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Nikki (Diario) por kobashi

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Notas del fanfic:

es una serie de tres capitulos

Notas del capitulo: tiene varios flashback, es interacción del mundo real, los recuerdos y un submundo llamado subconciente
 

“Despierta, despierta...” se oyen los gritos dentro de la oscuridad... “reacciona no me dejes”... insisten mientras se escucha en el aparato los latidos del corazón... “por favor, por lo que más quieras...” tal parece que los ruegos no cesan al utilizar sinónimos en cada plegaria... “quédate conmigo” qué aburrido es luchar contra lo inevitable... cuánta absurda obsesión por preservar la vida de aquellos que no la merecen... cuántas ganas de abandonar el juramento que nos convierte en guardianes de la salud... “ Lo estamos perdiendo”... porqué simplemente no desconectan todo y me dejan en paz? ... “Doctor, el paciente no reacciona”

 [ Heavy Gauge

 Hoy tenemos mucha actividad en el hospital, son exactamente las ocho de la noche y mi turno acaba de comenzar... llego igual que siempre... ohh salve maldita depresión... termino de cambiarme y me dirijo hacia urgencias, maldigo todo lo ocurrido, cómo se les ocurrió bajarme de puesto, en fin... no hay nada mejor que la actividad continua para olvidar... –“hey, que gusto tenerte de vuelta”- me dice mi ahora colega, antes residente en mis tiempos de estudiante... cómo olvidar su fino rostro pálido, el negro de ésos suaves y perfumados cabellos negros... o será acaso la tibieza de sus manos o el olor de su piel que en estos momentos hacen subir mi temperatura al grado de sonrojarme y tirar la pluma en el camino de ir a atender a mi primer víctima... él sólo ríe mientras la recoge para devolverla a mi bolsillo, después de ello se presta a acompañarme un rato antes de reiniciar sus rondas; él sigue platicando como si de nuevo fuera mi médico a cargo, volviendo a sentir es cercanía que tuvimos el primer día en que nos presentaron... sus ojos... ésa mirada de fuego azul que me desarmó el primer día... que incluso ahora lo hace...

 -         “ Qué pasa?”-         Qué pasa?... no finjas demencia... sabemos todo lo que haces... viva la vida, muera la muerte... sabio dicho no? -         “Déjame tranquilo”le dijo un chico de mediana estatura, grandes ojos color café claro algo ojerosos, castaños cabellos y piel aperlada cubierta por un uniforme blanco; quien se giraba para todos lados tratando de divisar de dónde provenía aquella burlona voz encontrando entre las sombras a una fina silueta, la cual comenzó a reir casi a carcajadas. Pronto una luz ha iluminado a aquel ser de joven voz dejando al descubierto a un hermoso niño de aproximadamente quince años, negros cabellos con mechas verdes al igual que sus grandes ojos de inocente apariencia; negro uniforme vestía su cuerpo y en aspecto entero casi podría definirse el parecido con el tipo de los ojos azules antes mencionado. -“ Isaac”-susurró el tipo de los castaños ojos -         no, yo soy aquel aquél que te ama, el que te odia, el que te molesta... el que te hace sentir esas cosas que no entiendes... soy tu luz, tu ocaso, tu alegría, tu tristeza... soy lucifer ... o mejor dicho tú... mi pequeño Seichiro Kobashi... pequeño, insensato, inestable y negligente Seichiro...  aquel niño sentó se en el suelo con ingenua expresión. 

... Déjame... déjame ir.. se oye la voz agonizante de entre las sombras donde una tranquila voz le susurra en el oído mientras se escucha el tumulto de las personas en la sala de urgencias  . –“no hables, te puede hacer daño”-  entre muchas cosas más, sin embargo no se logran escuchar ya que hay demasiado ruido, gritos, llantos, en fin... el típico paisaje laboral –“no abre los ojos”- oh sorpresa el paciente está reaccionando, despertara?... siguen oyéndose las voces hasta perderse...de pronto todo parece tan quieto... tan solo... como si estuviera muerto –“cómo quisiera esa paz”-

 

Y de nuevo ése olor me hace preso del deseo... siento tu mano en la mía acariciando delicadamente mis falanges, el frío de las velas quemando el ardor del invierno... tersa piel de porcelana jugueteando con mis dedos llevándoselos a los labios... mirada de lobo, sonrisa de ángel acercándose poco a poco hasta quedar a mi lado, oliendo con mórbida actitud aquél cuello que sólo tú podías tomar cuando quisieras... –“prueba esto, siente su fuerte sabor... te encantara”- abriste mi boca con tus dedos al introducir un pedazo de queso gouda... poco a poco te acercaste a mis labios mordiendo delicadamente tentándome a probar un poco más, desesperándome para casi atragantarme con el pedazo de alimento... tú te reíste de aquella situación al pasarme la copa de vino tinto que tenías a la derecha para esperar a que me recuperara volviendo así al punto de partida.

                        “Ojos bellos, pureza de colores, Que de ellos brotan tristes, dolorosos saboresPor aquél de quien recibiste los mas dulces olores, Sufriendo por él, los mas trágicos amores... no te vayas... no me dejes... sabes? Me alegra que estés de nuevo aquí... te extrañaba como no tienes idea... ya casi ni te veía...” 

