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Forget Me Not por Firey Girl

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Notas del fanfic:

DISCLAIMER: Los personajes de Yu-Gi-Oh! no me pertenecen, tanto ellos como la serie pertenecen a su respectivo autor Kazuki Takahashi. 

Notas del capitulo:

^^  Ya me conocen las feas mañas que tengo, pero ni modo, asi somos los escritores: cuando tenemos una idea corta pero con satisfaccion propia, no podemos resistir llevarla a cabo...

Un One-Shot muy sencillo que me recuerda a las lindas flores de "No Me Olvides"

 

 

El sol brillante pregonaba que ese día seria estupendo para dar un paseo en familia, y de hecho por ser domingo, muchos en Domino City se daban tiempo de ir al parque, a comer fuera o incluso a pescar. Pero un hombre mayor de cabello rubio platinado, ojos mieles que miraban tristes el camino, espalda ligeramente encorvada que vestía con un traje negro y sombrero que llevaba en sus manos un ramo de unas pequeñas flores azules cuyo nombre le recordaban su juramento de amor a la que había sido la persona mas importante en su vida...

 

 

No me Olvides...

 

 

Ese pobre anciano al que se le veía vagar por el caminito que llevaba a un destino lúgubre, sintió toda la brutalidad de la vida cando lo perdió a él... ¿Qué pensaba ahora? ¿Para que vivía? ¿Qué lejana esperanza lo mantenía con vida? Sólo él lo sabía y no planeaba decirlo a nadie, aunque para sus únicos familiares, la razón era más o menos clara.

 

 

Sonreía cada vez que recordaba aquel día lejano, cuando era un jovencito de preparatoria alegre, enérgico, de cabello rubio como el oro, ojos grandes y cafés que eran sinónimo de vida. Su nombre en aquel entonces era Joey Wheeler...

 

 

Aquel dia le había dado por huir unos instantes de los abusos de su padre alcohólico, y como siempre, quiso explorar calles nuevas que jamás había pisado en toda su vida, ni siquiera cuando paseaba con su hermanita. Esta vez pasaba por un camino lleno de arboles y arbustos, según le dijeron, por ahí vivía una persona sumamente adinerada del que bien sabia su nombre...

 

Seto Kaiba.

 

 

Eso si, a el no les prestaba el mas mínimo interés a las advertencias de la gente, quienes decían que Seto Kaiba era una persona cruel y despiadada con los transeúntes que invadían su propiedad. Eso era absurdo y exagerado, pero igual la curiosidad le permitía aventurarse, y de una vez, comprobar si las personas tenían razón. Sus pies recorrían libremente el camino limpio y esplendoroso, pero luego vio unos hermosos jardines que estaban rodeados por una gran cerca. Sus deseos de estar ahí eran enormes, así que hizo uso de su agilidad para burlar aquel predicamento.

 

 

Cuando sus pies tocaron el suave, verde y oloroso pasto, se sintió como en un paraíso. Toco los tiernos pétalos de los narcisos, sonrió al ver la belleza de los lirios, olio las rosas y se recostó a tomar el sol junto a un grupo de pequeñas flores azules. Tomo una, dos, tres y jugueteo con ellas bajo los cálidos rayos dorados, y justo cuando  pensó que todo marchaba a la perfección, una sombra se alzo encima de el...

 

 

Era el mismísimo Seto Kaiba quien lo miraba enfadado pero a la vez, curioso... ¿Qué hacia un chico como Joey en su amado jardín privado?

 

 

  • - ¿Quién eres tu y que haces en mis terrenos?.- pregunto.
  • - Ah... este... yo...- balbuceo el rubio mirando sus penetrantes ojos azules. Sin duda era bastante atractivo con aquel elegante porte, su cabello castaño en perfecto orden, su cuerpo delgado pero fuerte y su tez blanca.- So- solo curioseaba...
  • - ¿No te han dicho que soy una persona cruel y que no me gustan los intrusos? Y precisamente tú eres un intruso que esta recostado encima de mis flores.- le dijo sujetándolo de la muñeca.
  • - Lo siento... de verdad...
  • - Respóndeme una pregunta y te soltare... ¿tienes miedo?
  • - No.- respondió sinceramente mientras sus ojos recuperaban su templanza.
  • - Bien, puedes irte.

 

 

El lo había dejado ir, pero Joey se quedo donde estaba, sintió tristeza en su corazón, como si de repente le hubiera cogido cariño y ahora se negaba a apartarse de su lado. Como cual cachorro humano, el había ido tras aquel chico solitario. Cuando lo alcanzo, tomo su mano y se la apretó ligeramente, Seto volteo y estuvo a punto de sonreír.

 

 

  • - ¿Se te ofrece algo?
  • - Disculpe mi intromisión, pero me gustaría conversar un rato con usted.
  • - Seguro.

 

 

¿Despiadado? ¿Cruel? El no veía ninguna de esas cosas en Seto, y hasta podría decirse que su frio exterior ocultaba un cálido interior. El castaño ordeno a la servidumbre que les trajeran te, pastelillos y bocadillos para el y su invitado. Era la primera vez que tenía uno, y no estaba dispuesto a dejarlo ir así nada más.

 

 

Hablaron durante horas acerca de las ridiculeces que inventaban los vecinos de Seto, las incoherencias que Joey había hecho en su escuela e inclusive de sus vidas llenas de pasajes tristes  y a veces, oscuros. Con cada palabra que decían, estaban dejando en claro que se atraían desde un principio. Aunque no se dijeron directamente sus sentimientos, la mirada de Seto sobre Joey lo decía todo: estaba enamorado... profundamente enamorado...

