Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Playa, Insolación & En La Mañana por AthenaExclamation67

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Estos, son tres drabble que por decirlo así son un principio, una continuidad y un final...

Obviamente, de Afrodita & Death Mask

 

La Playa

By AthenaExclamation67

 

"POV" Death Mask

 

Terminadas las batallas la paz reinaba sobre la tierra, por fin podíamos descansar y dedicarnos a ser nos personas normales, disfrutar de una vida plena, con todas sus diversiones, reír, llorar, amar...

Athena tuvo la magnifica idea de llevarnos a la playa a todos, para colmo invitó a Julián y sus Generales y a Hilda con sus Guerreros Divinos.

Juntos fuimos a la playa en la que quedamos en reunirnos y una vez allí después de saludarnos formalmente nos separamos por grupos.

Como era de esperar, los grupos se dividieron por amiguismos, yo preferí mantenerme al margen y tomar un trocito de playa para estar solo y así no tener que ser un hipócrita con nadie. Si bien tenía algunos amigos, también notaba cierta falsa simpatía hacia mí.

Todos corrían arriba y abajo, haciendo el ganso, Seiya como siempre andaba rompiendo los kynotos a todo el que se le antojase, otros tomaban el sol tranquilamente y los demás se pusieron a jugar con un balón.

Parecía que todos lo pasaban bien, aunque yo solo me limitaba a observarles, no comprendía como podían divertirse con cosas tan simples.

Yo preferí tirarme en la arena, sobre mi toalla y dejar que mi cuerpo se bronceara con el sol, recrearme con el paisaje que mis ojos miraban.

De pronto, mientras miraba al horizonte, algo me desconcertó, una silueta nadaba en el agua, su piel parecía suave y su forma de nadar era delicada, salía a la superficie y la volvía a abandonar como si bailara dentro del agua, se asemejaba a una sirena con  esa gracia al nadar.

Cuando mis ojos se adaptaron al brillo del sol, intenté descifrar a quién pertenecía la silueta que yo admirado observaba, no conseguí adivinarlo hasta que esta se dispuso a abandonar el agua.

Se aproximaba a la orilla con la misma gracia con la que nadaba, daba suaves saltitos y agitaba su cabeza expulsándose así el agua.

En uno de esos giros creí adivinar de quién se trataba. - ¡¿Aphrodita?! - Pensé - no puede ser, el calor me debe haber trastornado.

Pero no, no me equivocaba, era Dita y cuando se aproximo a mi observé que ni bañador llevaba.

No pude evitar quedar embobado con su cuerpo, muy bien esculpido, su bella cara, su lunar que tanto me agrada, fui bajando mi vista y cuando llegó a su trasero allí quedo fijada.

El agua caía sutilmente desde su pelo cual caricia por su espalda, las gotas de agua salada se reflejaban sobre su piel haciendo que esta brillara, resplandecía y a mi todavía más me atrapaba.

Cuando quise darme cuenta Aphrodita me planto una soberana bofetada. - ¡Degenerado! - me llamó, y razón no le faltaba.

Le estaba comiendo con mi mirada, cuando se giró para marcharse de reojo observe una parte que aún no me había sido mostrada y ante mis ojos quedó descubierta.

Tuve que tirarme corriendo al agua ya que mi cuerpo reaccionaba y después del grito que Dita dio todo el mundo me miraba...

 

 

Fin.


INSOLACIÓN

By AthenaExclamation67

 

 

"POV" Aphrodita

 

Estaba indignado, ese cangrejo obsceno. El muy... ¡tarado! Mira que quedarse mirándome así, embobado...

No se por qué lo hizo, de seguro me confundió con otro con el que seguro, se habrá liado.

Grrrr. Estaba furioso, muy enojado, ese idiota, mirándome así, tan fijamente, me provoco y se apodero de mi un calor, la ira, si, si Dita, era ira... Si no que más podría ser.

Todos recogimos nuestras cosas después de ese incidente, ¿dónde te quedaste tú?, me era indiferente, a pesar de sentirme mal después de la bofetada que te di.

Marchamos cada uno para nuestras casas, yo con mi indignación y mi malestar y los demás riéndose gracias a la situación. Sobre todo el burro con alas que hasta le dolía el estomago de tanto reírse.

Llegué a mi templo, y enseguida me recibió el perfume de las rosas que yo mismo cultivaba, ese olor magnifico, hizo que recordara lo que había pasado.

Me fui hasta mi jardín y luego de observar por largo rato mis rosas adoradas, me dirigí al cuarto de baño para despojar a mi cuerpo de toda esa sal que me picaba.

