Un Minuto de Desenfreno
Por: Sabaku no Kitty
Esta vez la pelea entre Akabane y Ban estaba siendo en favor al Dc. Jackal, lo que no dejaba ni una alternativa al castaño, tenía que usar su tan poderoso Jagan, la técnica ocular en la que podia producir una pesadilla al que cruzara sus ojos con los suyos, pero estaba algo preocupado, la pelea iba tan pareja y si se descuidaba un momento ese momento iba a ser fácilmente aprovechado por el pelinegro que no perdía de visat sus movimientos, cosa que no le daría tiempo a pensar en que clase de pesadilla lo sumergiría. Pero la verdad es que ese presizo momento no era propicio para pensar exactamente, era su vida la que corría peligro, por lo que el ojiazul decidió que el sueño que le mandaría sería algo que el Dc. Jackal guardara secretamente dentro de su interior, sabía que si era algo tan preciado sería algo que precisamente lo exasperaba... no podía ocultar cosas que no eran vergonzosas o si?
-Hm... vaya, vaya... no sé en lo que estás pensando Midou-kun, pero no me divierte que no tomes la pelea enserio...-habló Akabane con la voz ronca, la pelea le estaba diviertiendo más de lo planeado.
Era cierto que pelear contra el Emperador Relámpago le hacía un júbilo en su interior, poder saber hasta donde llegan sus capacidades, hasta donde podría aguantar una pelea... lo excitaba, la adrenalina del momento; pero con Ban Midou era diferente, Ban era tan inteligente que podía compararse consigo mismo, le gustaba forzarlo a llegar a su 100% de poder, con Midou-kun era tan distinto se había sorprendido deseando que la pelea no acabara, que Ginji ya no apareciera que y ellos dos se quedaran en ese mundo en el que tanto estaban acostumbrados, porque sabía que en el fondo Ban era alguien como él, deseoso de sangre, deseoso de una buena pelea. Desde que lo vió un interes sin igual quedó intacto en él, y mientras más pasaba el tiempo viendo como el castaño no le tomaba en cuenta más se descargaba con ese rubio que siempre estaba a su lado, él quería pelear con Ban, medir sus habilidades con aquel genio de la pelea.
-Descuida Akabane... si que tomo la pelea en serio...
En un momento de descuido Ban utilizó al máximo su velocidad contra Akabane, quien se quedó por mas sorprendido al sentir los brazos de Ban en sus muñecas, aprisionándolo, cierta parte baja de su cuerpo reaccionó sin poder evitarlo, su cabeza aún seguía procesando el movimiento que realizará el ojiazul, pero su cuerpo lejos de reaccionar quería aprisionar el otro cuerpo para no dejarlo ir...
Entonces ocurrió algo que no lo creería si no lo estuviera viviendo, los brasoz que antes estaban sobre sus muñecas ahora se encontraban aferradas en su cuello mientras el dueño de esos brazo lo estaba... besando?!... los violaceos ojos de Akabane se abrieron hasta su máxima posiblidad, que rayos estaba pasnado?!... no estaba pensando con claridad, no podía dejar de pensar en la delicada presión de los labios de Ban sobre los suyos, tampoco podía controlar los bajos institntos que en él estaban despertando teniendo así al tan conocido "Jaggan no ottoko" que tantos conocían.
-Tan malo es mi beso?... Akabane-kun?...-la voz de Ban se había vuelto, de un segundo para otro, en una tan seductora que todas las hormonas en el cuerpo del Jackal acabor por despertar eventualmente.
Sin pensarlo dos veces abrazó el cuerpo de Ban, atrayéndolo mucho más al suyo mientras sonreía sínicamente, con lujuria impresa en sus ojos.
-Oh... no es eso mi querido Ban-chan... es solo que me tomaste por sorpresa
Sin esperar mucho Akabane volvió a unir sus labios con los del ojiazul esta vez en un beso demandante, se adentró en esa boca que en estos instantes lo estaba volviendo realmente loco, saboreó cada rincón que se le ofrecía notando así el inconfundible sabor de Midou,mezcla de tabaco con menta, algo delicioso si se lo preguntan, tratando que la lengua dormida del otro reaccionare frente a sus caricias, no tardó mucho en sacar un gemido de los labios del castaño, logrando así que las dos lenguas se adentraren a un juego en el que difícilmente alguna de ellas sería la ganadora, estaban en la mejor forma de aplicar el tan conocido Beso Frances, ninguno de los dos quedaba atrás, siempre demandaban por más, ahora si Akabane sabía del sumo interes por este chico... y es que no sabía como no lo había notado antes...
Sus ojos, ese azul electrico que puede hacerte ver el mísmisimo infierno o demostrarte que los ojos celestiales si existen; ese cuerpo que muchas veces había lastimado y sin quererlo había manoseado a querer en cada una de las peleas, no era musculoso, no era delgado, pero era pura fibra, peil caliente y blanca, suave al tacto; Ban Midou podría fácilmente pasar por un modelo junto a ese cabello rebelde castaño que se esparcía por todos los lugares posibles.
No es posible que no se haya percatado de todas la cualidades que Ban Midou y su cuerpo le ofrecían mientras que él se dedicaba imperiosamente a maltratar aquel cuerpo que ahora traía entre sus brazos.
