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Nikki (Diario) por kobashi

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Notas del capitulo:

tiene el mismo corte que el primer cap, en resumen

1 cap. pobre Seichiro

2 cap. Sei es un maldito

-“ Doctor lo felicito... su paciente está reaccionando bien”- mínimo ya es algo, quiere decir que estamos progresando... o no? –“ Doctor es mejor que vaya a descansar, son las tres de la mañana y su turno comenzara en doce horas... le aseguro que estará bien... mire lo estable que está, ahora duerme plácidamente... creo que en poco tiempo despertará”. Eso espero... o no lo se, francamente no se si sea bueno que despierte... 

[ Street life ]

 

-“Llevas dos días aquí... dime Seichiro, te quedan agallas?... algún día las tuviste?... o qué, se te esfumaron al igual que tu dignidad...-

le reprochaba con cierta burla el adolescente de los negros cabellos que ahora jugaba muy entretenidamente con una pelota amarilla de tenis en lo que el otro reclamaba casi desesperado

-         tú que sabes, no eres mas que un necio puberto con un mal corte de cabello-

el niño dejó de jugar para sonreírle tiernamente en lo que silenciosos pasos llenaban el eco, poco después el adolescente hizo una reverencia al acercarse a él una blanca mujer de adulta apariencia, rosados cabellos ondulados y largos hasta la cintura enmarcaban su demacrado rostro; alta, delgada hasta los huesos, rasgados ojos violetas mirando de forma casi desorbitada daba una impresión un tanto terrorífica al complementar con el negro vestido entallado, viejo y desgarrado de la larga falda que dejaba al descubierto sus maltratados pies desnudos.

 

-“ Ser o no ser... estar o no estar... temer o no, morir o qué... difícil decisión no lo crees Kobashi?”-

-Otro loco mas-

susurró Seichiro

-         no se quien eres ni me interesa saberlo, déjame tranquilo y llévate a ese cretino de postizos pelos verdes, ya estoy harto-

la dama rió fingidamente enfriando el rostro inmediatamente

-         “Aquí quien manda es la nada... nadie huye a su destino Kobashi, nadie... qué, ahora te enojas? Ja, y qué harás al respecto... matarme? No puedes matar a un muerto... quieres saber quién soy? Mírame...

 

Fresco día de primavera, era domingo y por primera vez  podían tener unos minutos de descanso los alumnos de la facultad de medicina. Dentro de un parque dos personas hablaban, tal parece que discutían fuertemente; uno de ellos, el hombre se veía reclamar algo a la bella chica de rojos cabellos y verdes ojos, quien lloraba sin consuelo aparente...

 

-         felicidades, cumpliste tu cometido... sólo querías quitarme lo que me pertenece pero no lo conseguirás, quiero una prueba de paternidad-

 

le decía el joven al jalonearla con cierta violencia; la joven no podía defenderse, estaba completamente perturbada por las palabras que escuchaba...

 

-         contesta!... no puedes hablar verdad porque no tienes pruebas, no hay papeles que prueben lo que dices  maldita ramera... tú, tú fuiste la trepadora, tú te aprovechaste... tú te las arreglas...-

dicho esto la mujer encinta de tres meses se sentó en aquella banca verde, único testigo de su llanto; en tanto el muchacho se daba la vuelta retirándose. Quedó se quieto por un momento y después de tres pasos regresó, tomó de su bolso unas llaves y un cheque con una gran cantidad de dinero  y los arrojó al piso...

 

-         ni una palabra de esto... creo que con esto compraré tu silencio... vete, haz lo que quieras... sólo no me molestes mas-

se fue corriendo hasta perderse.

  

-         Qué tratas de lograr con eso?... ella está bien, creo que la casa que le di la hizo rica, era lo que quería o no?  Claro, solucionar su vida echando a perder la de los demás...-

dijo Seichiro a la dama de la rosada cabellera

-         “Kobashi, insulso y tonto Kobashi... sigues siendo tan... humano, tiempo después de que te fuiste... te enteraste de lo que pasó?”-

comenzó a caminar alrededor de él, como si lo asechara

-         maldita vieja-

la mujer se detuvo frente a él prestando posando los fríos labios en el oído izquierdo del doctor...

 

La joven seguía llorando, casi no podía respirar, sus nublados ojos verdes se perdían en ver a aquel gran amor huyendo por los árboles del parque, trató de calmarse y miró fijamente con cierto enojo los objetos encontrados en el piso ya que frunció el ceño al hacerlo; estaba tan dolida, decepcionada y perturbada que intentó levantarse con la mayor dignidad posible sin lograr un buen resultado. Al poco tiempo lo intentó de nuevo obteniendo con ello un fuerte dolor en el vientre, miró hacia abajo dándose cuenta que un extraño sangrado mojaba su floreado vestido, tiñendo de rojo sus pálidas piernas; al ver el fenómeno sintió desmayarse pero sólo cayó de rodillas, no podía moverse, así que se sentó para comenzar a arrastrarse mientras avanzaba gritando por ayuda a una comunidad refugiada en sus casas. Continuó su camino hacia la calle con la esperanza de ser vista por alguien, se quejaba, volvía a pedir socorro mas no había respuesta; intentó acercarse un poco más a la calle encontrando solamente a un auto fuera de control.