 

 

Con el pasar del tiempo, las visitas se hacían cada vez mas frecuentes y largas, hasta que pasados algunos meses, Seto le conto a Joey que se sentía muy solo porque no tenia familiares, que lo necesitaba y que lo amaba. El ojimelado no supo que decir, pero cuando su amado le sugirió que viviera con el, acepto porque le dio lastima.

 

 

Pero la base de aquella lastima era su gran amor, que todavía no se exteriorizaba...

 

 

La noticia de su mudanza disgusto muchísimo a su padre, pero Seto no le permitió que le pusiera un dedo encima. Dormían en cuartos separados, desayunaban juntos, hacían la contabilidad de los gastos y el ojiazul complacía al chico que había pasado de ser su invitado a su prometido, ya que igual que una telenovela, Kaiba le propuso matrimonio al rubio mientras pasaban la tarde en el jardín, y él acepto gustosamente mientras una lagrima de alegría rodaba por su mejilla izquierda.

 

 

Su boda había sido muy elegante pero con pocos invitados ya que no muchos querían a Kaiba, pero a el no le importaba, porque cuando Joey lo acepto como su esposo, paso de ser el hombre mas huraño de la ciudad a el hombre mas feliz del mundo...

 

 

El anciano caminaba hundiéndose en sus recuerdos de juventud, pero tomo cinco minutos para descansar antes de emprender de nuevo su camino hacia su destino final. Sentado en un banco de plaza, estrecho las flores y volvió a recapitular su vida al lado de Seto...

 

 

Recién casados, ellos eran mucho más felices que nunca, tanto, que pronto se convirtieron en padres cuando Joey tuvo a su hija Eiko y a la cual criaron juntos con mucho amor y dedicación, sin descuidar el jardín donde se conocieron. Especialmente porque a Seto le fascinaban las florecitas azules que cada vez aumentaban mas, y a Joey también le llegaron a gustar debido a que semejaban el color de los ojos de sus dos amores, mas especialmente de Seto...

 

 

Los años pasaban como agua en un rio, y a pesar de los disgustos que tenían de vez en cuando, su amor regresaba más fuerte y mas apasionado. Sin duda eran la familia perfecta...

 

 

Sin embargo, la salud de Seto se deterioro bastante con el pasar de los años, su cuerpo ya no era tan fuerte y su corazón desfallecía por momentos. Fue en ese entonces que el millonario cayo en la cuenta de que estaba muriendo, por lo que llamo a su querido cachorro para hablar con el...

 

 

  • - Se que voy a morir, Joey. No podre vivir mucho tiempo y aunque se que te dolerá mi partida, quiero que me hagas un juramento...
  • - Lo que sea, mi amor...- susurro el rubio llorando con mucha angustia.
  • - Prométeme que seguirás viviendo, te aseguraras de que Eiko se case con un buen muchacho, que jugaras con nuestros nietos, pero sobre todo... prométeme que jamás me olvidaras...
  • - Si, Seto, así lo hare, pero por favor no te mueras...
  • - Te amo, mi rayo de sol...

 

 

Mientras cruzaba el camino empedrado del cementerio, recordó la peor desgracia de su vida: el día en que lo perdió, aquella fatídica mañana en la que despertó junto a Seto, pero cuando toco su mano, esta se encontraba muy helada y tampoco tenia pulso. Horrorizado, lo llamo con voz fuerte, y cuando no recibió respuesta, comprendió que ya estaba muerto y se aferro al cuerpo de su amado sin vida para llorar con toda la amargura de ese golpe tan duro y cruel del destino...

 

 

Finalmente, el viejo Joey se detuvo enfrente de una lapida negra, olio las flores y las puso encima de la tumba. Se arrodillo para rezarle, y mientras lo hacia, una brisa cálida le movió los cabellos y él sonrió porque le gustaba pensar que el espíritu de Seto le estaba enviando una caricia. Y ahí lo tenían, cumpliendo su promesa de jamás olvidar a Seto, y las flores eran una prueba de eso, porque cuando Seto murió, el ojimelado tuvo mas razones para cuidar de esas flores y seguir llevándolas ante el sepulcro.

 

 

  • - Te amo tanto, mi Seto... no sabes la falta que nos has hecho estos años...

 

 

Su momento a solas con su amado fue interrumpido por la llegada de un niño vivaz que tenia el cabello castaño y los ojos azules, como su abuelo Seto, por eso Joey le había puesto el mismo nombre que su marido, ya que todos aseguraba que era la viva imagen de Kaiba. Eiko estuvo muy de acuerdo, especialmente porque también había nacido el mismo dia en que el fallecido cumplia años.

 

 

  • - ¡Abuelo! ¿Cómo están? Me refiero a como están... mi abuelo Seto y tu...
  • - Estamos bien, campeón.
  • - ¡Que bueno!.- exclamo el pequeño de diez años sonriendo.
  • - Papá, no sabia que todavía pudieras venir hasta aquí tu solo.- comento Eiko. Cuyo cabello dorado estaba recogido en una coleta.
  • - Oye, ¿a quien llamas viejo?.- pregunto enfadándose de broma.- Esta bien... soy viejo... pero aun asi tengo energía para cumplirle mi promesa a tu padre.
  • - ¿Rezamos juntos?
  • - Por supuesto. A tu padre le hubiera dado mucho gusto.

 

 

No lejos de allí, una figura larga y etérea observaba a la familia que tanto había amado, rezando ante su tumba y sonrio cuando veía la calida sonrisa en los delgados labios de Joey, estos reflejaban una promesa de amor que se terminaría hasta el dia en que el rubio anciano muriera...

 

 

"No Me Olvides"...

 

Notas finales:

¡¡Gracias por leer y sus reviews!!  ¡¡Se Cuidan Mucho!!

 

(¯`•¸·´¯)|=¡|23y  C¬¡|2|_  0u+(¯`·¸•´¯)


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