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El cielo se mostraba despejado pero había unas cuantas nubes alrededor que rompían con aquel patrón.
Un enorme edificio se alzaba en una de las calles más transitadas de Japón, el edificio el cual estaba recubierto por espejos lucia elegante y majestuoso, en su interior miles de habitación con distintas funciones encerraban sus secretos tras las puertas de aquel lugar.
Habitación N° 152, una habitación grande, elegante pero al mismo tiempo sencilla de color azul oscuro, una gran ventana se encontraba en una de las paredes, un cómodo sillón se encontraba en medio de la habitación y una computadora portátil yacía en el suelo, chocolatinas, dulces, kekis, trozos de pasteles, tazas de té, cubitos de azúcar, era lo que se encontraba acompañando a la computadora.
Un joven de cabellos oscuros mirada vacía y enormes ojeras se hallaba sentado en su habitual posición con un dedo en la boca.
[Así que hoy es el día, neh?, es un día bastante bonito….]
El chico miro por la ventana
[Quiero tocar el piano…]
-Hace mucho que no lo hago…
El joven de ojos color obsidiana se levantó, abrió la puerta y se aventuró al gran laberinto de pasillos que parecían confundir a cualquier persona con sus atajos pasillos escaleras y elevadores pero el joven dominaba esos aposentos con maestría.
El detective llegó a su destino y abrió la puerta de aquella sencilla habitación, era un pequeño auditorio, en cuyo acogedor escenario se podía observar un elegante piano de cola, Ryuuzaki se acercó y se sentó de una manera normal sobre el banquillo que se encontraba enfrente del hermoso instrumento.
Se quedó mirando un rato las teclas podía sentir como sonreían, sonreían porque al fin volvían a ser acariciadas demostrando su placer con hermosas notas musicales que aquel sujeto despertaba en ellas.
Entonó una melodía llena de sentimientos encontrados; tristeza, amor, cariño, miedo, terror, decepción, horror, desesperación, paz y alegría, todo al mismo tiempo.
-Si ellos solo supieran…
La melodía no dejaba de sonar hermosa, perfecta.
[Nací con la curiosidad que tienen millones de cuervos… eso es lo que me llevó a ser lo que soy, L, pude haber sido muchas cosas… pero termine siendo la justicia…]
Las notas subieron de tono
[Y así fue como me topé con horribles muertes guardadas cuidadosamente en pequeñas cajitas musicales…]
Las notas iban de vivas pasaban por moribundas y cuando parecía que morirían; revivían.
[Fui abriendo poco a poco las cajitas y me encontré con un sinfín de personalidades, aunque nunca las traté personalmente…]
El chico cambió de postura levantando la cabeza y estiró los pies, como si hubiera recibido iluminación divina y se transmitiera a esa pieza.
[Al parecer soy alguien el cual nunca tendré el placer de conocer…]
El joven detective sonrió amargamente y en ese momento desafino, la melodía termino con un abrupto final y un desenlace de las notas sangriento…
[Vaya… el piano sabe algo que yo no sé ]
Una risa algo desquiciada pero más que nada llena de dolor se escucho en todo el pequeño auditorio
-Será mejor que salga de aquí o mas instrumentos comenzarán a hablar…
El detective caminaba semi-erguido, ya no sabía qué hacer se sentía un poco desorientado aun conociendo completamente el lugar.
Llegó a una habitación que se le hacía familiar…
-Si ellos solo supieran…
Una cama matrimonial yacía en medio de la habitación. De un lado de esta, el izquierdo, estaba lleno de basuritas papeles, envoltorios de dulces, etc. Del otro lado se encontraba totalmente ordenado excepto por un grueso y gran libro que se hallaba desparramado en esa parte de la habitación. En ambos lados de la cama se hallaban unas mesitas de noche que en ese momento solo tenían dos lámparas encima de sus tablones. En tres de las paredes había cuadros muy elegantes y que iban con la decoración, la ventana restante tenía una ventana que daba de lleno a la ciudad…
El cielo ya no se encontraba despejado, ahora estaba de un tono grisáceo y varias nubes de un gris más oscuros se arrebolaban creando grandes masas de nubosidad gris.
-Si ellos solo supieran…
[La habitación que compartía hace poco con Light-kun…]
Ryuuzaki se acercó a la parte de la habitación que estaba llena de envoltorios de dulces y se les quedo mirando fijamente.
[Light-kun… por ti estoy así… no puedo pensar de otra manera, realice la acción más estúpida que puede hacer un detective como yo…]
De la masacre de envoltorios el joven vio uno que aun estaba sin abrir lo tomó y lo devoro con gula.
[Enamorarse del enemigo…]
El rostro del detective se cubrió por un hermoso carmín y llevo su dedo pulgar a la boca mordiéndolo con insistencia.
[Te amo Light-kun…]
El joven se acercó a la cama y se recostó en ella abrazando la almohada que pertenecía a su acompañante.
[Le pedí a Watari que no limpiara esta habitación, quería que se quedara como esta; con tu aroma, con tu esencia y presencia…]
Los ojos del moreno se estaban llenando de pequeñas lágrimas cristalinas que amenazaban con salir.
[Tu inteligencia, tu belleza, simplemente tu; me hace enloquecer y hace que mi cuerpo no reaccione con mi cabeza, mi capacidad de deducción recae un 10%...]
L se pasó una manga por sus ojos para secar las lágrimas que se quedaron impregnadas en las afueras de sus parpados.
[Light-kun tu eres Kira yo lo se, pero jamás te delataré porque prefiero morir en tus brazos a yo condenarlos…]
Ryuuzaki se levanto pesadamente de la cama y se dirigió a la puerta, cuando estaba en el umbral giro la cabeza y observó una vez más la habitación mientras sus ojos reflejaban tristeza y felicidad al mismo tiempo.
Avanzó por los pasillos pareciendo que analizaba todo no viendo que solo recordaba momentos con su adorado pero no correspondido Yagami.
Sus pies se movían solos y así fue como llegó a la terraza, vio como las nubes se tornaban de un color más oscuro y como no había espacio para que los rayos del sol se colaran.
-Si ellos solo supieran…
Una parvada pasó por encima del joven emitiendo sus cantos y apresurados se dirigían a algún refugio debido al clima.
[Las aves entonando sus canciones, como yo, pero ellas en grupo y yo soy un solista…]
Un trueno se escucho a lo lejos
[A mi no me importa el clima y al clima le importo un carajo… y las nubes marchan y puedo oir sus canciones…]
Una torrencial lluvia empezó a caer acompañada de vientos y de truenos.
[Te amo te amo te amo, es lo único que quiero recordar por hoy no importa cuál sea el desenlace…]
-¿Qué es lo que harían?...
Y en ese momento un joven de cabellos castaños y ojos miel se dejo ver en aquel retrato tan deprimente que consistía en el detective debajo de la tormenta.
[¡Campanas!, las oigo, las oigo, eso quiero decir que…]
El castaño se quedo mirando al detective tratando de llamar a su compañero con su presencia.
Pero no lo logró.
Light Yagami llamó a Elle Lawliet.
-Si ellos solo supieran…
Y el detective volteo hacia su amor.
[*FIN*]
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