-Ahh....-Ban lanzó un fuerte suspiro al momento de separarse para tomar un poco de aire-... Akabane-kun...-volvió a decir con voz susurrante y cargada de deseo
-Tranquilo mi querido Ban-chan...-sonrió antes de colar sus traviesas manos por debajo de la camisa de Ban, sintiendo perfectamente como este se estremecia por el frío recien ingresado en su cuerpo.
Akabane empezó a degustar en pálido cuello de su, ahora, amante de arriba a abajo, lamia y chupaba trantando de dejar alguna marca en él, algo que acredite que había estaba con Ban Midou. No supo como pero se quitó los guantes de las manos para así poder palpar perfectamente aquel torso que subía y bajaba aumentándo su velocidad a medida que sus caricias aumentaban.
-Midou-kun... te haré gritar de placer y suplicarás por que te de más...-susurraba el pelinegro en el odio del ya mencionado que no hacía más que gemir el nombre del otro
Las, hasta el momento, quietas manos de Ban empezaron con su viaje a travez del cuerpo del doctor, denotando sus formados músculos en aquel cuerpo que había vivido más que el suyo, primero los hombros, fuertes imponentes, luego los brazos estaban tan desarrollados que incluso aparentaría tener más fuerza que él, aunque estaba seguro que eso no era posible, siguió con el torso tan fuerte, tan cálido... estaba alucinando cada vez más... cada vez que tocaba alguna parte del cuerpo de Akabane, alguna que otra cicatríz encontrada le hacía vibrar de placer... y eso acompañado a los besos profundos que le sregalaba el doctor, Ban se encontraba en el séptimo cielo.
Un caso era distinto Akabane Kuroudo, estaba sientiendo una presión en el pecho, sabía que era, quería llegar a más, poseer aquel cuerpo que estaba seguro no era de nadie, quería ser el primero en entrar en él, ser el priemro en marcar el territori, estaba delirando de placer, uno que núnca antes había sentido, uno que estaba experimientando con la persona menos pensada...
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-Solo un minuto...
Akabane parpadeó un par de veces, al encontrarse en ese mismo lugar pero al notar que no había pasado nada entre ellos dos, había caído tan fácilmente en el Jaggan de su oponente que le dejó vivir ese sueño que le pareció tan real, que hasta le pareció sentir la piel caliente de Ban rozarse con la suya propia, fijo su mirada en el ojiazul, algo no estaba bien, pues este se mostraba algo sonrojado y se veía a leguas que estaba sumamente nervioso, apenas podía contener la postura... ahora que lo recordaba, el era una de esas personas que hablaba dormido... acaso había hablado en medio de tan peculiar sueño?
Sonrió con prepotencia, y arreglándose el sombreo se acercó a un sorprendido Ban, que ciertamente no sabía que hacer, justo ahora le daba por fundirse a su cerebro.
-Bueno mi querido Midou-kun no me quejo para nada del sueño... aunque la verdad no sé porque me hiciste ver eso? pero eso no me importa...
Tranquilo como siempre Kuroudo pasó uno de sus brazos por la cadera de Ban que extrañamente no reaccionaba ante eso o ante nada.
-Si quieres experimestarlo, como yo lo experimenté y disfruté, vale decir, solo tienes que pasar por mi departamente, estoy seguro que ya lo sabes-Sin ningún descaro la mano libre de Akabane fué a parar en la barbilla de un sonrojado Ban, haciendo que sus ojos entren en contacto, casi por un segundo, un segundo infinito.
-Ahh! que haces Akabane-san!... aléjate de Ban, porque lo abrazas así! suueltalo!-Y vale mencionar que por primera vez la voz de Ginji sonaba decidida y amenazadora
-Ah, pero mira quien llego Ginji-kun-Akabane volvió a sonreír ahora al rubio, sin soltar a Ban
-Ya Basta!!-por fin la serpiente dormida despertó, como pudo Ban se soltó del fuerte agarre del doctor-Bueno... Akabane... creo que esta pelea también queda pendiente
No pasó mucho tiempo para que un chibi y enojado Ginji se subiera a la cabeza castaña de Ban
-Y no te acerques a Ban otra vez!!-"dejó" en claro Ginji
-Ya bájate idiota, no se que estarás pensando... pervertido...-se quejó Ban mientras lanzaba aun chibi Ginji al cielo que gritaba "Ya me voy! ya me vooooy! ya me fuíii!"
-Hum... bueno Midou-kun, hasta otra ocasión...-Akabane le sonrió atravez de su sombrero
-Claro... Akabane-kun....-Ban sonrió ante el, no fingido, asombramiento del doctor, quien con tan solo esas palabras volvió a herbir su sangre
No se saba si el sueño que le mandó Ban a Akabane era su puro subconsiente, pero no se imaginaba a él mismo haciendo cosas cosas esas con el doctor, aunque bueno, ahora si lo hacía, aunque no hubiera visto el sueño del pelinegro, las suficientes palabras que había dicho se quedaron grapabas como en piedra dentro de su cabez, especialmente esas que dijo Midou-kun... te haré gritar de placer y suplicarás por que te de más... debía admitir que le habían hecho estremecer en placer.
Bueno... no perdía nada con ir a vistarlo alguna vez, verdad?
Y ahora que me pregunto... dónde está Ginji??? o.oU... se veía bastante afectado por la forma en que Akabane abrazaba al chico serpiente... hum.. bueno... en otra historia lo analizaremos ^^.T
he End // Finito