... escuchas? mi amado Seichiro... qué bella es la vida no es así? Pero más hermosa es la muerte.... viva, viva, viva... tanto amor, tanta lucha, tanta paciencia... la pasión te ciega... la ambición te aniquila... el orgullo te desgarra... lo recuerdas Seichiro?

 

-A qué hora murió? –

preguntó Seichiro a la enfermera  de guardia

-“Kobashi, estamos preparando, hay que resucitar”-

aquél doctor de joven apariencia parecía no querer luchar, como si sólo actuara por compromiso

-         “no reacciona, despejen”-

-         ya decláralo, lleva 40 minutos así... yo hablaré con su familia-

salió de la sala para encontrarse con dos señoras maduras de frívola apariencia, éstas sonrieron con alevosía en cuanto el médico les dio la terrible noticia, poco después le entregaron un sobre como agradecimiento a la gran ayuda prestada.

-Basta!! Qué ganas con eso?... acaso eres mi conciencia?... crees que con eso me vas a hacer sufrir? Por favor... sólo hice lo correcto para mi familia..-

-“Tienes razón...”

le dijo el niño de cabellos verdes  al levantarse del piso para dirigirse hacia el doctor recargándose en los hombros de éste

-“... fue una bonita casa para aquella ramera a la que le hiciste un hijo...”

Seichiro de soltó de aquél abrazo que estaban a punto de darle

-         estaba estudiando, ya me faltaba poco... un hijo no estaba en los planes... un hijo sólo iba a destrozar mi brillante carrera...-

de nuevo aquél adolescente se abalanzó en sus hombros besándole la mejilla diciendo

-“ me das risa... vaya que eras un idiota con clase... no se cuándo la perdiste...”-

 “Mira qué bellas estrellas.. dicen que mañana habrá eclipse... sería interesante verlo”... interesante? Tu lo crees?... “sabes? No, no es tiempo para que lo sepas... por eso necesito que te quedes conmigo, por favor...” 

-“Te diviertes? Yo sí y mucho, el verte ahí acorralado y con el coraje brotadote por los poros... eres gracioso Seichiro, muy gracioso, casi como mi chiste personal...”

 

Es la media noche y todo parece tranquilo, el flujo de gente está normal a pesar del vaivén de las enfermeras, en medio del tumulto hay un joven médico atendiendo a una mujer con fiebre; éste escuchaba su i-pod como si nada importara, de pronto una silueta se divisa de entre la multitud corriendo entre los pasillos, era el tipo de los fríos ojos, quien con una sonrisa llevaba en sus manos un papel mientras susurraba

-“Sei, Sei”-

le llamó a aquél distraído con la música, el cual dejó un momento su trabajo

-“... Sei mira... esto es extraoficial pero... felicidades!, te graduarás con honores, ve, mira aquí están tus notas y los agregados de los colegas... hey esto hay que celebrarlo, hoy termino turno a las diez... anda vamos a tomar algo... de preferencia frío y mareante”-

 el sujeto de los castaños ojos sólo reía sutilmente mientras pasaba a otra persona, repitiendo ésa alegría tan especial hasta llegar al fin de turno.

 

Caminaron hasta un lujoso auto rojo perteneciente al tipo de castaña mirada, el otro miraba sorprendido, tomaron el camino hacia un conocido restaurante bar muy conocido; sin embargo al ir sobre la marcha aquellos azules ojos lo incitaron a tomar otra ruta llegando así a una modesta casa de una planta, la cual contaba con una recamara, un baño, sala comedor, una especie de mini cocina y un pequeño patio que resguardaba a un cachorro boxer atigrado

 

-“Bienvenido a mi morada, bueno ya se que no es algo que tu digas woo, pero es lo mejor que pude pagar...”-

le dijo el sujeto de los fríos ojos un poco avergonzado

-“... por el perro no te preocupes, es inofensivo... aquí nadie nos molestará...”-

-         Isaac-

Susurró el otro escondiendo una pícara sonrisa, ya estando dentro se sentó en uno de los cojines que formaban parte del mobiliario, ya que no tenía muebles formales como una sala, o una mesa, en la cocina sólo había latas y una especie de parrilla eléctrica acompañados de un frigo bar. Isaac caminó hacia el refrigerador tomando de él una botella de aguardiente; esa noche no había luz ya que se le había pasado la fecha de pago así que encendieron velas para iluminarse.

-“brindo por el mejor estudiante”-

ambos chocaron sus copas y tomaron hasta casi perder las inhibiciones, aprovechando ese descuido Seichiro  sonreía al momento de acercarse de una forma mas íntima, sin embargo cuando el otro estaba a punto de caer, el teléfono móvil de Isaac les quitó el momento al sonar insistentemente...

-         Isaac... porqué...-

Susurró un poco frustrado en lo que el otro buscaba el aparato de forma desesperada.

 “Yo quiero estar contigo... estoy haciendo hasta lo imposible para lograrlo... ya pronto se solucionará aquello que te prometí... pero por favor quédate...” 
Notas finales: espero que se entienda

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