Happy Ending por chibiichigo

This is the way you left me,
I'm not pretending.
No hope, no love, no glory,
No Happy Ending.
This is the way that we love,
Like it's forever.
Then live the rest of our life,
But not together.

Esta no es una historia feliz, sino una historia real. Muchas veces nos jactamos de haber encontrado a la persona ideal en el primer amir y en la mayoría de los casos las cosas no funcionan como nosotros las planeamos. Sin embargo, hay casos excepcionales que logran encontrar a su media naranja en el primer amor, viven juntos y forman una relación sensacional basadas en el cariño, amor y confianza… solamente que si no sabemos distinguir, podemos perder al amor de nuestras vidas y descubrir que debemos vivir separados…sin un final feliz.

Wake up in the morning, stumble on my life
Can't get no love without sacrifice
If anything should happen, I guess I wish you well
A little bit of heaven, but a little bit of hell

No puedo creer que todo haya acabado tan pronto, especialmente no puedo creer que todo esto haya ocurrido por mis necedades, mis caprichos y mi evidente falta de atención. Quería descubrir nuevas sensaciones sin darme cuenta de que tenía todo lo que necesitaba al alcance de la mano. Tenía a la persona que me completaba física, mental y emocionalmente hablando. Esa única persona que puede hacerte ver el día más gris con todos los colores y matices más hermosos que hay en el planeta. La que con una mirada te puede infundir animos o destruir ese frágil universo interno que todos tenemos.

No puedo creer que dejé ir a esa persona que me amaba y a la cual amo más que a nada y a nadie ahora que la sé perdida.

Gaara.

Supongo que lo tengo merecido por ser un necio e irreverente que no se dio cuenta de las cosas buenas de la vida por querer aseverar que “el pasto es más verde del otro lado de la cerca” y que lo que tenía no era ni minimamente tan bueno como lo que podía obtener a cambio de portarme como… vaya, como un patán.

Sé bien que todo fue ocasionado por mis estupideces y por eso ahora que no estas a mi lado, sino con alguien más solamente te puedo desear que seas feliz… por supuesto hay que tener en cuenta que ese hombre no te amará ni tan profundo ni tan intenso como yo te amo, pero eso solamente me recuerda que fui un ciego al no notar que frente a mí tenía al único ser en este planeta que me podía dar la verdadera felicidad. Te confieso que no pasa un día sin que me arrepienta por las cosas que ya no tengo y el amor que dejé ir… porque demasiado tarde me di cuenta que te amo a ti. Solamente a ti.

Es difícil decir adiós definitivamente, sobre todo si se sabe que la otra persona jamás te escuchó dentro de su prisa y el llanto que lo embargaba en ese momento.

Esta es la historia más difícil que he contado porque ciertamente, caigo en la cuenta de que no soy una víctima sino un victimario, o mejor dicho, un ignorante que cometió una aberración y que deberá pagar por ella todos y cada uno de los días de su vida.

Me cuesta regresar un poco en el tiempo hasta el momento en que fui plenamente feliz, hace muchos años a tu lado… cuando ciegamente veía la felicidad como la cotidianeidad y no como ese milagro que me regalabas con tu presencia. Como sea…

Llevabamos mucho tiempo juntos y creo que eso fue lo que me impulsó a tomar esa decisión tan equivocada. La primera vez que te engañé.

Ni siquiera recuerdo el nombre de esa persona, pero me acuerdo perfectamente de en qué momento ocurrió. Durante una fiesta en casa de mi hermano donde tu no pudiste asistir porque te dolía la cabeza.

Lo conocí mientras la fiesta estaba en su apogeo y comenzamos a charlar. No le comenté que tenía novio pese a las insinuaciones tan evidentes que me hacía porque de alguna manera se sentía bien el saber que había otros hombres que me encontraban atractivo.

Bebimos. En exceso.

