobrevivido y ya no habría nada que lo separarían, que iluso fue en ese momento. Lo ayudaron a entrar, aun estaba despierto y ya no le importaba el dolor, solo quería ver a ese engreído Slytherin y poder empezar una vida juntos, sin mas odio, sin mas temor.
El gran comedor se convirtió en una gran sala de enfermería, medimagos iban y venían viendo a los pacientes, las familias lloraban por sus perdidas y otros por el reencuentro, pero el chico de su adoración no estaba y tampoco podía ver a los padres de este, debía buscarlo, pero antes de poder levantarse una mano fría lo retuvo, lo miro a los ojos a esos ojos negros, que siempre le mostraban deprecio y odio, pero esta vez para su asombro le mostraban, preocupación, alegría, orgullo?, pero antes de poder decir algo o analizar la paradójica situación, cayo rendido ante un sueño impuesto, pero antes de caer a los brazos de Morfeo solo tenia una imagen en su cabeza, un chico rubio, de ojos plata y que le mostraba una sonrisa, esa sonrisa que solo le regalaba a él...
Al despertar, dos semanas después, se encontraba en la vieja y conocida enfermería de Hogwarts, todo le daba vueltas, pero pudo sentarse sobre esa blanda cama, miro a los lados y se coloco los lentes, no había nadie, todo estaba como siempre, como si hubiera sido todo un sueño, como si fuera otra de sus batallas personales y acabara en la enfermería como todos los años, pero no era así el olor a sangre aun estaba en el ambiente, quizás era solo paranoia de el, pero al quererse levantar, vio que había un sobre con su nombre en la mesa, supo inmediatamente de quien era, no podía confundir la letra, esa letra que se sabia de memoria, la cogió lentamente, algo le decía que se iba a enterar de algo terrible, no podía saber por que, pero sabia que no volvería ver a su rubio, tomo aire y abrió la carta, se dispuso a leerla, muy rápido sin parar ante una coma o un punto, como si la carta se podría escapar o desaparecer...
“La primera vez que te vi supe que algo especial había en ti, por que cuando tus ojos se posaron en los míos algo en mi interior comenzó a nacer, un sentimiento que nunca creí sentir y que desde pequeño me prohibían desear tenerlo, por eso lo negué tantos años, aunque mi corazón ya te había elegido como compañero, mi razón, mi lógica, yo mismo no quise aceptarlo y trataba de odiarte, pero lo que mas deseaba era que me odiaras, si, que lo único que vieras en mi fuera tu enemigo, aunque eso me lastimaba lenta y dolorosamente... cuando te veía solo en los pasillos abatido en tu soledad y tristeza, lo único que deseaba era poder acercarme, pero no podía, no debía y cada vez que Granger o Weasley te conversaban o te abrazaban tenia rabia y celos por no poder ser yo quien te diera consuelo, quien te hiciera reír, quien estuviera contigo acompañándote por siempre...
Hace un año atrás cuando te descubrí en la torre de Astronomía no sabia que hacer, estabas solo, durmiendo plácidamente, pero con un semblante triste y desolado, me di cuenta que habías llorado, era tan evidente que te sentías tan mal, no sabia como actuar, si acercarme o alejarme como siempre, pero por una extraña circunstancia hice lo primero, no te habías dado cuenta que había entrado y que te estaba acariciando tu rostro, fue un momento tan mágico, nunca imagine que podía llegar a tocarte sin recibir un golpe o un insulto, estaba tan embobado que no me di cuenta que tu me mirabas, con un a cara de asombro y tus mejillas coloradas, te veías tan tierno, no pude evitarlo, te bese, fue un beso tan especial que nunca creí poder dártelo... desde ese día siempre nos veíamos ahí, a las misma hora, fue extraño en un comienzo pero poco a poco comenzaste a tenerme confianza, a quererme a amarme, cuanto me arrepiento de haberte besado, no por que no te quiera, sabe Merlin cuanto te amo pero, si me hubiera ido no estarías sufriendo por mi culpa, me abrías seguido odiando y estarías hoy feliz con alguien que de verdad te merece...
Lo siento Harry pero debo partir, me iré a Francia con mis padres, viviré la vida que todos esperan de mi, viviré como un Malfoy, por que ese es mi lugar, por que ese es mi deber, nuestro amor esta condenado aquí y afuera, no soy tan valiente como tu no podría con el rechazo de mis padres, de mis amigos, de la gente... te amo que eso no se te olvide nunca, pero somos enemigos naturales, tu un Gryffindor yo un Slytherin, tu el héroe del mundo mágico y yo un mortífago un traidor del mundo, jamás podremos ser felices aunque toda esta batalla tuvo un final, aun así lo que aun existe, lo que aun nos rodea, no nos permite amarnos...
Que nunca se te olvide, Te Amo, cuídate, se feliz sin mi, que yo lo are por ti...Viviré por ti y tu vive por mi...
Draco Malfoy.
Le tiritaban las manos, sus ojos demostraban toda su tristeza en cascadas de aguas transparentes y puras, no podía creerlo, se había ido, sin hablarle, sin mirarle, no podía ser, debía ser un sueño, él no le podía hacer esto, no lo podía dejar solo.
Un mar de sentimientos lo ensolvían y eso la naturaleza se dio cuenta, unas nubes tiñeron el cielo y comenzaron a llorar de igual forma que lo hacia un joven desilusionado con la vida, con su vida, con su destino de “héroe”. La puerta de la enfermería se cerro de un golpe, el castillo comenzó a temblar.
En ese momento se encontraban la familia Weasley, sus mejores amigos, el director, algunos profesores, los elfos, los fantasmas, los cuadros y las estatuas, todos podían sentir ese gran dolor, esa tristeza, esa soledad, fueron hacia el único lugar donde provenía esa fuente de sentimientos. Cuando llegaron no pudieron abrir la puerta, pero Dumbledore pudo crear una especie de ventana a la puerta, donde los dejaba mirar pero no pasar, allí vieron a un joven de cabello azabache, que tenia en sus manos una carta, este lloraba desconsoladamente, y los muebles, camillas, papeles, todo los objetos que se encontraban en la enfermería flotaban, algunos chocaban con las paredes, una tormenta total igual como en el interior del niño-que-vivió, este miro hacia la ventana aun con los ojos llorosos, todos estaban mudos, no era posible ver a alguien así, tan... tan desconsolado, triste, abandonado, con una angustia que rebasada toda lógica humana, Harry cerro los ojos, todo paro, todos los objetos cayeron con un sonido estruendoso, la puerta se abrió lentamente y así entraron también todos los presentes en un silencio sepulcral...
Fin Flash Back
Apretó su mano en un puño inconscientemente, al recordar ese suceso, nunca mas había experimentado esa “magia de sentimientos” como le había puesto Herm tiempo después y jamás volvió a leer de nuevo esa carta, no lo necesitaba, cada una de las palabras las tenia en su mente, en su corazón como dagas incrustadas sin piedad, sabiendo que nunca volverían a salirse de allí...
Harry siguió mirando hacia el castillo, recordando aun la carta...
- el destino, la vida, la gente, tus padres, el mundo, ninguno de ellos tienen la culpa de que te fueras, toda la culpa la tienes tu, por cobarde, por no amarme lo suficiente, ¿porque...?
No pudo seguir en sus pensamientos ya que el tren paro, ya habían llegado, ya era tiempo de verlo, de saber si lo amaba como decía, era tiempo de saldar algunas cuentas...