Las palabras de la serpiente resonaban constantemente en la cabeza del portador del sharingan, desde su encuentro con Orochimaru en el bosque de la muerte y el acuño del sello maldito, su sed de poder se propagaba en su corazón, como un mal que corroe las entrañas pero tan necesario como el mismo aire, insaciable y latente que no pararía hasta ver completado su objetivo.
Lo único que lamentaba de su decisión sería dejar a su amado Naruto, pero todo esto lo hacía justamente por él.
- Cuando sea el mejor volveré por ti mi usuratonkachi - susurró al inconsciente rubio, en aquel paraje testigo de su reciente y cruenta pelea.
Y así bajo la torrencial lluvia que iniciaba, beso esos adictivos labios, en la que sería su última vez por varios años, grabando en su memoria su sabor sui generis solo comparable con la propia ambrosía.
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- Aquí estoy Orochimaru - se anunció el azabache con la frialdad que lo caracterizaba.
- Bien Sasuke kun sabría que vendrías - el rastrero personaje se hallaba sentado en un mullido sillón mientras su fiel perro / esclavo Kabuto le hacía la pedicura en sus pálidas, hediondas y estropeadas uñas.
- Estas seguro que funcionará - interrogó dudoso de las habilidades del sanin.
- Es que acaso no ves a Kabuto - contestó viperino mientras señalaba al catalejo que se ponía en cuatro para que su "dulce" amo lo usara como taburete de sus recién acicalados pies.
- Hm - balbuceó con una sonrisa de prepotencia y cruzándose de brazos.
- Bueno sígueme la primera lección es deshacernos de los horribles trapos que usas - el peli largo se levantó de su asiento, guiando por un sombrío y estrecho pasillo al menor.
Y fue así como el entrenamiento especial de "Poder Uke Dominante" de Orochimaru daría comienzo.
Solo hay que seguir tres fáciles pasos
Lección uno: Moda - un uke debe verse violable
Allí frente el espejo de cuerpo entero, Sasuke se examinaba con parsimonia y expresión fastidiada, el nuevo atuendo que le dio su sensei.
- Joder, porque tengo que vestirme así - masculló frunciendo el ceño.
- Kukuku Sasu chan - siseó ofreciendo una mirada lujuriosa de lobo hambriento a punto de devorar a la inocente pastorcita - te ves tan violable.
- Que me importa, porqué debo usar esto - reiteró la pregunta empezando a atisbarse el Sharingan en sus pupilas.
- No te molestes conmigo Sasu - dijo en tono meloso aunque para el azabache le parecía de ultratumba.
- El haori es para dejar ver tu fornido, níveo y provocativo pecho que está mmm - Orochimaru se relamió los labios, causando un asco profundo al Uchiha.
- Además de tus duritos y rosados pezones que se mantendrán erectos por las corrientes de aire o lo hará la electricidad innata que corre en tu cuerpo por el chidori - explicaba haciéndole agua la boca, Sasuke estaba verde queriendo ir al baño a vomitar con urgencia pero se contuvo.
- El pantalón negro ajustado que realza tus innegables atributos kukuku - habló mirando descaradamente su hombría, las largas piernas y ese riquísimo culito.
- Y este moño parezco payaso - bufó imperceptiblemente sonrojado por la explicación anterior, realmente el traje era bastante revelador.
- Eso se llama abre fácil - a lo que el Uchiha entendió para polvos rápidos y reencuentro fogosos.
- También si tienes algún problemita, como forma un bulto a la altura de tus partes bajas tapa estratégicamente las posibles erecciones que tengas cuando veas a tu lindo zorrito - cada vez el azabache se convencía que era el atuendo perfecto, si hubiera pensado en eso antes, se habría ahorrado muchas situaciones incómodas y calenturientas.
- Bien acepto en usarlo - y recibiendo asentimiento de su sensei siguieron las clases.
Lección dos: cuestión de actitud - el buen uke domina y aparenta ser seme.
- Vamos Sasuke mírame acaso tengo aspecto de uke - era verdad que a pesar de ser un afeminado hasta la médula Orochimaru no parecía de los que recibieran.
- No - fue su escueta respuesta.
- Eso es porque soy maligno, rastrero, vil, frío y calculador o eso aparento porque me encanta que me partan el culo - expuso mientras abrazaba a su serpiente de peluche.
Eran cerca de la media noche y ambos estaban en la habitación del mayor, bueno al menos la sierpe, porque Sasuke solo en el marco de la puerta por si acaso.
La habitación estaba finamente decorada toda en púrpura, con motivos viperinos por todos lados, y en un esquina la cesta donde dormía placidamente kabuperro.
Quién ni en sus pesadillas más horrendas se imaginara a Orochimaru con un"sexy" baby doll de seda lila con encajes negros para dormir.
Sasuke sabía que si el desgaste de su dojutsu no lo dejaba ciego, de seguro ese esperpento de imagen sí.
- Nosotros pertenecemos a los ukes dominantes, nos encantar gemir y complacer a nuestro seme solo en la cama, ante el resto nosotros mandamos parecemos semes - eso era totalmente cierto, en Konoha todos sabían de su tórrida relación con su kitsune, además por carácter frío y posesividad, pensaban que Naruto era el uke por su inocencia y dulzura.
