Frágil
Instituto Konoha, 5:24 p.m.
Ahí, sentado en una banca al lado de la cancha, se encontraba Naruto Uzumaki.
Era un joven de 18 años de edad, alegres ojos de un color azul profundo, y de cabello alborotado dorado. Tez más bien tostada, y peculiares marquitas en sus mejillas, las que con el paso del tiempo, cada vez se hacían menos visibles. Era hiperactivo, travieso, alegre, simpático, obstinado, orgulloso, era lo más altanero en algunos casos, pero era sensible y deseaba un bien común. Tenía muchos amigos, y a su vez muchos enemigos también. Nunca se cansaba y le encantaba ayudar a los demás, una persona admirable.
Todas sus gigantescas energías las utilizaba corriendo, era parte del club de atletismo, y por cierto era el mejor del instituto.
Un chico tan alegre, y que toda la vida se había mostrado con una inmensa sonrisa en la boca, ¿Qué hacía solo, deprimido, sentado en esa banca?
Posible razones:
1) Alguno de sus amigos se había enojado con él y le estaba haciendo la ley del hielo.
2) Sakura Haruno, nuevamente, pero con calma y ternura como lo estaba acostumbrando a hacer desde que lo conoció como de verdad era, le había rechazado. Incluso, posiblemente, de forma indirecta.
De las posibles razones la primera era imposible, simplemente imposible.
La segunda… oh, si, la segunda debía de ser.La semana anterior le había sucedido, nuevamente. El mismo odiaba que le gustara esa chica de pelo rosa y grandes ojos verdes, odiaba no sentirse correspondido.
Lo extraño era que sus depresiones no pasaban de los tres días, porque luego hallaba una forma de sobreponerse a sus problemas y salir adelante, como siempre, pero ya iban 9 días y seguía igual.Quizás esa no era la razón ¿Cuál sería entonces?
Posiblemente el único motivo capaz de dejarle en ese estado sería…
- ¡¡Naruto!!.- Un chico le gritaba desde lejos, mientras se acercaba caminando hacia él. Rápidamente Naruto movió su cabeza en ambos lados y fingió una sonrisa.- ¡Naruto! ¿Qué haces todavía aquí?
- ¡Sasuke! Ahh… etto, pretendía entrenar un poco más.
- No seas tonto, ya has practicado junto con tus compañeros, ya no hay nadie.
- ¡¡Pero debo entrenar para ganar en la carrera semestral ‘ttebayol!!
- Naruto, no debes sobre-exigirte de esa forma, puedes terminar con un desgarro.
- ¡Ja! Ni siquiera has entrado a la Universidad y ya te las das de doctor, Uchiha.
- No hay que saber mucho para entender que si sigues así eso sucederá, sólo un cabeza de piedra como tú no entiende aún, dobe
- Ggrrr…
- Ya me voy, ne, no te quedes mucho tiempo más, y lo digo en serio. Adiós
- Chao.- El chico con calma se encaminó al edificio del que había venido hace un rato. El rubio, al ya no poder ver más a su amigo, no se esforzó por sonreír.
Para olvidar todos aquellos pensamientos que lo inundaban, decidió correr, correr sin una meta, quizás así lo olvidaría todo.
El mismo día, 7:21 p.m.
Long ago. Just like the hearse…
- Vaya, increíble que todavía tenga ese tono en mi móvil… ¿Aló?
- ¿Sasuke?
- Sí. Soy yo, ¿Deidara? ¿Qué sucedió?
- Mi primo… tuvo un accidente, quizás quieras venir a la clínica a verlo.
- Ese dobe… ¿es muy grave?
- No, físicamente ningún daño.
- ¿No? ¿Entonces qué le sucedió?
- Perdida parcial de la memoria…
- ¿¡Quéeeee!?