Lo siguiente que supe al día siguiente fue que mi ropa había desaparecido y todo me daba vueltas debido a la resaca. Intenté concentrarme y me di cuenta que estaba en el cuarto de mi hermano. Busqué a tientas algo para cubrirme y salí únicamente para ver su cara de disgusto y reprobación.

Me comentó que había besado a “como se llame” y que prácticamente habríamos terminado teniendo relaciones si no hubiera sido porque él le pidió que me dejara en paz en vista de que tenía novio. Después, evidentemente me dio un sermón acerca de la fidelidad y de lo mucho que me amabas. No lo escuché.

Como persona que soy, juré que esa sería la primera y ultima vez que te era infiel… completo desastre.

Si te he de ser sincero te fui infiel poco más de una docena de veces, todas y cada una de ellas fue “la ultima vez” pero jamás fui capaz de parar. No recuerdo sus nombres y sus caras, pero si las ocasiones en que los conocí o en los que besé sus labios.

Seguramente tu lo sospechabas porque mis salidas eran cada vez más frecuentes y el tiempo que pasábamos juntos se veía brutalmente reducido por mis pretextos acerca de la tarea o de cualquier otra nimiedad que se me ocurriera en el momento para ocultar mi llamado “plan perfecto” y poder satisfacer mis necesidades biológicas más básicas y precarias con otros hombres aparte de ti. Me hacía sentir más… hombre. Ahora todo suena como mierda, puesto que con el paso del tiempo me he dado cuenta que no fui más hombre sino más bestia.

Mentiría si te dijera que recuerdo el nombre del chico a quien me encontraba besando aquella noche en la tormenta, pero curiosamente con el puedo recordar su tacto y la tersura de su piel porque me recordaba infinitamente a la tuya. Estúpido de mi parte buscar hombres que se asemejaran a ti, pero lo hacía de igual manera. Acabábamos de tener un encuentro furtivo… posiblemente el segundo o tercero que tenía con ese chico a quien hago llamar “el amante número 11” por no poder recordar ni su nombre siquiera.

Llovía, lo recuerdo bien porque la lluvia mojaba mi espalda, aun estando cubierto con un paraguas. Iba abrazando al chico de manera muy sugestiva, como intentando decirles a los demás que pasaban “él es mío”. Otro comportamiento estúpido de mi parte pues demasiado tarde comprendí que a los objetos se les debe tratar como objetos y a las personas como personas. Solamente fui capaz de comprender que no podía ser el poseedor de todo ese día. El día que te perdí.

Notaba unos pasos atrás de nosotros, que no parecían ser nada discretos, pero eran menguados por la intensa lluvia. La calle estaba vacía prácticamente así que me aventuré a besar de nuevo a “11” antes de que subiera al taxi que lo sacaría definitivamente de mi vida y lo dejaría simplemente como el recuerdo de esa cama de hotel que habíamos compartido unos momentos antes.

Volví la mirada atrás después de que el taxi saliera de vista… quería volver a casa antes de que sospecharas que había desaparecido. Pero cual fue mi sorpresa al verte parado justo detrás de mí, con la mandibula desencajada y la cara empapada de lluvia en la que se mezclaban perfectamente tus lagrimas, impidiéndome ver si incluso pudiste soltar una lagrima de decepcion.

“Gaara…” fue lo único que atiné a decir antes de intentar tocar tu hombro con la mano, como si con eso me intentara redimir de todo lo que había hecho. Me corrompía la culpabilidad más que nunca antes. Tu te hiciste para atrás y te liberaste de mi agarre. Era evidente que lo que había ocurrido no tenía justificación y yo lo sabía. Tenía miedo de perderte pero al mismo tiempo me sentía dueño de ti.

“Te odio” fueron las únicas palabras atropelladas que salieron de tu boca. Fue más como un susurro perdido en la tormenta, pero se clavó en mi alma y en mi consciencia al ser plenamente consciente que te lastimé. ¡Ingenuo de mi por no darme cuenta al principio!

