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Somebody Help Me por sakura_malfoy92

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Notas del capitulo: Segundo capítulo n.n

    Disfrutenlo

 

Capítulo 2: El Orfanato

 

  Me hallaba en un poso negro y la muerte de Marie volvía una y otra vez a mi cabeza, esperaba que lo de mi casa y lo de su muerte solo fuera una pesadilla, más trataba de abrir lo ojos para despertarme de ella y no podía, ¿estaba muerto entonces?, traté de abrir mis ojos, pero entonces fueron mis oídos los que escucharon más allá del poso, se oían murmullos,  sirenas de ambulancias y de camiones de bomberos, trate de decir algo, cualquier cosa, pero lo que salió de mi boca fue aire y entonces alguien me dijo que todo iba a estar bien, algo me dijo que no creyera aquellas palabras, que más bien todo estaba mal, y esta vez fue mi piel la que salió a la superficie, algo tapaba mi boca, algo me pinchaba el brazo, oí el ruido de un goteo, alguien me acaricio la mejilla ¿Madre? ¿Marie?, traté de abrí los ojos y esta vez con pesadez los abrí. Tuve que esperar un poco para acostumbrarme a la luz y enfocar bien las cosas, lo primero que vi fue un techo blanco con líneas metálicas.

 

-¿Dónde estoy?- pregunté en un susurro, algo no me permitía hablar más fuerte

-Tranquilo- dijo una voz dulce al lado mío -estas en un hospital-

-¿Dónde están papá y mamá?- la idea de haberlos perdido me aterraba

Nadie contestó

-¿Dónde está Megumi?- mi hermana pequeña se había podido esconder en algún lugar donde no llegaran las llamas

De nuevo el silencio invadió mis oídos

-¿Marie esta bien?-

  Silencio absoluto.

-¿Están muertos todos?- mi voz tembló

 Oí un suspiró

-¡Nooo!- grité las lágrimas empezaron a caer por mis ojos, quise pararme de la cama, forcejeé con varias manos que me agarraban y un montón de cosas empezaron a sonar.

-Noooo, por qué, esto es injusto- la lágrimas salían una tras otra de mis ojos –Quiero ir con ellos-

Esto último pareció aterrar a una de las enfermeras que salió del cuarto

-¿Por qué ellos y no yo?- estaba gritando

-Cálmate- me dijo otra enfermera

-Nooo. ¡Como me voy calmar, todos murieron, no tengo a nadie en este mundo a nadie!- Me sentí débil y tuve que apartarme un poco para vomitar, porque imagine los cuerpo quemados de mi preciosa familia

 

 Aquellas imágenes creadas por mi mismo de los cuerpos quemados y la imagen de Marie ensangrentada me atormentarían por el resto de mi vida, volví a vomitar, tendría que aprender a contener mis náuseas cada vez que los recordaba. Dejé de forcejear con las enfermeras y me quedé quieto. Aunque no se notará porque una máquina me ayudaba, me costaba respirar, ojalá todo hubiera acabado en aquel momento, ojalá la máquina se hubiera dañado y hubiera dejado de respirar, pero no lo hizo y mi vida siguió.

 

 Una figura vestida de color negro entró a la habitación, de inmediato me di cuenta de que era un padre, más no era japonés, o al menos su ascendentes no lo eran, tenía el cabello negro al igual que el mío pero ojos verdes claros, le calculaba unos 30 años.

 

-¿Seika?- me preguntó

Me limite a asistir

-Supongo que ya sabes lo de ellos-

Asistí de nuevo, sabía que se refería a mis seres queridos

-Seika tu vida puede continuar-

¿Que decía?, para mi no parecía tener lógica aquella frase, como iba a sobrevivir sin ellos

-Tus papeles están arreglados, solo falta tu permiso, ven conmigo y comienza una nueva vida-

 

 Por un segundo aquel señor me inspiró miedo, de dónde había salido, porque me decía aquellas cosas, ¿sería un secuestrador disfrazado?, una idea surgió en mi cabeza, no lo conocía y me estaba pidiendo algo para lo que hacia falta mucha confianza, obviamente era alguien que quería hacerme daño, matarme tal vez, si, lo que yo estaba buscando, alguien que acabara con mi vida.