- Generalmente los ukes son lindos y tiernos pero somos el caso opuesto, nosotros subyugamos si o si, jamás se te olvide Sasuke kun, jamás seremos pasivos a pesar de recibir - con ese último comentario Orochimaru apagó su lámpara de noche y se dispuso a roncar al país de los sueño.
Era verdad Sasuke Uchiha era un macho semental todopoderoso y eso era algo que iba a dejar que todos siguieran creyendo.
Lección tres: El orgullo y la venganza es primero - el uke que se hace de rogar es más deseable.
- Como buen seme Naruto kun te buscará desesperado - manifestó el reptil que usaba una bata traslúcida, atada por un simple cinto, dejando ver su desagradable y cadavérica anatomía, al menos para el Uchiha, porque Kabuto babeaba con un ligero sangrado nasal.
- Y como un buen uke seguro querrás ir corriendo a sus brazos - era cierto a Sasuke casi se le parte el corazón al dejarlo a su ángel en el Valle de Fin, luego de la cruenta batalla, de escuchar sus reiteradas súplicas de quedarse, de los lazos que compartían, el amor que se profesaban y ese cálido beso.
Sin poderlo evitar una lágrima recorrió su nívea mejilla, enterneciendo al sanin de las serpientes.
- A pesar de todo debes ser fuerte uno demuestra su orgullo con los demás pero con la persona que amas es muy difícil - el azabache esbozó una sonrisa melancólica, había pasado muchas cosas con su dobe las fingidas peleas para luego tener clandestinos encuentros románticos, las miradas furtivas cargadas de sentimiento y las fugaces caricias, las citas nocturnas a la luz de la luna pero sobretodo su incondicional apoyo para mitigar su dolor por la venganza del clan compartiéndola y haciéndola propia, amaba a Naruto con locura y contaba los días con desesperación para volver a su lado y demostrarle lo aprendido.
Pero era justamente su desmedido y casi obsesivo amor la verdadera razón de su venganza, ya había olvidado resarcir al clan Uchiha solo se escudaba tras ese motivo, él quería proteger al oji cielo de Akatsuki y mantenerlo alejado era la mejor forma a pesar de sufrir ambos por estar separados.
- Ya sabes siempre indiferente, ahora debes parecer que no te importa ni sus lazos de amistad, hermandad o amor, que no tuvieras emociones, además eso te hará más deseable y se dedicará solo a buscarte - eso le gustó al azabache que la vida de su dobe se basara solamente en él, claro hasta completar su venganza.
- Eso es verdad Orochimaru sama, si tomara la misma decisión que Sasuke kun usted... - murmuró el Yakushi con ojitos brillantes.
- Sí es cierto - haciendo saltar de la emoción a Kabuto - pero tu solo eres un juguete no te ilusiones, solo me interesas como experimento - el peliclaro se resigno, igual, hasta que su amada serpiente lo necesitara él se mantendría fiel a su lado.
- Voy a limpiar los baños - habló agarrando su equipo de aseo para salir del laboratorio.
- Debe ser por su lengua - meditó el Uchiha, si algo bueno se le veía a simple vista a Orochimaru era su escurridizo músculo y debía saber usarlo muy bien.
Con esas tres normas establecidas, Sasuke empezó paralelamente su entrenamiento ninja, dominando la Kusanagi en tacones por si Naruto quisiera que jugarán a los disfraces, sellos y jutsus prohibidos usando ciertos juguetitos secretos e invocaciones en trajes de cuero, cadenas y demás accesorios ya que a su sexy rubio le ponía el sado.
Y el tiempo transcurrió, tres años para ser exactos.
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- Porqué Sasuke kun, me prometiste tu cuerpo para un trío con Kabuto - remilgó haciendo un puchero y aparentando inocencia que lo hacía ver más feo que de lo que era (aquí no pude compararlo con nada porque no hay nada peor).
- Tuve suficiente aguantando tus aires de diva, que pasearas semidesnudo por toda la guarida y el exhibicionismo descarado de tu relación con Kabumasoca - exclamó el azabache a punto del colapso.
- Si contar las veces que quisiste meterme mano, el escabullirte a mi cuarto, espiarme al bañarme para tomarme fotos y los horrendos gemidos y vulgaridades en tus encuentros sexuales - siguió con una hiper vena monumental en la frente.
- De todas las habitaciones porque tenías que ponerme al lado de la tuya, tendré suerte si puedo superar mi trauma además de todos los que ya tengo acumulados.
Esa fue el último halito de vida que exhaló el sanin de las serpientes, Sasuke tenía razón y derecho a matarlo por haber vivido el peor infierno de todos nadie podía culparlo por ello.
- Solo falta llevar a cabo mi venganza y después - suspiró aliviado - volveré a Konoha a disfrutar con mi zorrito.
Así el menor de los Uchihas se encaminó a cumplir con su destino, anhelnte de su reencuentro con Naruto.
¿Owari?