.:: Without You ::.
Por _BeRseKeR_
Capítulo 1:
Cristal
Los rayos de sol cubrían calidamente a todos por el camino en que andaban. Resplandecía como cada día por la mañana, en el cielo azul, cubierto por una que otra nube. El viento mecía tranquilamente las hojas de los árboles, completando la buena pinta al día de verano. Ya las personas caminaban a sus labores diarias, para empezar otra vez la semana.
- pero que suerte que no me enferme, no crees, Genis?
- te estas burlando de mi resfriado?!
Entre todos los alumnos que se dirigían a sus escuelas respectivamente, dos chicos caminaban tranquilamente por una calle sin mucho movimiento a diferencia de las avenidas concurridas. Parecían charlando, aunque más bien uno solo era el que hablaba. El más alto, castaño de ojos marrones, con la camisa desfajada y una playera oscura, se divertía platicándole todo lo que había hecho al otro que le acompañaba, un niño de cabellos blancos y mirada celeste, mejor presentable que el otro sin duda alguna, con un chaleco de color crema, debido a que ayer se había contagiado con un resfriado, que aun hoy tenía.
- nngh! Pero que bien se siente salir el fin de semana!! nOn” –se estiró un momento mirando al cielo, con una gran sonrisa en los labios- pero que palo con lo de la tarea, no, Collete? –preguntó, suspirando de cansancio
- pero si te la pasaste copiándome!!! ¬¬* -le respondió enojado su amigo
- pero fue divertido ir a buscar a la biblioteca ^^
Respondió con alegría una chica rubia de ojos azules que iba a su lado, de falda oscura y blusa de manga corta. En las rodillas se le alcanzaban a ver algunos curitas, ya que era común que se cayera en cualquier lugar. Un lazo le adornaba el cuello, con una piedrecilla de color roja, que la caracterizaba entre todos de la escuela, como la elegida de Sylvarant, que los representaba frente a todos y había logrado hablar con la antigua directora para mejorar varios aspectos importantes que beneficiaron a todos, hasta que se fue y llegó como suplente su hermano menor. Un trabajo en verdad tedioso, pero que siempre había hecho con una sonrisa gracias a la ayuda que había recibido de todos.
- oh, si… -movió una mano frente a él, como si tratara de alejar algo
- Lloyd –la rubia le llamó, haciendo que el aludido volteara- n_n y que tu papá no te había castigado?
- o_o castigado? –Genis prestó más atención- no me digas que por eso me pediste que si te podías quedar en mi casa?!
- eh!? –pareció tensarse- pero que dices? –sonrió nervioso- si no me dice nada, aja jajá
- no hablo de Dirk, Lloyd –dijo el niño
- estamos hablando del señor Kratos! –respondió la chica
Ya tenían más de tres meses viviendo juntos como padre e hijo, después de que se había enterado por parte de él. Kratos había llegado ya hace mas de medio año a la escuela como suplente del maestro del equipo de kendo, donde supuestamente Lloyd estaba, ya que ahora rara la vez que se aparecía por allí, gracias al nuevo maestro que ahora es su padre. Si antes habían tenido infinidad de enfrentamientos, ahora no sabía ni como mirarle y mucho menos como responderle. No hacía mucho el que todavía vivía con Dirk, el cuidador de la escuela, y ahora se tenía que resignar a compartir el techo con su verdadero padre, en otra pequeña locación ahí en la mism. No era mucho cambio de casa pero anda que de vida es completamente diferente.
- bueno, eso… -desvió la mirada apenado, con un sonrojo cubriendo sus mejillas
El chico ya no dijo palabra de lo sucedido. Miraba el suelo, sin quitarse el rubor que ahora tenía, pensando en cosas que de seguro solo él sabía y nunca les había contado. Sus otros dos amigos se le quedaron viendo, extrañados por tal comportamiento. No era la primera vez que se ponía así, desde que Kratos había llegado, varias veces se había cerrado de la misma manera.
- OWW!!!
Un fuerte ruido sonó. Lloyd cayó al suelo con un sujeto encima de él. Los otros dos se detuvieron para acercarse, preocupados por si se armaba una riña desde temprano. Genis miró extrañado al tipo con quien había chocado su amigo, nunca había visto aquel uniforme que vestía. Pantalón negro, saco del mismo color al igual que la corbata. No alcanzaba a ver el escudo de su escuela, debido a sus largos cabellos rojizos que le cubrían la espalda.
- como puedes andar tirando gente tan tranquilamente?! –le gritó al castaño, mostrando sus encantadores ojos color del cielo
- y por qué diablos te caes sobre mí? ¬¬*
El joven castaño aventó al pelirrojo a un lado, levantándose enojado, sin darse cuenta de lo que se había llevado consigo. El joven de cabellos rojizos también se reincorporó de la misma manera, molestándose al ver su sucio uniforme pero sin darse cuenta que la joya, del mismo color de sus cabellos e idéntica a la de Collete, se había desprendido de su cuello, de un collar donde colgaba y ahora estaba roto, justo en las manos del castaño. El niño peliblanco dedujo rápidamente de quien se trataba.
- eso era porque me pude haber ensucia…
Le respondió el pelirrojo, quedándose a medias por no sentir el frío metal en su pecho y ver partes de su collar hecho de oro en el suelo, reaccionando con sorpresa. Pareció aguantarse unas carcajadas, a lo que se tapó la boca, ocultando la sonrisa que tenía al ver aquello que siempre había odiado en el suelo, roto, pero lo mejor del caso era que ya no estaba con él. Mientras, el castaño a penas si se daba cuenta de lo que yacía en su mano. Puso cara de ‘¿y esto?’, rascándose la cabeza por no poder recordar desde cuando lo tenía. Su amigo se llevó una mano a la cara por pena ajena.