 

-Quiero ir- dije decidido

Él me sonrió complacido –Mañana en la mañana nos iremos-

Asistí y él se fue

 

 El restó del día pasó rápido, me enteré que había pasado dos semanas inconciente, y que muchos pensaban que estaba en coma, pero que descartaron esa posibilidad cuando a la segunda semana empecé a susurrar cosas sobre Marie y mis padres, ¿Qué estaría susurrando?

 

 

 

-Pasajeros del vuelo 101 por favor ir abordando-

 

 Estaba confundido, no entendía porque aquel padre disfrazado deseaba matarme fuera de Japón, habían dicho durante el desayuno que iríamos a Inglaterra, ¿acaso ahí sería más fácil ocultar el asesinato?, lo miré por décima vez y el me sonrió amablemente; aquel hombre sabía fingir muy bien.

 

-Vamos, ese es nuestro vuelo- dijo

 

 Era la primera vez en mis quince años de vida que me subía a un avión, jamás había salido fuera de Japón, lo contemple, me recordaba al cine con miles de asientos uno al lado del otro y uno tras de otro, solo faltaba la pantalla gigante la cual en este caso no estaba, en su lugar solo había una pared que daba hacia los baños, la pantalla, o mejor dicho las pantallas estaban ubicadas en los respaldares de lo asientos.

 

-He entendido que jamás has viajado en un avión- dijo mi acompañante

-Cierto- traté de sonreír pero no pude.

-Bueno será un viaje largo así que mejor ponte cómodo- me señaló los asientos, justo eran los dos que quedaban del lado de una de las ventanas.

 

  Me senté en el más cercano de la ventana y vi como la gente acomodaba sus cosas en el portaequipajes, yo no tenía nada que acomodar, ni siquiera llevaba maletas, todas mis cosas se habían quemado junto con la casa, miré afuera y vi otros aviones estacionados.

 

-¡Padre!- la voz de una mujer llamaba a mi acompañante, me volví para verla

-Madeleine, pero que gusto verte, hija-  la chica debía tener unos cuatro años más que yo

-No, sabía que estabas en  Japón hija-

-Es que estoy ayudando con una fundación de niños pobres-

-Excelente, excelente-

 

¿Qué?, actos de bueno caridad, ay dios si era un padre de verdad, obviamente no iba a acabar con mi vida, en que royo me había metido ahora

 

 -Hola- dijo la chica en japonés

-Hola- le respondí en un perfecto inglés quería dejarle claro que yo no era ningún inculto

-¿Cómo te llamas?- miró mis manos vendadas

-Seika- dije tratando de esconder mis manos de su vista

-Mi nombre es Madeleine, espero que nos llevemos bien-

 Asistí, qué había querido decir con “espero que no llevemos bien”

-Señores pasajero por favor dirigirse a sus puesto-

-Bueno, me tengo que ir- se despidió Madeleine, nos veremos luego  

 

 Hasta nunca pensé para mis adentros, no sabía porque pero no me agradaba aquella chica, me daba escalofríos con aquellos perfectos bucles rubios adornados con aquel lazo rojo carmín, temblé, definitivamente no me gustaba.

 

 -¿Estás bien?- me preguntó el padre que ya estaba sentado a mi lado

-Si, solo tengo un poco de frío- que excusa mas tonta

 El padre sacó una cobija de debajo de mi asiento y me la tendió

-Gracias-

 

 Miré por la ventana y me di cuenta de que ya estábamos volando, lo único que se veía a por ella eran nubes y mas nubes, adiós hogar, me dije a mi mismo, adiós a todo lo maravillosos que había conocido en  mi país de nacimiento; de repente me di cuenta que me había ido sin despedirme de mis amigos, me odie, aunque después de todo era mejor así, no quería que nadie sintiera compasión de mi ni de lo que le había pasado a mi familia, además lo más seguro es que pronto moriría, no quería que ellos sintieran aquel dolor de perder a alguien. Una solitaria lágrima cayó por mi mejilla.