 

-         Bernadette!-

Gritó Seichiro en medio de la obscuridad al enterarse mientras la mujer se los ojos violetas sonreía levemente

-         “Domingo 18, estabas en la clínica platicando de tus triunfos, de tu gran carrera, presumías de tus logros extraordinarios, cosas que ningún estudiante había logrado hasta el momento... todo era bello y oh sorpresa, cayó un paciente en estado delicado, una mujer atropellada, encinta y con posibilidades de aborto... recuerdas tu respuesta?... creo que tus palabras fueron – no me molesten, estoy en descanso, soy estudiante, búscate a un residente- te levantaste y saliste de la sala..Bernadette Jones fue declarada muerta después de dos horas; a los pocos segundos volvió... tuvo un hermoso hijo, se parecía a ti...”-

Seichiro sonrió con ternura

-         “lamentablemente ni Bernadette ni tú pueden verlo, fue abortado poco después de que salieras de la sala... tu hijo murió por tu culpa...  ella se volvió loca y actualmente está internada en una institución mental donde lleva más de tres intentos de suicidio...”-

-         callate!-

gritó furioso el frustrado médico

-         cómo te atreves a decir eso... mientes!... cuando fui a su casa me dijeron que estaba bien, que se había casado y se encontraba de viaje en Europa, ella... ella no pudo terminar así... ese bastardo sólo era un estorbo para los dos-

-         “ese bastardo soy yo”-

le dijo de manera tranquila mientras se colocaba frente al niño de los cabellos verdes haciendo con ello que el tipo de los ojos café se descontrolara

-         mientes! Esto es un sueño...-

-         “asesino”-

le recriminaba la mujer

-         no lo soy, eso sólo era un impedimento-

-         “le quitaste la vida a alguien que realmente quería nacer”-

-         yo no lo hice-

-         “si tan solo hubieras aceptado atender a la mujer de urgencias... si tan sólo hubieras levantado la vista...”-

-         que dices! El hospital estaba muy lejos de la plaza-

-         “... si tan solo hubieras levantado la vista... los dos hubiésemos podido vivir... qué decepción tener por padre a un parásito como tú...”-

Seichiro la volvió a callar enfurecido, corrió hacia donde ella estaba golpeándola en la mejilla; al hacerlo la apariencia de la dama cambió a la de un pequeño niño de cuatro años, vestido con uniforme de jardín de niños, castaño cabello lacio un poco corto, blanca piel; con un gran parecido al doctor sólo que el menor tenía los ojos verdes; éste abrazaba un oso de felpa con un brazo y su pequeña mano buscaba refugio en el chico de los verdes cabellos...

-         “no es hermoso?... míralo es igual a ti, sólo que con el color de ojos de su madre... si lo hubieras dejado vivo estuviera cursando el kinder, tendría amiguitos, jugaría en el parque al lado de Bernadette y de sus abuelos que ya lo amaban sin haber nacido aún... y tú tuviste su vida en tus manos y la dejaste ir...”-

el médico se arrodillo ante el pequeño, quien lo miraba asustado y tratando de ocultar las lágrimas debido al golpe que le habían proporcionado, Seichiro lo miró fijamente a los ojos y temerosamente trató de tocarle pero se sentía demasiado miserable como para hacerlo, sólo lo miraba como si estuviera hechizado por la culpa mientras se negaba a aceptar el producto de sus deslices; sin embargo ése mismo instinto que le arrancaba las lágrimas lo hicieron aceptar a su vástago induciéndolo a tomar sus frágiles manos frías para llevárselas a los labios, aquél doctor suplicaba el perdón con su mirada y estaba a punto de abrazar al pequeño, sin embargo éste de desvaneció antes de poderlo estrechar.

  “Doctor, está despertando”... no quiero que esto suceda todavía no creo que esté listo para ello... “doctor Luna, el pulso aumenta muy rápido”... sólo déjenme en paz... “... su corazón.... doctor, tenemos un paro”... ya no se que es lo mejor... 

Dentro de ese cuarto oscuro Seichiro respiraba agitadamente, enfurecido consigo mismo lloraba sin darse cuenta por la impotencia que sentía en esos momentos; aquél adolescente lo miraba con indiferencia mientras botaba nuevamente la pelota de tenis...

 

-         “no todo es tan malo, creo que tuviste tus buenos momentos... realmente creo que eres un cretino con escrúpulos, aparte de tu vástago qué más hiciste?... vamos a recordar amado mío... ahh si, Doctor Armando Carter, te suena? Calvo, cuarentón, como con treinta kilos de mas... le gustabas, creo que hasta llegaste a ser su favorito... vaya que eres un maldito con clase...”-

 “Quédate... quédate... no puedes dejarme, no debes dejarme... dijiste que no lo harías... juraste que no te irías, lo prometiste... así que no te rindas que yo haré mi mejor esfuerzo...” 

-         si lo recuerdo, no era un hombre fácil... –

le dijo Seichiro al adolescente en lo que trataba de calmarse

-         “pero tú si que lo eres mi estimado... recordemos cómo fue que obtuviste tu mención honorífica... cuántas veces fueron? ... cuantos meses Seichiro?....”-

-         ya basta!-

  “Doctor, volvió a recaer” – “vamos no me dejes!.. quédate... Seichiro reacciona!...”-              
Notas finales: ojala y pegue jaja

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