- Lloyd! Qué no ves que se lo quitaste?! –le grito su mejor amigo para que se diese cuenta de lo que pasaba, aunque este no daba señales de que lo hiciera
- ah, si? –pareció restarle importancia- …AAH! Pero que hice?! –estaba todo deshecho del collar- No fue intencional!!! –le dijo al otro, que seguía riéndose solitariamente
- ah –Collete notó la presencia del pelirrojo, así que se acercó a él- Zelos, buenos días! –y sonrió como siempre
- oh, pero si es mi pequeño ángel! –volvió de su trance para coquetear con la chica
- oye, tú… hey! –el castaño le habló al otro, que se entretenía hablando con la rubia- TÍO, TE HABLO!!!
- ah, qué? –volteó con desgane- oh, sí, tú… el grosero que me terminó ensuciando y además trata de robarse mis cosas y encima las rompe frente a mi bello rostro… no te preocupes, que te dejaré vivir un tiempo más –volteó con él, para reírse sin pena alguna, con aires de importancia
- oeh, a qué viene todo eso? ¬¬ -Lloyd frunció el ceño, alzando una ceja en señal de ‘no me creo que le deba algo’
- nunca te fijas de nada, verdad? –el niño suspiró resignado. Con él era imposible
El castaño miró detenidamente la gema en sus manos. Tardó varios segundos en analizarla, hasta que se dio cuenta de algo. Sorprendido por su descubrimiento, llamó a la rubia, meciendo de un lado a otro el collar roto del pelirrojo, que le sacó de quicio el ver como trataba sus pertenecías.
- eh, Collete! mira que es igual al tuyo!
- si! –la chica le sonrió de igual manera, tocando su joya en el moño
- esperaba que se diera cuenta de que persona es este tipo –gimoteó Genis, agachando la cabeza afligido
- pero anda a que me pagues!!! –Zelos le extendió la mano, esperando lo que pidió
- eh? –se le quedó mirando con una cara de tonto, aunque esta vez si que comprendió
- vamos, no te quedes con esa cara de pasmadote y paga lo que rompiste! –volvió a hablar
- Genis, me prestas dinero? – 3 – -volteó con su amigo, picándole las costillas para que sacara el monedero- anda, que te pago luego
- eh?! y yo por qué debería?! –se echó para atrás- si tu eres el del problema!
- OOOIIIIIIIIIIIIIII!!!
La voz de una mujer se hizo escuchar desde lejos. El pelirrojo miró al horizonte como los demás, identificando rápidamente de quien se trataba. Collete tardó todavía unos cuantos segundos en lo que la figura se hacía visible, así que saludó alegremente con la mano desde lejos. La excelente figura de una joven de oscuros cabellos morados y mirada castaña, ya se hacía notar, luciéndose más con la falda negra y el saco del mismo color con corbata, pertenecientes a su uniforme. Le regresó el saludo a la chica, acercándose velozmente al grupo.
- Sheena, buenos días! –le saludó la rubia
- hola! –respondió
- pero anda, Sheena –el pelirrojo jaló por el hombro a la joven- mira lo que le pasó a mi valioso cristal
- eh?!
Volteó a ver lo que el castaño tenía en manos, casi dando el grito al cielo ahí mismo. Se controló para no írsele encima a Lloyd, que se extrañó por la actitud rara de todos por esa joya. De verdad era importante? Si lo era por qué no tomaba lo que sobraba y lo dejaba en paz? Qué hablando la gente no se entiende?!
- agh! Mi cabeza! –se llevó las manos para sujetársela- si tanto te interesa mañana te daré el collar arreglado!
-es cierto, Lloyd! –el niño ojiazul chasqueó los dedos- puedes arreglárselo con las técnicas que Dirk te ha enseñado!
- arreglado? –Zelos y Sheena arquearon la ceja
- pero Zelos… -la joven se acercó a él- fácilmente te pueden dar otro co…
- shh, shh, mi linda asistente –la calló antes que todos escuchasen
Un extraño brillo iluminó los ojos del pelirrojo, que sonrió de manera enigmática al castaño, que no comprendió a que se debía. Se reacomodó su cabellera con la mano, ganándose un leve sonrojo del joven castaño, que se echó levemente para atrás, confundido por la reacción que tuvo frente a ese sujeto. Tragó saliva y desprendió la gema rojiza de la cadena a la que esta sujeta, para entregársela a la joven, sin decirle ya nada.
- entonces asegúrate que esté bien hecho! –dio media vuelta, meneando un dedo en el aire- no quiero usar simplerias que no vayan conmigo!
- eh? –el castaño volvió en sí- n-no andes de fresco y confórmate porque también es tu culpa, oíste?!
Lloyd avanzó el pasó y salió corriendo de ahí con la cabeza baja, sin dar la cara, olvidándose de sus amigos. Collete se despidió de los dos y emprendió la carrera con Genis, por alcanzar al castaño que los había dejado. Sheena regresó con el pelirrojo, que ya avanzaba para llegar a su destino. Después de todo compartía el estatus de elegido al igual que la rubia y no se permitiría verse mal ante cualquiera en su escuela que representaba, aunque no quisiera.
Por un momento se sintió libre, gracias a que alguien más se había llevado el collar con la joya que siempre había odiado. Pero más que nada, el haber visto a ese joven, le había dejado una grata alegría.
* * *