 

 

 

 

  Unas mascarillas cayeron  del techo del avión, había turbulencia, el clérigo trató de ponerme una pero algo metálico lo atravesó, grité de horror, estaba manchado de sangre, la imagén de la muerte de Marie revoloteó en mi cabeza borrosa, sentí náuseas y de repente el avión empezó a descender como un ascensor al que le hubiera cortado la guaya, grité desesperado a pesar de que sabía que este era mi deseado fin; el avión pegó contra el piso fuertemente y sentí el rebote, me pegué en la cabeza y sentí como me caía la sangre en la cara, estaba caliente; pronto moriría, cerré los ojos, adiós estúpido mundo.

 

 Los abrí, ¿ya estaría en el mundo de las almas?, ¿Cuánto tiempo había pasado desde que mi corta vida se había acabado? Miré a los lados pero no pude distinguir nada, todo estaba oscuro, estiré una mano y sentí algo frió, un muro de piedras ¿Dónde estaba?, miré hacía arriba y distinguí una pequeña luz, parecía la luz del sol, tal vez si escalaba por el poso me encontraría con mis seres queridos; me acerqué a la pared a tientas ya que no veía nada y trate de escalar.

 

-¿Seika?- me volteé de inmediato, era la voz de Marie

-Marie- mi voz sonó emocionada

-¿Dónde estas?- su voz provenía del otro lado del poso

-Te buscaré- respondí, solo sigue hablando

 

 Corrí como loco hacia su voz, era extraño sentía que corría miles de de kilómetros, qué tan ancho podría ser el poso, de pronto choque con algo caliente.

 

-¿Marie?-

-Seika- gritó de emoción.

Busque su manos –De nuevo estamos juntos-  Busque su labios

-Seika- el tono cambió a confusión

-¿Qué pasa?- acerqué mis labios a los de ella

-¡Seika!- su gritó fue de horror

-¿Qué pasa?- grité confundido

 

  De repente oí un ruido extraño, venía de la parte superior del poso, alcé la vista pero no vi nada, ¿que estaba pasando?, me volví a acercar a los labios de Marie

 

-¡Déjalo Seika!- 

Me enfadé –Es que a caso no me quieres-

-¡Seika!-

 

 Un ruido horrible resonó en mis oído y las manos de Marie abandonaron las mías, una luz iluminó todo el poso y… Me llevé las manos a la boca para ahogar un grito, de nuevo estaba yo todo ensangrentado, y Marie tendida en el piso debajo de un soporte de metal.

 

-¡Noooooooooo!- porque la imagén me atormentaba una vez muerto

 

 

 

-Seika, despierta-

-No, no, por qué- estaba llorando

-Seika es una pesadilla-

 Abrí los ojos rápidamente y respiré profundo para no vomitar, estaba temblando, miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en una habitación llena de camas y chicos, yo estaba sentado en una de ellas y todos los chicos me miraban con miradas horrorizadas o confundidas, todos excepto un chico rubio que no me miraba, justo el que estaba más cerca de mí.

 

-Estas bien- me preguntó una chica, la que había dicho que me despertara

La miré a la cara para responderle y casi me muero, era Madeleine

-¿Dónde estoy?- pregunté asustado

-En el orfanato de San Alex- respondió el chico rubio, me di cuenta que ojeaba un libro y no despegaba la vista de él

-¿Por qué estoy aquí?-

Madeleine abrió la boca pero fue el chico quien respondió –No es obvio, estas aquí por que tus padres no te quieren y se supone que una familia mejor te adoptará-

-¡Joshua!- lo reprendió Madeleine

 

Quería pegarle un puñetazo, mis padres siempre me habían querido, y estaba seguro de que jamás encontraría una familia tan buena como lo mía; me controlé y le puse mi más falsa sonrisa al chico.

 

-Bueno chicos- dijo Madeleine viendo mi extraña reacción –Es hora de dormir-

 

 Los chicos asistieron y minutos más tarde la luz se apagó, me acosté en mi cama y traté de dormir pero cuando cerraba mis ojos veía mi hogar quemándose, pase la noche en blanco. 

   

 

Notas finales:

Nah no maten a marie

¬¬ ya esta muerta

 

 Bueno x, para el proximo cap ya abara tocaditas inocentes boyxboy XD

 

M.... con respecto a cuando publicare el cap tres, pues no se n.nu, tal vez esta semana, tal vez dentro de sos semanas

 

 Ya saben las criticas contructivas son bienvenidas

Gracias por leer


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