Lave mi cuerpo a conciencia, procurando que mi piel quedara bien aseada cuando empecé a sentir mucho calor, no sabía la causa, pero no tardaría en averiguarla.

Salí de la ducha para secarme y cuando vi mi piel deje escapar un grito ahogado y me sorprendí en el estado que esta se encontraba.

Estaba todo rojo cual tomate... - ¡Shit! - Pensé - de seguro debo de haberme quemado cuando me bañaba en el mar con las olas acariciándome. Esto me pasa por querer presumir y por ser tan despreocupado.

Busqué apresurado algún "After-Sun" que solía guardar para cuando volvía de la playa. Horrorizado me quedé cuando no encontré ninguno en toda la casa.

Corría de aquí para allá por todo mi templo intentando buscar algún remedio para mi piel que me ardía a causa del contacto de los rayos solares. Me empezaba a sentir realmente mal.

Cuando desistí de encontrar alguna cosa que me aliviara me estiré completamente desnudo en la cama, no podía soportar el contacto de ninguna cosa por que lo que me pusiera me estorbaba y me hacia daño, me quemaba, no podía aguantar el dolor, y ya me desesperaba.

Las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas cuando noté que alguien llegaba... - ¡¿A...Aphrodita?! - oí que me llamabas. No podía contestarte pues lloraba desconsolado cuando te preocupaste al notar mi cosmo tan apagado.

-          ¡Dita! - gritabas - me buscabas por si algo me había pasado. Cuando sentí que entraste en mi habitación me quede avergonzado. - Perdona, no se que hago hoy que me meto donde no me llaman - me dijiste al verme allí desnudo estirado - no te preocupes, ya me voy, perdona que antes fuese tan descarado.

-          ¡Espera Mask! -  me apresuré antes de que te fueras, lo de antes esta olvidado, necesito que me ayudes en algo.

Sentí como tus ojos recorrían todo mi cuerpo achicharrado - ¿Dita estas bien? - preguntaste angustiado.

Yo sentía mucha vergüenza, ojala la tierra me hubiera tragado - Es que me queme en la playa por ser tan descuidado. Me arde la piel, me duele demasiado.

Saliste de mi cuatro y volviste apresurado no sabia lo que habías hecho pero cuando volviste me sentí mas relajado. - Tranquilo yo te cuido - con esa frase me dejaste anonadado.

Cuando sentí el contacto del hielo frío sobre mi espalda, toda mi piel reacciono quedando erizada, pero no sabes cuanto me gustaba.

Subías, bajabas, recorrías todo mi cuerpo, mis piernas, brazos y espalda quedaron más relajadas, no pude distinguir cuando dejaste de usar el hielo y empezaste a besar mi espalda.

Al voltear mi cara para agradecerte que me cuidaras, te descubrí besando una de mis nalgas. Al verte sorprendido te pusiste colorado - no pares, continua - te rogué muy excitado.

Me obligaste a que te mirara y allí me diste nuestro primer beso, yo con mis ojos cerrados disfrutaba, lo maravilloso de ese momento.

Esa noche nos amamos y dormimos abrazados. Cuando por la mañana desperté, allí estabas a mi cuerpo abrazado. No sabía como había ocurrido, de ti por siempre, quedé prendado, ya para siempre a tu lado, feliz, enamorado.

 

 

Fin...



EN LA MAÑANA

By AthenaExclamation

 

Recibiste el día entre mis brazos, esa noche fue la primera que pasamos juntos, y...

 

¡Vaya Noche!

 

Lo recordaba todo perfectamente mientras te observaba como dormías placidamente acurrucado en mis calidos brazos.

Noté que despertabas, inhalaste fuerte y comenzaste a desperezarte mientras yo te acunaba. - Buen día - me dijiste, mientras salías de mis brazos y subías hasta mi boca para robarme un beso. - ¿te sientes mejor? - me preguntaste - todavía estas bastante coloradito...

-          Si, la verdad es que aún me pica bastante...

Era bien cierto, todavía me ardía la piel a causa de la insolación del día anterior, más también estaba sonrojado y las mariposas habían hecho presa a mi estomago que se exaltaba al sentir tus cariñosas manos acariciando mi cuerpo.

-          No te preocupes, yo tengo remedio para eso.

Te fuiste, dejándome en la cama tumbado y cuando regresaste, me dejaste asombrado.

Llevabas un bote de nata en spray que guardo en mi nevera y también, algunas fresas.

Abrí mis ojos de par en par cuando te vi entrar por la puerta de mi recamara, la idea me pareció muy tentadora, me apetecía jugar.

Te arrebaté el spray de las manos, dejándote muy sorprendido, tomándote de las manos y obligándote a sentarte cerca de mí. Te estiré en la cama besándote profundamente y me senté sobre tus caderas.