Saliste corriendo, perdido entre la fina cortina de lluvia, que se intensificaba por momentos, dificultando la persecución. El paraguas salió volando mientras que yo corría detrás de ti, gritando… implorando por una segunda oportunidad que nunca llegaría, por una disculpa que sabía que no podía ser otorgada.

Te perdí de vista…


2 o'clock in the morning, something's on my mind
Can't get no rest; keep walkin' around
If I pretend that nothin' ever went wrong, I can get to my sleep
I can think that we just carried on

Caminé sin rumbo, buscándote por lugares donde sabía que no te encontraría pero una parte de mi no quería hacerlo. Intenté organizar mis pensamientos de la manera más practica posible. Podía mentirte, pero de antemano sabía que sería infructuoso porque me habías visto con tus propios ojos. Podía, de igual manera, decirte la verdad. Esa opción quedó descartada incluso antes de que la idea terminara de formarse. ¿Qué te diría? ¿Que te amaba pero necesitaba tener relaciones con otros hombres para rescatar mi hombría y mi sentimiento como ser deseado? Claramente te podía ver golpeándome y diciéndome que mis problemas de autoestima eran terribles y que no querías verme nunca jamás en todo lo que te quedara de vida.

Decidí olvidarlo todo. Posiblemente si pretendía que no había ocurrido nada malo y continuaba llevando una vida relativamente normal a tu lado, eventualmente tu también olvidarías el “suceso” de esa noche.

Volví a casa.

No fue sorpresa encontrarme con que tus cosas no estaban en el armario y que tu lado de la cama continuaba perfectamente extendido. Solamente una nota rompía con la perfección de la cama. Una nota:

“Me dejaste sin esperanza, sin amor y sin gloria… dejame ir poruqe los finales felices no existen. Te amo lo suficiente como para tolerar esto, pero me amo más a mi… no me vuelvas a buscar jamás”´

Pensé que volverías después de unos días, cuando se te hubiera pasado un poco el trago amargo, pero los días se volvieron semanas y poco a poco esas semanas se convirtieron en meses. Dejé de esperar tu regreso.

En ese momento me di cuenta de que era irreversible. Había perdido a la persona que más amaba en el mundo por aventuras y por pasión carnal que de nada valía a final de cuentas. Comencé a darme cuenta de que todo lo que ocurría había sido ocasionado por mi únicamente y que tu tenías toda la razón en abandonarme.

Sentía vergüenza y rabia hacia mi mismo. Me comencé a odiar por haberme dado el lujo de perder de vista que tu eras quien más importaba en mi vida.

Como dije, yo se que esta no es una historia feliz ni digna de película. Simplemente todo comenzó porque tu ausencia me hizo sentirme vacio. Lleno de remordimientos, penas y cargos de consciencia. Me di cuenta que de nada valía mi vida si no estabas a mi lado.

Desperdicié mi única oportunidad de ser feliz.

Intenté buscarte por todos los medios posibles, pero no lo conseguí a tiempo. El día que finalmente te localicé fue cuando me enteré que te casarías nuevamente.

Con mi hermano.

Sentí que me iba a morir del dolor ese día, pero logré contener todas esas lagrimas y transformarlas en un poco de critica constructiva. Mi hermano te amaba y yo no era digno de tu amor, aunque sabía perfectamente que nadie te iba a amar tanto como yo y que no valía la pena intentar inmiscuirme cuando tu habías encontrado la felicidad. Esa era la gota de egoísmo que derramaría el vaso y no me podía permitir arrebatarte la posibilidad de rehacer tu vida.

El día de la boda lo único que pude decir fue “Itachi…cuidalo, porque es la persona que más amo” mientras el asentía y me juraba que lo haría aunque se le fuera la vida en ello.

Me sentí feliz por ti, aunque triste por mí. Creo que en eso consiste el verdadero amor. Celebrar la felicidad de la persona cuya ausencia te hace infeliz día con día.

Ahora creo que es hora de reemprender mi camino y de volver a empezar aunque no haya nadie igual a ti y a nadie amaré tanto…

Solamente sé que es momento de continuar