La vida no es justa, no es buena y no es fácil, sobre todo esto último, cualquier suceso te arrebata lo que te hace feliz, lo que te hace vivir.
Como quisiera estar ya muerta... Aunque una parte de mi murió cuando ella se fue para siempre de mi lado, todavía sigo consiente de lo que sucede a mi alrededor, sin llegar a involucrarme en nada realmente. Estoy viviendo como si estuviera dormida, todo es un sueño, nada de esto es real, cuando despierte la voy a encontrar a mi lado, durmiendo como siempre, la despertaré con un beso y todo seguirá siendo bueno y feliz.
Todavía recuerdo la primera vez que la vi, yo estaba en la sala de clases de mi universidad tratando de concentrarme en estudiar, cuando entró una mujer, ella, con cara de estar perdida en un lugar desconocido. La miré con curiosidad y ella me miró a su vez, entonces la saludé:
_ Hola, ¿buscas a alguien?
_ Hola... estoy buscando la sala de física.
_ Pues estas en el lugar indicado, ¿Qué te trae por aquí? Si es que puedo preguntar.
_ Me acaban de transferir desde otra región, debo estudiar física para terminar mi carrera. ¿A qué hora comienza la clase?
Iba a contestar cuando un tropel de alumnos entraba, seguidos por el profesor que serio como siempre entraba a la sala para impartir su materia sin importarle quien atendía y quien no.
_ Justo ahora_ le dije, mientras ella se sentaba a mi lado dirigiéndome una sonrisa. _: me llamo Miroku.
_ Mucho gusto, mi nombre es Arashi.
Así empezó todo... esa clase no entendí nada de nada de Física (mi materia favorita) pero entablé con Arashi una amistad que duró por largo tiempo. Estando en la misma universidad nos veíamos a menudo y compartíamos la clase de física que se convirtió en la más esperada por mí, sólo para poder estar al lado de esa mujer que me hacía sentir tantas cosas a la vez.
No recuerdo cuando terminó la amistad y comenzó el amor, creo que fue luego de un año después de conocerla, aunque por mi parte puedo decir que la amé desde el primer instante en que la vi mirando alrededor con su expresión de niña pequeña perdida en un mundo demasiado grande para ella. Fue mágico, estabamos en una fiesta y bailábamos juntas, la música que en un momento era animada se convirtió en música lenta que bailaban sólo las parejas de novios. Era tarde, casi las 5 de la madrugada, ya todo el mundo estaba abandonando la discoteque. Arashi paró de bailar cuando terminó la última canción animada y me miró con ojos brillantes cuando comenzó la primera canción lenta. Armándome de valor me acerqué a ella y rodee su cintura con mis brazos atrayéndola lo más cerca que me permitió el valor reunido. Nuestras narices casi se tocaban, yo podía casi escuchar sus pensamientos y ella podía escuchar mi corazón latiendo a toda su capacidad. No nos movíamos, la música sonaba y la escuchábamos, pero estabamos más interesadas en permanecer juntas que en seguir bailando. De pronto ella me preguntó:
_ ¿Vas a besarme? _ Yo totalmente sorprendida tardé unos segundos en contestar.
_...Sólo si tu quieres que lo haga._ Dije finalmente para no quitarle magia al momento. Luego de eso, ella apoyó su cabeza en mi hombro acercándose mucho más a mí. Yo retiré una mano de su cintura y busqué su rostro. Al sentir el tacto de mi mano con su mejilla, la separó de mi hombro para mirarme, entonces tomé el resto de vergüenza que me quedaba y la lancé lo más lejos que pude para poder besar esos labios que me imploraban que lo hiciera.
Apenas rocé sus labios sentí la más profunda felicidad que nunca antes había podido sentir, entonces ella tomó la iniciativa juntando por completo nuestros labios, en un beso eterno que me hizo la mujer más dichosa de la tierra. Como podría olvidar una sensación así... Sin embargo no puedo vivir pensando en eso, si lo hiciera estaría aún más muerta de lo que ya estoy.
Luego de ese beso, el primero de muchos, ella volvió a apoyarse en mi hombro como una niña que necesita ser protegida, sentía su respiración en mi cuello y sus manos alrededor de mí, formando un lazo indisoluble entre ambas. Entonces bailamos un par de canciones hasta que prendieron las luces de la disco y ella me ofreció ir a su departamento para que durmiera un rato antes de irme a mi casa, porque quedaba bastante lejos y por haber bailado toda la noche no podía conducir hasta allí sin arriesgarme a tener un accidente.
Acepté la proposición y tomando la mano de Arashi nos dirigimos a mi auto, allí antes de arrancar el auto, ella me besó otra vez, la miré luego de separarnos y le dije algo como esto:
_ Lo que acaba de pasar... fue real ¿cierto? _ Ella sonrió cerrando los ojos, permaneció así unos segundos, luego abrió los ojos y asintió con la cabeza.
_ Es real._ me dijo, acto seguido besó mi mejilla.
Yo le sonreí, estabamos otra vez muy cerca la una de la otra, pero no nos volvimos a besar porque en ese momento arranqué el motor del auto y concentré mi atención en conducir hasta la casa de Arashi.
Al llegar, Arashi encendió las luces de su habitación (Vivía con algunas compañeras, así que caminamos a tientas hasta llegar a su habitación.), era la primera vez que entraba a su habitación, antes había estado en la casa, pero sólo en el comedor donde habíamos hecho un trabajo juntas. Era un lugar no muy grande pintado de color amarillo pálido, en una esquina estaba el escritorio, al otro lado estaba la cama de Arashi y al lado de un armario había un sillón.
Apenas entré me dirigí al sillón y me senté, hasta entonces no me había dado cuenta, pero estaba muy cansada y ansiaba dormir un rato. Arashi se sentó en la cama, frente a mí, y me miró con su expresión de niña pequeña que tanto me cautivaba. Le sonreí y le pregunté:
_ ¿Tienes algo con que taparme?, una frazada o algo.
_ ¿Pretendes dormir en el sillón?
_ Pues si, no quiero molestarte_ le dije sabiendo que ella ofrecería dormir en el sillón y dejarme la cama para que durmiera un poco.
_ No me molestas en absoluto, pero no quiero que duermas en el sillón, podrías despertar dolorida... Te lo digo por experiencia, cuando apenas me mudé aquí no tenía la cama y tuve que dormir allí_ explicó señalando el sofá con la mano.
_ Dormiré en el sillón, muchas gracias..._ le dije _: después voy a llegar a mi casa, allí puedo dormir más.
_ Eres obstinada Miroku, ya verás cuando despiertes que te va a doler todo._ Me dijo poniéndose de pie y sacando de su propia cama una frazada para mi, me la lanzó en la cara y cuando me la quité se acercó para besarme la frente.
_ Buenas noches... _le dije _: Aunque creo que es mejor decir buenos días.
Arashi se rió de mi chiste y luego salió de la habitación con su pijama en la mano. Cuando salió, ordené la frazada sobre el sillón, me quité los zapatos y la chaqueta y me acosté. Ella regresó a los pocos minutos con su pijama puesto, se acostó en la cama y apagó las luces diciéndome:
_ Que tengas dulces sueños, chica obstinada, ya verás que te va a doler la espalda.
Lancé un "Ja" burlón y me acomodé como pude en la oscuridad, sabiendo que mi amada estaba cerca de mí, quizás pensando en mí antes de caer dormida.