Estás, saltaron al sentir el contacto de mi trasero con ellas. Intentaste ganarme la posición y trataste de voltearme para quedar tú sobre mí, iniciamos así un divertido forcejeo, cuando te vencí dándote un profundo beso y dejándote a mi merced tumbado boca arriba en la cama.

Agité el bote de nata y la extendí por todo tu pecho que empecé a lamer degustando hasta el último poro de tu bronceada piel.

Mordí una de las fresas que habías traído y te ofrecí la otra mitad con mi boca para que la tomaras.

Tú sonrisa lasciva ilumino mis ojos, jamás pensé que pudiera provocar tal reacción, hasta que sorprendido, me vi rodeado por tus brazos volteando mi cuerpo y dejándome estirado sobre la cama.

-          Muy hábil - te provoqué, pero mi cuerpo lo anhelaba, deseaba volver a sentir tu piel en mi piel, como en la noche...

No me diste muchas opciones, cuando tomaste el bote de spray y trazaste una flecha sobre mi abdomen y comenzaste a descender en la dirección que esta indicaba.

Arrancaste un grito de placer de mis labios que debió recorrer todo el santuario al sentir el frío de la nata en la punta de mi sexo y lo devoraste como si de un helado se tratara.

Tu boca entraba y salía con mucha maestría, lo pellizcabas con tus dientes para después pasar tu lengua por toda su extensión y luego lo volvías a morder.

Tuve que agarrarme a tu cabeza y sacarla de ahí por que pensé que estallaba de placer. Subiste hasta mi boca que jadeaba y trataba de recobrar el aire que la excitación hacia que le faltara.

Dejaste que escapar otra sonrisa lujuriosa, después de deleitarme con un nuevo beso y sin más tu miembro empezó a entrar en mi cuerpo. Lentamente para dejar que me acostumbrara a su tamaño y empezaste a moverte muy despacio... suavemente.

Tomaste una de mis piernas y la apoyaste contra tu hombro cuando me besaste y entraste en mí completamente. Sentía que me iba a romper, un grito de dolor salio de mis labios cuando te sentí tan profundamente en mi, su sexo parecía enfurecido estaba mas hinchado que la noche anterior y me hacia doler y padecer tremendamente...

-          Arghhh - exhalaba entre jadeos y gemidos que no hacían más que excitarte, pero supiste comprender. Te detuviste y sin retirarte de mis entrañas me cambiaste de postura y me sentaste sobre ti rodeando mi cuerpo con tus brazos para no dejarme caer.

-          Mmmmm... jadeamos al mismo tiempo, te sentí todavía más adentro y tú no podías evitarlo al sentir como el peso de mi cuerpo engullía tu miembro.

-          Me estas volviendo loco Dita, igual que ayer en la playa, cuando te vi desnudo, mira como me tienes...

Me gustaba oirte decir esas cosas, esas guarradas... Sabía, más bien sentía lo excitado que estabas mientras nuestros cuerpos se movían acompasadamente hasta que con un impulso de tu cadera y un fuerte agarre a las mías detuviste todo movimiento y terminaste bañando mi interior con toda su esencia.

 

Me deje caer por el agotamiento y un poco dolorido cuando note que te retirabas lentamente de mí y sin pensarlo volviste a lamer todo mi cuerpo. Acariciaste mis testículos con tu lengua y descendiste un poco más besándome el peritoneo y dejaste que tu saliva curara mi dolor cuando pasaste tu lengua por mi anillo.

Sentí un escalofrío cuando tu lengua entro en mi cuerpo y lo dejaste para volver a introducir mi sexo en tu boca.

-          Maskkk - repetía una y otra vez mientras mi sexo penetraba tu boca, lo succionaba una y otra vez hasta que llego mi orgasmo y me derrame dentro de tú boca que tu gustoso recibiste mientras trataba de contener los gritos de placer que salían de mi boca.

-          Shhhhh... que te van a arrestar por degenerado... - Me dijiste al tiempo que tapabas mi boca con un beso.

No pude más que reírme ante tu ingenioso comentario.

-          Ni creas que van ha llevarme a mi solo, necesitaré compañía en mi celda...

Te reíste y después de recostarte a mi lado en la cama me abracé a tu pecho mientras jugabas con mis mechones turquesa...

-          Te amo - suspiraste dejándome completamente emocionado, nunca hubiera esperado oír esas palabras pronunciadas por ti.

Me apoye sobre tú pecho y mirándote fijamente al los ojos te dije...

-          Yo también...

 

 

Fin...

 

 



Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).